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El aluminio... producto de fronteras¡Despertad! 1970 | 8 de diciembre
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oceánico, un ferrocarril y una carretera moderna se construyeron para beneficio de la fundición y la nueva población.
La presa Kenney
Se requería un constante fluir descendente de agua para producir la energía que se necesitaba para la fundición. Eso quiso decir que hubo que represar las aguas de todos los lagos de una meseta de unos 210 kilómetros de largo. Hasta noviembre de 1952 aquellas aguas fluían al este para unirse al sistema del río Fraser en su viaje al Pacífico cerca de Vancouver. En el extremo occidental de la meseta el lago Tahtsa no podía derramar sus aguas en el Pacífico, a solo treinta y dos kilómetros de distancia, debido a la barrera de roca sólida de 2.134 metros del monte Dubose. A fin de formar un depósito de suficiente volumen como para que sirviera a la central de energía que se pensaba tener, se necesitaba una presa de 99 metros de alto que bloqueara la salida oriental de la meseta, el río Nechako. Por eso llegó a existir la presa Kenney.
Antes de comenzar el trabajo en la presa, hubo que construir una carretera de acceso de 97 kilómetros desde la estación de ferrocarril de Vanderhoof a través de depósitos de vegetación parcialmente en descomposición y maleza, así como 72 kilómetros de caminos que sirvieran para transportar el suministro de materiales. También se suministró una pista de aterrizaje de 900 metros para transportar hombres y material desde Vancouver, a tres horas de distancia por aire. La presa, al terminarse, midió 457 metros de largo y 457 metros de ancho en su base, disminuyendo gradualmente hasta doce metros en su cresta. Llegó a ser la presa rellena de rocas en tercer lugar entre las más altas del mundo.
Cinco años después había unos veintitrés kilómetros cúbicos más de agua en la cuenca que antes de ser construida la presa. Pero ahora había que hacer que esta agua cayera 800 metros desde el extremo occidental del lago Tahtsa hasta el nivel de la central eléctrica junto al río Kemano a dieciséis kilómetros más al oeste. Se necesitaba una catarata.
¿Cómo se logró eso? Bueno, mientras todavía se estaba preparando la presa Kenney, también se comenzó a trabajar en el monte Dubose. Se excavó un túnel de dieciséis kilómetros en la cara de la montaña desde el extremo occidental del lago Tahtsa. Su diámetro fue de siete metros y medio. Al mismo tiempo por perforación y voladuras se abrieron dos túneles de cinco metros de diámetro desde el nivel de la central eléctrica hacia arriba en un ángulo de 48 grados para encontrarse con el extremo occidental del túnel dentro del monte Dubose. Dentro de estos túneles se soldaron secciones de tubería de acero de ocho metros y medio de largo con un diámetro de tres metros, para formar los canales de alimentación, ambos de 792 metros de largo. Se introdujo roca quebrada y concreto alrededor del exterior de los canales para mantenerlos firmes.
Cada compuerta o canal de alimentación llevaba hacia un tubo múltiple con cuatro ramales de un metro y medio de diámetro que iban a dar a las ruedas hidráulicas de los generadores. Se abrieron túneles de salida desde cada generador debajo del piso de la central eléctrica, y éstos finalmente se unieron al principal túnel de salida de ocho metros que descarga en el río Kemano el agua que se ha usado, y de allí ésta va al Pacífico.
Así es que las aguas que una vez fluían al este ahora fluyen al oeste para poner a funcionar lo que se planea que sea una de las más grandes plantas de energía de propiedad privada del continente. La resultante catarata dentro de la montaña mide, de hecho, unas dieciséis veces la altura de las cataratas del Niágara.
No solo está la catarata dentro del monte Dubose, sino que la central eléctrica misma es una caverna en la que, por su longitud, el transatlántico Queen Elizabeth I fácilmente podría caber. Cuando finalmente esté terminada a la capacidad plena que se espera lograr, sus medidas serán: 346 metros de largo, 26 metros de ancho y 44 metros de alto. Tendrá dieciséis unidades generadoras con una producción de electricidad de 2.400.000 caballos de fuerza. El sistema ventilador de esta central tiene que funcionar continuamente, empujando 2.128 metros cúbicos de aire por minuto al piso de operación y al piso principal.
Conectándose con la fundición, a 82 kilómetros de distancia, líneas de energía especiales de aluminio con refuerzo de acero atraviesan cierta región realmente escabrosa, incluso el paso Kildala, de 1.615 metros. La construcción de la línea requirió que se construyera un camino cuyos diez kilómetros finales ascienden a la cúspide en una pendiente de 305 metros por cada 1.609 metros. Se necesitaron 309 torres para llevar la línea. La línea misma, debido a estar expuesta a ventarrones, nevadas y granizadas, se construyó de modo que resistiera una carga de 18 kilos por cada 30 centímetros de longitud. El cable mismo, en la mayor parte de la distancia, pesa aproximadamente un kilo por cada treinta centímetros, mientras que la porción que atraviesa el paso Kildala pesa casi dos kilos y cuarto por cada treinta centímetros y tiene un diámetro de poco menos de seis centímetros.
Al fin se terminó el trabajo. Se cerraron los interruptores de las estaciones de clasificación en cada extremo de la línea. La energía pasó con una poderosa oleada y activó las líneas de crisoles de la fundición. Al comenzar a fluir el resplandeciente metal plateado, se escribió otro capítulo de la fascinante historia del aluminio.
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Un día en el tribunal¡Despertad! 1970 | 8 de diciembre
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Un día en el tribunal
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en las Antillas Holandesas
¿HA ASISTIDO usted a un tribunal en su país como espectador o como participante? Eso ciertamente puede resultar una experiencia iluminadora, una experiencia que puede ensanchar su punto de vista y ayudarle a comprender que un sistema de ley es una característica indispensable de la sociedad como la conocemos.
Es probable que muchas personas crean que las representaciones que ven por televisión o en películas de juicios que se celebran ante un tribunal bastan para familiarizarlas con el procedimiento que se sigue en los tribunales. Sin embargo, debe tenerse presente que esos juicios ficticios son por lo general mucho más dramáticos y de paso más rápido que los verdaderos. Además, el pasar un día entero en el tribunal pone ante uno una sección representativa de las acciones que se traen a juicio, que van de asuntos insignificantes hasta casos que envuelven pérdida de la vida.
Habiendo sido residente de Willemstad, Curazao, capital de las Antillas Holandesas, por más de veintitrés años, durante los cuales jamás había estado en el tribunal, me pareció que sería interesante asistir y ver lo que pasaba. Los casos aquí se ven bajo el sistema de derecho romano, mientras que yo había sido criado en un país donde se observa la ley común inglesa.
Dos sistemas de derecho
Las leyes de la mayor parte de los países se basan en uno de dos grandes sistemas
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