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¿Cómo escaparemos?La Atalaya 1981 | 15 de mayo
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¿Cómo escaparemos?
“Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Lucas 21:36.
1. ¿Por qué siempre causa excitación la mención de escapar, y cómo pudiera ilustrarse esto?
¡ESCAPAR! Esa palabra siempre causa excitación. No la usamos a menos que haya verdadero peligro y sea necesario actuar con urgencia. Por ejemplo, después de asistir a una reunión cristiana en un Salón del Reino de los Testigos de Jehová de nuestra localidad, tal vez por alguna razón tengamos que irnos de prisa a casa. Pero no diríamos que tuvimos que escapar, a menos que de repente viéramos una nube de humo. O considere otra ilustración: Vemos una casa de varios pisos incendiada y nos apresuramos a ir a aquel lugar. ¡Allí en la ventana de un piso alto está una señora aterrorizada con un niño en los brazos! Ella está en un lugar demasiado alto para que pueda saltar y sería muy arriesgado soltar el niño. ¿Qué esperanza hay? O los bomberos tendrán que llegar a estas víctimas por una escalera, o ellas mismas tendrán que valerse inmediatamente de la escalera de incendios.
2. ¿Qué factores figuran en un escape?
2 En realidad, siempre hay más de un aspecto en una historia de escape. Estos son los factores principales: (1) un lugar, o una situación amenazante, de donde tenemos que huir con sentido de urgencia; (2) la necesidad de un lugar de refugio al cual podemos ir para obtener protección y seguridad; y (3) la necesidad de obedecer las instrucciones de alguien que vea nuestro aprieto, pueda proveer un lugar de seguridad y esté dispuesto a ayudarnos a llegar a éste. Tal persona es de suma importancia.
“EL PROVEEDOR DE ESCAPE”
3. (a) ¿De qué puede recordarnos el encabezamiento o la rotulación del Salmo 18? (b) ¿Qué factores se subrayan en Salmo 18:1–6?
3 Jehová Dios es el Proveedor de escape sin igual. Sírvase ver el Salmo 18 y note que el encabezamiento o la rotulación dice que fue compuesto por David “en el día que Jehová lo había librado de la palma de la mano de todos sus enemigos y de la mano de Saúl.” La sola mención de Saúl, el primer rey humano de Israel, bien puede recordarnos la frecuencia con que David debe haberse creído cerca de la muerte. ¡Pues, en tres ocasiones el rey trató de clavar a David a la pared con una lanza! (1 Sam. 18:11; 19:10) Después de eso, por varios años David tuvo que seguir huyendo, perseguido incesantemente por Saúl. (1 Sam. 26:20) Teniendo presente estos detalles, bien podemos imaginarnos con qué profundidad de sentimiento David pronunció las primeras palabras del Salmo 18, donde leemos: “Te tendré cariño, oh Jehová fuerza mía. Jehová es mi peñasco y mi plaza fuerte y el Proveedor de escape para mí. Mi Dios es mi roca. En él me refugiaré, mi escudo y mi cuerno de salvación, mi altura segura. A Aquel que ha de ser alabado, a Jehová, invocaré, y de mis enemigos seré salvado. Las sogas de la muerte me rodearon; avenidas impetuosas de hombres que no servían para nada también siguieron aterrorizándome. . . . En mi angustia seguí invocando a Jehová, y a mi Dios seguí clamando por auxilio. Desde su templo procedió a oír mi voz, y mi propio clamor ante él por auxilio ahora entró en sus oídos.”—Sl 18 Vss. 1-6.
4. ¿Qué magnífico título se atribuye a Jehová, y cómo corrobora el Salmo 18 lo apropiado que le es ese título?
4 ¡Qué título magnífico y consolador se atribuyó así a Jehová... “el Proveedor de escape.” ¿Y demostró Jehová Dios ser digno de llevar ese título? Ciertamente que sí, porque después de describir poderosas hazañas de Jehová, David pasó a decir: “Estaba librándome de mi fuerte enemigo, y de los que me odiaban; porque eran más fuertes que yo. Siguieron presentándose delante de mí en el día de mi desastre, pero Jehová llegó a ser como sostén para mí. Y procedió a sacarme a un lugar espacioso; estaba librándome, porque se había deleitado en mí.”—Sal. 18:17-19.
5, 6. (a) ¿Cómo puede decirse que el Salmo 37 ayuda al pueblo de Jehová a cifrar confianza en él como el “Proveedor de escape”? (b) ¿Cómo se hace resaltar un sentido de urgencia en el Salmo 70?
5 David adoptó muchas veces este mismo tema a través de los Salmos. En cuatro de los Salmos, llama a Jehová el “Proveedor de escape.” (Sal. 18:2; 40:17; 70:5; 144:2) Cuando nosotros, como testigos de Jehová, hablamos a otros acerca de las excelentes cualidades y propósitos de Jehová, frecuentemente nos referimos a porciones del Salmo 37. Pero note ahora la magnífica manera en que ese Salmo concluye: “La salvación de los justos proviene de Jehová; él es su plaza fuerte en el tiempo de angustia. Y Jehová los ayudará y les proveerá escape. Les proveerá escape de los inicuos y los salvará, porque se han refugiado en él.” (Sl 37 Vss. 39, 40) ¡Cómo deberían estas palabras incitar al pueblo de Jehová a cifrar su confianza en él!
6 El Salmo 70 comunica vívidamente un sentido de urgencia. Era cuando David sentía desesperadamente que necesitaba ayuda cuando rogaba: “Oh Dios, para librarme, oh Jehová, en socorro mío de veras apresúrate. . . . Yo estoy afligido y soy pobre. Oh Dios, de veras obra rápidamente a favor mío. Tú eres mi ayuda y el Proveedor de escape para mí. Oh Jehová, no te tardes demasiado.”—Sal. 70:1, 5.
7. ¿Con qué actitud podemos apropiadamente orar a Jehová cuando tengamos necesidad urgente de ayuda?
7 ¿Se ha sentido usted así alguna vez? El saber que nosotros, por ser siervos de Jehová, podemos confiar en que él ‘obre rápidamente’ a favor nuestro, nos consuela y a la vez fortalece nuestra fe. Él sabe lo que necesitamos y cómo suministrárnoslo. Nuestro amoroso Padre celestial realmente es “el Proveedor de escape” justamente cuando lo necesitamos. A veces, al igual que David, nos damos cuenta de que nuestras propias faltas nos han metido en una situación mala. Pero, igual que David, podemos acercarnos a Dios con sinceridad, tal vez con “espíritu quebrantado,” confiando en que Él nos oirá y responderá a nuestra oración. Podemos rogar, tal como lo hizo David: “Crea en mí aun un corazón puro, oh Dios, y pon en mí un espíritu nuevo, uno que sea constante.”—Sal. 51:10, 17.
8. ¿Qué papel desempeña Jesucristo respecto a que recibamos “ayuda al tiempo oportuno”?
8 Otro factor que debemos tener presente es que nuestro Dios ha provisto un Sumo Sacerdote que puede “condolerse de nuestras debilidades” y por medio de él podemos acercarnos “al trono de bondad inmerecida, para que obtengamos misericordia y hallemos bondad inmerecida para ayuda al tiempo oportuno.” Nos sentimos verdaderamente agradecidos por este Sumo Sacerdote compasivo, Jesucristo, quien, bajo la dirección del Padre, nos puede ‘emancipar’ o puede proveernos el modo de escapar de la servidumbre espiritual.—Heb. 2:15; 4:15, 16.
9. (a) ¿Cuándo fue la única vez que Jesús habló de “escapar”? (b) ¿Qué dos cosas tienen que observarse cuando uno quiere escapar?
9 Según los relatos de los evangelios, Jesucristo, el David Mayor, mencionó la palabra “escapar” una sola vez. Cuando estaba considerando “la conclusión del sistema de cosas,” instó a sus discípulos: “Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.” (Luc. 21:36; Mat. 24:3) Sin embargo, antes que examinemos este pasaje detenidamente, vamos a repasar ciertos relatos excitantes de escape que están registrados en las Escrituras Hebreas, y notaremos algunas lecciones importantes que debemos aprender y aplicar a nosotros mismos. Cuando estamos en peligro, siempre hay ciertos pasos esenciales que se tienen que dar y ciertas cosas que se tienen que evitar a fin de lograr escape. Veremos esto a medida que consideremos los casos históricos.
CÓMO ESCAPARON DEL DILUVIO
10, 11. ¿De qué dependió el que Noé y su familia escaparan, pero cuándo se hace imposible escapar?
10 El primer relato que consideraremos ciertamente es excitante, pues tuvo que ver con una destrucción mundial de los inicuos. ¿Habría escape para alguien? Recuerde, Jehová dijo a Noé: “En cuanto a mí, aquí estoy trayendo el diluvio de aguas sobre la tierra para arruinar toda carne en la cual está activa la fuerza de vida de debajo de los cielos. Todo lo que está en la tierra expirará.” (Gén. 6:17) Sin embargo, Jehová ya le había dado a Noé instrucciones detalladas para la construcción de un arca. Después de advertirle que venía un diluvio que abarcaría toda la Tierra, Dios dio instrucciones a Noé respecto a lo que él y su familia tenían que hacer para que ellos, junto con ciertas otras criaturas vivientes, pudieran conservarse vivos y escapar de ser tragados por aquel diluvio destructor.
11 ¿De qué dependía el que escaparan? Esto lo muestran claramente las siguientes palabras: “Y Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así.” (Gén. 6:22) Cuando Dios da mandatos o instrucciones explícitos, se requiere obediencia incondicional. Si se pasa por alto algo que se da a modo de instrucción o advertencia. se hace imposible el escape. El resultado entonces sería parecido a lo que le aconteció al resto de la familia humana en el día de Noé. Respecto a la actitud de ellos y las consecuencias, Jesús dijo: “No hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos.” (Mat. 24:39) A estas personas no les fue posible escapar porque no reconocieron la situación amenazadora y no prestaron atención a las instrucciones de escape que “el Proveedor de escape” dio por medio de Noé.
12. Según 1 Pedro 3:20, ¿cómo escaparon las “ocho almas” en el día de Noé?
12 En este relato hay otro punto que es especialmente digno de atención. ¿Precisamente cómo escaparon aquellas “ocho almas”? Observe cuidadosamente la respuesta del apóstol Pedro. “Fueron llevadas a salvo a través del agua.” (1 Ped. 3:20) Estaban allí mismo en medio de todo y no se les libró de la situación por medio de quitarlos de la Tierra, y, por ejemplo, llevarlos a la Luna. Como veremos, algo parecido puede ser cierto de los que sirven a Jehová actualmente.
LOT ESCAPA DE SODOMA
13. ¿Cómo llegó Lot a residir en Sodoma?
13 Ahora consideremos cómo Lot escapó de Sodoma. Recuerde los antecedentes. Debido a que el pasto no era suficiente para todos los animales de Lot y él, Abrahán dio a Lot la oportunidad de decidir en qué dirección quería ir. “Entonces Lot escogió para sí todo el Distrito del Jordán, y Lot mudó su campamento al este. . . . Por fin asentó su tienda cerca de Sodoma. Y los hombres de Sodoma eran malos y eran pecadores en extremo contra Jehová.” Seguramente Lot tiene que haber sabido de la mala reputación de los residentes de Sodoma. Pero la posibilidad de prosperidad material radicaba en aquel distrito, porque “era una región bien regada . . . como el jardín de Jehová.”—Gén. 13:5-13.
14. Cuando se dio una advertencia urgente, ¿cómo respondieron: (a) los yernos de Lot? (b) Lot mismo en dos ocasiones? (c) la esposa de Lot?
14 A su debido tiempo, dos ángeles que se materializaron como hombres llegaron a Sodoma e informaron a Lot de la decisión de Jehová de “arruinar la ciudad.” En seguida Lot advirtió a sus futuros yernos. Pero, ¿reconocieron ellos la situación amenazadora y la necesidad de huir con urgencia, uno de los principales factores en cualquier esfuerzo por escapar con éxito? No; “pero a los ojos de sus yernos [Lot] parecía como hombre que bromeaba.” (Gén. 19:12-14) Al alba, “los ángeles se pusieron a apremiar a Lot” con la mira de que él tomara acción inmediata. ¿Cómo respondió Lot? “Siguió demorándose.” Pero “entonces en la compasión de Jehová sobre él,” los ángeles rápidamente condujeron a Lot, su esposa y sus dos hijas fuera de la ciudad. Entonces, con las siguientes palabras, se les instó a seguir adelante: “¡Escapa por tu alma! ¡No mires atrás . . . ! ¡Escapa a la región montañosa por temor de que seas barrido!” De nuevo, ¿cómo respondió Lot? “Entonces les dijo Lot: ‘¡Eso no, por favor, Jehová! . . . Por favor, pues, esta ciudad está cerca para huir allá y es cosa pequeña. Permítaseme, por favor, escapar allá —¿no es cosa pequeña?— y mi alma seguirá viviendo.’” Por la compasión misericordiosa de Jehová, se le concedió a Lot su solicitud y él escapó a la ciudad de Zoar. ¿Pero qué hay de la esposa de Lot? Ella deliberadamente pasó por alto instrucciones explícitas. “La esposa de él empezó a mirar alrededor desde detrás de él, y se convirtió en columna de sal.”—Gén. 19:15-26.
15. (a) ¿Fue únicamente por consideración a Lot mismo que él escapó de la destrucción? (b) ¿Qué preguntas personales pudiera suscitar el que Lot escapara?
15 ¿Qué aprendemos de todo esto? ¿Fue únicamente por consideración a Lot mismo que él logró escapar? No, pues las peticiones sinceras de misericordia que hizo Abrahán también contribuyeron a ello. (Gén. 18:20-33) Por consiguiente, “cuando arruinó Dios las ciudades del Distrito Dios tuvo presente a Abrahán, pues dio pasos para enviar a Lot de en medio del derribo.” (Gén. 19:29) Además, Dios libró a Lot debido a que, por ser hombre “justo,” Lot estaba completamente en desacuerdo con la conducta inicua de “la gente desafiadora de ley” entre quienes había estado residiendo. (2 Ped. 2:7) No obstante, Lot no tenía prisa por salir de Sodoma, donde radicaban ciertos intereses suyos. Se le tuvo que instar y hasta tomar de la mano. (Gén. 19:16) Al reflexionar sobre el escape de Lot, bien pudiéramos preguntarnos: ¿Realmente estamos en desacuerdo con personas impías, desafiadoras de ley? Y, a fin de escapar, ¿estamos dispuestos a dar más énfasis a los intereses espirituales que a las supuestas ventajas materiales?—Mat. 6:33.
16. ¿Qué contraste hubo entre el modo de responder de Lot y el de Abrahán?
16 En contraste con la reserva de Lot ante la necesidad de huir rápidamente, considere lo que aconteció cuando “el Dios verdadero puso a prueba a Abrahán” y le dijo que presentara a su amado hijo Isaac como ofrenda quemada. Es cierto que el elemento de escape no estaba envuelto en esto. Pero, ¿cómo respondió Abrahán? ¿Tardó en obedecer? ¿O imploró que se le debiera permitir hacer otra ofrenda? ¡No! “Se levantó Abrahán muy de mañana” y emprendió inmediatamente el viaje de tres días, con Isaac a su lado. Llegó hasta el mismo punto de tomar “el cuchillo de degüello para matar a su hijo,” cuando Dios intervino de modo que se le perdonó la vida a Isaac.—Gén. 22:1-14.
17. (a) Al reflexionar sobre los asuntos que acabamos de considerar, ¿qué lección debemos tomar a pecho? (b) ¿Qué palabras de Jesús nos ayudan, a nosotros que somos sus seguidores, a valorar nuestra posición con relación al sistema de cosas actual?
17 En esto hay una lección que podemos tomar a pecho. No sigamos un proceder justo simplemente de modo pasivo, quedando satisfechos con evitar conducta realmente mala. Jamás debemos demorarnos y ver cuánto nos podemos acercar al borde de este inicuo sistema de cosas para quedarnos allí en buenas relaciones con él y tratando de valernos de todas sus ventajas materiales y sacar de él toda la “diversión” que nos sea posible. El hecho de que los seguidores de Jesús no habrían de ser de actitud mundana se hizo patente cuando Cristo dijo en oración a Dios: “Yo les he dado tu palabra, pero el mundo los ha odiado, porque ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.”—Juan 17:14.
CÓMO LOGRAR ESCAPE
18. ¿Cómo enlazó Jesús los relatos de Noé y Lot? ¿Tiene esto aplicación a nosotros hoy día?
18 En una ocasión Jesús enlazó estrechamente los relatos acerca de Noé y Lot, y dijo que señalaban proféticamente a los venideros “días del Hijo del hombre.” Aunque aquellas palabras proféticas tuvieron un cumplimiento en la generación del día de Jesús, tienen un cumplimiento mayor en nuestro día, en este “tiempo del fin.” (Luc. 17:26-33; Dan. 12:1-4) Según el relato bíblico, en “los días de Lot” la gente no solo estaba comiendo y bebiendo, como en el día de Noé, sino también comprando, vendiendo, plantando y edificando. ¡Cuánto se parece eso al día de hoy, cuando es tan fácil dejar que los asuntos de la vida cotidiana absorban a uno por completo! En realidad, las presiones adversas que resultan de tales cosas como la inflación y el nacionalismo, junto con los alicientes para que uno “haga lo que le plazca” y avance en el mundo, son mayores que en cualquier otro tiempo.
19. En la gran profecía que Jesús dio cuando estuvo en la Tierra, ¿qué intensificación describió él de una situación amenazadora, y qué exhortación dio después?
19 Considere, ahora, la gran profecía de Jesús en la cual se describe la intensificación de asuntos que tendría lugar en nuestro día, lo cual resultaría en una situación muy amenazadora y peligrosa de la cual sería imprescindible escapar. Él dijo que habría “angustia de naciones, . . . mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.” Esto culminaría en la “grande tribulación,” cuando “los cielos y la tierra” de Satanás habrán de ser removidos. (Luc. 21:10-33; Mat. 24:21; 2 Ped. 3:7) Después de esa descripción sigue la exhortación oportuna: “Mas presten atención a ustedes mismos para que sus corazones nunca lleguen a estar cargados debido a comer con exceso y beber con exceso y por las inquietudes de la vida, y de repente esté aquel día sobre ustedes instantáneamente como un lazo. Porque vendrá sobre todos los que moran sobre la haz de toda la tierra. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:34-36.
20. (a) ¿Cómo puede decirse que Noé ‘anduvo con el Dios verdadero’ en todo tiempo? (b) De modo similar, tenemos que ejercer cuidado para hacer ¿qué?
20 ¿Cómo, pues, escaparemos? No por medio de ser quitados de la escena de acción. Al contrario, tenemos que imitar el ejemplo de Noé, quien puso cuidado en ser obediente en cuanto a construir el arca, y luego, con su familia, entrar dentro de aquella provisión divina. Durante todos aquellos dificultosos años, él se mantuvo en condición de aprobado delante de Jehová. “Noé andaba con el Dios verdadero.” (Gén. 6:9) Lo mismo que Noé, nosotros tenemos que reconocer que existe una situación amenazadora de la cual es preciso que huyamos con sentido de urgencia. También, lo mismo que aquel hombre de fe, debemos ejercer cuidado para obedecer al “Proveedor de escape” y cumplir con las instrucciones divinas en estos tiempos peligrosos. Por una parte, tenemos que evitar tanto la tendencia a ser indulgentes con nosotros mismos, satisfaciendo nuestros apetitos a un grado excesivo, como el llegar a estar cargados con las inquietudes del vivir diario, lo cual resultaría en una actitud de soñolencia y demora. Si procediéramos así, saldríamos perdiendo al llegar ese día repentinamente como un lazo. Por otra parte, tenemos que estar alerta a todo tiempo y tenemos que mantenernos espiritualmente despiertos, acudiendo a Dios en oración con súplicas sinceras. No puede haber duda alguna en nuestra mente respecto al lado en que estamos... el lado del reino de Dios bajo su Rey, Cristo Jesús.—Mat. 6:31-34.
21. ¿Cómo se nos anima a siempre mantenernos en condición de aprobados?
21 Es imprescindible que tratemos de mantenernos en una condición de aprobación delante del Hijo del hombre, Jesucristo, hasta el final de estos tiempos críticos. Puede que el hacerlo sea penoso, pero no será más difícil de lo que podemos soportar si nos mantenemos despiertos y seguimos siendo obedientes. El apóstol Pablo nos asegura: “Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida [no necesariamente para que escapen de la situación, sino] para que puedan aguantarla.” Por eso, es necesario que cultivemos aguante, para que podamos superar las tentaciones y pruebas a fin de seguir “en pie,” fieles, en este ‘fin de los sistemas de cosas.’—1 Cor. 10:11-13; Mat. 24:3.
22. ¿Adónde debemos dirigirnos para conseguir guía a fin de escapar, y por qué?
22 Sin embargo, ¿se puede decir más en respuesta a las preguntas: ¿Cómo escaparemos? ¿Adónde huiremos? Se puede, y, a este respecto, examinemos más detalladamente la Palabra de nuestro Dios, Jehová, que conoce nuestras necesidades y cuidará de nosotros a medida que busquemos humildemente su guía.—1 Ped. 5:6, 7.
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¡Huya al reino de Dios!La Atalaya 1981 | 15 de mayo
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¡Huya al reino de Dios!
1. En la carta que Pablo escribió a los hebreos, ¿qué se puede notar con relación a escape?
EN SU carta a los hebreos, el apóstol Pablo dice algunas cosas importantes con relación a escape. Considera dos aspectos: cosas que deben observarse y cosas que deben evitarse. En apoyo de su argumento, frecuentemente cita de las Escrituras Hebreas, con las cuales habrían estado muy familiarizados sus lectores de aquel tiempo... judíos que se habían hecho cristianos.
2. ¿Qué comparación hizo Pablo entre el Hijo de Dios y los ángeles, y a qué conclusión lleva esto?
2 En el primer capítulo de Hebreos 1, Pablo subraya la posición superior que ocupa el Hijo de Dios sobre los ángeles. Entonces dice el apóstol: “Por eso es necesario que [nosotros, los cristianos,] prestemos más que la acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca nos deslicemos [o, “seamos arrastrados a la deriva,” Bover-Cantera]. Porque si la palabra hablada por medio de ángeles resultó firme, . . . ¿cómo escaparemos nosotros si hemos descuidado una salvación de tal grandeza siendo que empezó a ser hablada por medio de nuestro Señor [Jesucristo] . . .?”—Heb. 2:1-4.
3. (a) La esperanza de salvación mediante Cristo Jesús es mejor que ¿qué otra esperanza? ¿y en qué sentido? (b) ¿De qué viene acompañada esta “esperanza mejor”? (c) ¿De qué hay necesidad, prescindiendo de que nuestras esperanzas sean celestiales o terrestres?
3 La esperanza de salvación que se dio por medio de Jesucristo es mucho mejor y mayor que la que se ofreció por medio de la Ley “transmitida mediante ángeles” en el monte Sinaí. (Gál. 3:19) Es mejor porque está basada en un “pacto mejor . . . establecido legalmente sobre mejores promesas,” un sacrificio mucho mejor (que se hizo “una vez para siempre,” y da una “esperanza mejor”) y un sacerdocio mejor, semejante al de Melquisedec. (Heb. 7:15-25; 8:6; 9:23-28) No obstante, esta “esperanza mejor” viene acompañada de una responsabilidad mayor. Por eso, es necesario prestar atención detenidamente y ejercer cuidado para evitar todo descuido, “para que nunca nos deslicemos” o vayamos “a la deriva.” Y aunque aquí se hace referencia a la salvación celestial, responsabilidades similares descansan sobre los que tienen la esperanza de salvación terrestre bajo el reino de Dios.
4. ¿Qué quiere decir ir a la deriva, y cómo aplicaría esto a los cristianos?
4 ¿Cuánto esfuerzo se requiere para que alguien vaya deslizándose, o para ir a la deriva? Ninguno en absoluto. Si estamos en un río, sea que estemos dentro de un barco o sobre el agua misma, la corriente simplemente nos lleva río abajo. Lo mismo sucede en la vida real. Si nosotros, como cristianos, empezamos a ir a la deriva, nos dejamos llevar por cualesquier influencias que floten en dirección nuestra, sea que éstas provengan del exterior o de tendencias heredadas que tengamos dentro de nosotros. Empezamos a perder el aprecio por los valores espirituales. Esta actitud puede desarrollarse gradualmente y hay que precaverse de ella. De lo contrario, ya no tendríamos ‘firmemente asida la vida que lo es realmente’ y estaríamos en peligro de perder la vida por completo. (1 Tim. 6:19) Como señaló Pablo, ¿cómo podemos escapar de las consecuencias desastrosas que vendrán al fin si permitimos que esta actitud y proceder descuidados sigan sin que les pongamos coto?
5. Las siguientes palabras de Pablo a los cristianos hebreos nos ponen sobre aviso acerca de ¿qué condición peligrosa del corazón?
5 Las siguientes palabras del apóstol a los cristianos hebreos nos ponen sobre aviso respecto a un proceder más peligroso aún. Él escribió: “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo; mas sigan exhortándose los unos a los otros cada día, mientras pueda llamársele ‘Hoy,’ por temor de que alguno de ustedes se deje endurecer por el poder engañoso del pecado.”—Heb. 3:12, 13.
6. (a) ¿Qué se entiende por la expresión “alejarse” de alguien? (b) ¿A qué se debe el que algunos ‘se alejen del Dios vivo,’ y cómo puede evitarse eso?
6 No se requiere esfuerzo alguno para empezar a ir a la deriva; pero el comenzar a “alejarse” de alguien requiere que se tome acción definitiva. Aunque todavía tengamos la cara vuelta hacia una persona en un esfuerzo por retener su favor, no obstante podemos empezar a retirarnos o retroceder de ella por medio de dar pasos hacia atrás. ¿Por qué empezaría persona alguna a “alejarse del Dios vivo”? La respuesta es: Debido a falta de fe. Como lo indica el contexto, Pablo no está hablando de una fe débil que haya resultado de no tener suficiente conocimiento o de tener entendimiento incorrecto. Más bien, él cita la advertencia: “No endurezcan sus corazones.” Eso es lo que los israelitas carnales hicieron en el desierto, a pesar de que allí habían disfrutado constantemente de las milagrosas provisiones y protección de Jehová y así habían visto Sus “obras durante cuarenta años.” (Heb. 3:7-11) Por lo tanto, todos los cristianos verdaderos hoy día tienen que continuamente ayudarse y animarse unos a otros para no dar pasos hacia atrás por dejarse “endurecer por el poder engañoso del pecado.” Debemos exhortarnos unos a otros para mantener viva nuestra fe. ¿Cómo? Mediante obras de fe. Recuerde, Abrahán obró obedientemente en fe bajo una prueba severa y así “vino a ser llamado ‘amigo de Jehová.’” Nosotros que somos testigos de Jehová hoy día saldremos ganando solo “si nos esforzamos por tener fuertemente asida la confianza que tuvimos al principio firme hasta el fin.”—Heb. 3:13, 14; Sant. 2:21-26.
7. Hacia el fin de su carta a los hebreos, ¿cómo muestra Pablo que es mayor la responsabilidad que pesa sobre los cristianos que la que se colocó sobre los israelitas carnales?
7 Hacia el fin de su carta a los hebreos, Pablo sigue la misma línea de razonamiento que empleo en Hebreos 2:1-4. Muestra que, en comparación con los israelitas carnales de la antigüedad, los cristianos tienen una responsabilidad mayor. Sin embargo, se vale de una expresión aún más fuerte, pues dice: “Porque si no escaparon los que se excusaron de oír al que estaba dando advertencia divina sobre la tierra, con mucha más razón no escaparemos nosotros si nos apartamos del que habla desde los cielos.”—Heb. 12:25.
8, 9. (a) ¿Qué está envuelto en apartarse de alguien? y, en asuntos espirituales, ¿en qué puede resultar esto? (b) ¿Cómo y por qué debemos tomar a pecho estas advertencias? (c) ¿Qué sucederá si aceptamos la disciplina divina?
8 El que nos apartemos de una persona quiere decir que deliberadamente le volvemos la espalda, y frecuentemente indica que la rechazamos. Esta fue la actitud y el proceder que los israelitas carnales adoptaron como nación hasta el mismo tiempo de Malaquías, cuando Jehová les dijo: “Desde los días de sus antepasados ustedes se han desviado de mis disposiciones reglamentarias y no las han guardado.” (Mal. 3:7) Y si un cristiano ungido, un israelita espiritual, da estos pasos progresivamente malos, ¿cuál será el resultado? Existe el grave peligro de que llegue a estar entre aquellos acerca de quienes Pablo escribe lo siguiente: “Es imposible tocante a los que una vez por todas han sido iluminados, . . . pero que han caído en la apostasía, revivificarlos otra vez al arrepentimiento.” (Heb. 6:4-6) Por supuesto, solo Jehová Dios y Cristo Jesús pueden determinar si una persona ha llegado a tal punto que es imposible reavivarla al arrepentimiento.
9 Debemos tomar a pecho estas advertencias. Podemos empezar a perder la fe al dar las cosas por sentadas, manifestando un espíritu de indiferencia, de modo que nos vamos yendo a la deriva casi imperceptiblemente. Una mala actitud o un paso en falso fácilmente puede llevar a otro hasta que nos hayamos propasado, y descubramos que hemos llegado al punto del cual no hay recobro. Antes que eso suceda, Jehová sin duda nos someterá a alguna forma de disciplina, de lo cual Pablo habla en esta misma carta, y da consejo que sería prudente que aceptáramos. Pablo escribió lo siguiente a aquellos cristianos hebreos: “Se han olvidado por completo de la exhortación que se dirige a ustedes como a hijos: ‘Hijo mío, no tengas en poco la disciplina de Jehová, ni desfallezcas cuando seas corregido por él; porque a quien Jehová ama él disciplina; de hecho, él azota a todo el que recibe como hijo.’ . . . Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.”—Heb. 12:5-11.
10. ¿Por qué nunca debemos ver a nuestros hermanos espirituales, ni a nosotros mismos, desde un punto de vista negativo o pesimista?
10 De lo antedicho, no debemos concluir que Pablo estuviera viendo a sus hermanos espirituales desde un punto de vista negativo o pesimista. Tampoco deberíamos hoy día vernos a nosotros mismos así, ni ver de ese modo a otros de la congregación. Aun después que el apóstol había dicho a aquellos cristianos hebreos que ellos ‘se habían hecho embotados en su oír’ y ‘necesitaban leche, no alimento sólido’ —y después de haber dado la advertencia acerca de los que caen más allá de la posibilidad de arrepentirse— dice: “Sin embargo, en el caso de ustedes, amados, estamos convencidos de cosas mejores y de cosas acompañadas de la salvación, aunque estamos hablando de esta manera.” Pablo entonces da excelente estímulo para que “sean imitadores de los que por medio de fe y paciencia heredan las promesas.”—Heb. 5:11, 12; 6:4-6, 9-12.
ESCAPE DE BABILONIA
11. ¿En qué profecía recibió Daniel inspiración para predecir escape para el pueblo de Dios?
11 Cualquier escape encierra el factor clave de huir de un lugar o situación que está bajo amenaza, y hacerlo con sentido de urgencia. ¿Hay necesidad de tomar acción de esa índole hoy día? Ciertamente la hay. El profeta Daniel recibió inspiración para escribir las siguientes palabras que están directamente relacionadas con la situación crítica en que se hallan los cristianos de la actualidad: “Durante aquel tiempo se pondrá de pie Miguel, el gran príncipe que está plantado a favor de los hijos de tu pueblo. Y ciertamente ocurrirá un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo. Y durante aquel tiempo tu pueblo escapará, todo el que se halle escrito en el libro.” (Dan. 12:1) Sí, el pueblo de Daniel —realmente el pueblo de Dios— habría de escapar. ¡Qué maravillosa seguridad!
12. (a) ¿Cuándo aludió Jesús a aquella profecía de Daniel? (b) ¿Cuándo y a favor de quiénes se ha puesto de pie y manifestado su poder Miguel?
12 Indicando que habría un cumplimiento grandioso y mayor en nuestro día, “el tiempo del fin,” Jesús aludió a aquellas palabras al dar su gran profecía registrada en el capítulo 24 de Mateo. Dijo: “Habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Dan. 12:4; Mat. 24:21) Desde 1914 E.C. Jesucristo ha sido el príncipe celestial, Miguel, que se ha puesto de pie y manifestado su poder a favor del pueblo de Dios de hoy día. Y ¿quiénes son éstos? No son israelitas carnales, sino el resto de israelitas espirituales cuya “circuncisión es la del corazón por espíritu,y no por un código escrito.”—Rom. 2:29.
13. ¿Desde cuándo se ha instado al resto de los israelitas espirituales a escapar de Babilonia la Grande, y en qué condición se hallaba el resto antes de esa fecha?
13 Sin embargo, especialmente desde 1919 E.C. este resto fiel y purificado ha obedecido la llamada: “Huyan, entonces, de la tierra del norte. . . . ¡Oye, Sión! Escápate, tú que moras con la hija de Babilonia.” (Zac. 2:6, 7; Jer. 51:45) Antes de esa fecha y durante la I Guerra Mundial, este resto había estado en servidumbre a Babilonia la Grande, el imperio mundial de la religión falsa.
14. (a) ¿Quiénes son los que están ‘escritos en el libro’? (b) ¿Hay otros que hayan de escapar de la destrucción y, si los hay, quiénes son?
14 Tal como se le dijo a Daniel, cada persona de las que componen este resto ‘se halla escrita en el libro.’ Son parte de “la congregación de los primogénitos que han sido matriculados en los cielos.” (Heb. 12:23; vea también Malaquías 3:16.) Además de estos que escapan de la destrucción de los inicuos, hay una “grande muchedumbre” de personas que no son del Israel espiritual, sino que, en comparación con ellos, son “extranjeros.” Sin embargo, estas personas también ‘aman el nombre de Jehová’ y han llegado a ser siervos leales de él. ¿Con qué perspectiva? Jehová responde, diciendo: “Yo también ciertamente los traeré a mi santa montaña y los haré regocijarse dentro de mi casa de oración.” Estos que componen la “grande muchedumbre” rinden servicio sagrado a Dios en su templo. Sobreviven a “la grande tribulación” y se les dirige a “fuentes de aguas de vida.”—Isa. 56:6, 7; Rev. 7:9-17.
15. ¿Qué advertencia final se da acerca de huir de Babilonia la Grande?
15 Para confirmar las profecías anteriormente mencionadas, seguimos leyendo en el último libro profético de la Biblia, que se dirige al pueblo de Dios de hoy día. Este da una advertencia final respecto a Babilonia la Grande, aquel imperio de la religión falsa, como sigue: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas. Porque sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia. . . . En un solo día vendrán sus plagas . . . y será quemada por completo con fuego, porque fuerte es Jehová Dios que la juzgó.”—Rev. 18:4-8.
16. (a) ¿Por qué puede decirse que todavía hay tiempo de escapar de ser destruidos con Babilonia la Grande? (b) ¿Qué puede hacer uno para que se le cuente entre aquellos a quienes Dios llama “pueblo mío”?
16 ¡Todavía hay tiempo para escapar! La advertencia de huir se está dando con vigor y claridad. Es un mensaje urgente el que están declarando los testigos de Jehová. Esta vez lo que se está incendiando no es simplemente una casa. Más bien, estará en llamas toda una “ciudad.” Una vez que empiece ese incendio, será demasiado tarde para huir. Los que son babilonios en su fuero interior no obedecen ni obedecerán la advertencia. Pero otros todavía tienen la oportunidad de demostrar que en su fuero interior quieren servir a Jehová Dios y ser leales a Su reino bajo Cristo Jesús. Así, todavía tienen tiempo para demostrar que sería propio contarlos entre aquellos a quienes Dios llama “pueblo mío.” A éstos se les invita a llegar a ser “otras ovejas,” y así componer parte del “un solo rebaño, [bajo] un solo pastor.” (Juan 10:16) Felizmente, debido al servicio sincero que usted rinde a Jehová, y por ser leal a Su reino, a usted también se le puede contar entre el pueblo de Dios.
HUYA A LA CIUDAD DE DIOS... SIÓN
17. ¿Qué provisión ha hecho Jehová para los que escapan?
17 Como se mencionó anteriormente, no es asunto simplemente de escapar de un lugar o situación en la cual hay gran peligro. También está envuelto el hallar un lugar de seguridad y recibir ayuda para poder llegar a ese lugar. ¿Se ha encargado de esto el gran “Proveedor de escape”? ¿Ha advertido a su pueblo que huyan de la “ciudad” que está a punto de ser destruida por fuego, solo para dejarlos vagar en un desierto? Note la respuesta que se da en su Palabra: “Tiene que ocurrir que todo el que invoque el nombre de Jehová escapará salvo; porque en el monte Sión y en Jerusalén resultarán estar los escapados, tal como ha dicho Jehová, y entre los sobrevivientes, a quienes Jehová llama.”—Joel 2:32.
18. ¿Cómo puede decirse que en tiempos modernos hay algo que corresponde con la antigua capital de Israel?
18 Se ve, pues, que la Biblia habla de dos ciudades... una de la cual hay que huir y otra en la cual podemos hallar refugio con muchas otras personas. La antigua capital de Israel, a la cual frecuentemente se llama Sión, o Jerusalén es ilustración de la “Jerusalén celestial,” el reino celestial de Dios, representado en la Tierra por el resto de la clase del “esclavo fiel y discreto,” de la cual clase Jesús habló en Mateo 24:45-47. (Heb. 12:22) Jehová inspiró a muchos de sus fieles siervos de la antigüedad para que dieran palabras de ánimo y guía a todos los que huyen a Su reino.
19, 20. ¿Qué guía y estímulo se dio por medio de Isaías (a) en Isaías 2:2–4, y (b) en Isaías 26:1–4?
19 Isaías fue uno de estos siervos fieles, y predijo un tiempo sumamente gozoso, con estas palabras: “Muchos pueblos ciertamente irán y dirán: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová . . . y él nos instruirá acerca de sus caminos, y ciertamente andaremos en sus sendas.’ Porque de Sión saldrá ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” Bajo esa ley y palabra habrían de aprender a vivir en paz y no ‘aprenderían más la guerra.’—Isa. 2:2-4; vea también Sofonías 2:3.
20 Más adelante en su profecía, Isaías recibió inspiración para dar más detalles en cuanto a la manera en que esto se lograría, pues dijo: “En aquel día se cantará esta canción en la tierra de Judá: ‘Tenemos una ciudad fuerte. Él pone la salvación misma por muros y antemural. Abran las puertas para que entre la nación justa que mantiene conducta fiel. La inclinación que está bien sostenida la salvaguardarás en paz continua, porque es en ti que se le hace confiar a uno. Confíen en Jehová para siempre, porque en Jah Jehová está la Roca de tiempos indefinidos.”—Isa. 26:1-4.
21. ¿De qué manera atractiva se describe el paraíso espiritual en Isaías 61:4–11?
21 Hacia el fin de su profecía, y ensanchando su vista para abarcar toda la tierra que pertenecía a Sión, Isaías describió en términos resplandecientes el paraíso espiritual restablecido en el cual todos los escapados habrían de deleitarse en la actividad de ‘reedificar los lugares que habían quedado devastados por largo tiempo.’ No solo se dice que los israelitas espirituales tomarían la delantera en esto, sino que también se declara que “extraños realmente estarán allí y pastorearán los rebaños de ustedes, y los extranjeros serán sus labradores y sus viñadores.” Tales profecías hablan vigorosamente, no de ‘escaparse por un pelo,’ sino de un rescate total y una liberación completa. Por eso, todos podemos unirnos gozosamente al resto del fiel “esclavo” ungido de Jehová en esta expresión de alabanza: “Sin falta yo me alborozaré en Jehová. Mi alma estará gozosa en mi Dios.”—Isa. 61:4-11.
22. (a) En el campo personal, ¿qué provisión se ha hecho para escape? (b) Para sacar provecho de esto, ¿qué papel tenemos que desempeñar nosotros?
22 Aunque usted tal vez convenga en que todo lo que hemos considerado hasta este punto es cierto en lo que tiene que ver con el pueblo de Jehová en conjunto, posiblemente esté preguntándose cómo esto le afecta a usted personalmente ¿Necesita usted escapar de algún problema, o problemas, de índole personal? ¿Quién no se halla en tal situación? Es cierto el viejo refrán que dice que, para nosotros los humanos, la vida solo es un corto viaje de la cuna al sepulcro. ¿No hay escape de la servidumbre al pecado y a la muerte? Es de interés que tanto al pecado como a la muerte se les llama reyes, y que ambos serán vencidos. (Rom. 5:14; 6:12) Al escribir a sus compañeros cristianos, el apóstol Pablo explica cómo se ha hecho posible el escape, cuando dice: “mediante la liberación por el rescate pagado por Cristo Jesús.” Pues, “Dios lo presentó como ofrenda para propiciación por medio de fe en su sangre.” (Rom. 3:24, 25) Sí, por medio de ejercer fe en ese sacrificio expiatorio, podemos granjearnos el favor de Dios. Es cierto que todavía somos imperfectos y diariamente tenemos que pedir perdón por nuestros pecados. Pero no hay por qué nuestras tendencias pecaminosas tengan que tener rienda suelta en nuestra vida, ni deben tenerla. Pablo escribió: “No dejen que el pecado continúe gobernando como rey en su cuerpo mortal. . . . Porque el pecado no debe ser amo sobre ustedes.” Para reforzarnos en relación con esto, Dios nos ha provisto ayuda tanto por medio de su Palabra y sus siervos fieles como por medio de su espíritu santo.—Rom. 6:12-14; 8:11; Sant. 5:14, 15.
23. ¿Qué magnífica perspectiva tenemos, y bajo la gobernación real de quién?
23 También, más allá de estos “tiempos críticos, difíciles de manejar” y cuando se haya dado fin por completo al “sistema de cosas” de Satanás, ¡qué perspectiva gloriosa se abre delante de nosotros! (2 Tim. 3:1; 2 Cor. 4:4) Ya no gobernarán como reyes el pecado y la muerte. Más bien, se habrá logrado escapar por completo de éstos para poder disfrutar de libertad cabal y duradera. Una vez que los coherederos de Cristo hayan entrado en su recompensa celestial, entonces “la creación misma [la humanidad] también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.” Cristo Jesús “tiene que gobernar como rey hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a la nada.” ¡Qué gozo espera a todos los escapados leales... los que huyen al reino de Dios! ¡Atribúyase a Jehová, el gran “Proveedor de escape,” toda la alabanza y las gracias!—Rom. 8:19-21; 1 Cor. 15:25, 26.
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“De tal palo, tal astilla”La Atalaya 1981 | 15 de mayo
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“De tal palo, tal astilla”
¡No en el caso de Asa!
¿Cómo era su padre, lector? O, en el caso de una lectora, ¿cómo era su madre?
Un dicho común en español es: “De tal palo, tal astilla.” El dicho alemán Der Apfel fällt nicht weit vom Stamm (La manzana cae siempre cerca del tronco) tiene el mismo sentido. Estos dichos tienen su origen en el hecho de que a menudo la prole tiene costumbres y actitudes que los progenitores han desplegado antes que él.
¿Sucede esto en el caso suyo? Algunas personas quizás hasta hayan dicho que usted actúa o piensa como su progenitor. ¿Se alegra usted por ello? ¿Desea usted ser como su padre o madre?
Usted probablemente pueda pensar en muchas cualidades admirables que tienen sus padres que usted mismo quisiera desplegar. Pero, ¿qué hay si uno sinceramente viera que el modo de vivir de su progenitor fuera contrario a algunos principios bíblicos? Por supuesto, uno no se rebelaría abiertamente en contra de tal padre o madre. Pero en vista de que la influencia de los padres puede ser muy grande, un hijo o hija en esa circunstancia tendría que hacer un esfuerzo sincero y persistente para desarrollar costumbres y actitudes que no siguieran el patrón de conducta de los padres. Sin embargo, valdría la pena hacer esto, especialmente si esto llevara a que la prole se acercara más a Dios, nuestro Padre celestial. Podemos ver esto en el interesante ejemplo bíblico de Asa.
EL DERROTERO QUE SIGUIÓ ASA
Asa llegó a ser rey de Judá en el siglo 10 a. de la E.C. Su padre Abiam había dado mal ejemplo; en vez de confiar celosamente en Jehová Dios, el padre de Asa toleró prácticas de idolatría en los “lugares altos” de adoración falsa. En esto, Abiam estuvo “andando en todos los pecados de su padre,” Roboam. (1 Rey. 14:22-24; 15:3) En vista de esto, ¿cree usted que Asa el hijo de Abiam podría apartarse de este patrón de infidelidad, o sería su caso uno de: “De tal palo, tal astilla”?
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