BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • El lenguaje humano... un don singular
    ¡Despertad! 1977 | 22 de julio
    • Los códigos de los animales no vinculan las ideas de esta manera.

      En contraste con los animales, nosotros, los seres humanos, no solo podemos comprender ésta y todas las otras relaciones gramaticales de palabras agrupadas, sino que también podemos variarlas para expresar diferentes puntos de vista. Por ejemplo, podemos afirmar que el cochinito fue al mercado, pero también podemos negarlo, simplemente haciendo lo que se llama una “transformación” negativa: “Este cochinito no fue al mercado.” Podemos cambiarlo del pasado al presente: “Este cochinito va al mercado.” O podemos cambiar la declaración en pregunta: “¿Fue este cochinito al mercado?” Se ve pues que una oración simple es la base para muchísimas otras que no nos es preciso aprender individualmente. Pero el hacer estas transformaciones también requiere otra habilidad . . .

      Objetividad

      Para hacer las transformaciones que la vida cotidiana exige, es preciso que el que habla pueda mantenerse alejado del mensaje, por decirlo así, y no relacionar cada elemento tan solo consigo mismo. Esto se llama “objetividad.” Por ejemplo, en vez de solo poder decir: “Yo puse la caja azul sobre la caja roja,” el que se comunica objetivamente puede decir: “La caja azul está sobre la caja roja.”

      Por eso, cuando hay alguna alteración en el cerebro humano, a menudo falla la habilidad para hacer transformaciones objetivas. Debido a esto, algunos esquizofrénicos tienen dificultad, por ejemplo, en hacer la transformación negativa. Si se les da la oración: “Él quiere comer manzanas,” y se les pide que la cambien en negativa añadiendo no, a menudo producen: “El quiere comer peras,” o naranjas o alguna otra fruta, en vez de: “Él no quiere comer manzanas.”

      Aunque ciertos chimpancés, tras centenares de horas de entrenamiento, han aprendido a usar sistemas simplificados de señas (no de palabras habladas) que los hombres les han inventado, la habilidad que tienen para hacer estas transformaciones objetivas todavía está muy limitada. No pueden superar la objetividad de un niño de unos dos años de edad. ¡Pero recuerde que el control que los niños humanos tienen a esa edad, por escaso que sea, se desarrolla sin ningún entrenamiento especializado! Y la habilidad que tienen para usar todos los procedimientos progresivamente más complejos del lenguaje en solo unos años más deja a los chimpancés muy, muy atrás.

      Fuente del lenguaje

      Noam Chomsky, eminente lingüista, ha sugerido que esta habilidad singular del lenguaje debe ser, hasta cierto grado, innata, o “intraconstruida” desde el nacimiento. ¿De qué otra manera, pregunta él, podemos explicar la rapidez y complejidad del desarrollo del lenguaje en niños pequeños cuyas facultades todavía no se han desarrollado? Los adultos que tratan de aprender un lenguaje nuevo comprenden la inmensidad de lo que los niños han logrado.

      Dice la Encyclopædia Britannica:

      “Claro está, pues, que toda criatura humana normal trae consigo al mundo una facultad innata para la adquisición de lenguaje, el uso de lenguaje y la construcción gramatical. . . . Dentro de muy poco tiempo el niño humano puede construir oraciones nuevas gramaticalmente aceptas de materia que ya ha oído; desemejante al loro en la sociedad humana, el niño no está limitado a la simple repetición de declaraciones enteras.”—Macropædia, edición de 1976, Tomo 10, pág. 650.

      Los animales no tienen este sentido “intraconstruido” para la adquisición de un lenguaje. Aun los chimpancés altamente entrenados que se cobraron fama recientemente solo han usado sencillos sistemas de señas inventados por los hombres, mientras que sus propias comunicaciones naturales por lo general solo constan de señas reflejas que principalmente son llamadas individuales y ademanes. Y a pesar de que los evolucionistas alegan que estos primates son los “miembros del reino animal más afines al hombre genéticamente,” realmente “han demostrado una notable resistencia a la adquisición del habla [vocal].”—Ibíd., pág. 649.

      Si el lenguaje vocal humano no tiene sus raíces en el reino animal, entonces ¿cómo comenzó? ¿Fue por medio de los gruñidos, gemidos y ruidosos resuellos emitidos por algún hombre primitivo producto de la evolución en un esfuerzo por comunicarse con otros de su género? El profesor lingüístico Mario Pei de la Universidad de Columbia escribió que si tal fuera el caso “entonces pudiéramos esperar hallar en uso un lenguaje semejante entre los grupos primitivos y retrasados cuya norma de civilización es inferior.” Pero, “eso enfáticamente no es el caso. Más bien, lo contrario es cierto. Por lo general, las lenguas de los grupos primitivos son de estructura compleja, mientras que los lenguajes de los grupos más civilizados parecen hacerse más complejos y envueltos mientras más retrocedemos en su historia.”—Voices of Man, pág. 21.

      ¿Más complejo el lenguaje mientras más retrocedemos en tiempo? Eso ciertamente no parece ser evolutivo, ¿verdad? Los lingüistas honrados han tomado nota de esto. Por ejemplo, John Lyons, en su introducción al artículo “La biología de la comunicación en hombre y animales” escrito por J. C. Marshall en el libro New Horizons in Linguistics, dijo:

      “Marshall hace un resumen de la evidencia disponible y deduce la conclusión de que la hipótesis evolucionista, según está relacionada con el lenguaje, lejos de hallarse confirmada por la investigación reciente, carece de fundamento empírico [observable].”—1970, pág. 229.

      De hecho, Lyons continúa diciendo: “El lenguaje es extremadamente diferente de toda forma conocida de comunicación animal, y ‘a pesar de la tremenda cantidad de conocimiento acumulado, los eruditos todavía no pueden proponer una teoría biológica del lenguaje’ (pág. 241).” Así mismo, el profesor Pei hace notar que “poco extraña el que los lingüistas, a distinción de los filósofos, hayan renunciado al tema del origen del lenguaje, a tal grado que la Société de Linguistique de París prohibió este tema como asunto para los ensayos.”—Voices of Man, pág. 22.

      ¿Por qué les ocasiona tanta frustración a los lingüistas el tema de los orígenes de los lenguajes? ¿No se debe a que toda la evidencia sólida señala a una dirección en la cual no quieren ir... en dirección opuesta a la teoría evolucionista? Por eso Pei dice: “Esta parte del problema, según parece, es insoluble. . . . Si [el lenguaje] surgió por la ‘naturaleza,’ ¿qué queremos decir por ‘naturaleza’? ¿La casualidad? ¿Un Ser Supremo inteligente?”—Ibíd.

      ¿Permitirá usted que el prejuicio evolucionista impida el que usted obtenga la respuesta a esa pregunta? O ¿aceptará usted el lenguaje por lo que realmente es... un don maravilloso y singular del Ser Supremo, único cuyo nombre es Jehová?

  • Un automóvil que “ve”
    ¡Despertad! 1977 | 22 de julio
    • Un automóvil que “ve”

      ✔ Los que visitaron la Exposición Internacional Oceánica, Expo ‘75, en Okinawa, vieron muchas cosas interesantes. Una de ellas fue un Sistema de Vehículos Controlados por Computador, que se llama simplemente CVS. Sus automóviles, que pueden acomodar a seis pasajeros, fueron diseñados para funcionar en un riel fijo o en una carretera pública. Entre las innovaciones tecnológicas que desplegaban estaba la “habilidad” de “ver” otro vehículo. Este automóvil futurista reducía su velocidad o hasta se paraba si algo de repente se ponía enfrente de él. También podía seguir otro vehículo y regular la distancia entre los automóviles para evitar los accidentes. Los automóviles disponibles en la exposición no tenían operadores, sino que estaban controlados por completo por computador.

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir