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¡La gente está corriendo!¡Despertad! 1981 | 8 de mayo
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¡La gente está corriendo!
Las estadísticas muestran que la tercera parte de la población de la Unión Soviética tiene como parte de su rutina diaria el correr al trote. En los Estados Unidos, según un cálculo reciente, veinticinco millones de personas están corriendo. La fiebre de correr empezó durante los años sesenta. ¿Qué beneficios aporta? ¿Qué peligros encierra?
“LA VIDA de las ratas físicamente activas sobrepasa en 25 por ciento la de las inactivas.” Esto, según se dice, ya ha sido probado por experimentos. Todavía no se ha confirmado en el caso de los humanos, pero hay indicios de que el ejercicio favorece la longevidad.
Cierto patólogo, a base de autopsias que ha realizado, dice que, de cada tres muertes, dos son prematuras y relacionadas con el hecho de que la persona ha tenido corazón de ocioso, pulmón de fumador o hígado de bebedor. La Administración Estadounidense sobre el Envejecimiento dijo: “El desuso es el enemigo mortal del cuerpo humano. Hoy sabemos que muchos de los problemas de salud que comúnmente se atribuyen a la edad avanzada se deben al modo de vivir de la persona, no a la cantidad de tiempo que viva.” Un médico expresó un pensamiento similar: “La mayoría de nosotros no nos gastamos. Nos deterioramos debido al ocio.”
Todo el mundo cree que es necesario hacer alguna clase de ejercicio, pero a muchas personas no les gusta sudar. Hoy día la gente está experimentando un síndrome que consiste en querer recibir algo por nada... soluciones fáciles, nítidamente empaquetadas, 30 minutos de ejercicio semanalmente sin sudar, y la dieta de un bebedor. El Comité sobre el Ejercicio y la Aptitud Física de la Asociación Médica Americana censuró a los que hacen ejercicios que no requieren esfuerzo: “Estos no proporcionan beneficios ni valores ocultos. Su más grave falta es que la mayoría de ellos contribuyen muy poco en cuanto a mejorar la condición del corazón y los pulmones, órganos que necesitan muchísimo ejercicio hoy día.” Según el comité, lo que hace falta es ejercicio prolongado y vigoroso.
El correr hace perder peso... lo cual es ventajoso para el corazón. No solo hace que se quemen las grasas, sino que también reprime el hambre. El tener un bajo índice de azúcar en la sangre estimula el hambre, pero los ejercicios hacen que las grasas pasen a la corriente sanguínea y proporcionen energía, de modo que no se experimenta gran baja en el índice de azúcar. Es interesante el hecho de que esto quedó confirmado por un estudio que se llevó a cabo con cerdos. Cuarenta y cinco cerdos corrieron al trote sobre un dispositivo para ello y otro grupo se mantuvo ocioso. Se dejó alimento para ambos grupos. Los cerdos inactivos comieron más que los que corrieron al trote, y al final de la prueba los corredores pesaban 9 kilos menos que los ociosos.
Comúnmente se cree que los que hacen ejercicio vigoroso o trabajo fuerte necesitan comer carne. Lo que se necesita para hacer ejercicio vigoroso es energía, y ésta no se consigue por medio de consumir carne. Los bien conocidos tarahumaras, indígenas de México, echan carreras de 240 kilómetros en terreno montañoso por puro gusto, y lo hacen sin consumir casi ninguna carne, leche o huevos. Su alimento consiste principalmente en habichuelas, calabaza y maíz. No solo tienen una resistencia asombrosa, sino que también, por término medio, viven muchísimo más tiempo que otras personas. Una dieta vegetariana bien planeada satisface las necesidades del cuerpo.
Es interesante que un profesor universitario halló que en el transcurso de cuatro años las reclamaciones médicas para hombres inactivos alcanzaron el valor de $400 (E.U.A.) por término medio, pero solo de $200 para los que hacían ejercicio con regularidad. Una compañía de seguros de vida disminuyó en 20 por ciento las primas de las personas que hacían 20 minutos de ejercicio tres veces por semana para hacer trabajar fuertemente el corazón y los pulmones.
Alegaciones extremadas
El Dr. T. J. Bassler, patólogo que ha participado en maratones, afirma: “Es biológicamente imposible que la aterosclerosis progrese en el que pueda siquiera caminar los 42 kilómetros [la distancia del maratón].” Dice además: “Hasta que las autopsias revelen que hay aterosclerosis fatal entre corredores del maratón, parece sabio aconsejar que se siga este estilo de vida para evitar esta enfermedad.”
A manera de réplica, el New England Journal of Medicine informó que sí ha habido evidencia derivada de una autopsia que ha revelado que esta enfermedad causó la muerte de un corredor, e informó de otros casos en los cuales las autopsias mostraron aterosclerosis avanzada. También se sabe de varios casos de corredores de largas distancias, incluso corredores del maratón, que han muerto de ataques al corazón. No se puede negar que el ejercicio sea valioso, pero los programas de ejercicio tienen que ajustarse a cada persona.
El Dr. Chris Barnard, cirujano que se especializa en transplantes de corazón, corre al trote moderadamente. Sin embargo, no le entusiasma el ver que el correr al trote haya llegado a estar tan de moda. En particular le causa preocupación ver dónde están corriendo muchas personas... en las ciudades. Dijo: “Un estudio que se presentó en El Cabo hace unos años reveló que las palomas de las ciudades tenían siete veces más plomo en los huesos que las del campo.” Agregó: “Toda carretera principal es una cloaca de los gases venenosos despedidos por los automóviles.”
¡Miles de corredores de maratones!
Millones de personas corren unos cuantos kilómetros dos o tres veces a la semana, pero muchos miles van más allá y participan en maratones... cubren una distancia de 42 kilómetros y 195 metros. Este año, por ejemplo, 14.012 personas participaron en el maratón de la ciudad de Nueva York. No todas pudieron terminar la carrera, pero 12.622 lo lograron. Para 4.000 personas, era la primera vez que habían participado en un maratón en la ciudad de Nueva York. Entre todas estas personas hubo cientos de extranjeros que habían acudido de 44 países. Unos dos millones de espectadores bordearon las calles para animar a los participantes.
Alberto Salazar ganó, al terminar la carrera en 2 horas 9 minutos y 41 segundos. Entre las mujeres, la primera en completar el maratón fue Grete Waitz, quien terminó en septuagésimo cuarto lugar, y batió el récord de las mujeres... el nuevo récord fue de 2 horas, 25 minutos y 41 segundos. El corredor de más edad tenía 77 años; el más joven tenía 10. Corredores de cinco a 84 años de edad han participado en los maratones. También han participado en ellos personas en sillas de ruedas, ciegos y algunas personas con piernas postizas.
Corredores de distancia de la antigüedad
Se nos dice que hace dos mil quinientos años Filípides corrió una distancia de más o menos 37 kilómetros desde el campo de batalla de Maratón hasta Atenas, para llevar las noticias de la victoria de los griegos sobre los persas. Según el relato tradicional, él dio las buenas noticias con su último aliento y cayó muerto. Es esta corrida la que se conmemora actualmente en la carrera del maratón.
Pero Filípides no fue el primero en correr tal distancia. El profeta Elías se aproximó más a la distancia del maratón 400 años antes del mensajero griego. La distancia entre Jezreel y el monte Carmelo, cerca del mar Mediterráneo, es de unos 40 kilómetros. Elías corrió aquella distancia con el poder que le dio Jehová: “Y la misma mano de Jehová resultó estar sobre Elías, de modo que ciñó sus caderas y se fue corriendo delante de Acab todo el camino hasta Jezreel.”—1 Rey. 18:46.
El correr es bueno. Proporciona muchos beneficios. Envuelve también ciertos peligros. Es sensato ejercer cautela y obrar con moderación. Y no debe hacerse del correr una religión, como han hecho algunos. Los tres artículos que siguen dan mayor explicación de esto.
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¿No opta por correr?¡Despertad! 1981 | 8 de mayo
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¿No opta por correr?
¿Demasiado arduo? ¿Demasiado aburrido? ¿No divierte? ¿Consume demasiado tiempo? ¿No hay lugar donde correr? Entonces escoja otros ejercicios de índole aeróbica
¿EJERCICIOS “aeróbicos”? Ningún amador del correr tendría que preguntar hoy lo que significa esa expresión, pero tal vez otras personas sí. La Encyclopœdia Britannica dice bajo el término correspondiente en inglés, “aerobics”: “Un sistema de acondicionamiento físico desarrollado para una más eficaz ingestión corporal del oxígeno. Ejercicios aeróbicos típicos (por ejemplo: caminar, correr, nadar e ir en bicicleta) estimulan la actividad del corazón y de los pulmones por suficiente tiempo como para producir cambios benéficos en el cuerpo (efecto del entrenamiento). Se usa una tabla de puntos asignados para demostrar la cantidad de energía que se gasta en un ejercicio.”—Edición de 1976, tomo 1, página 113 de la Micropædia.
Las tablas aeróbicas miden el mejoramiento del sujeto, y se han preparado tablas para grupos de diferentes edades y para varias clases de ejercicios. En la definición dada arriba la frase clave que hace de un ejercicio uno de índole aeróbica es “suficiente tiempo como para producir cambios benéficos en el cuerpo.” Hay que hacer que el corazón lata con suficiente rapidez, sin cesar, durante un espacio de tiempo cuyo mínimo depende de la edad, o, si no, no hay cambios benéficos. El artículo de dos páginas que sigue a éste explica cuáles son estos cambios.
¿Cuán rápido debería latir el corazón a fin de que el ejercicio califique como aeróbico? Una fórmula que se sugiere es: Apuntar 220. Restar a esto su edad. Este número representa lo que se calcula como su velocidad máxima de pulsaciones por minuto. Multiplique ese número por 0,7 y le dará la velocidad en latidos por minuto que debe alcanzar su corazón para entrenamiento aeróbico.
Ahora consideremos por qué usted no desea correr. ¿Requiere demasiado esfuerzo? Entonces, CAMINE. Ese tal vez sea el ejercicio aeróbico menos vigoroso y menos arriesgado para la mayoría de las personas. Puede continuarse sin riesgo durante todos los años de la vida, aun en la edad avanzada. Hasta en el caso de los que piensan correr tal vez sea sensato comenzar por caminar, entonces combinar el caminar con el correr, y por fin correr. Sin embargo, recuerde que para ser aeróbico el caminar tiene que efectuarse enérgicamente. Ni un paseo a pie, ni el caminar a paso normal aceleran suficientemente el latido del corazón. En una prueba, hombres de 40 a 57 años de edad caminaron a paso rápido por 40 minutos, cuatro días a la semana, y mostraron el mismo grado de mejoramiento que hombres de la misma edad que corrían al trote por 30 minutos en tres diferentes días de la semana. El caminar toma más tiempo, pero da los mismos resultados y para muchos es más prudente.
¿No tiene dónde correr, y el correr le consumiría demasiado tiempo? Pruebe el SALTAR LA CUERDA, o saltar a la comba. Puede hacerse dentro de la casa o afuera. El clima no afecta. Dice el Dr. Kaare Rodahl, del Instituto de la Fisiología del Trabajo, Oslo, Noruega: “No hay nada que supere al saltar la cuerda como medio de lograr mayor aptitud física en un mínimo de tiempo.” En la Universidad Estatal de Arizona se sometió a la mitad de 92 alumnos en pobre condición física a un programa de correr al trote por 30 minutos cada día, y a la otra mitad a saltar la cuerda por 10 minutos cada día. Exámenes posteriores mostraron que ambos grupos tenían casi idéntica eficiencia cardiovascular.
¿El correr es demasiado aburrido? Pruebe el IR EN BICICLETA. Pero ejerza cuidado para no ser atropellado por los automóviles, y para no atropellar a los peatones. Escoja carreteras aisladas si las hay, pero no se detenga por el camino para oler las rosas. Mantenga un paso fijo, de modo que su corazón trabaje al ritmo que se requiere para que su entrenamiento sea aeróbico.
¿No le divierte el correr? Pruebe la NATACIÓN. Se refrescará. Y el agua es estimulante. Usted se fija un ritmo mientras va cortando el agua, con brazadas continuas y enérgicas. Es un ejercicio agradable en el cual se emplean todos los músculos del cuerpo, y si se hace con regularidad durante todo el período de entrenamiento, se hace que el corazón y los pulmones trabajen suficientemente como para que se produzcan los beneficios deseados.
Hay otras posibilidades. El tenis es ahora muy popular. El juego acelerado de un solo par de jugadores es mejor... si juegan dos pares, cada jugador tiene demasiada oportunidad para descansar. El baloncesto también puede ser un deporte aeróbico, siempre y cuando la acción no sea interrumpida por demasiadas malas jugadas. Sea cual sea la clase de ejercicio que usted escoja, para que le dé beneficios aeróbicos ese ejercicio tiene que mantenerlo en movimiento, soplando y jadeando. Debe exigir del corazón y los pulmones esfuerzo pesado y continuo, y eso durante cierto espacio de tiempo mínimo.
Y, claro está, estos ejercicios siempre deben hacerse dentro de los límites prudentes que dicte su cuerpo, conforme a lo que el reconocimiento médico determine. Ahora, sírvase dar vuelta a la página para ver los beneficios de los ejercicios aeróbicos.
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¿Es correr el deseo de su corazón?¡Despertad! 1981 | 8 de mayo
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¿Es correr el deseo de su corazón?
Parece que sí, porque el corazón se beneficia de ello. El correr es deseable también para otras partes del cuerpo
LO QUE EL CORRER HACE PARA SU CORAZÓN
El correr hace que el corazón trabaje menos mientras hace más. Mediante el ejercicio las fibras musculares del corazón se alargan y fortalecen, las cavidades se engrandecen y, como resultado, pueden propulsar más sangre con cada contracción. Antes del entrenamiento, una contracción del corazón pudiera propulsar menos de media taza de sangre; pero después del entrenamiento, cada latido del corazón tal vez propulse hasta una taza entera. Debido a que el corazón propulsa más sangre con cada latido, late más lentamente y tiene más descanso entre sus contracciones. Como resultado de este entrenamiento, si se miden los latidos del corazón mientras se está descansando se nota que, con el transcurso de algún tiempo, la cantidad de latidos disminuye por de 10 a 20 latidos por minuto. Las pequeñas arterias que llevan sangre al corazón se engrandecen con este entrenamiento y pueden proporcionar mayor cantidad de sangre rica en oxígeno al corazón. Este entrenamiento también hace que baje gradualmente la presión sanguínea.
LO QUE EL CORRER HACE PARA LOS PULMONES
El ejercicio vigoroso hace que las fibras musculares exijan mucho oxígeno. Lo adquieren de la sangre, que en cambio lo adquiere de los pulmones. Los pulmones, con su tejido de centenares de millones de húmedos globos parecidos a espuma llamados alvéolos pulmonares, eficazmente proporcionan oxígeno a la sangre que fluye cerca. Los pulmones se adaptan fácilmente; cambian rápidamente en respuesta al ejercicio. Los vasos sanguíneos de los pulmones se dilatan, y así aumentan el área por la cual el oxígeno pasa a la sangre. Los músculos del abdomen, el diafragma y el tórax que ayudan a respirar se hacen más fuertes y más eficaces. La cantidad de aire que puede entrar en los pulmones de un corredor entrenado aumenta grandemente... el volumen por minuto pudiera hacerse tres veces mayor.
LO QUE EL CORRER HACE PARA LA SANGRE
Los ejercicios aeróbicos producen en mayor cantidad la enzima fibrinolisina. Esta enzima disuelve los coágulos de sangre, y existe la teoría de que también puede disolver coágulos de sangre que hayan estado presentes por mucho tiempo en las arterias coronarias y que pudieran provocar ataques cardíacos. En una prueba que se hizo con personas que se sometieron a un programa de ejercicios que duró 10 semanas se halló que en el caso de algunas la sangre podía disolver cuatro veces más coágulos que antes. La sangre de corredores entrenados contiene cantidades más elevadas de las lipoproteínas de alta densidad (LAD). Las LAD transportan el colesterol excedente de las paredes de las arterias y así reduce la acumulación de grasas que pudiera obstruir los vasos sanguíneos y provocar ataques cardíacos. En los músculos entrenados las arterias contiguas echan nuevas ramificaciones y la red capilar aumenta, lo que provee más oxígeno para las fibras musculares. El ejercicio también aumenta el número de glóbulos rojos, los vehículos del oxígeno.
LO QUE EL CORRER HACE PARA EL SISTEMA NERVIOSO
Los nervios, aun los que son como muy delgados zarcillos, adquieren mayor eficiencia en la transmisión de los impulsos electroquímicos, y así activan más eficazmente las fibras musculares a fin de aumentar su resistencia y por último su fuerza. Por medio del entrenamiento y el uso de los músculos, acciones voluntarias son reemplazadas por acciones reflejas y hay mayor eficiencia en los movimientos. Los músculos que no se están usando están más relajados, y así se conserva energía. El Dr. Lucien Brouha, autoridad sobre la fisiología del atletismo, declara: “El resultado final es que la energía que se gasta en ejecutar una acción disminuye hasta tal vez requerir la cuarta parte de la energía total que se necesitaría para ejecutar la misma acción antes del entrenamiento.” Claro está que los hombres no son ratones, pero merece reconocimiento el hecho de que los ratones jóvenes que fueron sometidos a ejercicios desarrollaron mayores neuronas motoras, cierto tipo de célula nerviosa, que los ratones sin ejercicio.
LO QUE EL CORRER HACE PARA LA MENTE
Hay corredores que hablan del gozo del correr y de “euforias naturales.” Para ser más específicos, un hospital siquiátrico de Knoxville, Tennessee (E.U.A.), halló que el correr reduce la ansiedad en los pacientes. El Dr. Alan Clark, de la Enfermería de San José, en Atlanta, Georgia, declara: “Es bien conocido que el ejercicio es el mejor tranquilizador. Rehúso medicinar a los pacientes que padecen de ansiedad neurótica simple si éstos no han tratado de ver, hasta grado razonable, lo que pueden hacer para ellos los ejercicios aeróbicos.” Un artículo de Medical World News llevaba el encabezamiento: “El correr al trote puede salvar del sofá siquiátrico a los deprimidos.” El artículo dio informes sobre dos estudios, de la Universidad de Wisconsin y la Universidad de Virginia, que confirmaban este parecer. Uno de estos estudios ha mostrado que el ejercicio estimula la producción de norepinefrina, que transmite impulsos de una célula cerebral a otra y alivia la depresión.
LO QUE EL CORRER HACE PARA LOS MÚSCULOS
Debe ser obvio a todo el mundo que los músculos requieren ejercicio. Sin el ejercicio se atrofian. Sin embargo, los datos específicos en cuanto a cómo funcionan los músculos son tan asombrosos que consideraremos este asunto en el siguiente artículo. Además, consideraremos cierta clase de entrenamiento que es mucho más valiosa.
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Lo que los músculos pueden hacer, y lo que no¡Despertad! 1981 | 8 de mayo
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Lo que los músculos pueden hacer, y lo que no
Sus movimientos más simples son maravillas que damos por sentadas. Con entrenamiento, ejecutan hazañas de fuerza y aguante que son sorprendentes. ¡Pero hay otra clase de entrenamiento que es mucho más importante, que puede hacer lo que los músculos nunca pueden lograr!
USTED ve una caja llena de plumas. Desea levantarla. Su mente da órdenes al grupo de músculos que han de efectuar la tarea, y usted levanta la caja de plumas. Ahora la caja está llena de barras de plomo. Su mente da órdenes al mismo grupo de músculos que levantó las plumas para que los músculos ahora levanten el plomo, y lo hacen. ¿Sencillo? De ninguna manera.
La fibra de un músculo esquelético no se contrae con menos o más fuerza según los objetos de poco o mucho peso que se quiera levantar. Cuando una terminación nerviosa le dice a la fibra que se contraiga, ésta lo hace completamente. Si se contrae de modo alguno, se contrae en su totalidad. Entonces, ¿cómo es que en respuesta a un mandato los músculos ejercen solo la fuerza necesaria para levantar plumas, y en respuesta a otro mandato esos mismos músculos hacen acopio de mayor fuerza para levantar plomo?
El músculo se compone de muchos haces de diminutas fibras musculares, y a cada haz se le llama una unidad motora. Cada unidad tiene un nervio motor, que se ramifica en su extremo de modo que cada fibra muscular tiene su propia terminación nerviosa que la estimula. Sustancias químicas transmiten el impulso electroquímico desde la terminación nerviosa a la fibra, donde vuelve a hacerse electroquímico. La fibra se contrae. Todas las fibras del haz o unidad motora se contraen.
Ahora bien, no todos los haces de fibras de un músculo se contraen cuando se utiliza ese músculo. Si la mente sabe que solo hay que levantar plumas, el sistema nervioso central envía señales a solo el comparativamente pequeño número de haces que se necesita para levantar las plumas. Pero, si hay que levantar plomo, entonces se estimula a muchos más haces para que se contraigan.
A veces la mente se engaña. Si cree que la caja está llena de plumas, cuando en realidad contiene plomo, no notifica a suficientes fibras para que se contraigan, y queda sorprendida. En un caso como ése parece que la caja está clavada al piso. Pero si la mente cree que la caja está llena de plomo, cuando en realidad solo contiene plumas, se pide el servicio de muchos haces de fibras para levantar el plomo, y parece que la caja sale volando del piso.
¡Decisiones y más decisiones!
La realidad es que el sistema nervioso central está tomando decisiones constantemente respecto a cuántos haces de fibras deben recibir aviso para que se contraigan y realicen las muchas tareas que los aproximadamente 650 músculos del cuerpo efectúan. Ciertos órganos sensorios de las fibras, llamados receptores de estiramiento, controlan las fibras y envían de regreso informes al sistema nervioso central, y por medio de esta realimentación ayudan en la tarea de tomar decisiones. ¡Puede que usted odie el tener que tomar decisiones, pero sin darse cuenta de ello está tomando millones de ellas de continuo!
Mientras más fibras se contraigan, más grande y más duro será el músculo. Por ejemplo, el músculo bíceps de la parte superior del brazo se contrae para alzar la mano cuando uno quiere rascarse la cabeza. Para esto, no se necesitan muchos haces de fibras, y el bíceps queda bastante blando. Pero si uno, efectuando el mismo movimiento, levanta hasta el nivel del hombro un peso de 15 kilos, el bíceps se abulta y endurece cuando muchas más fibras se ponen a trabajar.
Algunos músculos despliegan mucha más gradación que otros en el ejercicio de presión. Por ejemplo, los dedos pueden cerrarse en un “puño de hierro,” o pueden manejar delicadamente huevos de cascarones delgados. Los músculos capaces de hacer eso contienen muchos haces de fibras, pero cada haz contiene solo unas cuantas fibras... algunos no más de 10. Otros músculos grandes, como algunos de las piernas, no pueden efectuar movimientos en tan fina gradación. Estos tienen una cantidad menor de haces de fibras, pero muchas más fibras en cada haz... frecuentemente más de 100.
Los músculos esqueléticos tienen básicamente dos clases de fibras: las oscuras para uso más lento y constante; las claras para momentos de acción repentina. (Se les llama fibras de contracción lenta y de contracción rápida.) Algunos músculos se componen casi enteramente de fibras lentas, pero otros tienen fibras lentas y rápidas entremezcladas. Las personas que ejecutan movimientos de extraordinaria presteza tienen más fibras claras o rápidas que las personas cuyos movimientos son más lentos. Por ejemplo, los gimnastas ágiles necesitan fibras de contracción rápida para efectuar los deslumbrantes y explosivos giros con que nos asombran. Además, los corredores de velocidad sobresalientes tienen más de estas fibras de contracción rápida que los corredores de fondo. El entrenamiento produce una diferencia, pero no puede cambiar la proporción de fibras de contracción rápida y lenta... eso es hereditario, un don.
De dónde viene la energía
El ATP (adenosintrifosfato) es la fuente rica en energía de la cual depende la acción muscular. Cuerpecitos que se llaman mitocondrias producen el ATP en las fibras musculares y lo forman de varias maneras. Las grasas del tejido muscular (tejido adiposo) se descomponen y llegan a ser ácidos grasos libres en el músculo y también en la sangre. Con el tiempo, se oxidan en las fibras musculares y liberan energía para hacer el ATP. La glucosa de la sangre también se oxida en las fibras musculares para formar ATP. Parte de la glucosa de la sangre se almacena en los músculos como carbohidratos, o hidratos de carbono, llamados glicógeno. Entonces, a medida que se necesita el ATP, este glicógeno se descompone en glucosa, la cual, sin el uso de oxígeno, produce ATP.
Estos métodos para hacer el ATP se utilizan simultáneamente, pero a diferentes grados, según las circunstancias. La clase de ejercicio, su intensidad, su duración, el estado físico de la persona... todos éstos son factores que rigen la cantidad del ATP que suministrará cada método en tiempos dados. Sin embargo, con relación a carreras de fondo, cuando ha habido ejercicio intenso por largo tiempo la producción del ATP depende principalmente del glicógeno.
Frecuentemente los que participan en maratones recurren a una práctica que se llama cargarse de carbohidratos. Pocos días antes de una carrera, se hartan de carbohidratos, y al hacerlo pueden aumentar la cantidad de glicógeno almacenado en los músculos hasta en 300 por ciento. Sin embargo, un producto secundario de este uso del glicógeno es el ácido láctico, y la acumulación de éste en los músculos causa fatiga, y con el tiempo dolor muscular.
¿Adorar a los músculos, o al Hacedor de ellos?
Es mucho lo que los músculos pueden hacer: Pueden tirar una pelota de modo que haga curva y caiga y se deslice. Pueden equilibrar el cuerpo en posición vertical apoyado en una sola mano. Pueden hacer que el cuerpo salga volando por el aire y gire y voltee con gracia. Los músculos del brazo pueden levantar pesos de veintenas de kilos por encima de la cabeza. Los músculos de las piernas pueden impulsar el cuerpo por encima de una barra a una altura de dos metros, o alzarlo sobre el suelo por una distancia de casi nueve metros, o hacerle correr 90 metros en casi nueve segundos, ó 1,6 kilómetros en menos de cuatro minutos, ó 40 kilómetros en poco más de dos horas. O pueden mantenerse en carrera por 80 kilómetros, ó 160. En México los indios tarahumaras corren 320 kilómetros. Se hace la afirmación dudosa de que los mahetang, monjes tibetanos especialmente entrenados para ser “veloces de pie,” corren 480 kilómetros en 30 horas a la vez que repiten sus mantra sagrados en coordinación con sus zancadas y respiración.
Los músculos inspiran admiración. Pero los músculos no son dioses. Parece que algunos corredores creen que lo son... una minoría de ellos, sin duda. Uno de ellos compara el correr a la búsqueda del Santo Graal. Otro corredor afirma que “la búsqueda del espíritu por medio del cuerpo apenas ha empezado.” El Dr. George Sheehan, a quien muchos llaman el sumo sacerdote del correr, dijo: “El peligro que afronto es no alcanzar mis límites y hallar a Dios. Pero en esto me ayuda el correr.” Una corredora que corre al trote compara su experiencia de correr a una conversión. La esposa de un corredor dijo: “Tomás era metodista antes. Ahora es corredor.” En su libro sobre el correr, Joel Henning dijo: “Ciertamente es una forma de adoración, un esfuerzo por hallar a Dios.” Bob Anderson, director de la publicación On the Run, declaró: “Alguien dijo en una ocasión: ‘Para que la humanidad sobreviva, tendrá que inventar una religión nueva.’ Esa religión ya ha sido inventada. Es la religión del corredor.”
Pero, ¡espere un momento! Los músculos no pueden salvar. Solo el Hacedor de ellos puede hacer eso. Los músculos reflejan la sabiduría creadora de Jehová. Vea Su genio desplegado en la agilidad, velocidad, fuerza y aguante de los músculos. Nótelo en las complejidades electroquímicas: millones de reacciones en millones de fibras cada segundo del día, todas ellas controladas y sincronizadas sin que pensemos en ellas. Sin que pensemos en ello los músculos desempeñan su tarea de mantenernos vivos: los pulmones respiran, el corazón late, la sangre circula, los órganos digieren, las glándulas secretan, los circuitos eléctricos funcionan... y mucho, mucho más sucede, de lo cual nunca nos damos cuenta.
El entrenamiento muscular es beneficioso, pero no ha de compararse al entrenamiento en la devoción piadosa. “El entrenamiento corporal es provechoso para poco,” escribió el apóstol Pablo, “pero la devoción piadosa es provechosa para
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