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Siguiendo ‘tu luz y verdad’La Atalaya 1969 | 15 de julio
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se construyó una adición de nueve pisos como parte integrante de la fábrica original, añadiendo unos 6.700 metros cuadrados. Solo habían pasado seis años cuando nuevamente nos conmovió a todos una empresa, a saber, cuando la Sociedad empezó la construcción de un edificio de trece pisos al otro lado de la calle de nuestra fábrica y que consta de unos 17.850 metros de superficie.
Este edificio iba a usarse principalmente para imprimir y despachar las revistas Atalaya y ¡Despertad! Tan pronto como estuvo listo para usarse este edificio, fui asignado al departamento de envíos por correo en este edificio donde, al tiempo de escribir esto, todavía tengo el privilegio de estar trabajando. ¡Y cómo ha aumentado la distribución de estas revistas, que desempeñan un papel tan prominente en enviar Jehová ‘su luz y verdad’! En 1922, cuando llegué a la central de Brooklyn, la Sociedad produjo 3.250.000 revistas. ¿Y cuál es la cifra de la producción ahora? Bueno, el año pasado tan solo la planta de Brooklyn produjo más de cincuenta veces esa cantidad, o sea, ¡cada semana se produjo una cantidad igual a la que produjimos en 1922 en todo el año!
Ahora en mis años de declinación física mi corazón se llena de gratitud y gozo por las muchas bendiciones que he tenido en estos cincuenta y ocho años en que he seguido la ‘luz y verdad’ de la Palabra de Jehová, y en particular por los cuarenta y seis años en los cuales he tenido el privilegio de servir de tiempo cabal en Su central terrestre.
Algún tiempo después de escribir su biografía Calvin Prosser terminó su derrotero terrestre, el 13 de diciembre de 1968; él era del resto de los herederos del reino celestial. Su funeral se celebró en Staten Island el 16 de diciembre, y condujo el servicio Max Larson, siervo de fábrica y amigo personal de él por largo tiempo y también uno de los directores de la Sociedad Watchtower Bible and Tract de Nueva York, Inc. Entre los presentes estuvieron amigos y parientes de Florida y Delaware, así como una veintena o más del hogar Betel de Brooklyn, la mayoría de los cuales había conocido a Calvin Prosser por más de cuarenta años. Aunque sus amigos lamentan que haya muerto, se regocijan porque ahora también le aplican las palabras: “Felices son los muertos que mueren en unión con el Señor desde este tiempo en adelante. Sí, dice el espíritu, que descansen de sus labores, porque las cosas que hicieron van junto con ellos.”—Rev. 14:13.
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En las garras del crimenLa Atalaya 1969 | 15 de julio
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En las garras del crimen
♦ A fines del año 1967, J. Edgar Hoover, el principal oficial de policía de los EE. UU., director del F.B.I., dijo que el crimen estaba costándole 27.000.000.000 de dólares anualmente a su país. En 1966 el crimen aumentó en 11 por ciento sobre 1965. Aumentó 17 por ciento en los primeros seis meses de 1967 sobre el período comparable de 1966. El aumento del crimen está dejando atrás al de la población por un margen de 7 a 1 y se ha constituido en el principal problema interno de los Estados Unidos. El crimen ha aumentado tanto, dijo Hoover, que los norteamericanos viven temiendo por su vida. ¿A quién o qué culpar? Responde él que a la apatía del público, a sociólogos equivocados, a funcionarios públicos de buenas intenciones pero mal informados que quieren restar importancia con explicaciones a la proporción ascendente de crímenes y disculpan el comportamiento delictivo, a la indulgencia judicial y a prácticas de dar libertad condicional que no toman en consideración la realidad. Hay otra razón, que se encuentra en la Biblia en Revelación 12:12: “Ay de la tierra . . . porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.”
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