BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • Para conservar viva su alma, tengan fe
    La Atalaya 1963 | 1 de febrero
    • 24. ¿Qué dice Hebreos 11:13-16 que fue la razón por la cual no salieron de Canaán y regresaron a Ur?

      24 “En fe murieron todos éstos, aunque no recibieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las acogieron y declararon públicamente que eran extraños y residentes temporarios en la tierra. Pues los que dicen tales cosas dan evidencia de que se están esforzando con sinceridad por un lugar propio de ellos. Y sin embargo, si verdaderamente hubiesen seguido recordando aquel lugar de donde habían salido, hubieran tenido oportunidad de volver. Pero ahora ellos están haciendo esfuerzos por alcanzar un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo. Por lo tanto, Dios no se avergüenza de ellos, de ser invocado como el Dios de ellos, porque él les ha preparado una ciudad.”

      25. (a) ¿Qué habría significado el que ellos hubiesen regresado a Ur? (b) ¿Cuál es realmente la “ciudad” por la que estaban haciendo esfuerzos, y cómo serán puestos en contacto con ella ahora?

      25 ¿Qué hay si ellos hubiesen regresado y llegado a ser parte otra vez de la ciudad caldea de Ur? Habrían perdido el derecho a las promesas que Jehová les había hecho. Habría significado abandonar la relación con él, y esto habría significado la destrucción de sus almas. Su fe los mantuvo alejados de Ur y obedientes al llamado y guía de Jehová a ellos. Miraron hacia adelante, no hacia atrás. Hicieron esfuerzos por un lugar mejor que la ciudad terrena de Ur. Esperaban una ciudad que pertenece al cielo, un gobierno celestial, el reino de Dios por medio de la Simiente mesiánica de Su “mujer.” ¿Qué es hoy Ur de los caldeos? Solo una masa de ruinas desenterrada por arqueólogos no hace mucho tiempo. Pero, ¿qué hay del reino de Dios, la ciudad celestial preparada para Abrahán, Isaac y Jacob? Está en el poder en los cielos desde 1914 d. de J.C. En breve, después de que destruya a este viejo sistema mundano de cosas y asuma el dominio absoluto de toda la Tierra, Abrahán, Isaac y Jacob serán resucitados de entre los muertos y vivirán bajo ese gobierno celestial, porque Jehová Dios no se avergüenza de ellos.—Luc. 20:37, 38.

      ¿DE QUÉ CLASE SOMOS?

      26. En comparación con los hombres de la antigüedad mencionados, ¿qué preguntas nos hacemos, y por qué deseamos que Hebreos 10:38, 39 responda por nosotros?

      26 ¿Qué clase de personas somos hoy día? Si somos testigos cristianos de Jehová, ¿somos personas como el profano Esaú (Edom)? ¡No lo quiera Dios! Entonces, ¿somos personas como aquellos testigos hebreos de Jehová, Abrahán, Isaac y Jacob, que jamás retrocedieron? Si lo somos, entonces, después de haber llegado hasta aquí desde cuando creímos por primera vez, prescindiendo de cuánto tiempo haya pasado de eso, ahora no retrocederemos a este viejo mundo de materialismo y religión falsa. También sea por nosotros que Hebreos 10:38, 39 hable, cuando afirma: “‘Mi justo vivirá por motivo de fe,’ y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’ Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para la destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”

      27. ¿En qué, por lo tanto, se halla nuestro interés, y qué significará para nosotros el retraernos?

      27 Nuestro interés se halla en que el alma de Dios se complazca en nosotros. Deseamos tener una posición justa con él y probarnos dignos de vivir en virtud de nuestra fe. La fe no nos permite retraernos. Se entiende que el retraerse una persona es una retirada instintiva por algo que, es doloroso o desagradable, para evitarlo. El retraerse se debe al temor. En Hebreos 10:38, 39 la palabra para retraerse se usa por los antiguos escritores griegos para temer, y para retirarse o esconderse uno por temor.b El que nosotros nos retrajésemos resultaría en destrucción de nuestra alma para siempre.—Mat. 10:28.

      28, 29. (a) ¿Dónde yace el peligro de retraerse, y cómo puede comenzar? (b) ¿Qué dice Hebreos 5:11 a 6:3 a los que hacen eso?

      28 El retraerse puede ser como una contracción pequeña, que produce una arruga. En este mismísimo hecho yace el peligro para nosotros, porque difícilmente notamos nuestro comienzo hacia la destrucción eterna de nuestra alma. El retraerse o retirarse puede ser en forma de rehusar progresar a causa del esfuerzo propio que se requiere. Es como en el caso de un niño que no quiere crecer y asumir responsabilidades sino que quiere seguir siendo una criatura despreocupada, estando obligados otros a asumir la responsabilidad por él. Por ejemplo, ¿por qué tuvo el escritor a los hebreos que usar tantos detalles al explicar cosas que eran más avanzadas, más envueltas que tales doctrinas bíblicas como el arrepentimiento del pecado, fe hacia Dios, bautismos, el imponer las manos sobre los escogidos, resurrección, juicio eterno por Dios? Se debió a que aquellos cristianos hebreos querían permanecer siendo pequeñuelos espirituales capaces de alimentarse solo de leche doctrinal, tan embotados de oído que no entendían lo que se decía o se enseñaba. Por eso Hebreos 5:11 a 6:3 les dice:

      29 “Tenemos mucho que decir y difícil de explicarse, puesto que ustedes se han hecho embotados en su oír. Porque, en verdad, aunque deberían ser maestros en vista del tiempo, necesitan ustedes de nuevo alguien que les enseñe desde el comienzo las cosas elementales de las declaraciones formales sagradas de Dios; y ustedes han venido a ser como los que necesitan leche, no alimento sólido. Porque todo el que participa de leche no está familiarizado con la palabra de justicia, porque es un pequeñuelo. Pero el alimento sólido es para las personas maduras, para los que por medio del uso tienen las facultades perceptivas entrenadas para distinguir tanto lo correcto como lo incorrecto. Por esta razón, ya que hemos dejado la doctrina primaria acerca del Cristo, pasemos adelante a la madurez, no poniendo un cimiento de nuevo, a saber, arrepentimiento de obras muertas, y fe hacia Dios, la enseñanza sobre bautismos y la imposición de las manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno. Y esto lo haremos, si Dios verdaderamente lo permite.”

      30. ¿Cómo está Dios permitiéndonos verdaderamente hacer eso, y en consecuencia qué deberían hacer los pequeñuelos espirituales?

      30 Dios nos está verdaderamente permitiendo, al grado que nos permite seguir viviendo y no destruye a este mundo. Dado que Dios lo permite misericordiosamente, ¿‘pasaremos adelante a la madurez’? ¿Nos aprovecharemos del tiempo adicional para crecer espiritualmente y llegar a poder enseñar a otros no solo la “doctrina primaria acerca del Cristo” o las creencias de “cimiento” sino también las cosas ‘difíciles de explicarse’? En vista de la duración del tiempo en que hemos conocido la verdad, ¿nos da vergüenza el no conocer o entender sino la “leche” doctrinal de la Biblia o el que para ahora no tengamos nuestras “facultades perceptivas entrenadas” para capacitarnos a ser maestros de otros, no solo en la congregación, sino en los hogares de las personas interesadas que todavía no pertenecen a la congregación? Si honradamente sentimos tal vergüenza al no ser todavía adultos espiritualmente, entonces sin falta, mientras Dios verdaderamente lo permite, hagamos algo en cuanto a ello, algo positivo. El hacerlo significa nuestra vida.

      31, 32. (a) ¿Qué significará la acción positiva de parte de los pequeñuelos espirituales? (b) Amonestándonos contra tal costumbre mala, ¿qué nos dice Hebreos 10:23-27?

      31 El adoptar acción positiva ciertamente no será por medio de retardar más nuestro progreso espiritual, o por medio de directamente retroceder, retraerse debido a que algo difícil está adelante de nosotros que requiere constancia en esfuerzo y acción. La acción positiva significará más que solo el seguir adelante con nuestro estudio bíblico personal privadamente. También requerirá el concurrir a las reuniones para estudio con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová, considerándolos a ellos. Si innecesariamente nos perdemos las reuniones con los testigos cristianos modernos de Jehová, eso será el comienzo de que nos retraigamos. Si persistimos en ello, finalmente llegará a ser una costumbre para nosotros. Hebreos 10:23-27 nos dice que no hagamos eso. Nos dice la razón para no hacer eso. Dice:

      32 “Considerémonos unos a otros para incitar al amor y a las obras excelentes, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos, y tanto más al ver que el día se acerca. Porque si practicamos el pecado voluntariosamente después de haber recibido el conocimiento acertado de la verdad, ya no queda ningún sacrificio por los pecados, sino que hay cierta horrenda expectativa de juicio y hay unos celos ardientes que van a consumir a los que se oponen.”

      33. Si voluntariosamente nos perdemos las reuniones, ¿qué estamos haciendo en lo que toca a Hebreos 2:1, y cómo podemos impedir el deslizarnos?

      33 Cuando voluntariosamente nos perdemos las reuniones donde se da incitación al amor y a las obras buenas, ¿qué estamos haciendo? ¿Estamos haciendo lo que Hebreos 2:1 nos dice que hagamos, a saber, prestar más que la acostumbrada atención, o estamos prestando menos que la acostumbrada atención a las cosas que se oyen procedentes del Hijo de Dios? Ciertamente menos, no más, aun si efectuamos mucho estudio bíblico de casa por nosotros mismos. Para impedir el deslizarnos hacia la destrucción, necesitamos prestar atención al Hijo de Dios a causa de su importancia superior.

      34. Para que nuestra fe sea perfeccionada, ¿a quién tenemos que acudir, y por qué, por lo tanto, no pudieron tener perfeccionada su fe los antiguos hebreos?

      34 Si deseamos que nuestra fe sea perfeccionada y resulte en conservar viva nuestra alma para siempre, realmente tenemos que prestar la atención propia al Hijo de Dios, Jesús. Tenemos que acudir a él como el “Perfeccionador de nuestra fe.” Antes de su venida, hace diecinueve siglos, los antiguos hebreos tenían fe en la venida del Mesías y la esperaban. Pero su fe con respecto a él no estaba completa en muchos respectos a causa de que no entendían las profecías que todavía no se habían cumplido acerca de él. Aun los ángeles del cielo se preguntaban cómo se llevarían a cabo realmente las profecías con respecto al Mesías o el Cristo. (1 Ped. 1:10-12) Por consiguiente, su fe no estaba perfeccionada todavía.

      35, 36. ¿Con la venida de quién llegó realmente la fe, y cómo fue eso así?

      35 Sin embargo, cuando Jesucristo vino, predicó, murió y fue resucitado a la vida celestial y regresó a Dios su Padre y se sentó a la diestra de Dios en los cielos, las profecías acerca de él que hasta entonces no se entendían se cumplieron detalladamente. Entonces la fe concerniente al Mesías o Cristo llegó a estar llena de hechos históricos. Así, con el Cristo la fe realmente llegó, es decir, la creencia corregida acerca de él y su relación con Dios. Por lo tanto, a los hebreos que en un tiempo estuvieron bajo la ley de Moisés pero que ahora eran cristianos, Gálatas 3:23-25 dice:

      36 “Antes de que llegara la fe, estábamos siendo guardados bajo ley, siendo entregados juntos en custodia, esperando la fe que estaba destinada a ser revelada. En consecuencia, la Ley ha llegado a ser nuestro ayo para guiarnos a Cristo, para que seamos declarados justos por causa de la fe. Pero ahora que ha llegado esta fe, ya no estamos bajo un ayo [la ley mosaica].”

      37. ¿Qué fue, por lo tanto, Jesús con respecto a nuestra fe, y por eso qué comenzó realmente con él?

      37 A causa de este hecho Jesús realmente es el Caudillo, el Precursor, el Agente Principal de nuestra fe. Siendo eso, emprendió hacer la voluntad de Dios y realizar las profecías mesiánicas y así aclarar para nosotros nuestra fe en esas profecías bíblicas. La fe o creencia correcta comenzó con Jesucristo—hace mil novecientos años.

      38. ¿Cómo ha estado él, desde entonces, perfeccionando la fe de sus seguidores?

      38 Hasta el día festivo del Pentecostés, cincuenta días después de su resurrección, en el año 33, cuando derramó espíritu santo de la diestra de Dios en el cielo sobre sus discípulos hebreos en Jerusalén, Jesús obró hacia el perfeccionar la fe de ellos en él. Cuando, en el año 36, derramó espíritu santo sobre los primeros creyentes incircuncisos no hebreos, trajo aun más a la perfección la fe de ellos con respecto a él. (Heb. 2:4) Mientras trató desde el cielo con sus discípulos sobre la Tierra hasta que el apóstol Juan escribió su Evangelio y cartas y la Revelación o el Apocalipsis a Juan, Jesús estaba trayendo su fe a la perfección, suficientemente para que ellos fueran salvados. Ahora por lo que ha estado haciendo durante los pasados noventa años más o menos, para cumplir la profecía tocante a sus discípulos sobre la Tierra, ha estado perfeccionando nuestra fe para llenar las necesidades de nuestro tiempo, para nuestra salvación eterna.

      ¡CORRAN!

      39. ¿Qué, entonces, es la cosa vital que debemos hacer, y en armonía con eso qué nos dice que hagamos Hebreos 12:1-4?

      39 La cosa vital que debemos hacer, entonces, no es retraernos ni aun mirar atrás. La cosa preservadora del alma que debemos hacer es mirar hacia adelante y ¡correr! “Pues, entonces,” Hebreos 12:1-4 nos dice, “porque tenemos una nube tan grande de testigos en nuestro derredor, quitémonos también todo peso y el pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mientras miramos atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó el madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Sí, consideren atentamente a aquel que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de los intereses de ellos mismos, para que no se vayan a cansar y se rindan en su alma. Al llevar a cabo su contienda contra ese pecado [de la falta de fe] ustedes todavía no han resistido jamás hasta la sangre.” No, usted todavía no ha derramado su sangre vital como un fiel testigo de Jehová.

      40. ¿A cuál antiguo hebreo entre los testigos precristianos debemos recordar, y por qué?

      40 Recuerde, entre esa ‘nube grande’ de testigos precristianos que a causa de su fe agradaron a Dios, al fiel patriarca Abrahán. Él no se estableció en ninguna ciudad ni construyó una ciudad como un lugar de habitación permanente en este viejo sistema de cosas. Esperó la ciudad que tiene cimientos de permanencia, la ciudad que entonces había de ser construida y creada por Dios. Por consiguiente, siguió viviendo acá y allá en tiendas, no identificado con ninguna ciudad terrena.—Heb. 11:9, 10, 15,16.

      41. ¿Qué hay de Jesús en este respecto, y qué estamos resueltos a hacer de acuerdo con Hebreos 13:12-15?

      41 Tampoco hizo el Hijo de Dios de ninguna ciudad su ciudad permanente, ni aun la entonces Jerusalén terrena con su templo y altar. A medida que acudimos a él, nuestra propia resolución de lo que vamos a hacer hállese declarada en Hebreos 13:12-15: “Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta. Entonces, salgamos a él fuera del campamento, llevando el vituperio que él llevó, porque no tenemos aquí una ciudad que continúe, sino que sinceramente estamos buscando la que ha de venir. Por medio de él ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, esto es, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.”

      42. ¿Debido a estar cerca de qué deberíamos hacer tanto más eso ahora?

      42 Tanto más hagamos eso ahora. Esa ‘ciudad que ha de venir,’ esa ‘ciudad que continúa,’ ¡se ha acercado! Es el reino de Dios, la Jerusalén celestial, establecida en el año 1914 al fin de los Tiempos de los Gentiles. Más ciertas de nosotros hoy día, por lo tanto, son las palabras escritas hace diecinueve siglos: “Ustedes se han acercado a un monte de Sion y a una ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, en asamblea general, y a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios el Juez de todos, y a ... Jesús el mediador de un nuevo pacto, y a la sangre del rociamiento, que habla de una manera mejor que la sangre de Abel.” (Heb. 12:22-24) Este reino celestial al cual nos hemos acercado es un “reino que no puede ser sacudido.” Permanecerá a través de todo este “tiempo del fin” de este mundo, cuando Jehová Dios está sacudiendo al cielo y a la tierra a fin de remover a este viejo orden de cosas sin fe.—Heb. 12:26-28.

      43. ¿Cómo podemos poner ahora más que la acostumbrada atención al Hijo de Dios en lo que toca a Mateo 24:14?

      43 En cumplimiento de la propia profecía de Jesús, las buenas nuevas de este reino establecido están siendo predicadas en toda la Tierra habitada como testimonio a todas las naciones antes de que éstas sean despedazadas mediante sacudimiento y removidas para siempre. (Mat. 24:14; Mar. 13:10) A esa profecía hablada por el Hijo de Dios prestemos más que la acostumbrada atención por medio de participar tan plena y directamente en ella como podamos. Háganlo con fe. ¡Prediquen!

      44. ¿Para que tengamos qué cualidad es éste especialmente el tiempo, y con qué buen resultado duradero?

      44 De todos los tiempos éste es el tiempo para tener fe, para madurar nuestra fe por medio de aumentar nuestro conocimiento y entendimiento, y para probar nuestra fe por medio de enseñarla a otros. Nuestra fe que está siendo sometida a la perfección jamás nos dejará retroceder al desastre eterno, a la destrucción de nuestra alma. Nuestra fe en perfección resultará en que Dios preserve viva nuestra alma para siempre. ¿Dónde? En el nuevo orden de cosas, con sus “nuevos cielos” y con su “tierra habitada por venir” sujeta, no a simples ángeles, sino, al Hijo de hijos de Dios, Jesucristo, el Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe.

  • Jehová da la victoria
    La Atalaya 1963 | 1 de febrero
    • Jehová da la victoria

      LA ASOCIACIÓN ministerial del clero en una ciudad del Canadá se preocupó por la obra de predicación de los testigos de Jehová en la comunidad. Contrató los servicios de un hombre de otra ciudad para dirigirse a los feligreses allí y para contestar sus preguntas acerca de los Testigos. Se publicaron noticias en los diarios invitando al público al discurso que esta persona presentaría. Los miembros de las iglesias comenzaron a hacer insinuaciones de que los Testigos se las verían mal como resultado de esta acción del clero. Pero los Testigos se mantuvieron en calma e imperturbables. Aseguraron a los que abordaban el tema que no se preocupaban y que a las personas de corazón honrado les ayudaría lo que se oyera, que los que buscaban la verdad podrían ver la diferencia entre la verdad y la falsedad.

      Los que les mencionaban estas cosas a los Testigos estaban entre los más prominentes de las iglesias. Cuando vieron que los Testigos no se preocupaban, entonces ellos mismos se perturbaron. Llamaron a sus ministros y les dijeron que no había ningún sentido en pagarles un salario si tenían que contratar a uno de afuera para que hablara acerca de los testigos de Jehová. Aunque era tarde para hacerlo, tanto la visita como el discurso se cancelaron.

      Ese mismo domingo el ministro bautista local y su diácono principal vinieron al discurso público y al estudio de La Atalaya. Durante el discurso se reían despectivamente y se codeaban el uno al otro para mostrar que se divertían con los argumentos de la discusión. A veces levantaban las manos como para tomar parte en el estudio pero luego se cubrían las bocas si el presidente miraba a donde ellos estaban. Lo que el clérigo y su diácono no sabían era que uno de sus miembros estaba solamente algunas filas detrás de ellos, observando sus bufonadas. Este joven había asistido a solamente algunos discursos bíblicos en el Salón del Reino y todavía era miembro de la iglesia. Después del estudio el clérigo vio al joven y le dijo: “Salgámonos de aquí. Tuercen las Escrituras para acomodarlas a sus propias necesidades.” El joven replicó: “¡No gracias! He visto suficiente para saber que los testigos de Jehová tienen la verdad.”

      Cuando el pueblo de Jehová es valeroso y continúa confiando en él, él le da la victoria: “Cualquiera que sea el arma que se forme contra ti no tendrá éxito.”—Isa. 54:17.

  • ¿Vive usted su fe?
    La Atalaya 1963 | 1 de febrero
    • ¿Vive usted su fe?

      EL CRISTIANISMO es más difícil de practicar que lo que es de predicar. Es más fácil escuchar que practicar. Por esta razón Santiago instó a los cristianos primitivos: “Lleguen a ser hacedores de la palabra, y no solamente oidores.” (Sant. 1:22) No todos los cristianos del primer siglo vivieron su fe aun después que Santiago escribió eso. Por ejemplo, aproximadamente treinta y seis años más tarde la Revelación a Juan contuvo esta amonestación urgente a los cristianos de Sardis: “Conozco tus hechos, que tienes nombre de estar vivo, pero estás muerto. Hazte vigilante, y fortalece las cosas que quedan que estaban a punto de morir, porque no he hallado tus hechos ejecutados por completo ante mi Dios.”—Apo. 3:1, 2.

      Así como fue en la iglesia primitiva, así es hoy. El cristianismo que no se vive está muerto en uno, junto con la esperanza del que es cristiano tan solo en nombre. Conforme a la predicción del apóstol Pablo, muchos son los que tienen una forma de devoción piadosa ahora pero que se muestran falsos a su poder. (2 Tim. 3:1, 5) El cristianismo de ellos se habla pero no se vive.

      “Pero yo vivo mi fe,” dice usted. Si puede decir eso con verdad, hace bien. Uno que vive su cristianismo se demuestra fiel a la influencia poderosa de la Palabra y espíritu santo de Dios. Su vida está libre del amor al dinero. No solo evita la idolatría y la preocupación de este mundo con los placeres, sino que ejerce gobierno de sí mismo para no caer en las costumbres de moralidad relajada de la muchedumbre. Uno que vive su cristianismo se mantiene moralmente limpio para que llene los requisitos para participar en el testimonio final que se está dando acerca del reino de Dios. Al hacer esto el cristiano verdadero se mantiene libre de culpabilidad de sangre. Por medio de vigilar cuidadosamente su conducta en cuanto a estos asuntos uno tiene esperanza de entrar en el nuevo mundo de justicia de Dios. Pero, ¿es esto el cuadro total de lo que significa el vivir su fe? No, algo más tiene que tenerse presente: Jesús dijo que “la persona que es injusta en lo muy poco es injusta también en lo mucho.” (Luc. 16:10) Veamos qué posición ocupamos en algunos asuntos que parecen ser menos importantes, pero que tienen mucha relación con lo de que estemos verdaderamente viviendo nuestra fe o no.

      DANDO LA BIENVENIDA A EXTRAÑOS

      Una de las maneras de vivir nuestra fe es mediante el mostrar amor a los extraños que estén en medio de nosotros. La noticia acerca de la paz, unidad y conocimiento bíblico de los cuales goza el pueblo de Jehová se ha esparcido alrededor del mundo. Como cosa que nos recuerda la visita de la reina de Sabá a Salomón para ver por sí misma, miles de extraños están acercándose a la congregación cristiana para hacer una prueba amistosa de nuestro amor, sabiduría y fe. (1 Rey. 10:1) Para poder reconocer y saludar correctamente a estas visitas es preciso que primero conozcamos a todos nuestros compañeros cristianos en la congregación. ¿Conoce usted por nombre a todos los de su congregación? ¿Se está esforzando por conocer a los demás? ¿Cómo podrá usted presentar a extraños a miembros de su congregación si no se ha molestado en aprender los nombres de sus coadoradores? Si usted se ha olvidado del nombre de un hermano, no se detenga de hablar. Pudiera usted decir: “Parece que no soy muy bueno para recordar nombres, pero no obstante quería hablar con usted. ¿Cómo le va?”

      Cuando usted conozca a todos sus compañeros cristianos en la congregación estará en condición de saludar apropiadamente a visitas. Los extraños deberían sentir que toda la “familia” de cristianos de la cual usted forma parte está ansiosa de conocerles, tal como sería el caso si ese extraño entrara en su sala familiar. La visita que recibe una bienvenida de parte de solo uno o dos de la congregación pudiera preguntarse si acaso su presencia no les importa nada a los demás. Si por casualidad el visitante estuviera vestido pobremente o fuera de otra raza, podría pensar que esto fuese el motivo de la recepción fría. El ciertamente sabrá que usted no está viviendo su fe. El amor enfervoriza el ambiente en una reunión de cristianos verdaderos e impide cualquier semejanza al aislacionismo frío de la gente que se halla en una estación de ferrocarriles.

      Cuando entra un extraño en su reunión cristiana, una manera de saludarlo es: “¡Buenas tardes! Yo me llamo−−; no creo que sé su nombre. ¿Es ésta su primera visita? Nos alegramos de que haya venido. ¿Conoce usted a alguien de nuestro grupo? Me gustaría presentarle a−−.” Ese amor afectuoso en acción revelará tanto como el sermón que se presenta desde la plataforma. Viva usted su fe de esta manera y los que visitan su congregación quizás sientan lo que la reina de Sabá expresó a su anfitrión: “Cierta ha resultado ser la palabra que oí en mi propia tierra acerca de los asuntos de usted y acerca de su sabiduría. Y no puse fe en las palabras hasta que hubiese venido para que mis propios ojos vieran, y, ¡mire! no se me había dicho la mitad.”—1 Rey. 10:6, 7.

      REUNIONES PRIVADAS

      La necesidad de vivir nuestra fe aplica a reuniones privadas de cristianos también. En tales ocasiones es la responsabilidad del anfitrión ver que no se tomen “vacaciones” del curso de comportamiento que armoniza con la sabiduría procedente de arriba y con el espíritu de Dios. (Sant. 3:17; Gál. 5:22-25) El tono de la discusión, el uso de alimento y de bebida y el tipo de música y de baile, si es que los hay, deberían reflejar la modestia cristiana de los que estén presentes. En tales asuntos es bueno recordar el consejo de Pablo: “Sea que estén comiendo o bebiendo o haciendo cualquier otra cosa, hagan todas las cosas para gloria de Dios. Eviten el hacerse causas de tropiezo tanto a judíos como a griegos y a la congregación de Dios, aun como yo estoy agradando a toda la gente en todas las cosas, no buscando mi propio provecho, sino el de los muchos, para que puedan salvarse.”—1 Cor. 10:31-33.

      ¿Se esmera usted tanto en vivir su fe como lo hacía Pablo? Si alguien se deslizara de la fe no sería debido a ninguna negligencia egoísta de parte de Pablo. Aunque la Palabra de Dios permite que el cristiano goce de carne y bebida en moderación, el cristiano maduro sabe que Dios no le permite ejercer esa autoridad si eso fuera a hacer que otro tropezara. Pablo declara: “Pero sigan vigilando que esta autoridad suya no se convierta de alguna manera en tropezadero para los que son débiles. Pero cuando ustedes pecan así en contra de sus hermanos y hieren su conciencia que es débil, ustedes están pecando en contra de Cristo.” “No dejen, pues, que se hable de lo bueno que hacen con daño para ustedes. Porque el reino de Dios no significa el comer y el beber, sino que significa rectitud y paz y gozo con espíritu santo. Es bueno no comer carne ni beber vino ni hacer cosa alguna por la cual tropiece tu hermano.”—1 Cor. 8:9,12; Rom. 14:16,17,21.

      El anfitrión cristiano tiene que ser circunspecto en cuanto al servir bebidas alcohólicas, para no ofender o hacer tropezar a alguien. Más bien que ofrecer un refresco alcohólico a alguien cuyas preferencias no se conocen, proteja su conciencia y evite ofensas por medio de preguntarle qué le agradaría para apagar su sed. Si él prefiere vino u otra bebida de esta naturaleza se lo puede decir a usted. O, usted pudiera sencillamente servir café, té o una bebida gaseosa. Cuando un cristiano indica un deseo de abstenerse de bebidas alcohólicas, respete su resolución. Si el que usted usara tales refrescos lo perturbaría, no ejerza usted su autoridad, a causa de él. Esto también es vivir su fe.

      BODAS

      Estos son asuntos que no nos conviene pasar por alto durante las excitadas preparaciones para una boda. Los novios pueden decidir si se celebrará o no una recepción. Ellos también deberían decidir si habrán de servirse bebidas alcohólicas en tal fiesta de bodas o no, tomando en cuenta la costumbre local y quiénes asistirán. La pareja cristiana tiene la responsabilidad de ver que la recepción se efectúe de una manera cristiana, prescindiendo de quién verdaderamente la financie. No solo tiene que regularse estrictamente el ofrecimiento de vino o bebidas parecidas, sino que toda la ocasión debería reflejar la sinceridad de la profesión cristiana de fe de parte de ellos. Si usted celebra un casamiento cristiano, ¿por qué debiera conformarse con cosa alguna que no sea una fiesta de casamiento cristiana? Sus invitados juzgarán su cristianismo por el ambiente de la recepción. Tenga cuidado de no darles la impresión de que en el corazón usted todavía es parte del mundo.

      No parece haber justificación alguna para entregar el control de una recepción o programa de boda cristiano a un “maestro de ceremonias” mundano para que él dirija el entretenimiento. Si músicos profesionales se alquilan, es el deber de los novios el especificar qué clase de música es aceptable y qué no es aceptable. Música o baile que son inmodestos o innecesariamente bulliciosos y desenfrenados ciertamente no son ninguna recomendación de su esperanza y modo de vivir cristianos.

      La fiesta de boda cristiana, igual que el discurso matrimonial mismo, reflejará el punto de vista sano y piadoso que los verdaderos cristianos adoptan en cuanto al matrimonio. Las recepciones mundanas generalmente reflejan el punto de vista irresponsable del mundo hacia el contrato matrimonial. No se imagine usted que su recepción de boda no es un éxito a menos que siga el modelo de las fiestas bulliciosas del mundo. Si usted no tiene más éxito en su matrimonio mismo que el que tienen los matrimonios mundanos, quizás le espere a usted una desilusión amarga. De manera que recuerde que la Palabra de Dios dice: “No estén amando al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él . . . Además, el mundo está desapareciendo y también su deseo.”—1 Juan 2:15-17.

      Entonces, ¿cómo debería usted considerar la recepción de boda, si se decidiera a celebrar una? Considérela como oportunidad feliz de vivir su fe y comenzar su matrimonio en la dirección correcta. Por ejemplo, después de servir refrescos, se pudiera tener música apropiada y baile si se desea, pero hay algo más que también podría arreglarse para la ocasión. Tal vez querrá tener el canto en grupo de cánticos cristianos para alabanza de Jehová, o un coro mixto podría entretener, con sus participantes cantando las diferentes voces para producir armonía. Podría haber entretenimiento instrumental, si estuviera disponible. Una cosa excelente que hacer es hacer arreglos para varias expresiones o experiencias breves de parte de cristianos maduros quienes quisieran expresar su apreciación por el don de Dios del matrimonio y la felicidad que les ha venido por medio de aplicar principios bíblicos a la relación matrimonial. Se les pudiera pedir algunas palabras de consejo práctico a cristianos que hayan criado a hijos obedientes en la fe. Podrían señalarse trampas así como remedios cristianos para problemas que afrontan a personas casadas hoy en día.

      Un programa de esta índole es un testimonio maravilloso al hecho de que usted realmente vive su fe. Tal recepción de boda daría a los novios un valioso comienzo en el asunto serio de ser marido y esposa cristianos. Edificaría a todos los concurrentes. Cualquier pariente o invitado mundanos que asistiera a semejante fiesta no tendría duda alguna de que estuvieran entre cristianos verdaderos. ¿Quisiera usted dar a sus invitados cualquier otra impresión? Entonces viva su fe en este asunto de bodas.

      DANDO REGALOS

      Estrechamente relacionada a las bodas es la entrega de regalos. En este asunto Jesús nos dijo cómo vivir nuestra fe: “Cuídense mucho de no practicar su justicia delante de los hombres a fin de ser observados por ellos; de otro modo no tendrán recompensa con su Padre que está en los cielos. Por eso cuando empieces a hacer regalos de misericordia, no toques una trompeta delante de ti, así como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los glorifiquen.” (Mat. 6:1, 2) Esto no quiere decir que usted nunca puede identificarse como el dador de un regalo. Jesús estaba condenando el dar incorrecto que se practica para ser visto por los hombres. El dar que se hace con un espíritu de competencia o que pone en aprietos a alguien es malo también. (Gál. 5:26) Al dar regalos es posible que uno no esté viviendo su fe.

      Por ejemplo, en algunos países a las mujeres les gusta celebrar una fiesta de regalos, en la cual reunión hacen “llover” regalos sobre alguna persona merecedora. La manera en que la fiesta de regalos se lleva a cabo determina si es aceptable para cristianos o no. La manera de hacer presentaciones en grupo es mediante el declarar que los regalos son de “nosotros,” omitiendo la identificación de cada regalo con su donador particular. (Rom. 15:26) O, si uno prefiere, sería correcto el que una tarjeta, firmada por todos los presentes, se entregue junto con los regalos. Por medio de este método cristiano de hacer una presentación en grupo se evitará que uno sea tentado a gastar más allá de sus medios o a errar por medio de hacer una “exhibición ostentosa” de su medio de vida. (1 Juan 2:16) Si el regalo de una viuda pobre se abre al lado del obsequio espléndido de usted, no habrá ninguna comparación involuntaria que pudiera lastimar a uno de los pobres del Señor. Los más pobres no tendrían ningún temor de asistir a una fiesta de regalos de esta clase.

      Cuídese mucho de que su entrega de un regalo o la lectura de su tarjeta firmada no llegue a ser una “trompeta” que anuncie públicamente su generosidad. Tal proclamación en realidad anunciaría a Jehová y a los hombres que usted no vivió su fe. Sin embargo, si en cualquier ocasión usted desea dar un regalo, tal vez a un miembro de su familia o a un amigo íntimo, usted está libre para identificarse como el donador de un regalo en particular siempre que haga la presentación privadamente.—Mat. 6:3, 4.

      Claro está que el vivir nuestra fe cristiana es un trabajo de tiempo cabal. Significa más que el mantenerse libre del materialismo, de la entrega frenética a los placeres, de la idolatría y de la inmoralidad. Significa más que el predicar celosamente las buenas nuevas del reino de Dios. Si su fe está viva influirá en todo lo que usted haga.

      Recuerde, sin embargo, que Dios no le está preguntando a usted si su hermano vive su fe. La pregunta es: “¿Vive usted su fe?” Concéntrese en el cuidadosa y piadosamente vigilar su propia conducta, no la de su hermano. Parte de su fe es el animar a su compañero cristiano en el camino a la vida por medio de siempre ponerle un ejemplo excelente. Deje que su hermano vea el gozo y las bendiciones que vienen a usted debido a que realmente usted vive su fe. Entonces él querrá vivir la suya. ¿Ve usted la sabiduría de esto? Entonces, como dijo Jesús, “si ustedes saben estas cosas, felices son si las hacen.”—Juan 13:17.

  • Asambleas de distrito “Ministros valerosos”
    La Atalaya 1963 | 1 de febrero
    • Asambleas de distrito “Ministros valerosos”

      “PERMÍTAME decir que he oído a muchas personas decir que se impresionaron mucho de sus delegados y de la manera en que se condujo su asamblea. . . . Estoy seguro de que hablo de parte de los residentes de Sheboygan al decir ‘¡Bienvenidos para que vuelvan pronto!’”—Oficial municipal de Sheboygan, Wisconsin.

      Esta es tan solo una de las muchas expresiones hechas como resultado de las Asambleas de distrito “Ministros valerosos” de 1962, asambleas de tres días sobre las cuales hasta la fecha se han dado informes procedentes de noventa ciudades— cuarenta y nueve en los Estados Unidos de la América del Norte, once en el Canadá, ocho en las Islas Británicas y las demás en otros ocho países. Muchas más de estas asambleas se celebraron en varias partes del mundo.

      “Ministros valerosos”—¡qué tema apropiado para estas asambleas cristianas! Todos los hombres de todas partes tienen necesidad de ser valerosos en estos tiempos cruciales. Y estas asambleas de distrito, celebradas empezando en junio, se prepararon con el mismísimo propósito de inspirar a hombres de buena voluntad a ser valerosos.

      No extraña, entonces, el que decenas de miles de personas recibieran gozosamente en su presencia a los ministros de Jehová. En cuarenta de las cuarenta y nueve ciudades de los Estados Unidos mencionadas, los testigos de Jehová celebraban asambleas de distrito por primera vez. Este hecho dejó que el mensaje del reino de Dios fuese llevado a estas secciones con un impacto jamás experimentado antes. Los muchos lugares de asamblea hicieron que fuese más fácil que un número mayor de entre el público asistiera con poco costo o inconveniencia. Y, también, hicieron que fuese posible que muchas más personas que tenían familias numerosas asistieran a una asamblea, personas que de otro modo quizás lo hubieran hallado gravoso económicamente. Todo esto resultó en buena publicidad y una excelente reacción de parte del público, y las cifras de concurrencia manifiestan esto.

      En West Palm Beach, Florida, por ejemplo, el número de concurrentes del domingo de 5,288 representó un aumento de 58 por ciento sobre la concurrencia de la noche del sábado. En Southend, Inglaterra, hubo un aumento asombroso de 70 por ciento, y en Jersey City, Nueva Jersey, a pesar de una tronada, un aumento de 30 por ciento—todo lo cual muestra que un número saludable de público se presentó para oír la conferencia pública intitulada “¡Cobre valor—el reino de Dios se ha acercado!”

      Otros hechos emocionantes se ven en los totales. Por ejemplo, ¡en la asamblea que se celebró toda en francés en la ciudad de Quebec, Canadá, los asambleístas se emocionaron de una concurrencia de 2,103, y 63 se bautizaron! Hace solo unos años un mero puñado de Testigos allí luchaba por su vida cristiana, pero ¡ahora mire lo que está sucediendo! La cifra total para el Canadá es de 44,711, señal verdaderamente alentadora para expansión futura. Las Islas Británicas gozaron de una concurrencia

Publicaciones en español (1950-2025)
Cerrar sesión
Iniciar sesión
  • Español
  • Compartir
  • Configuración
  • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
  • Condiciones de uso
  • Política de privacidad
  • Configuración de privacidad
  • JW.ORG
  • Iniciar sesión
Compartir