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FeRazonamiento a partir de las Escrituras
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ocurren. No comprenden que la inclinación del hombre hacia la iniquidad no se debe a la voluntad de Dios, sino que se debe al pecado de Adán (Rom. 5:12). Tal vez no estén al tanto de la existencia de Satanás el Diablo ni de su influencia en los asuntos del mundo; por eso culpan a Dios de las cosas viles perpetradas por Satanás (1 Juan 5:19; Rev. 12:12). Si hasta cierto grado estas personas están informadas de estas cosas, tal vez opinen que Dios es lento respecto a tomar acción, porque no ven claramente la cuestión de la soberanía universal y no comprenden que el que Dios haya sido paciente hasta este día les ha dado la oportunidad inmerecida de alcanzar la salvación (Rom. 2:4; 2 Ped. 3:9). Además, no entienden cabalmente que Dios ha señalado un tiempo para destruir para siempre a toda persona que practica la iniquidad. (Rev. 22:10-12; 11:18; Hab. 2:3.)
Los deseos y puntos de vista carnales dominan su vida: Generalmente, las personas cuya fe no es verdaderamente firme se han dedicado a ir tras otros intereses. Algunas tal vez digan que creen en la Biblia, pero quizás nunca la hayan estudiado detenidamente ni hayan meditado con aprecio sobre lo que han leído, sobre las razones por las cuales la Biblia dice algo y sobre cómo aplicaría esta información en la vida diaria. (Compárese con 1 Crónicas 28:9.) En algunos casos, no han alimentado la fe que han tenido, sino que, en vez de eso, han permitido que el deseo de las cosas injustas domine la inclinación de su corazón, de modo que se han apartado de Dios y de Sus caminos. (Heb. 3:12.)
¿Cómo puede alguien adquirir fe?
Rom. 10:17: “La fe sigue a lo oído.” (Compárese con Hechos 17:11, 12; Juan 4:39-42; 2 Crónicas 9:5-8. Primero la persona tiene que aprender lo que la Biblia dice, y fortalecerá su convicción si la examina cuidadosamente para convencerse de que es confiable.)
Rom. 10:10: “Con el corazón se ejerce fe.” (Al meditar sobre asuntos relacionados con la piedad para desarrollar aprecio por ellos, la persona los graba en el corazón figurativo.)
La fe se fortalece cuando la persona obra en armonía con las promesas de Dios y entonces ve pruebas de la bendición de Dios sobre lo que ha hecho. (Véase Salmo 106:9-12.)
Ilustración: Tal vez usted tenga un amigo de quien diga: ‘Confío en él. Puedo contar con que cumplirá con su palabra; y sé que si tengo algún problema, él me ayudará’. La persona de quien usted dijera eso no sería alguien a quien hubiera conocido tan solo ayer, ¿no es cierto? Tendría que ser alguien con quien usted se hubiera asociado por largo tiempo, que vez tras vez habría probado que es confiable. Lo mismo sucede con la fe religiosa. Se requiere tiempo para tener fe y llegar a conocer a Jehová y su manera de hacer las cosas.
Fe en que hay un Dios
Véanse las páginas 117-124, la sección titulada “Dios”.
Fe en la perspectiva de un justo nuevo sistema de cosas
Cuando alguien conoce bien el registro de los tratos que Jehová ha tenido con sus siervos, llega a compartir el punto de vista de Josué, quien dijo: “Ustedes bien saben con todo su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado”. (Jos. 23:14.)
Las promesas bíblicas de que la salud será restaurada, de que acontecerá la resurrección de los muertos, etc., son fortalecidas por el registro de los milagros que Jesucristo ejecutó. Estos no son fábulas. Lea los relatos de los Evangelios y compruebe que aquellos milagros llevan el sello de la autenticidad histórica. Se dan los nombres de los lugares geográficos; se dan los nombres de los gobernantes seglares de aquel tiempo; se ha conservado más de un relato de testigos oculares. El meditar en esta evidencia puede fortalecer su fe en las promesas de la Biblia.
Visite los Salones del Reino de los testigos de Jehová y asista a las asambleas generales de ellos, y podrá ver por sí mismo prueba de que el poner en práctica el consejo bíblico transforma vidas, contribuye a que la gente sea honrada y recta en sentido moral y permite que personas de todas las razas y nacionalidades vivan y trabajen juntas en un espíritu de verdadera hermandad.
¿Realmente necesita uno tener obras si tiene fe?
Sant. 2:17, 18, 21, 22, 26: “La fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. No obstante, cierta persona dirá: ‘Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe aparte de las obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.’ ¿No fue declarado justo por obras nuestro padre Abrahán después que hubo ofrecido a Isaac su hijo sobre el altar? Contemplas que su fe obró junto con sus obras y por sus obras su fe fue perfeccionada. En verdad, como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
Ilustración: Quizás un hombre le haga la corte a una joven y le diga que la ama. Pero si nunca le pide que se case con él, ¿estará demostrando en realidad que la ama profundamente? De igual manera, las obras son un medio de demostrar lo genuinos que son nuestro amor y nuestra fe. Si no obedecemos a Dios, realmente no lo amamos ni tenemos fe en que su manera de hacer las cosas sea la correcta (1 Juan 5:3, 4). Pero no podemos ganar la salvación, prescindiendo de las obras que hagamos. La vida eterna es un don procedente de Dios mediante Jesucristo, no un salario por nuestras obras. (Efe. 2:8, 9.)
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FechasRazonamiento a partir de las Escrituras
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Fechas
Definición: Las fechas señalan el tiempo en que suceden los acontecimientos. La Biblia expresa fechas en relación con la vida de ciertas personas, el período durante el cual ciertos gobernantes estuvieron en el poder, u otros sucesos notables. Contiene la única cronología completa que se remonta al tiempo de la creación de Adán. La cronología bíblica también señaló por adelantado el tiempo en que tendrían lugar ciertos sucesos importantes en el cumplimiento del propósito de Dios. El calendario gregoriano, que ahora es popular en gran parte del mundo, no comenzó a usarse sino hasta 1582. En las fuentes seglares hay desacuerdo respecto a las fechas que se han dado a sucesos de la historia antigua. Sin embargo, ciertas fechas clave, como 539 a. de la E.C. para la caída de Babilonia, y por consiguiente 537 a. de la E.C. para el regreso de los judíos que estaban en cautiverio, están bien establecidas (Esd. 1:1-3). Usando tales fechas como puntos de partida, es posible expresar en términos de calendarios actuales las fechas de sucesos bíblicos antiguos.
¿Han probado los científicos que los humanos hayan estado en la Tierra por millones de años, y no simplemente unos miles de años como indica la Biblia?
Los métodos de fechar que emplean los científicos están basados en suposiciones que pueden ser útiles, pero que a
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