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  • Trabajando duro por el galardón de la vida eterna
    La Atalaya 1973 | 1 de enero
    • trabajadores junto con Dios. (2 Cor. 1:24) El apóstol Pablo, aquel incansable trabajador, tenía el consejo apropiado para nosotros cuando recomendó: “Cualquier cosa que estén haciendo, trabajen en ello de toda alma como para Jehová, y no para los hombres, porque ustedes saben que es de Jehová que recibirán el debido galardón.” (Col. 3:23, 24) ¡Note eso! Jehová es el remunerador. Es preciso que nos elevemos a su norma de servicio. ¿No sugiere eso que podríamos hacer más?

      12. El amor genuino a Dios impelerá al cristiano a hacer ¿qué?

      12 En vez de imitar a los mundanos en su esfuerzo por trabajar tan poco como sea posible por tanto pago como sea posible, el cristiano tiene que colocar el ministerio de Dios en un nivel muy superior y sobre una base mucho más estable, y entonces seguir progresando constantemente. (Fili. 3:16) No tratará de agradar a los hombres, sino a Dios, quien prueba nuestro corazón. (1 Tes. 2:4) Como Cristo y sus apóstoles, no se agradará a sí mismo ni se ahorrará trabajo, sino que seguirá trabajando en aquello que Dios aprueba.—Juan 8:29; Hech. 20:31.

      13. ¿Por qué es urgente la obra de recogimiento cristiano, especialmente ahora?

      13 Además, hay necesidad urgente de que se efectúe la obra de recogimiento de Dios, porque ya es corto el tiempo antes que el fin alcance a este inicuo sistema de cosas y a todos los que todavía forman parte de él. Piense en cuántos todavía pueden ser ayudados a hallar la paz con Dios y ponerse firmemente de parte de él y en contra de este viejo sistema y su dios, Satanás el Diablo. A medida que se acaba velozmente este tiempo oportuno, ¿qué puede hacer usted para llegar a estas personas con la salvadora Palabra de verdad de Dios? Es un verdadero desafío, un desafío que no ha de pasarse por alto.—Efe. 5:15-17.

      GUÁRDESE DE FUERZAS NEGATIVAS Y DEPRIMENTES

      14. ¿Qué puede esperar el trabajador cristiano, y qué consejo contrarrestador hallamos en Gálatas, capítulo 6?

      14 No podría menos que esperarse que la obra de Dios y sus trabajadores despertara la ira y odio de Satanás y su organización, y que éstos, a su vez, sometieran al cristiano a presiones de toda clase en un esfuerzo por hacer que el cristiano quebrante su integridad a Dios. Pero rehúse dejarse desviar de su relación de dedicación a Dios, aunque un cónyuge incrédulo, un miembro de su propia familia o algún amigo allegado resulte ser el mismísimo instrumento que el Diablo use para desanimarlo a usted. Aun cuando los que son colaboradores en la congregación de Dios de alguna manera no le den a usted consuelo y ayuda cuando más sienta la necesidad de ello, ésa no es razón válida para darle la espalda al trabajo honorable, significativo, que Jehová le ha extendido. Más bien, cuente fuertemente con la Palabra de Jehová y confíe implícitamente en sus promesas. Sepa con seguridad que los que están sembrando teniendo en mira el espíritu segarán vida eterna del espíritu, si no se rinden.—Gál. 6:8-10.

      15. Cuando surgen preguntas de duda, ¿las respuestas de quién debemos buscar? ¿El ejemplo de quién podemos copiar?

      15 ¿Qué debe hacer uno si el Diablo le plaga la mente con pensamientos de duda, pensamientos como: ‘¿De qué sirve todo? ¿Realmente estoy logrando algo? ¿Se espera que haga yo todo este trabajo en medio de presiones, críticas y burlones?’ Acuérdese, solo Jehová puede dar las respuestas correctas, las respuestas confiables, pues él es quien ha comisionado a sus siervos a efectuar esta obra de hacer discípulos. Cuando surgen preguntas, son Sus respuestas las que usted necesita. Diríjase inmediatamente a él y pregunte. (Pro. 3:5, 6; Mat. 7:7) ¡Acuérdese del profeta Job! Como continuó honrando a Dios con sus labios a través de amargas pruebas de su fe. Dios lo bendijo por ello también. Acuérdese también de los hombres de fe registrados en el capítulo once de Hebreos y saque provecho de sus experiencias. “¡Miren! Pronunciamos felices a los que han aguantado,” escribió el discípulo Santiago. “Feliz es el hombre que sigue aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.”—Sant. 5:11; 1:12.

      COMPENSANDO LA NEGLIGENCIA DEL PASADO RESPECTO A LA VOLUNTAD DE DIOS

      16. (a) ¿Qué meditaciones pueden resultar provechosas, y por qué? (b) ¿Qué palabras del apóstol Pedro podemos tomar a pechos? (c) ¿Cómo es provechoso el ejemplo de Jonás?

      16 De vez en cuando es bueno meditar en el pasado, recordar nuestra situación previa, antes de llegar a ser siervos de Dios, cuando nos hallábamos sin Dios y sin esperanza en el mundo. El meditar así debe despertar un deseo fervoroso en nosotros de compensar esa negligencia del pasado cuando Dios no se hallaba en ninguno de nuestros pensamientos. Pero, ¿cómo podemos compensar por haber pasado por alto a Dios y su voluntad en el pasado? Esforzándonos en el servicio de Jehová y probando así que nos arrepentimos de nuestro pasado. Pedro nos insta a armarnos de esta disposición correcta, “con el fin de vivir el resto de [nuestro] tiempo en la carne, ya no para los deseos de los hombres, sino para la voluntad de Dios. Porque basta el tiempo que ha pasado para que ustedes hayan obrado la voluntad de las naciones cuando procedían en hechos de conducta relajada.” (1 Ped. 4:2-11) El profeta Jonás es un buen ejemplo. Cuando recobró el juicio y se dio cuenta de cómo había eludido su responsabilidad para con Dios, dio la vuelta, y lo hallamos proclamando en voz alta: “A Jehová el Dios de los cielos temo, Aquel que hizo el mar y la tierra seca.” Además, declaró: “En cuanto a mí, con la voz de acción de gracias ciertamente te haré sacrificio. Lo que he prometido en voto, ciertamente pagaré. La salvación pertenece a Jehová.” (Jon. 1:9; 2:9) Estaba deseoso de compensar su negligencia del pasado; y nosotros también debemos estarlo.

      17. (a) ¿Qué deben tener presente los cristianos ocupados? (b) ¿Cómo mostró Pablo que esto mismo lo preocupaba?

      17 Tenga presente además que al mismo tiempo que Jehová nos extiende benévolamente una participación en el ocupado trabajo del Reino, también espera que mantengamos buena conducta en las relaciones cotidianas de la vida. El estar ocupado en la actividad de predicación, pero al mismo tiempo rebajar su norma moral, demostraría que no es por amor a Dios que uno sirve. El servir con el motivo incorrecto podría hacer que todo nuestro trabajo fuera en vano. Por eso mientras nos ocupamos en el trabajo del Señor, busque cada uno de nosotros la aprobación de Dios en todos nuestros caminos. Esto era lo que preocupaba al apóstol Pablo, a pesar de ser un vigoroso trabajador, cuando declaró: “Trato mi cuerpo severamente y lo conduzco como a esclavo [bajo estrecho control], para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.”—1 Cor. 9:27.

      18. ¿Qué puede salvaguardarlo a uno de ser desaprobado por Dios?

      18 Evite el ser desaprobado... póngase la nueva personalidad de la que habla la Biblia. (Efe. 4:22-24; Col. 3:9, 10) Permita que la corriente libre del espíritu de Dios guíe todo aspecto de su vida para que el fruto del espíritu se ponga de manifiesto. Entonces, el amor, gozo, paz y los otros frutos del espíritu afectarán provechosamente nuestras relaciones entre los unos y los otros. El que hagamos este resuelto y concienzudo esfuerzo es evidencia de un motivo correcto y un corazón puro en nuestro servicio a Dios.—Gál. 5:16-25.

      PUNTO DE VISTA CORRECTO DEL GALARDÓN, UN ESTIMULANTE PROVECHOSO

      19. ¿Por qué debe tenerse también un punto de vista correcto del galardón?

      19 No solo hay que tener un punto de vista correcto de la obra de predicar, sino un punto de vista correcto del galardón. No se equivoque, el trabajar por el galardón realmente puede armonizarse con el trabajar por amor a Dios. ¿Cómo es eso? Es Dios quien ofrece el galardón y nos pide que nos esforcemos por ganarlo. En Tito 1:2 leemos: “Sobre la base de una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración.” Fue teniendo presente ese prometido don de la vida que Dios dio a su Hijo unigénito Jesucristo como rescate, “para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:14-16, 36) Habiendo provisto Dios un don tan precioso, ciertamente no puede menos que amar a los que con toda diligencia se esfuerzan por recibirlo. Y, además, las Escrituras inspiradas nos aseguran que “sin fe es imposible agradarle bien, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:6) ¿Y cuál es ese galardón? Recuerde siempre que el galardón es vida eterna bajo condiciones justas en el nuevo orden de Dios. Por eso, esfuércese ahora por el galardón, y llene los requisitos para recibirlo, mientras todavía está disponible la oportunidad.

      20, 21. (a) ¿Cómo será la vida en el nuevo orden de Dios? (b) ¿De qué gozará la gente en todas partes, y en qué transformará esta Tierra?

      20 ¡Qué diferente será la vida en el nuevo orden de Dios de lo que vemos hoy! Ahora un hombre puede pasar largas horas en construir una casa y hacer un jardín hermoso, solo para morir súbitamente y dejárselo a algún otro. Pero en el prometido Nuevo Orden el hombre gozará del resultado de sus labores por años sin fin. ¡Considere todas las maravillas de los cielos, el mar y la tierra! Los científicos más adelantados solo han tocado la superficie en su esfuerzo por entender la sabiduría y principios sobre los cuales está fundado nuestro universo. El galardón de vida eterna del que gozarán entonces los siervos de Dios que mantienen su integridad les suministrará amplia oportunidad de investigar todas estas maravillas de la creación. El tiempo permitirá entonces el viajar para familiarizarse directamente con sus semejantes de todas las razas y con las criaturas animales en todas partes de la Tierra.

      21 Lo mejor de todo, la gente en todas partes de la Tierra gozará de paz y libertad como hijos terrestres de Dios. Estarán libres de los temores que plagan a este viejo sistema de cosas. Podrán servir a Jehová en todo lo que emprendan, porque Dios se encargará de que haya trabajo significativo para todos. No, no trabajos que produzcan cargas o pongan en peligro la vida del trabajador o la de otros, sino trabajo que tiene que ver con rehabilitar al hombre y transformar esta Tierra en un hermoso paraíso-jardín.

      22. ¿Por qué no es prudente dar rienda suelta a la imaginación al pensar acerca del futuro nuevo sistema de cosas?

      22 Por supuesto, es bueno guardarse de dar rienda suelta a la imaginación de uno al pensar en condiciones del Nuevo Orden acerca de las cuales Jehová no ha hecho promesa en su Palabra, la Biblia. Por ejemplo, no hay por qué entrenarse ahora para alguna actividad que se espera realizar en esa gloriosa era, porque entonces habrá bastante tiempo para conseguir ese entrenamiento y esa experiencia. Bajo la gobernación del reino de Dios la gente vivirá en un sistema donde no habrá lucha contra el tiempo. El tiempo todavía estará marcando los días y los años, pero la perpetuidad de la vida entonces hará innecesario el tener que ir de prisa.

      23. ¿Por qué se les asegura a los trabajadores cristianos el galardón, y los ejemplos de quiénes se les pide que imiten?

      23 El galardón por el cual el pueblo de Dios está trabajando duro es seguro, pues lo garantiza el Creador mismo, de quien el apóstol Pablo declaró confiadamente: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre.” (Heb. 6:10) El trabajo duro que usted hace al proclamar las buenas nuevas de Su reino, y así anunciar Su santo nombre Jehová, no quedará sin galardón. Contando con ese hecho, sea como Abrahán que se adhirió inquebrantablemente a su fe en la Palabra de Dios a él: “No temas, Abrán. Soy para ti un escudo. Tu galardón será muy grande.” (Gén. 15:1) También, sea como Rut la moabita que aceptó con plena fe la maravillosa perspectiva que se le ofreció: “Que Jehová recompense tu manera de obrar, y que llegue a haber para ti un salario perfecto procedente de Jehová el Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a buscar refugio.” (Rut 2:12) ¡Que usted también halle la fuerza y el valor para buscar refugio bajo las alas de extensa envergadura de Jehová como colaborador de él!

      24. ¿Por qué es el trabajo del cristiano la más elevada de todas las causas, con qué fin en mira?

      24 A medida que manifiesta la actitud correcta para con el trabajo usted no querrá aflojar su esfuerzo, sino que querrá estar siempre alerta para tener mucho que hacer en la obra del Señor, haciendo cada vez más, si es posible. (1 Cor. 15:58) Nuestro servicio a Dios es la forma más elevada de trabajo a la cual se puede dedicar el hombre. Es la mayor Causa de todas. Es la que tiene que ver con el Nombre de nuestro Dios y Creador, Jehová, y ciertamente ésa no es una causa perdida. Más bien, es una causa triunfante, y una que promete a los que diligentemente la promueven una vida plena y satisfactoria ahora con la perspectiva de vida sin fin en el nuevo orden de Dios que tan cerca está. ¡Que llene usted los requisitos para unirse a nosotros en ésta, la más urgente de todas las causas ahora!

  • ¿Está justificado Dios al castigar a los transgresores?
    La Atalaya 1973 | 1 de enero
    • ¿Está justificado Dios al castigar a los transgresores?

      EN TIEMPOS recientes hemos visto a naciones irse por el mal camino y violar el derecho internacional. En tal caso, quizás otras naciones se combinen para pelear a fin de someter y castigar a la nación “desaforada” o agresora. Al proceder así ciudades quedan destruidas y hay gran matanza de poblaciones civiles. Ese fue el caso cuando Hitler perturbó la paz mundial.

      Por lo general, ese proceder se acepta como necesario. La gente militar no cae bajo la misma condenación que los soldados. Se presenta el argumento: ‘¿No es verdad que la gente respalda a sus líderes políticos y los principios que éstos representan? ¿No apoyan a sus ejércitos con el trabajo que efectúan en el frente nacional?’

      De manera similar, dentro de una nación, los gobernantes dan pasos para someter a los elementos desaforados, sediciosos. Les parece que tienen que hacer esto para preservar el orden y el buen nombre de su gobierno, y para que los ciudadanos observantes de la ley puedan disfrutar de paz y seguridad. Les parece que si el gobierno no actúa, vendrá a menos, y con el tiempo resultará derrota o anarquía.

      ¿No es raro, entonces, que estas mismas personas que presentan estos argumentos en cuanto a la rectitud y sabiduría de este proceder adoptado por los gobiernos a menudo se quejen y acusen a Dios de crueldad cuando leen que Dios va a castigar con destrucción a los transgresores?

      Sin embargo, como Soberano Universal, Dios está moralmente obligado a obrar contra los rebeldes, desobedientes a sus leyes. Tiene que hacerlo, de otra manera ¿no se mostraría débil, no capaz o no suficientemente interesado en hacer observar sus propias leyes y no digno de ser Soberano? Además, no estaría ejerciendo justicia para con los que obedecen sus leyes. Pero, ¿qué hay de una nación u organización que, aunque afirma servirle, le acarrea vituperio a Su gobernación debido a desobediencia y prácticas corruptas? Él está aun más fuertemente obligado a obrar para limpiar Su nombre y vindicar su soberanía.

      Los que afirman servir a Dios pero que le son desobedientes realmente no han llegado a conocerlo. Si hubieran llegado a

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