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  • ¿Dónde está su tesoro?
    La Atalaya 1979 | 15 de mayo
    • que resulte en alabanza al nombre de Dios y en beneficio a mi semejante humano? ¿Puedo ver que las cosas materiales no son lo importante en mi vida, sino que mi gozo mayor viene de servir a Jehová Dios? Solo si nuestro verdadero tesoro está en los cielos podemos contestar sí a estas preguntas.

  • Demuestre que es fiel
    La Atalaya 1979 | 15 de mayo
    • Demuestre que es fiel

      “Lo que se espera de los mayordomos es que el hombre sea hallado fiel.”—1 Cor. 4:2.

      1. ¿Por qué deben estar esforzándose vigorosamente los siervos de Dios por ayudar a su semejante humano?

      TODOS los que sirven a Jehová Dios como discípulos leales de Jesucristo tienen un precioso tesoro. (Compare con 2 Corintios 4:1-7.) Poseen conocimiento vital que puede significar vida para los que empiecen a obrar en armonía con él. (Juan 17:3) Es lógico, pues, que deberían estar esforzándose vigorosamente por ayudar en sentido espiritual a sus semejantes humanos. Además, deberían estar dispuestos a suministrar ayuda material a los que la necesitaran. Ese dar material va al paso con el dar espiritual. Esto se debe a que el alimento, la ropa y el abrigo son cosas esenciales para la vida, y, sin vida, no se puede alabar a Jehová Dios.—Sal. 30:9; 88:10-12.

      2. En vista de la amonestación de Jesús en Lucas 12:33, 34 ¿qué deben estar dispuestos a hacer sus discípulos?

      2 Jesucristo exhortó así a sus discípulos: “Vendan las cosas que les pertenecen y den dones de misericordia. Háganse bolsas que no se gastan, tesoro en los cielos que nunca falla, donde ladrón no se acerca ni polilla consume. Porque donde está su tesoro, allí también estará su corazón.” (Luc. 12:33, 34) Así, debería haber un espíritu de disposición a usar el tiempo y los haberes de uno para beneficiar a otros. Claro está que Jesús no quiso decir que sus discípulos deberían darlo todo hasta quedar en pobreza, y después depender de la caridad de otros. Pero se esperaba que estos discípulos estuvieran dispuestos a dar de sus posesiones para ayudar a personas que estuvieran en verdadera necesidad física o espiritual.

      3, 4. (a) ¿Qué amonestación habla de dar Timoteo a los cristianos acaudalados? (b) En armonía con esa amonestación ¿qué actitud deberían evitar?

      3 Lo que, por instrucción del apóstol Pablo, Timoteo habría de decir a los cristianos acaudalados ilustra bien el espíritu del consejo de Jesús. Leemos: “Da órdenes a los que son ricos en el presente sistema de cosas que no sean altaneros, y que cifren su esperanza, no en las riquezas inseguras, sino en Dios, que nos proporciona todas las cosas ricamente para que disfrutemos de ellas; que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.” (1 Tim. 6:17-19) ¿Qué significa esta amonestación?

      4 Los cristianos ricos no deberían verse como personas superiores debido a su riqueza. Tampoco habían de poner su confianza en las riquezas. Debido a que las posesiones pueden ser hurtadas, o pueden perderse o ser destruidas, son muy pobre fundamento para que uno edifique sus esperanzas sobre ellas. Pero el Dios eterno Jehová, merece nuestra confianza absoluta. Si no fuera por las provisiones generosas que Él hace para sustento de la vida en la Tierra, nadie podría mantenerse vivo. (Hech. 14:16, 17; 17:25) ¡Qué insensato sería entonces el no prestar atención al Creador, y tener como centro de la vida de uno las cosas materiales!

      5. ¿Cómo debemos usar nuestros haberes, y por qué? (Lucas 16:1-13)

      5 Por el hecho de que es el Creador, Jehová es el Dueño de todas las cosas. Por eso, solo es lo apropiado el que lo adoremos y usemos cualesquiera haberes que tengamos de la manera que sea agradable para él. (Sal. 95:3-6) Esto significa usar estos haberes para ayudar a otros en sentido espiritual y en sentido material. En el caso de los cristianos acaudalados, a ellos se les instó a hacer que las obras excelentes que dejaban como registro de sus acciones fueran tan abundantes como sus posesiones. Al usar lo que tenían para aliviar la angustia de otras personas, estarían acumulando tesoros en el cielo. De hecho, todos los cristianos devotos, al mantenerse activos en ayudar a las personas que se encuentran en necesidad espiritual y física acumulan en el cielo un tesoro que resulta en ricos dividendos en la forma de recompensas provenientes de Jehová Dios.

      6. ¿Por qué debemos ejercer cuidado para no dejar que nada estorbe nuestro esfuerzo por acumular tesoro en el cielo?

      6 A diferencia de lo que sucede con las posesiones materiales que pueden ser robadas o las prendas de vestir que pueden ser consumidas por la polilla, un registro de obras excelentes ante Dios es indestructible. Por eso, de seguro queremos hacer cuanto podamos mientras todavía estemos vivos para cuidarnos contra el dejar que las posesiones materiales, los afanes diarios o los placeres estorben el que edifiquemos un registro excelente ante Jehová Dios. Particularmente en vista de que hay incertidumbre en cuanto a la duración de la vida, es urgente que no nos descarriemos de nuestro objeto u objetivo principal... seguir siendo siervos aprobados de Jehová Dios y discípulos leales de nuestro Amo Jesucristo. ¡Qué triste sería el que la muerte sorprendiera a alguien sin que esa persona hubiera usado bien sus oportunidades de acumular tesoro en el cielo!

      7. ¿Qué puede ayudarnos a concentrar en acumular tesoro en el cielo?

      7 Por lo tanto, es muy importante que fijemos nuestro corazón en esfuerzos que conduzcan a aumentar el tesoro que tengamos en el cielo. Una cosa que nos ayudará en esto es tomar tiempo para reflexionar con aprecio en lo que Jehová Dios y Jesucristo han hecho a favor de nosotros. Estamos endeudados con Jehová Dios por nuestra mismísima vida. (Rev. 4:11) A pesar de la actitud ingrata de tantos seres humanos, el Altísimo ha continuado permitiendo que toda persona se beneficie de sus generosas provisiones para el sostenimiento de la vida. (Mat. 5:45) Además, en expresión de su amor superlativo, Jehová Dios ni siquiera libró a su Hijo más amado, Jesucristo, de morir vergonzosamente sobre un madero. Debido a esto podemos ser librados del pecado y la muerte, y finalmente llegar a ser hijos perfectos de Dios para toda la eternidad. (Rom. 5:8; 8:32) Y Jesucristo demostró su gran amor por medio de entregar voluntariamente su vida a favor de nosotros. (1 Juan 2:2) Ese amor que se nos ha mostrado, ¿no debería impulsarnos a aprovechar toda oportunidad de mostrar nuestro agradecimiento por medio de ayudar en sentido espiritual y material a nuestro semejante?

      USE BIEN EL TIEMPO

      8. ¿Qué cosa pudiera mostrar que alguien está dedicando demasiado tiempo a ir en pos de los placeres?

      8 Verdaderamente nuestro amor a Jehová y a Jesucristo debería movernos a usar bien nuestro tiempo. ¿Estaríamos haciendo esto si los placeres se nos hicieran tan importantes que pareciera que no podríamos vivir sin ellos? ¡Obviamente no! Nunca debemos perder de vista el hecho de que, por muchos siglos, millones y millones de personas vivieron sin radio, televisión, cines, autos, actividades deportivas, extensos viajes de placer y cosas por el estilo. Lógicamente, pues, ¿no es sabio el dejar que tales cosas ocupen un lugar secundario en nuestra vida? Por eso, si alguien descubre que está pasando más tiempo en la búsqueda de placeres que en asuntos que están directamente relacionados con la adoración verdadera, ¿no será que ese individuo ha llegado a ser un ‘amador de placeres’? (2 Tim. 3:4) Y, ¿no está en peligro de hacerse totalmente infructífero en cuanto a hacer que se alabe el nombre de Dios?—Luc. 8:14.

      9, 10. (a) Considerando el ejemplo de Jesucristo, ¿cuál es el punto de vista equilibrado sobre la diversión sana? (b) ¿Qué quiso decir Jesús con las palabras: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra”?

      9 Por supuesto, es correcto que los siervos devotos de Jehová Dios disfruten de varias formas de diversión o recreación saludable. Hasta Jesucristo aceptó invitaciones a comidas y banquetes y contribuyó al gozo de un banquete de bodas por medio de transformar agua en vino de excelente calidad milagrosamente. (Luc. 5:29; 7:36; 14:1; 19:5, 6; Juan 2:1-11) Pero Jesús no hizo del placer, incluso el comer y beber, la cosa principal de su vida. En cierta ocasión dijo a sus discípulos: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió y terminar su obra.” (Juan 4:34) ¿Es también nuestro mayor deleite el hacer la voluntad de Dios?

      10 Cuando Jesús dijo las palabras que acabamos de citar, estaba cansado y con hambre. Sin embargo, puesto que se le presentó una oportunidad de dar un testimonio, llegó a estar tan absorto en él que su incómoda condición física personal pasó a un plano secundario. El gozo y la satisfacción que le trajo el hacer la voluntad de Dios fue como alimento para Jesucristo. Ciertamente nosotros deseamos que así sea en nuestro caso. Por eso, debemos mantener bajo control los placeres de modo que éstos no sean un estorbo con relación a que podamos experimentar la felicidad mucho mayor que proviene de ayudar en sentido espiritual y material a nuestro semejante.

      11. ¿Tienen los cristianos el derecho de usar el tiempo simplemente para su propio placer? ¿Qué principio podemos derivar de Isaías 58:13, 14 con relación a esto?

      11 Para que no nos hagamos egoístas en el uso que demos al tiempo, es necesario que siempre tengamos presente el pensamiento de que el tiempo mismo es una dádiva de Jehová, que se ha de usar en armonía con la voluntad de él. No tenemos derecho a usar el tiempo sencillamente para placer nuestro. Ilustra bien esto lo que Jehová Dios esperaba de los israelitas durante el día de descanso, o sabático. Por medio de su profeta Isaías, declaró: “Si en vista del sábado vuelves atrás tu pie respecto al hacer tus propios deleites en mi día santo, y realmente llamas el sábado un deleite exquisito, un día santo de Jehová, uno que está siendo glorificado, y realmente lo glorificas en vez de hacer según tus propios caminos, en vez de hallar lo que a ti te deleita y hablar una palabra; hallarás en tal caso tu exquisito deleite en Jehová.” (Isa. 58:13, 14) Por eso, además de abstenerse de trabajar, se esperaba que los israelitas consideraran el sábado como un día especialmente dedicado a Jehová. No era sencillamente un día para que en él los israelitas se entregaran a sus propios placeres, sino un tiempo en el cual deleitarse verdaderamente en hacer la voluntad de Dios, por medio de mantener los asuntos espirituales en primer lugar. En armonía con el espíritu de la ley del sábado, los cristianos verdaderos deben interesarse en usar cada día de manera que resulte en alabanza a Jehová Dios.

      ESTÉ PREPARADO PARA LA VUELTA DEL AMO

      12. (a) Según se muestra en Lucas 12:35-40, ¿qué otra razón importante tenemos para estar ocupados en la obra de Jehová? (b) ¿En qué estado debemos esforzarnos por estar cada día, y por qué?

      12 Hay una razón más para que los siervos devotos del Amo Jesucristo no sean holgazanes con relación a efectuar la obra de Jehová. Esta se destaca en la siguiente ilustración que presentó el Hijo de Dios: “Estén ceñidos sus lomos y encendidas sus lámparas, y sean ustedes mismos como hombres que esperan a su amo cuando vuelve de las bodas, para que al llegar él y tocar le abran al instante. ¡Felices son aquellos esclavos a quienes el amo al llegar halle vigilando! Verdaderamente les digo: Él se ceñirá y los hará reclinarse a la mesa y vendrá a su lado y les servirá. Y si llega en la segunda vigilia, sí, o en la tercera, y los halla así, ¡felices son ellos! Mas sepan esto: que si el amo de casa hubiese sabido a qué hora vendría el ladrón, hubiera seguido vigilando y no hubiera dejado que forzaran su casa. Ustedes también, manténganse listos, porque a una hora que menos piensen viene el Hijo del hombre.” (Luc. 12:35-40) Tal como no sabemos cuándo pudiera terminar nuestra vida, no sabemos precisamente cuándo Jesucristo llegará para ejecutar juicio, aunque sí sabemos que ese acontecimiento está cada vez más cerca. Eso significa que cada día debemos hallarnos en estado de alerta, a la espera del regreso de nuestro Amo.

      13. (a) En la ilustración de Jesús. ¿qué estaban haciendo los esclavos durante la ausencia de su amo? (b) ¿Cómo recompensa el amo a sus esclavos que esperaron?

      13 En la ilustración, los esclavos están haciendo precisamente eso. Sus vestiduras largas no están sueltas, sino que han sido haladas hacia arriba entre sus piernas y han sido ajustadas y mantenidas arriba bajo el ceñidor. Ceñidos así, los esclavos continúan atendiendo sus deberes mientras sus lámparas les suministran la iluminación que necesitan. Aunque el tiempo de espera se extiende a la segunda vigilia (aproximadamente desde las 9 de la noche hasta la medianoche) y hasta penetra en la tercera vigilia (de medianoche hasta aproximadamente las 3 de la mañana), los fieles esclavos permanecen activos y alerta. Finalmente, el amo, al llegar y ver la devoción de sus siervos, los recompensa de una manera muy extraordinaria. Hace que se reclinen a la mesa y empieza a servirles. No los trata como a esclavos, sino como a amigos leales. ¡Qué excelente recompensa reciben por haber continuado trabajando para su amo toda la noche mientras esperaban su regreso o vuelta!

      14. En vista de los muchos años que han pasado desde que Jesús dijo las palabras registradas en Lucas 12:35-40, ¿qué preguntas pudieran hacerse?

      14 Ya han pasado más de 1.900 años desde que Jesucristo dio esta ilustración. Por eso sus seguidores ciertamente han estado esperando largo tiempo por Su vuelta para ejecutar juicio sobre el mundo impío. Para muchos, pudiera parecer como si la segunda vigilia ya hubiera pasado y estuviéramos bien adentrados en la tercera vigilia. Pero ¿nos estamos cansando algunos de nosotros, o todavía estamos firmemente ceñidos para actividad? ¿Estamos dejando que nuestras luces resplandezcan por medio de la conducta excelente y la testificación celosa mientras nos mantenemos cargados de combustible, por decirlo así, por medio de dejar que el espíritu de Dios funcione en nosotros?—Mat. 5:14-16; compare con Zacarías 4:2-6.

      15. Al regresar para ejecutar juicio, ¿qué buscará Jesucristo entre los que afirman que son sus discípulos?

      15 ¿Qué buscará nuestro Amo cuando regrese para ejecutar juicio? Notará si los que afirman que son sus siervos lo son en realidad. ¿Han sido ellos fieles en cuanto a obedecer el mandamiento de ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que Jesús ha mandado’? (Mat. 28:19, 20) ¿Tienen un excelente registro de obras en cuanto a desplegar interés activo en el ‘más pequeño’ de los hermanos de Cristo? Al haber visto a estos hermanos de Cristo padeciendo necesidad, ¿alimentaron ellos a los hambrientos, dieron de beber a los sedientos, extendieron hospitalidad a los extranjeros, vistieron a los que vestían con pobreza, dieron ayuda y consuelo a los enfermos y visitaron a los que habían sido enviados a prisión injustamente? (Mat. 25:35-40) ¿Han permanecido despiertos en sentido espiritual, sin haber sido manchados por las obras degradantes de la carne?—Mat. 7:21-23; Luc. 21:34-36; 2 Ped. 3:14.

      16. ¿Por qué debemos dar seria consideración a lo que estamos haciendo para edificar un registro de obras excelentes ante Dios?

      16 Todos nosotros debemos pensar con seriedad acerca de la posición en que nos encontramos ante Dios y Cristo ahora. No tenemos una cantidad interminable de tiempo para edificar un registro de obras excelentes. Sin importar cuál sea nuestra edad actualmente, o la muerte o la vuelta de nuestro Amo nos alcanzará. Si somos negligentes en cuanto a nuestras responsabilidades cristianas, entonces uno o el otro de estos acontecimientos pudiera sorprendernos sin que estemos preparados para ello, a la manera de un ladrón. Por lo tanto, hagamos cada día lo que más podamos como si ese día fuera el último para nosotros, y no permitamos que los deseos o placeres personales estorben el que sirvamos fielmente a Jehová Dios y a nuestro Amo Jesucristo. Si así hacemos, nunca nos pesará la manera en que habremos usado nuestro tiempo, nuestras energías y nuestros haberes materiales. No tendremos nada que temer cuando estemos de pie ante el asiento de juicio de Cristo mientras él esté rindiendo fallos o decisiones para su Padre. (2 Cor. 5:10) Que entonces se halle que somos personas con abundante tesoro en el cielo.

      [Ilustración de la página 22]

      La ayuda activa a personas en necesidad espiritual o física resulta en abundantes recompensas espirituales

  • El tener éxito depende de la fidelidad a Dios
    La Atalaya 1979 | 15 de mayo
    • El tener éxito depende de la fidelidad a Dios

      EL LIBRO de Segundo de Crónicas comienza con el reinado de Salomón, entonces describe los reinados de los reyes de Judá, con solamente referencias incidentales al reino de 10 tribus de Israel, y concluye con la destrucción de Jerusalén y el hecho de que ésta quedó desolada hasta que el rey Ciro emitió el decreto en el cual se autorizó la reedificación del templo de Jehová allí. Repetidamente el relato aclara que cuando los gobernantes, así como el pueblo, ponían su confianza en Jehová Dios, tenían éxito en sus empresas. Pero la infidelidad de ellos les hacía perder la bendición y protección divina.

      Salomón, después de establecerse firmemente en el trono, fue junto con los comandantes, jefes principales, jueces y cabezas paternales de la nación al tabernáculo que se hallaba en Gabaón para ofrecer sacrificio. Así, el joven rey pidió la bendición de Jehová sobre su gobernación. Durante la noche, el Altísimo se reveló a Salomón y le dio la oportunidad de pedir lo que deseara. Humildemente, el rey pidió la sabiduría y conocimiento que necesitaba para juzgar a sus súbditos. Por haber hecho tan noble solicitud, a Salomón se le aseguró que, además de sabiduría, recibiría “riquezas y posesiones materiales y honra” mayores que las que habían tenido David y Saúl y, de hecho, mayores que las que tendrían gobernantes futuros. (2 Cró. 1:1-12) Esto ciertamente se cumplió, porque el relato nos dice: “El rey llegó a hacer la plata y el oro en Jerusalén como las piedras.”—1:15.

      Uno de los mayores logros de la gobernación de Salomón fue la construcción del templo de Jehová sobre el monte Moría. La mayor parte de la información que hay en los capítulos dos hasta siete inclusive es acerca de las preparaciones que Salomón hizo para la edificación, la construcción del edificio y sus enseres y la inauguración del templo.

      Nuevamente por medio de una visión nocturna, Salomón recibió la respuesta de Jehová a la oración que hizo en la inauguración del templo. Esta respuesta reveló que el éxito continuo de su gobernación dependía de que Israel se adhiriera fielmente a la ley divina. Por otra parte, la infidelidad de Israel significaría desastre nacional. Hasta el glorioso templo llegaría a ser simples montones de ruina.—7:11-22.

      Los capítulos ocho y nueve completan el registro acerca del reinado de Salomón. Se nos informa que él edificó y reconstruyó ciudades, utilizó a los cananeos sobrevivientes en trabajo forzado e hizo arreglos para los servicios relacionados con el templo, y se nos habla de sus operaciones marítimas, la notable visita de la reina de Sabá, la riqueza de Salomón, su muerte y el hecho de que le sucedió como rey su hijo Roboam.

      UN REINO DIVIDIDO

      Roboam, prefiriendo la voz de aduladores jóvenes e inexpertos al consejo sólido de hombres de más edad, avisó a los representantes de la nación que impondría al pueblo un yugo más pesado que el que le había impuesto su padre. Puesto que el pueblo ya había experimentado suficiente opresión después que Salomón se hubo apartado de la ley de Jehová durante la parte posterior de su reinado, 10 tribus se rebelaron, y así se cumplió la palabra de Jehová por medio de Ahías.—10:1-19.

      Roboam reunió un ejército y trató de poner de nuevo bajo su control a las tribus rebeldes. Pero, por orden de la palabra de Jehová por medio del profeta Semaya, abandonó este plan. Las tribus rebeldes formaron un reino independiente bajo Jeroboán, quien instituyó la adoración de becerros. Como resultado de esto, los levitas fieles que habitaban en ciudades bajo el dominio de Jeroboán partieron hacia Judá y Jerusalén.—11:1-17.

      Debido a que Roboam, junto con sus súbditos, también se apartó de la ley divina, Jehová retiró su protección. Sisac (Sosenk I) invadió la región de Judá y fue capturando ciudad fortificada tras ciudad fortificada. Sin embargo, Roboam y los príncipes, al oír la declaración formal divina de que se les abandonaría en manos de Sisac debido a su infidelidad, se humillaron, y Jehová no permitió que el gobernante egipcio arruinara a Jerusalén. No obstante, los egipcios se llevaron los tesoros de la ciudad.—12:1-12.

      LA AYUDA DE JEHOVÁ A ABÍAS Y ASA

      Después de la muerte de Roboam, su hijo Abías empezó a reinar. Entonces estalló guerra entre Jeroboán y Abías. En cierta ocasión Jeroboán usó una emboscada y puso a los guerreros del reino de Judá en una posición extremadamente peligrosa. Pero, porque ellos clamaron a Jehová por ayuda, el Altísimo les otorgó la victoria.—12:16-13:20.

      De manera similar, el sucesor de Abías, Asa, cuando se vio ante una fuerza militar de aproximadamente un millón de guerreros etíopes y libios bajo Zera, acudió a Jehová en busca de ayuda, Oró: “Oh Jehová, en cuanto a ayudar, contigo no importa si hay muchos o los de ningún poder. Ayúdanos, oh Jehová nuestro Dios, porque de veras nos apoyamos en ti, y en tu nombre hemos venido contra esta muchedumbre. Oh Jehová, tú eres nuestro Dios. No permitas que el hombre mortal retenga fuerza contra ti.” Jehová de nuevo dio el triunfo a su pueblo.—14:9-15; 16:8.

      Procediendo de manera digna de encomio, Asa puso en práctica las palabras del profeta de Jehová, Oded, y tomó acción decisiva para destruir los lugares donde se adoraba a los ídolos. Sin embargo, a pesar de haber experimentado la ayuda divina, Asa posteriormente entró en una alianza con el rey sirio Benhadad para evitar que el rey Baasa, un rey israelita, peleara contra él. Cuando Hanani lo censuró por esta acción que manifestó falta de fe, Asa se ofendió. Puso a Hanani en la casa de los cepos y también empezó a oprimir a otros súbditos. Esto hizo que Jehová retuviera del rey su bendición. Herido con una dolencia semejante a la gota en los pies, Asa no acudió a Jehová por ayuda, sino que buscó la ayuda de sanadores.—15:1-16:13.

      UN REGISTRO EXCELENTE MANCHADO POR UNA MALA ALIANZA

      Josafat el hijo de Asa se distinguió como buen rey, y por lo tanto, tuvo la ayuda y protección de Jehová. Se esforzó por limpiar de idolatría el país, hizo arreglos para que al pueblo se le enseñara la ley de Jehová y mejoró el sistema judicial. Porque confió en Jehová, tuvo una magnífica salvación cuando las fuerzas enemigas combinadas de Amón, Moab y monte Seir se destruyeron unas a otras. Sin embargo, imprudentemente Josafat formó una alianza de matrimonio con el rey israelita idólatra Acab. Atalía, la hija de Acab y su reina Jezabel, una adoradora de Baal, llegó a ser la esposa de Joram, el hijo de Josafat. Debido a estas cosas Josafat se vio envuelto en una desastrosa empresa militar arriesgada con el rey Acab. Al regresar a Jerusalén, Josafat recibió como saludo esta censura: “¿Es a los inicuos que se ha de dar ayuda, y es para los que odian a Jehová que debes tener amor?” Sin embargo, más tarde Josafat falló de nuevo a este respecto cuando se hizo socio del sucesor de Acab, el rey Ocozías, en una empresa de construir barcos. En cumplimiento de una profecía, los barcos fueron destrozados.—17:1-20:37.

      Bajo la influencia de su esposa Atalía, el siguiente rey de Judá, Joram, siguió el mal proceder de la casa de Acab. Para fortalecer su posición de rey, asesinó a todos sus hermanos y a algunos príncipes. Su gobernación, que no tuvo la bendición de Jehová, resultó en fracaso. Lo plagaron rebeliones de los edomitas y de la ciudad de Libna. En los dos años finales de su vida lo hirió un mal de los intestinos.—21:1-20.

      Al subir al trono Ocozías, el hijo más joven de Joram, la mala gobernación continuó, porque él también estuvo bajo la influencia de Atalía. Mientras visitaba al rey israelita Joram, que había sido herido, Ocozías se halló en el camino de la acción punitiva que Jehú estaba tomando contra la casa de Acab y fue muerto. Cuando eso sucedió, Atalía, después de asesinar a la prole real, usurpó el trono. Sin embargo, la esposa del sacerdote Joiada había escondido a Joás el hijo de Ocozías. Más tarde, Joiada hizo que Joás fuera proclamado rey y ordenó la ejecución de Atalía.

      Con la guía de Joiada, Joás gobernó bien e hizo arreglos para que el templo fuera renovado. Pero Joás se apartó de la adoración verdadera después de la muerte de Joiada, y hasta ordenó que Zacarías, hijo de Joiada, fuera muerto a pedradas porque éste lo censuró debido a su falta de fe. Jehová entonces permitió que los sirios administraran una derrota humillante al reino de Judá. Joás enfermó y finalmente fue asesinado por sus propios siervos.—22:1-24:27.

      DESDE LA GOBERNACIÓN DE AMASÍAS HASTA LA DESOLACIÓN DE JUDÁ

      Amasías el hijo de Joás empezó bien, pero después se hizo infiel. Tras de muchos años de coexistencia pacífica, los dos reinos israelitas se envolvieron en guerra, y las fuerzas de Amasías fueron derrotadas. Se formó una conspiración contra Amasías desde el tiempo en que dejó de seguir la ley de Dios. Obligado a huir a Laquis, murió allí a manos de unos conspiradores.—25:1-28.

      Uzías, el siguiente rey de Judá, gobernó bien y fue favorecido con muchas victorias sobre los enemigos del reino de Judá. Pero posteriormente desplegó arrogancia y se tomó la libertad de invadir el templo y ofrecer incienso como si fuera sacerdote. Por esta acción presuntuosa fue herido de lepra. Su hijo Jotán empezó a gobernar entonces. Puesto que Jotán siguió la ley de Jehová, prosperó, y ganó la victoria sobre los amonitas.—26:1-27:9.

      Sin embargo, Acaz el sucesor de Jotán llegó a ser un idólatra notorio, y hasta llegó al punto de dar muerte en sacrificio a su(s) propio(s) hijo(s). Como resultado de esto, Jehová retuvo su bendición de Acaz y sus súbditos idólatras. El reino de Judá experimentó invasiones de los edomitas, los filisteos, los israelitas y los sirios. Acaz, temiendo perder su posición de rey, solicitó ayuda militar a los asirios. Pero esta acción imprudente no trajo alivio, sino solamente opresión por extranjeros.—28:1-27.

      Ezequías, el hijo de Acaz, hizo esfuerzos resueltos por remover de su dominio la idolatría y se rebeló contra los asirios. Aunque el rey asirio Senaquerib invadió la tierra de Judá, no pudo apoderarse de Jerusalén. Ezequías fue recompensado por poner su confianza en Jehová, porque en una sola noche un ángel destruyó la flor y nata de la fuerza militar asiria.—29:1-32:22.

      Manasés, el hijo de Ezequías, hizo revivir la idolatría y se hizo culpable de vergonzosa opresión. Sin embargo, cuando fue llevado cautivo a Babilonia, volvió a sus cabales y se arrepintió. Jehová Dios tuvo misericordia de él, y esto abrió el camino para que Manasés regresara a Jerusalén. El rey entonces instituyó reformas religiosas, pero el pueblo había llegado a estar demasiado envuelto con la idolatría para que los esfuerzos de Manasés pudieran efectuar un cambio verdadero. Hasta su propio hijo, Amón, al ascender al trono, volvió a la idolatría. Pereció a manos de unos conspiradores.—33:1-25.

      El último buen rey de Judá, Josías, inició una campaña arrolladora contra la idolatría. Pero era demasiado tarde para que el pueblo pudiera arrepentirse sinceramente. Además, Judá tenía mucha culpa por derramamiento de sangre. (2 Rey. 24:3, 4) Lamentablemente, Josías mismo murió en un intento por rechazar a las fuerzas egipcias en Megido cuando los egipcios iban a pelear con los caldeos en Carquemis. Los últimos cuatro reyes... Joacaz, Joaquim, Joaquín y Sedequías, resultaron malos gobernantes. Jehová abandonó totalmente el reino de Judá y permitió que los babilonios bajo el rey Nabucodonosor redujeran a ruinas a Jerusalén y su magnífico templo. Muchos de los sobrevivientes fueron llevados al exilio. Finalmente, en cumplimiento de la palabra de Jehová por medio de su profeta Jeremías, Ciro emitió un decreto que abrió el camino para que los desterrados regresaran a su desolado país de origen.—2 Cró. 34:1-36:23.

      ¡Cuán vigorosamente demuestra este registro histórico el hecho de que, aparte de por desplegar fidelidad a Jehová Dios, no puede haber verdadero éxito! Como dijo el profeta Hanani al rebelde rey Asa, los actos insensatos que muestran falta de fe en Dios conducen solo al desastre, mientras que, “en cuanto a Jehová, sus ojos están discurriendo por toda la tierra para mostrar su fuerza a favor de aquellos cuyo corazón es completo para con él.”—2 Cró. 16:9.

  • El Sermón del Monte... “Entren por la puerta angosta”
    La Atalaya 1979 | 15 de mayo
    • El Sermón del Monte... “Entren por la puerta angosta”

      DESPUÉS de animar a los que le escuchaban a orar encarecidamente por ayuda para hacer la voluntad de Dios, Jesús declaró: “Entren por la puerta angosta; porque ancho y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y muchos son los que entran por él; mientras que angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.”—Mat. 7:13, 14.

      En la antigüedad, carreteras o caminos que pasaban por puertas o entradas eran el medio de entrar en las ciudades. Las Escrituras con frecuencia asemejan un camino o senda al curso o derrotero de vida que los individuos siguen. (Pro. 4:18, 19) Según el Hijo de Dios, el camino a la “destrucción,” o a la muerte fuera del favor divino, es “ancho y espacioso.” Ese camino permite que la gente viva precisamente como desee, sin efectuar cambios para amoldarse a las normas bíblicas para la conducta. “Muchos” han escogido esa espaciosa vía de ‘la vida cómoda,’ o ‘la vida fácil.’

      Por otra parte, la Biblia asemeja el reino mesiánico de Dios a una ciudad, a la cual se obtiene acceso por medio de una puerta “angosta” y un camino “estrecho.” (Vea Hebreos 11:10; 13:14.) Las personas que se hallan en este “camino que conduce a la vida [eterna]” deben disciplinar su corazón para desarrollar móviles correctos. Deben ejercer dominio de sí mismas en todo aspecto de la conducta humana; y, a veces, “el camino” de la adoración verdadera exige aguante de persecución violenta. (Hech. 9:2; 19:9, 23; 22:4) Puesto que la mayoría de las personas prefiere vivir sin esfuerzos que signifiquen sacrificarse, y sin restricciones, no buscan el camino de la vida que agrada a Dios. Por consiguiente, ‘pocos son los que hallan’ la puerta angosta y el camino estrecho que lleva a la vida.—Compare con Mateo 7:8; Lucas 13:24.

      Entonces Jesús pasó a dar una advertencia

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