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  • Equipados para hablar palabras deleitables de verdad
    La Atalaya 1974 | 15 de enero
    • en enseñar la Palabra de Dios a sus propias familias así como a otros. (Heb. 5:12) Enfatiza el hecho de que no debemos confiar en nuestra propia sabiduría al enseñar a otros, sino, más bien, en la Palabra de Dios, que se describe bien como la “palabra de vida.”—Fili. 2:16.

      19. (a) ¿Qué modelo eficaz para enseñar estableció Jesús? (b) ¿Por qué no debe la falta de educación seglar disuadirlo a uno de participar en este entrenamiento?

      19 El modelo de enseñanza que se usa y recomienda en la Escuela del Ministerio Teocrático es el mismo que usó Jesús... su confianza en la Palabra autoritativa de Dios, la simplicidad con la cual habló él, y su uso de ilustraciones. El hecho de que la simplicidad es una clave para la enseñanza eficaz estimula a muchos. Como Pablo explicó, no ha sido a los muy educados ni a los “sabios según la carne” a quienes Dios ha llamado, “no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble; sino que Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios . . . Mas a él se debe el que ustedes estén en unión con Cristo Jesús, que ha venido a ser para nosotros sabiduría procedente de Dios.” (1 Cor. 1:26-31) De modo que la falta de educación seglar no debe disuadirlo a uno de matricularse en la Escuela del Ministerio Teocrático ni de compartir la verdad con otros.

      20. ¿Qué le fue necesario a Salomón a fin de usar palabras deleitables al enseñar a otros la verdad?

      20 Para llegar a ser eficaz en el ministerio se requiere esfuerzo de todos. Aun del rey Salomón se escribió: “Y además de haberse hecho sabio el congregador, también le enseñó a la gente conocimiento de continuo, y meditó e hizo un escudriñamiento cabal, a fin de arreglar muchos proverbios ordenadamente. El congregador procuró hallar las palabras deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad.” Los que están matriculados en la Escuela del Ministerio Teocrático tienen un deseo similar de enseñar la Palabra de Jehová a todos los que buscan la verdad. Comprenden que se requiere una búsqueda detenida y estudio cabal de las Escrituras a fin de hallar las palabras deleitables que harán su mensaje tanto interesante como instructivo a sus oyentes. Como hizo notar Salomón, estas palabras bien escogidas pueden ser tan poderosas como un aguijón para dirigir a la gente al camino que lleva a la vida.—Ecl. 12:9-11.

      21. ¿Cómo debemos hablar a nuestras familias, pero qué debemos evitar?

      21 Si nos interesamos, igual que Salomón, en hallar y usar palabras correctas y deleitables de verdad, entonces esto debe afectar la manera en que hablamos todos los días. Debe afectar nuestra conversación con nuestra familia y con nuestros amigos, en el trabajo y en el ministerio del campo, porque los cristianos no deben tener dos normas de habla. A los padres se les dice que no estén “irritando a sus hijos.” A las esposas se les dice que tengan “profundo respeto” a sus esposos, a los hijos que ‘honren a su padre y a su madre.’ (Efe. 4:31-5:4, Efe. 5:33; 6:2-4; Tito 2:7, 8) ¿Por qué debe hablar alguna persona de una manera que produzca infelicidad en su familia, o deleitarse en esparcir chismes, o gozarse en hacer un comentario mordaz o sarcástico? Como explicó Jesús: “Las cosas que proceden de la boca, del corazón salen, y esas cosas contaminan al hombre. Por ejemplo, del corazón salen razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias. Estas son las cosas que contaminan al hombre.”—Mat. 15:18-20.

      22. ¿De qué manera puede ser movido nuestro corazón a hablar cosas que son edificantes?

      22 Lo diametralmente opuesto también es cierto. Si introducimos en nuestro corazón la información edificante, fortalecedora de la fe que nos suministra la clase del “esclavo fiel y discreto” como ‘alimento espiritual al debido tiempo,’ entonces las cosas que nuestro corazón nos moverá a hablar serán palabras de vida que promuevan curación, paz, felicidad y una reverencia a nuestro Creador. ¿Es ésta la actitud de corazón que ustedes, padres, están edificando en sus hijos? ¿Es ésta la actitud que usted está fortaleciendo en usted mismo mediante un programa regular de lectura y estudio bíblico? Si así es, usted está siguiendo un derrotero que edificará en usted un entendimiento excelente de los maravillosos propósitos de Jehová y que lo capacitará para contribuir tanto a la “edificación de la congregación” como a una vida de familia feliz.—1 Cor. 14:12; Sal. 19:14.

      23. ¿En qué obra que todavía continúa debemos desear participar, y cómo?

      23 Si es su deseo poder hablar palabras deleitables de verdad como lo hizo Salomón, Jehová le ayudará a hacerlo. Muéstrelo por el modo en que usted habla a su propia familia, y por expresar aprecio por las cosas que Jehová ha provisto. (Efe. 5:20) Dirija el corazón y la mente de su familia y amigos hacia el Creador a medida que habla, “no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el espíritu.” (1 Cor. 2:13) Al proceder así usted y su familia serán movidos a participar en la gran obra evangelizante que predijo el vocero de la verdad de Jehová, Jesús, obra que actualmente se está efectuando en todo el mundo. En una escala nunca vista antes Jehová está equipando a su pueblo para hacer discípulos de gente de todas las naciones. Usted también puede participar en esta obra profética aceptando la invitación del salmista: “Toda cosa que respira... alabe a Jah. ¡Alaben a Jah!”—Sal. 150:6.

  • ¿Reconocerá usted la verdad acerca de Dios?
    La Atalaya 1974 | 15 de enero
    • ¿Reconocerá usted la verdad acerca de Dios?

      LA VERDAD que lleva a vida eterna. Un joven examinó con interés el libro que lleva este título. Luego le preguntó al ministro de los testigos de Jehová que le estaba presentando esta ayuda para el estudio bíblico: “A propósito, ¿dónde se editó este libro?” Al saber que se editó en una ciudad grande norteamericana decidió no aceptar el libro. ¿Por qué? Posiblemente pensó que pudiera haber influido en él el modo de pensar capitalista. Cualquiera que haya sido su razonamiento, el rehusar considerar el asunto le impidió aprender verdades bíblicas vitales.

      Los fariseos judíos del primer siglo E.C cometieron el mismo error. Despreciaron a Jesucristo porque era de Galilea. (Juan 7:51, 52) Como resultado, no escucharon la advertencia de Jesús de la inminente destrucción de Jerusalén. Esto le costó la vida a más de un millón de judíos en 70 E.C.—Luc. 19:41-44; 21:20, 21.

      ¿Qué hay en cuanto al día actual? Si Jesús fuese a aparecer en la Tierra hoy día, ¿cómo respondería a él la gente de África? ¿De América del Norte y América del Sur? ¿De Europa? ¿De Asia? ¿Lo aceptarían sobre la base de lo que dijera e hiciera, reconociendo la verdad por lo que es? O, ¿tropezarían a causa de su descendencia judía?

      Sin duda usted puede ver lo incorrecto que es el prejuicio. Usted se da cuenta, por ejemplo, de que la humanidad sufriría si la gente evaluara la literatura médica o científica sobre la base de la nacionalidad del autor o del lugar donde se editó la información. ¡Y qué incorrecto sería, también, si la gente permitiera que sus sentimientos religiosos y políticos para con el Oriente Medio hoy día les impidiera leer la Santa Biblia simplemente porque la produjeron

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