-
Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1972 | septiembre
-
-
Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
Hace unos días escuchamos a algunos hermanos de más edad hablar acerca del uso que se le está dando a La Atalaya y ¡Despertad! en el servicio del campo. ¡Se está haciendo una obra maravillosa con esas revistas! Durante junio se colocaron 6.969.779 ejemplares en los Estados Unidos y se enviaron 2.855.377 más a los suscriptores. Pero los hermanos se han preguntado si el arreglo para que los publicadores obtengan sus ejemplares personales en el Salón del Reino ha afectado el verdadero total del número de revistas que se está distribuyendo.
¿Lo ha hecho? Sí. Cuando nuestras suscripciones personales se vencieron, si sencillamente, tomamos nuestros ejemplares para estudio de La Atalaya de nuestro surtido de repartidores, sin aumentar nuestro pedido, eso significaría que aproximadamente 850.000 revistas al mes —más de 10.000.000 al año— serían retiradas del uso en el servicio del campo; y por supuesto, eso no incluiría el número de ejemplares de ¡Despertad! que quizás separamos para nuestro uso. Para cada publicador, es solo una revista a la vez, pero el número aumenta rápidamente cuando se considera a muchos publicadores.
¿Ha sucedido esto realmente? Bueno, de la fábrica hemos aprendido que durante mayo la mengua en el número de suscripciones que se envían por correo sobrepasó por 285.000 al aumento en ejemplares de distribuidores que se envían. Y en junio la diferencia fue de 620.000 ejemplares. De modo que, hasta cierto grado, quizás eso es lo que ha sucedido.
¿Es posible que podamos volver a poner en circulación más revistas en el campo? Eso sería algo excelente. Ya pronto tendremos en La Atalaya algunas de las excelentes conferencias que escuchamos en las recientes asambleas de distrito; éstas presentan firmemente delante de cada persona la cuestión de la gobernación divina. Los animamos a hacer uso pleno de ellas. Al hacer su pedido extra de revistas para los números especiales de octubre, ¿por qué no toma en consideración si sería provechoso aumentar su pedido regular de revistas? En los meses venideros demostremos nuestra fe haciendo todo esfuerzo para mantener este asunto de la gobernación divina delante de la gente por todas partes.
Cuenten con nuestro amor.
Sus consiervos,
LA OFICINA DE SUCURSAL DE BROOKLYN
-
-
Las contribuciones de la familia a la espiritualidad de la congregaciónMinisterio del Reino 1972 | septiembre
-
-
Las contribuciones de la familia a la espiritualidad de la congregación
1 Se ha dado mucho énfasis a la necesidad de mantener la espiritualidad de la congregación. Por varias razones, es posible que usted se sienta muy limitado en cuanto a cómo puede contribuir a favor de este esfuerzo. Quizás usted ha concluido que el interés y la preocupación por estos asuntos recaen sobre los superintendentes. ¿Podría ser que usted esté pasando por alto una excelente oportunidad de ayudar, una que está al alcance de todos los miembros de su familia en su mismísimo hogar? La congregación se compone principalmente de familias; por lo tanto, fuerte espiritualidad en la familia, contribuye inconmensurablemente hacia mantener esta cualidad en la congregación. Su familia, prescindiendo de las circunstancias, puede ayudar directamente a alcanzar esta meta. ¿Cómo?
2 Una familia bien equilibrada y con discernimiento aprecia las provisiones que su cabeza hace, ya sean cosas materiales, recreo o instrucción bíblica. Cuando la familia ha cultivado este aprecio, entonces todas las provisiones que hace el Cabeza de la congregación, Cristo Jesús, también serán recibidas agradecidamente por medio de aprovecharse plenamente de cada reunión, asignación o privilegio de servicio en la congregación.
3 Si en el hogar se mantienen buenos hábitos de estudio personal y familiar, la familia también tendrá fuerte aprecio por las reuniones de la congregación. El profundo interés de la familia en estas reuniones y su participación en ellas serán una fuente de ánimo para todos los demás, que los incitará al “amor y a las obras excelentes.”—Heb. 10:24.
4 En un hogar donde se respeta la jefatura del padre cristiano dedicado y se reconoce su guía en los asuntos familiares, hay unidad de pensamiento y acción para efectuar las cosas. Tal familia tendrá respeto a los hombres de mayor edad de la congregación y cooperará con ellos suministrándoles mucho gozo al desempeñar sus responsabilidades como pastores.
5 La familia es bendecida cuando el espíritu de amor predomina en el hogar y cada uno muestra una disposición anuente a pasar por alto las faltas de los demás. Esto resulta en paz y unidad, y esto a su vez ejerce fuerte influencia que ayuda a los miembros de la familia a manifestar el mismo espíritu hacia otros en la congregación. Cuando estas cualidades florecen entre los hermanos, prevalece una relación cálida y feliz que edifica a todos.
6 Jehová nos instruye a dirigir nuestra vida en armonía con los principios expuestos en su Palabra. Cuando la familia hace un esfuerzo sincero para hacer esto, resistirá el pensar mundano y las manías de vestir mundanas, así como la actitud y la conducta que estas cosas animan. Una congregación compuesta de muchas de esas familias tendrá pocos problemas que requieran consejo o disciplina de parte de los superintendentes.
7 Los miembros de la familia que han hecho una práctica de ser bondadosos, considerados y sinceramente interesados los unos en los otros estarán inclinados a manifestar esas mismas excelentes cualidades hacia todos en la congregación. Esto asegura que se mostrará un cálido y
-