-
Un día de ajuste de cuentas está garantizadoLa Atalaya 1980 | 15 de marzo
-
-
para ser glorificado con relación a sus santos y para ser considerado en aquel día con admiración con relación a todos los que ejercieron fe.—2 Tes. 1:6-10.
La venida de Jesucristo en calidad de ejecutor del juicio divino iniciará un tiempo en que todos los males serán rectificados. Por medio de Cristo, Dios juzgará hasta “las cosas secretas de la humanidad.” (Rom. 2:16) Aunque no sabemos el día ni la hora en que llegará ese día que por largo tiempo se ha anhelado, tenemos la garantía que Dios da de que vendrá, y de que se acerca cada vez más. Eso debe incitarnos a vivir en armonía con su garantía. Pero ¿qué exige esto de nosotros?
-
-
Cómo vivir en armonía con la garantía de DiosLa Atalaya 1980 | 15 de marzo
-
-
Cómo vivir en armonía con la garantía de Dios
SI TENEMOS fe absoluta en la garantía de Dios respecto al juicio venidero, debe haber obras que den prueba de nuestra fe. La Biblia dice: “Como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
Está claro que si esperamos que el juicio de Jesucristo sea totalmente imparcial debemos evitar el favoritismo. Esto significaría que otorgaríamos a toda persona la dignidad que merece, que no tendríamos a menos a otros debido a su posición humilde o sus limitaciones, ni daríamos preferencia especial a ciertos individuos solamente porque fueran ricos y prominentes. Además, querríamos evitar el favorecernos nosotros mismos indebidamente. ¡Cuánta inconsecuencia habría en que nos angustiáramos por los males morales que otros cometieran mientras nosotros estuviéramos procurando egoístamente nuestro propio provecho en toda oportunidad!
Hacemos bien en tener presente que el juicio divino por Jesucristo no es solo para nuestro semejante. Es para nosotros personalmente. Las Escrituras declaran: “Si ustedes invocan al Padre que juzga imparcialmente según la obra de cada cual, compórtense con temor durante el tiempo de su residencia forastera.” (1 Ped. 1:17) Cuando tenemos un temor o respeto sano para con nuestro Creador y su Juez nombrado, estamos menos inclinados a ver qué están haciendo o no están haciendo otras personas. Más bien, tendremos cuidado en cuanto a cómo llevamos a cabo nuestros propios asuntos en la vida. Al reconocer que solamente Jehová Dios por medio de Jesucristo puede arreglar todo asunto, nos restringiremos de llegar a estar excesivamente perturbados por las injusticias, y de encolerizarnos hasta el punto de hacernos justicia nosotros mismos. La Biblia nos dice: “No se venguen ustedes mismos, amados, sino cédanle lugar a la ira; porque está escrito: ‘Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová.’”—Rom. 12:19.
Al mismo tiempo, si podemos ayudar a otros a llegar a apreciar la importancia de vivir en armonía con la garantía de Dios de que hay un juicio venidero, seguramente queremos hacer eso. Podemos hacer esto al responder con bondad a los que nos tratan injustamente. La Biblia recomienda: “‘Si tu enemigo tiene hambre, aliméntalo; si tiene sed, dale algo de beber; porque haciendo esto amontonarás brasas ardientes sobre su cabeza.’ No te dejes vencer por el
-