-
Libertad del temor—¡Puede conseguirse!La Atalaya 1954 | 15 de julio
-
-
sea prendido, atado, abismado, y hará que el abismo sea cerrado y sellado sobre él. (Sals. 37:10; 145:20; Apo. 20:1-3) El inicuo dominio de Satanás será reemplazado entonces por un dominio justo, el “cielo nuevo y una tierra nueva” del Apocalipsis 21:1-4.
Ese nuevo dominio traerá a la tierra libertad del temor, porque completamente cumplirá la oración del cristiano de que la voluntad de Dios sea hecha por toda la tierra como se hace en el cielo. Entonces no habrá temor de guerra, ni de animales, ni de enfermedad, ni siquiera de muerte.
¡SIN TEMOR AHORA!
Pero aun ahora, antes de que Satanás sea destruído, es posible vencer el temor. Cuando el Post de Nueva York preguntó a personas en la calle: “¿Qué es lo que más lo asusta a usted?”, una persona dijo: “La bomba atómica”; otra: “El pensar que una gran pestilencia hiera a nuestro país alguna vez.” Pero un testigo de Jehová dijo: “No hay nada que me asuste. La Biblia indica que habrá un nuevo mundo con condiciones perfectas.... Y prescindiendo de lo que suceda, viviré en armonía y contentamiento perfectos.” ¿Ignoraba él las condiciones mundiales? No, pero con la ayuda de la penetrante verdad de la Palabra de Dios veía a través de las tinieblas presentes y entendía el grado de protección que tiene como siervo de Jehová.
Para tener tal confianza se necesita un conocimiento acertado de la Palabra de Dios. Es esa Palabra, la Biblia, la suprema fuente de información, la que manifiesta cómo Satanás trabaja, los peligros que coloca delante del hombre, y cómo contrarrestar sus embestidas. Un conocimiento de ella remueve el temor de guerras, porque Mateo 24 manifiesta que aunque ellas de repente se empeorarían esto indica que su fin se acerca y señala el último esfuerzo desesperado de Satanás para impedir que el hombre tome tiempo para ponerse de parte de Cristo. Jesús no dijo palabras vacías cuando expresó la declaración frecuentemente citada: “Si permanecen en mi palabra, ustedes verdaderamente son mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” (Juan 8:31, 32, NM) ¡Esa verdad sí suministra libertad del temor!
El amor del cristiano echa fuera el temor, porque incluye sinceridad de acción, ayudando a otros a aprender, una altruísta devoción a la verdad. Los testigos de Jehová, llenos de celo por esto, tienen poco tiempo para preocuparse acerca de cosas que pudieran suceder, pero raramente suceden. Tienen la mente llena de cosas gozosas, como la Palabra de Dios y sus propósitos, el crecimiento de nuevas personas en la organización cristiana, las promesas de un nuevo mundo y el privilegio gozoso de ayudar a otros a ver las bendiciones del nuevo mundo y vivir para su justicia.
La inflación, la represión u otras dificultades económicas no los aterrorizan. Confían en que no se morirán de inanición, y aunque el valor menguante del dinero puede molestarles, no les causa angustia desmedida. El dinero no es su dios. Sus tesoros son verdaderos, guardados en el cielo “donde ni polilla ni moho consumen, y donde ladrones no entran y roban.” Por eso la pérdida de riqueza material, o el tener menos que el vecino, no es para ellos temor que los corroa como lo es para tantos hoy día.—Mat. 6:20, NM.
No temen la pérdida de posición mundana, o el parecer inferiores a otros hombres, porque ellos no se consideran dioses que deban ser adorados. Más bien que considerar que ellos son tan importantes, saben que “es a Jehová tu Dios que tienes que adorar,” que él es a quien se ha de complacer. Su interés está en lo que él piensa de ellos, no en lo que los hombres piensan de ellos.—Mat. 4:10, NM.
No temen la corrupción gubernamental, porque saben que mientras Satanás domine, la corrupción es inevitable, pero saben que ésta terminará pronto. Saben que bajo el dominio justo de Cristo la enfermedad será curada, que tanto literal como espiritualmente Dios cumplirá la promesa: “He aquí que yo le traeré a esta ciudad sanidad y curación; y a sus habitantes yo los sanaré, y les revelaré la abundancia de mi paz y fidelidad.” Aun la muerte, aunque causa aflicción a personas amadas, no suministra temor, porque, como los apóstoles, ellos creen en una resurrección. Después que el Apocalipsis dice cómo Satanás será atado, declara proféticamente: “Y el mar entregó a los muertos que había en él, y la muerte y el Hades entregaron a los muertos que había en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus obras.”—Jer. 33:6; Apo. 20:13, NM.
¡Los testigos de Jehová verdaderamente tienen tal confianza! Bajo amenaza directa de muerte miles de ellos se han mantenido firmes en su fe, sin doblegarse. Cuando, como ante los nazis de Hítler, la determinación de mantener su fe traía ejecución, se mantuvieron resueltos. Escuche muestras de lo que escribieron a personas amadas: “Tengo una meta radiante ante los ojos, y para alcanzarla considero mi vida como escoria, y me coloco en esas Manos, y encomiendo mi espíritu a Su cuidado. Pelearé por el honor de Jehová y la gloria de Su nombre. Pelearé por Él con el valor y arrojo de un león rugiente.” ¿Suena eso como temor? O esto: “Sean fuertes, porque yo no estoy perdido, sino que puedo decir con Pablo: ‘He peleado la buena pelea, he acabado la carrera, he guardado la fe.’” ¿Por qué fué que estos testigos no temblaron y transigieron, como lo hicieron los de otras religiones, cuyos clérigos y sacerdotes se alinearon con los nazis? ¿Por qué permanecen firmes y sin temor hoy en tierras donde los gobernantes comunistas atacan su fe? Porque han participado del alimento espiritual de la Palabra de Dios, alimento sano, fortalecedor y edificador de fe. Han conseguido conocimiento que es fortalecedor de la fe. ¡Es debido a su fuerza espiritual y debido a la confianza que tienen en que el Poder que los apoya es mayor que todos los enemigos que hay delante de ellos que los testigos de Jehová están libres del temor, cosa que le es imposible comprender al viejo mundo de hoy!
¿Desea usted tener dicha fe? Entonces consiga conocimiento. La fe de ellos no es ciega, sino una fe informada basada en hechos. Si usted consigue el conocimiento y sigue los mandamientos de Dios, usted también puede fortalecerse con la fe informada que resulta en dicha libertad. Cuando uno tiene la protección de Dios, sabe las promesas definitivas de Jehová, entiende el porqué de las dificultades de hoy, sabe su resultado, tiene la mente activa con el más importante de todos los trabajos, confía en Aquel que tiene poder infinito, y cuando se enfrenta a la muerte tiene confianza en la promesa de una resurrección en el nuevo mundo, entonces ¿qué queda para que uno tema?
-
-
Sus acciones desmienten su predicaciónLa Atalaya 1954 | 15 de julio
-
-
Sus acciones desmienten su predicación
● Según decía Cristo Jesús las acciones del clero de su día desmentían lo que predicaban. (Mat. 23:3-5) El que hoy día tienen un paralelo en otros es patente de lo siguiente. El profesor Ole Halesby, presidente de la Sociedad luterana Inner Mission de Suecia, advirtió a los pecadores a través de la radiodifusora estatal: “Si usted no es creyente, ¡tenga cuidado! Si usted sufriera un colapso y muriera de repente, ¡daría usted justamente en medio del Infierno!” De paso, esas expresiones dieron principio a una violenta controversia religiosa. Precisamente con cuánta seriedad el erudito profesor de teología tomó su propia predicación de un infierno ardiente se puede deducir al saber que poco tiempo después de eso fué hallado culpable de haber defraudado al gobierno del pago de impuestos por un período de por lo menos diez años.
-