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    Ministerio del Reino 1978 | junio
    • Carta de la Sucursal

      Estimados publicadores:

      Con el transcurso de los años hemos disfrutado de ver a miles de personas nuevas participar en la obra de predicar el Reino aquí en los Estados Unidos. Otros países continúan observando ese crecimiento. Ya para noviembre de 1977, Italia tuvo un máximo de 68.000 proclamadores de las “buenas nuevas.” En el Japón se informó un máximo de más de 43.000 publicadores, y éstos tuvieron un promedio de más de 15 horas.

      Deseamos ayudar a tantos como sea posible durante cualquier tiempo que Jehová aún permita. Al mismo tiempo tenemos gran interés en “los que [ya] están relacionados con nosotros en la fe.” (Gál. 6:10) Es interesante notar que, además de los más de medio millón de publicadores que con regularidad participan en la obra de predicar, unos 100.000 más informaron servicio por lo menos alguna vez durante el año. Por tanto, muchos miles que no están informando servicio cada mes siguen asociándose con nosotros y siguen amando la verdad. ¿Es posible que vacilen en cuanto a hablar extensamente a las personas a las puertas? Quizás les falte confianza y por eso necesiten nuestra ayuda.

      Es urgente que todos estemos alerta a cualesquier necesidades que nuestros hermanos tengan y les ayudemos de cualquier modo que podamos. Deseamos ayudar a todos a fortalecer su ‘agarro de la vida que lo es realmente.’ (1 Tim. 6:19) Jesús sabía que lo que está en el futuro requerirá que todos tengamos la fuerza que viene de estar activos, servir con toda el alma. Es por eso que nos instó a ‘prestar atención a nosotros mismos’ y a ‘mantenernos despiertos’ a fin de ‘lograr escapar de las cosas que están destinadas a suceder.’—Luc. 10:25-28; 21:34-36.

      Una vez que hayamos emprendido el servicio de Dios, que nunca perdamos nuestro celo y confianza. Más bien, ¡que demostremos que

  • ¿Los trata usted como individuos?
    Ministerio del Reino 1978 | junio
    • ¿Los trata usted como individuos?

      1 ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que usted puso en práctica una nueva manera de abordar a los amos de casa en su territorio? Aun si usamos la misma presentación en cada puerta, estamos dando testimonio, y eso es importante. Pero algunos publicadores han aprendido a adaptar lo que dicen para que se ajuste al amo de casa como individuo. Observan que, como resultado, más personas escuchan y personalmente hallan mayor gozo en su servicio del campo.

      2 Recientemente escribimos a varios precursores y superintendentes de circuito y les preguntamos cómo dan un testimonio sobre una base “individual.” Queremos compartir con ustedes algunas de sus respuestas.

      CÓMO COMENZAR LA CONSIDERACIÓN

      3 La manera en que ellos se presentan varía. Una hermana dice: “¡Hola! Mi nombre es . . . y me he detenido solamente por un minuto para compartir con usted un pensamiento muy estimulante.” Otra dice: “Tengo un mensaje muy interesante que compartir con usted concerniente a la Biblia como una guía práctica. Solamente tomaré cinco minutos.” Ellos saben que antes de poder empezar a adaptar su presentación, necesitan captar la atención del amo de casa.

      4 En algunas zonas los hermanos encuentran que hay mejor respuesta si, en vez de mencionar a Dios o la Biblia en sus comentarios de introducción, se refieren brevemente a algún deseo humano básico o a un problema en el que muchos están pensando. Pero un superintendente de circuito dice que, cuando ningún otro modo de abordar da buen resultado, él va al grano. Sin ningún saludo preliminar y con su Biblia en la mano, dice: “Me gustaría mostrarle este texto bíblico de gran valor.” Entonces lee Salmo 119:105.

      5 Muchos de estos hermanos y hermanas experimentados están de acuerdo en que el ser afectuoso y tener una sonrisa amigable es importante.

      SEA OBSERVADOR

      6 Desde luego, cada amo de casa es diferente. Pero ¿cómo puede usted averiguar las cosas que interesan a los individuos?

      7 Un superintendente de circuito sugiere que seamos observadores: “¿Es de edad avanzada el amo de casa? ¿Hay juguetes en el patio? ¿Hay algún rótulo en el automóvil que indique que se identifica con algún movimiento en particular... político, religioso o protector del ambiente? ¿Hay alguna señal en la ventana que muestre que pertenecen a alguna asociación protectora de niños? ¿Son pobres en recursos mundanos, o ricos? ¿Hay en la puerta artefactos para evitar robos, o perros grandes para proteger las posesiones? Cualesquiera de estas cosa pueden dar indicación de lo que será el interés especial en ese hogar.” No haga solo una mención pasajera de estas cosas; los hermanos recomiendan que enlace su consideración con estos puntos varias veces.

      CÓMO FAMILIARIZARSE CON LAS PERSONAS

      8 Otra Testigo dijo que el tomar nota de la reacción del individuo es aún más importante que observar cosas. Al estar a la puerta de un hogar, tan pronto ella mencionó a Dios, observó que los ojos de la señora se llenaron de lágrimas. En vez de seguir adelante, preguntó ‘¿Hay algún problema?’ Desde luego que lo había. El hijo de la señora había sido asesinado hacía dos semanas, y ella sencillamente no podía comprender por qué Dios había permitido que esto ocurriera. La publicadora pudo ayudarla... un poco aquel día, y más en otra ocasión.

      9 Una precursora que ha estado en el servicio de tiempo cabal desde temprano en los años cuarenta frecuentemente se informa bastante acerca de las personas a las cuales habla, y hace buen uso de ello para ayudarles. ¿Cómo lo logra? Ella escribe: “Al ir de casa en casa a menudo uso esto: ‘¡Hola! Me alegro mucho de encontrarla en casa, pues somos vecinas. [Aquí le digo dónde vivo en la ciudad; me parece que esto es importante, pues muchas personas en la ciudad no conocen a otras y son muy aprehensivas.] Ambas estamos interesadas en el bienestar de nuestras familias, ¿no es cierto? ¿Cómo están todos en el hogar? [Aquí me entero de enfermedades, problemas, y si están solos.] ¿No es verdad que es una pena que muchas personas no se interesen en lo que le pasa a otras en estos días? [Con frecuencia introduzco algún caso específico y reciente de la localidad.] ¿Qué cree usted que sea el problema?’” Si ellos hablan, ella los escucha.

      USE LA BIBLIA

      10 Pero ahora queremos dirigir la conversación a la Biblia. ¿Cómo? Bueno, esta precursora dice que, cuando los comentarios de los amos de casa sacan a la luz ciertos problemas, ella pregunta: “¿Cree usted que Dios espera que nosotros acudamos a él para arreglar las cosas, o es una cuestión que sencillamente nos incumbe a nosotros?” Aun si la respuesta es negativa, no es difícil decir: “Así es como piensan muchas personas, pero he leído algo aquí en la Biblia que le interesará.” Ahora bien, ¿qué texto usará usted?

      11 Bueno, ¿qué promesas de la Biblia son especialmente preciosas para usted? Comparta una de éstas con el amo de casa. Si usted tiene dificultad en recordar dónde se encuentran, entonces anote algunas de las que seleccione. No se preocupe pensando en que quizás usted no sabrá qué decir. Confíe en la promesa de Jesús de que el espíritu santo ‘le hará recordar’ las cosas que usted ha aprendido de él. (Juan 14:26) Sencillamente esté dispuesto a compartir estas cosas. Hágalo de la manera bondadosa y amorosa que fue característica de Jesús, y todos los que están “correctamente dispuestos para vida eterna” le escucharán.—Hech. 13:48.

      12 Usted sabe que no todas las personas nos van a escuchar. No todos escucharon a Jesús. Así que no piense que usted ha fallado cuando el amo de casa no le permita continuar. Más bien dé gracias a Jehová por el privilegio de hablar en su nombre. Entonces intente hablar en otra casa.

      13 Los hermanos encuentran que una vez que el amo de casa ve que la Biblia realmente trata sus propios problemas en la vida, a menudo agradece recibir literatura que lo ayude a aprender más. Nunca olvide, el amo de casa es un individuo. Relaciónese con él. Entonces use lo que usted haya aprendido para ayudarlo.

  • ¿Qué hace usted con sus revistas?
    Ministerio del Reino 1978 | junio
    • ¿Qué hace usted con sus revistas?

      1 Cada vez que usted recibe un nuevo número de la revista La Atalaya, ¿qué hace con él? ¿Es su reacción inmediata la de uno a quien se le pudiera llamar un “lector de encabezamientos,” que sencillamente hojea la revista, y observa los títulos y otros puntos sobresalientes? O, ¿es usted un “lector de láminas,” que se deleita en las ilustraciones? O, ¿es usted un “lector de interés especial,” a quien atraen en particular algunos rasgos especiales de la revista, tales como “Preguntas de los lectores” o “Ponderando las noticias”? O, ¿hace usted alguna otra cosa?

      2 Se reconoce que cada número de La Atalaya aviva cierta medida de expectación, y que causa mucha satisfacción el hojear las páginas de la revista mientras todavía está fresca. Pero ahora nos enfrentamos a la pregunta... ¿Qué haremos entonces? ¿Qué hace usted con la revista después que satisface esta chispa de interés inicial? ¿Podría ser que simplemente la meta en una gaveta o se olvide de ella? ¿O, quizás usted la archiva cuidadosamente para de esa manera saber exactamente dónde está cuando llegue el tiempo de prepararse para el estudio de La Atalaya de la congregación, y entonces siente que ha cumplido con su deber? ¿O, por lo menos la deja fuera por algún lugar, y piensa que más adelante le dará más atención, solo para encontrar que llega a estar oculta entre otras cosas y queda fuera de la vista?

      3 Ya sea que estos ejemplos sean verdaderos o no en su caso, ciertamente cuadran con algunos de nosotros, ¿no es cierto? Quizás no tengamos la intención de ser tan negligentes, pero con la gran demanda que cada día se nos hace de nuestro tiempo tan precioso, puede que sencillamente nos parezca que, después de todo, el “alimento a su debido tiempo” se encuentra en los artículos de estudio y éstos se considerarán en el estudio de La Atalaya de la congregación. En cuanto a los otros artículos, algunos pueden pensar que muchos de ellos sencillamente son un repaso del material que ya es bastante familiar para aquellos de nosotros que hemos estado en la verdad por algún tiempo. Así que no estamos perdiendo gran cosa, ¿no es cierto?

      4 Bueno, quizás nos estamos perdiendo más de lo que nos damos

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