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Enseñando a hombres de buena voluntadLa Atalaya 1959 | 1 de marzo
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su consideración del Mesías por medio de presentar material histórico que era acepto y que mostraba la indocilidad de la nación. Por medio de introducir en el cuadro a Juan el Bautista, mostró que una figura pública bien conocida en ese tiempo había aceptado a Cristo. Arguye que el hecho de que los gobernantes rechazaron a Cristo no lo desvirtuaba; por lo contrario, eso cumplía las profecías y debería confirmar la fe de ellos en él. Empleó tacto al unir el creer en Jesús con el aceptar al amado rey David, y luego mostró la superioridad del puesto de Jesús. El edificó su argumento sobre cosas que ellos conocían y creían. Con una conclusión conmovedora, él los instó a que no cumplieran las profecías que describían a los que se mofarían en incredulidad. Ningún judío de corazón honrado que esté familiarizado con la historia de su propio pueblo y que sinceramente crea las cosas escritas por los profetas de Dios podría dar la espalda al argumento presentado allí.
13. ¿Qué hizo que la presentación de la verdad por Pablo fuera tanto atractiva como eficaz aun para los que no aceptaban la Biblia?
13 Pablo se refiere a sí mismo como aquel a quien Jehová Dios había confiado las buenas nuevas para las personas de las naciones. El predicarles a ellas presentaba problemas bastante diferentes de los problemas que encontraba entre los judíos. Hechos 17:22-31 contiene un ejemplo de cómo las buenas nuevas pueden ser presentadas a tales personas, y provee una guía excelente para los que tienen asignaciones semejantes hoy día. Pablo estaba interesado en la gente a quien servía y observaba su manera de vivir. Principia por medio de comentar con interés acerca de su devoción religiosa y comentando en cuanto a uno de sus lugares de adoración. Él une la adoración verdadera, no con su idolatría, sino con su deseo apropiado de adorar a un Dios desconocido. Dado que la gente adoraba a muchos dioses, Pablo explicó cuidadosamente a lo que él se refería cuando hablaba de Dios. Él razona que Aquel que es Creador del mundo no podría ser un ídolo y no vive en un templo hecho por hombres. Ahora es el tiempo, arguye Pablo, para informarnos acerca de Su propósito y conformarnos a él para que podamos contar con su aprobación en el día de juicio. No se podría confundir de manera alguna este mensaje con lo que oían en sus templos. Aunque en él se demostró tacto, también fué directo. Hizo claro quién es Dios, qué esperanza coloca ante nosotros, y lo que nosotros debemos hacer. ¿Son los sermones de usted tan bien presentados como ése?
EL ENSEÑAR LA VERDAD EN EL DÍA MODERNO
14. Ilustre cómo uno puede ayudar prudentemente a los amos de casa que dicen que ellos aprenden las mismas cosas en la iglesia.
14 De modo que hoy los testigos de Jehová visitan las casas en obediencia al mandato de Jesús de enseñar a todas las naciones y de darles a conocer las “buenas nuevas del reino.” Quieren estar seguros de que la gente verdaderamente aprende, que discierne la diferencia entre el mensaje que ellos traen de la Biblia y las enseñanzas presentadas desde los púlpitos del término medio de la cristiandad. Si usted le dice a la persona que asiste generalmente a la iglesia que es preciso que tengamos fe, ella contestará que oye estas cosas en la iglesia. Dígale que tiene que adquirir conocimiento de Dios, y le asegurará a usted que sabe eso. Sí, ella cree en el reino de Dios también, le dirá a usted. El ministro que está capacitado para enseñar no puede sentir que ha terminado su trabajo por medio de simplemente decirle a la persona de la casa acerca de estas cosas. Si la persona está anuente a escuchar, el ministro quiere estar seguro de que ella realmente entiende el mensaje. De modo que el ministro entonces puede explicar que la fe que se necesita para agradar a Dios es más que simple creencia; tiene que estar basada en un conocimiento acertado de su Palabra. (Heb. 11:1, 6) Cuando habla acerca de Dios, puede indicar que Dios tiene un nombre, Jehová, y que para conocerlo en realidad es preciso que entendamos sus propósitos según se exponen en la Biblia. (Sal. 83:18) O él puede aclarar que el Reino es un gobierno verdadero que funciona desde el cielo que pronto eliminará la iniquidad de la tierra, y que ahora tenemos que amoldar nuestra vida a los requisitos de Dios si hemos de conseguir la vida eterna bajo él.—Dan. 2:44.
15. Como fué el caso con los cristianos primitivos, ¿qué hace eficaz la enseñanza que llevan a cabo hoy los testigos de Jehová?
15 Los miembros de las iglesias hoy día tienen la Biblia y muchos han oído lo que ella dice. Se parecen mucho a los judíos del día de Jesús; ellos tenían las Escrituras y a menudo habían oído la lectura de ellas. Pero no entendían lo que éstas decían. Cuando Jesús y los apóstoles enseñaban a la gente, le causaban asombro por ello. Ellos no enseñaban como lo hacía el clero religioso. Ellos eran sinceros, ellos sabían que estaban enseñando la verdad, y el espíritu santo de Dios los respaldaba. (Hech. 4:13) Por eso hoy día, cuando los testigos de Jehová efectúan su ministerio en los hogares de la gente, usan la Biblia diestramente, leyendo textos bíblicos apropiados y luego tomando tiempo para llamar atención especial a los puntos de instrucción que se abarcan en esos textos y comentando en cuanto a su aplicación para nuestro día. Ellos no sólo predican; también son maestros de la Palabra de Dios.
16, 17. ¿Qué consejo excelente da la Biblia en cuanto a cómo desempeñar nuestro ministerio cuando encontramos a personas que no están interesadas, y qué efecto tiene esto en nuestra enseñanza?
16 Cuando Jesús no fué recibido favorablemente en cierta aldea samaritana, Santiago y Juan se encolerizaron y dijeron: “Señor, ¿quiere usted que digamos que venga fuego del cielo y los aniquile?” (Luc. 9:54) Jesús los reprendió a causa de ello. Hacemos bien al tomar a pecho el incidente. No hay razón para excitarnos por ello cuando encontramos indiferencia o aun oposición abierta. El consejo de Pablo es: “El esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser prudente para con todos, capacitado para enseñar, manteniéndose reprimido bajo lo malo, instruyendo con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos, pues quizás Dios les conceda arrepentimiento que lleve a un conocimiento acertado de la verdad, y ellos puedan volver a sus sentidos propios fuera del lazo del Diablo, siendo que han sido atrapados vivos por él para la voluntad de ése.”—2 Tim. 2:24-26.
17 Somos enviados para enseñarles la verdad. Una lengua hiriente, mordaz, rara vez es buen maestro. “Al que es sabio de corazón se le llamará entendido, y el que es dulce de [los] labios añade persuasiva.” (Pro. 16:21) Nuestro corazón se compadece de esas personas que han sido “despellejadas y arrojadas acá y allá como ovejas sin pastor.” (Mat. 9:36) Aunque rechacen con frialdad el mensaje cuando los visitamos, no les guardamos rencor. ‘El amor es sufrido. No busca sus propios intereses, no se irrita. No lleva cuenta del daño.’ (1 Cor. 13:4, 5) Sabemos que significa vida para ellos el que abracen la verdad. No tratamos de hacer que acepten el mensaje a fuerza sino que ‘instruimos con apacibilidad a los que no están favorablemente dispuestos.’ A causa de esta actitud amorosa de parte de los testigos de Jehová miles han aprendido la verdad. “El corazón del sabio hace que su boca muestre perspicacia, y a sus labios añade persuasiva.” (Pro. 16:23) Dado que es sabio, su corazón, o asiento de motivo, es incitado por el amor. Eso lo ayuda a mantener clara ante su vista la verdadera situación de la gente a quien él sirve, a mostrar perspicacia al tratar con ella. Hace que algunos escuchen lo que él dice, que sean persuadidos por ello, y vuelvan “a sus sentidos propios fuera del lazo del Diablo.”
PROGRESO HACIA LA MADUREZ
18. (a) ¿Cómo demuestran los testigos de Jehová verdadero amor a los hombres de buena voluntad? (b) ¿Qué sugestiones se dan para ayudar a los ministros cristianos a estar seguros de que la instrucción que dan verdaderamente se arraigue?
18 Cuando los testigos de Jehová hallan a uno que responde a la voz del Pastor Propio, ¿sienten que con eso el trabajo queda hecho? De ninguna manera. Lo ayudan a asociarse con el rebaño de ovejas del Pastor y a crecer a la madurez cristiana. Regularmente cada semana regresarán para estudiar la Biblia con la persona que ha respondido para que ella pueda discernir lo que ésta le dice que haga. La persona que está enseñando debe tener gran cuidado y asegurarse de que la persona de buena voluntad verdaderamente esté aprendiendo, que entienda los puntos y esté progresando hacia la madurez. No todos progresarán al mismo paso, pero mediante organización cuidadosa el desarrollo espiritual de cada uno recibirá la debida atención. Anime al nuevo a expresarse. “Que cualquiera a quien se le da instrucción oral en la palabra comparta todas las cosas buenas con el que da esa instrucción oral.” (Gál. 6:6) Y cuando se hace el comentario, si aparentemente no se hace con entendimiento, muestre que usted es un verdadero maestro por medio de considerar el punto más detalladamente y hacer que el estudiante comente más. Enseñe al estudiante a razonar las cosas, a discernir la relación de ellas con las cosas aprendidas previamente, a incluir en sus respuestas los textos que prueban que son correctas. Repita los puntos especialmente importantes para que no se olviden.
19. ¿Qué, además de conocimiento acertado, también debemos esforzarnos por enseñar a las personas de buena voluntad?
19 Más se necesita si esta persona verdaderamente ha de llegar a ser discípulo de Cristo Jesús. Debe aprender a acudir a Jehová por guía y a cultivar un deseo vehemente de agradarle. Se le debe ayudar a apreciar el punto de vista del salmista David, quien dijo: “Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios. Tu espíritu es bueno; guíeme éste en la tierra de rectitud.” (Sal. 143:10) No sólo debemos ayudarla a tener las respuestas en su cabeza, sino, de más importancia, debemos ayudarla a tener la ley de Dios en su corazón. “Y esto es lo que sigo orando: que el amor de ustedes abunde aun más y más con conocimiento acertado y pleno discernimiento, para que se aseguren de las cosas más importantes, para que no tengan tacha y no estén haciendo tropezar a otros hasta el día de Cristo, y estén llenos de fruto justo que es por medio de Jesucristo, para la gloria y la alabanza de Dios.” (Fili. 1:9-11) Sí, cuando la verdad se arraiga y se desarrolla en el corazón de la persona, ella comenzará a dar fruto.—Mat. 13:23.
20. ¿Qué se puede hacer para preparar a las personas recién interesadas para que participen en enseñar a otros la verdad?
20 Generalmente no pasa mucho tiempo antes que la persona de buena voluntad comience a discernir que los cristianos tienen trabajo que hacer. Pero a algunos les toma más tiempo que a otros el que su corazón los mueva a hacerlo. No sucede de un golpe, pero hay mucho que un buen maestro puede hacer en preparación para ello. Cada semana emplee algún tiempo en familiarizarlos con la organización de Jehová y cómo ésta hace su trabajo. Familiarícelos con las reuniones y cómo se conducen. Invítelos a concurrir. Al contarles usted acerca de su propio ministerio de casa en casa durante la semana, muéstreles brevemente de la Biblia por qué lo hace así. (Hech. 20:20) Más tarde usted puede contar una experiencia animadora que usted haya tenido cuando volvió a visitar a una persona de buena voluntad. Esa oportunidad podría usarse para mostrar que Jesús mandó que las ovejas fuesen alimentadas. (Juan 21:15-17) En otra ocasión usted puede familiarizarlos con el programa de entrenamiento y con el hecho de que a los nuevos no se les envía solos, sino que se les ayuda amorosamente paso por paso hasta que se sienten capacitados para ayudar a otros. No se forme la idea de que tiene que invitarlos a salir al servicio la primera vez que usted les habla acerca de ello. Prepárelos para ello. A medida que el entero arreglo adquiera forma en la mente de ellos y a causa de los estudios que usted les dé ellos comiencen a discernir la necesidad apremiante de que otros aprendan, ellos querrán participar. El amor basado en conocimiento quitará cualquier temor que pudieran tener de decir a otros lo que han aprendido y lo reemplazará con un deseo ardiente de mostrar su aprecio a Jehová por medio de servirle.—1 Juan 4:18.
21. ¿Qué trabajo es urgente hacer ahora?
21 En todas partes del mundo hay una necesidad apremiante de maestros de las buenas nuevas. ¿Está usted como cristiano capacitado para enseñar? ¿Está usted dando pasos para progresar más allá de la infancia cristiana de modo que pueda ser maestro? ¿Está usted dispuesto a usar las verdades y las habilidades que ahora tiene para ayudar a otros a aprender la verdad para que ellos puedan conseguir la vida en el nuevo mundo de Dios? Si es así, ahora es el tiempo de participar en este privilegio de servicio dado por Dios. A medida que lo haga, sea usted nuevo o experto en el ministerio, siga el consejo registrado en 1 Timoteo 4:16, a saber: “Presta constante atención a ti mismo y a tu enseñanza.”
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1959 | 1 de marzo
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Preguntas de los lectores
● En Mateo 1:1 leemos: “El libro de la historia de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.” En Romanos 3:24 leemos: “Es como un don gratuito que ellos [los pecadores que creen] están siendo declarados justos por su bondad inmerecida mediante la liberación por medio del rescate pagado por Cristo Jesús.” ¿Qué diferencia hay entre Jesucristo y Cristo Jesús?
Las Escrituras Cristianas Griegas principian con la expresión Jesucristo en Mateo 1:1 y Marcos 1:1. Cierran con la misma expresión en Apocalipsis 22:21. El apóstol Pablo fué el que introdujo la expresión Cristo Jesús, en Romanos 3:24, y él es el único escritor de la Biblia que usa esta expresión, con la excepción de sólo dos veces que la usa el apóstol Pedro en su primera epístola en la Versión Autorizada. (1 Ped. 5:10, 14) En la Versión Auto o del Rey Jaime de la Biblia la expresión Cristo Jesús ocurre solamente cincuenta y cuatro veces, mientras que la expresión Jesucristo ocurre alrededor de 184 veces, o más de tres veces más a menudo que Cristo Jesús.
La palabra “Jesús” es un nombre, que significa “Jehová es salvación.” El ángel le dijo a José que iba a ser su padre adoptivo: “Debes llamarlo ‘Jesús’, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.” (Mat. 1:21) Por otra parte, la palabra “Cristo” es un título, que significa “el ungido.” Significa lo mismo que Mesías, una palabra de origen hebreo. Se usaba este título Cristo o Mesías en las Escrituras proféticas antes del primer año de la era cristiana para predecir la venida de este a quien Dios ungiría con su espíritu para ser Rey del nuevo mundo de justicia, pero sin predecir directamente su nombre terrenal. (Dan. 9:25, 26; Sal. 2:2) De igual modo al tiempo de su nacimiento humano el anunciador angelical les dijo a los pastores en los campos cerca de Belén: “Les nació a ustedes hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.” (Luc. 2:11) Note usted el orden de sucesión de las palabras, no ‘el Señor Cristo,’ sino, “Cristo el Señor.”
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