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    Razonamiento a partir de las Escrituras
    • Sant. 1:6, 7: “Que siga pidiendo en fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a una ola del mar impelida por el viento y aventada de una parte a otra. De hecho, no vaya a figurarse ese hombre que recibirá cosa alguna de Jehová.”

      ¿Sobre qué asuntos es correcto orar?

      Mat. 6:9-13: “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ‘[1] Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. [2] Venga tu reino. [3] Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra. [4] Danos hoy nuestro pan para este día; y [5] perdónanos nuestras deudas, como nosotros también hemos perdonado a nuestros deudores. Y [6] no nos metas en tentación, sino líbranos del inicuo.’” (Nótese que el nombre de Dios y Su propósito deben tener prioridad.)

      Sal. 25:4, 5: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus propias sendas. Hazme andar en tu verdad y enséñame, porque tú eres mi Dios de salvación.”

      Luc. 11:13: “Si ustedes, aunque son inicuos, saben dar buenos dones a sus hijos, ¡con cuánta más razón dará el Padre en el cielo espíritu santo a los que le piden!”

      1 Tes. 5:17, 18: “Oren incesantemente. Con relación a todo den gracias.”

      Mat. 14:19, 20: “[Jesús] tomó los cinco panes y los dos pescados, y, mirando al cielo, dijo una bendición y, después de partir los panes, los distribuyó a los discípulos, y los discípulos a su vez a las muchedumbres. De modo que todos comieron y quedaron satisfechos.”

      Sant. 5:16: “Oren los unos por los otros.”

      Mat. 26:41: “Manténganse alerta y oren de continuo, para que no entren en tentación.”

      Fili. 4:6: “No se inquieten por cosa alguna, sino que en todo por oración y ruego junto con acción de gracias dense a conocer sus peticiones a Dios.”

      Si alguien dice...

      ‘Ore conmigo primero, luego déme su mensaje’

      Usted pudiera contestar: ‘Me alegra saber que usted es una persona que reconoce la importancia de la oración. Los testigos de Jehová también oran con regularidad. Pero hay algo que Jesús dijo respecto a cuándo y cómo orar que tal vez sea nuevo para usted. ¿Sabe que él dijo a sus discípulos que no oraran en público con el objeto de que otros vieran que eran personas devotas y que oraban?... (Mat. 6:5)’. Entonces pudiera añadir: ‘Note que más adelante él indicó lo que debería ser de interés primordial para nosotros y lo que deberíamos mencionar primero en nuestras oraciones. Eso es lo que he venido a compartir con usted (Mat. 6:9, 10)’.

      O contestar: ‘Sé que los representantes de ciertos grupos religiosos hacen eso. Pero los testigos de Jehová no lo hacemos, porque Jesús dio a sus discípulos otras instrucciones en cuanto a cómo llevar a cabo su predicación. En vez de decir: “Al entrar en la casa, primero oren”, note qué dijo él, como muestra Mateo 10:12, 13... Y fíjese aquí, en el versículo 7, de qué habrían de hablar... ¿Cómo puede ese Reino ayudar a personas como usted y como yo? (Rev. 21:4)’.

  • Organización
    Razonamiento a partir de las Escrituras
    • Organización

      Definición: Una asociación o sociedad de personas cuyos esfuerzos se coordinan para realizar una obra o un propósito en particular. Los miembros de una organización están unidos mediante arreglos administrativos y normas o requisitos. Los que son testigos de Jehová dedicados y bautizados entran en la organización de Jehová por elección propia o personal, no por nacimiento ni por que se les obligue de alguna manera. Han sido atraídos a Su organización terrestre debido a las enseñanzas y prácticas de esta y porque quieren participar en la obra que esa organización está efectuando.

      ¿Tiene realmente Jehová una organización aquí en la Tierra?

      Para contestar esa pregunta, considere lo siguiente:

      ¿Están organizadas las criaturas celestiales de Dios, los ángeles?

      Dan. 7:9, 10: “Seguí contemplando hasta que se colocaron tronos y el Anciano de Días se sentó. Su ropa era blanca justamente como la nieve, y el cabello de su cabeza era como lana limpia. Su trono era llamas de fuego; sus ruedas eran un fuego ardiente. Había una corriente de fuego que fluía y salía de delante de él. Había mil millares que seguían ministrándole,

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