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Beneficiándose de la historia¡Despertad! 1974 | 22 de julio
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abrió el mar Rojo para permitir que la nación de Israel saliera de Egipto. Algunas personas hallan este relato, escrito por un testigo presencial, Moisés, difícil de aceptar. Frecuentemente las personas que lo rechazan en realidad nunca han leído el relato atentamente por sí mismas.
Pero el que considera cuidadosamente este material (que se halla en Éxodo capítulos 12-15 hasta el 15) observa que se registran los nombres de las personas y los lugares.—Compare con Números 33:1-8.
El tiempo cuando la permanencia de Israel en Egipto estaba llegando a su fin también se declara: “La morada de los hijos de Israel, que habían morado en Egipto, fue de cuatrocientos treinta años. Y aconteció al cabo de los cuatrocientos treinta años, sí, aconteció en este mismo día que todos los ejércitos de Jehová salieron de la tierra de Egipto.”—Éxo. 12:40, 41; compare con 1 Reyes 6:1.
Así es que, en la historia de la Biblia se incluye un marco plausible de tiempo y lugar para el incidente del mar Rojo. ¿Qué más podía cualquier historiador, prescindiendo del tiempo y lugar en que viva, posiblemente proveer en su relato para probar que él había escrito lo que realmente vio? Nada. ¿Hay base alguna, entonces, para descartar este relato bíblico como no histórico? ¡Por supuesto que no!
Los relatos históricos de la Biblia son confiables. Como ninguna otra historia, enfatizan correctamente la seguridad de la Palabra profética de Dios, la superioridad de sus leyes morales y su continuo interés en la creación. Los hombres que se familiarizan con los tratos del Dios de historia, que se halla en la Biblia, reciben los más grandes beneficios.—Rom. 15:4.
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La Palabra de Dios puede enriquecer vidas¡Despertad! 1974 | 22 de julio
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La Palabra de Dios puede enriquecer vidas
SEA que lo reconozcan o no, los humanos tienen necesidades espirituales. “No de pan solamente debe vivir el hombre,” dijo Jesucristo al rechazar la tentación del Diablo, “sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová.” (Mat. 4:4) Es por eso que hasta la gente que tiene considerablemente más que los artículos de primera necesidad pueden sentir intensamente cierto vacío cuando no se satisfacen sus necesidades espirituales. Aunque se dan cuenta de que definitivamente falta algo, frecuentemente no saben exactamente qué es, y la agitación que existe en el mundo se añade a su sentimiento de insatisfacción.
Esta fue la experiencia de un hombre en California. Él relata acerca de sus circunstancias y sentimientos:
“Mi esposa y yo teníamos un buen matrimonio, dos buenos hijos, un hogar, automóviles, un velero, todas las amenidades de la vida y dos empleos con buenos sueldos para encargarse de todo ello. Pero nos sentíamos insatisfechos con el modo en que estaba el mundo... la continua lucha por ganar y retener las cosas materiales. Teníamos un sentimiento presagioso acerca del futuro del mundo.
“Sentíamos que necesitábamos escapar. A los dos nos gustaba el océano, así es que pensamos en construir un barco y navegar a una isla donde nuestros hijos estarían a salvo en virtual aislación. Por supuesto, también estábamos pensando en nosotros mismos. Siempre leíamos libros acerca de otros que habían zarpado, y estábamos constantemente soñando con lugares alejados, donde podríamos estar libres de la niebla tóxica y del mundo cotidiano. Comenzamos a construir un velero grande para 1969, tratando de olvidarnos de las dificultades que nos rodeaban.
“Muchas veces los testigos de Jehová visitaron nuestro hogar. Por lo general mi esposa contestaba, porque yo estaba trabajando en los dos empleos para tratar de pagar todo. Sin embargo, un sábado un Testigo vino a la puerta y yo contesté. Comenzamos a considerar la Biblia, y él me hizo algunas preguntas que no pude responder.”
Esta conversación avivó el interés del hombre. Poco tiempo después él y su esposa comenzaron a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová. ¿Enriqueció ese estudio de la Palabra de Dios su vida familiar? ¿Proveyó lo que les había faltado? El hombre continúa: “Estábamos sencillamente alborozados con lo que aprendíamos y la maravillosa esperanza que se desplegaba ante nuestros ojos. Pudimos ver que el único verdadero escape o liberación de este sistema nuestro vendría por medio del reino de Dios por Cristo.”
Ya no trataron de escapar yendo a otra localidad. Al terminar el barco no lo usaron para lo que habían planeado, sino que lo vendieron. Ahora el hombre y su esposa se regocijan en poder usar sus bienes para ayudar a otros a apreciar que la Palabra de Dios ciertamente puede enriquecer la vida de las personas.
El obtener fama no basta
Los hombres y mujeres que han ido en pos de la fama se encuentran entre otros que han llegado a ver que la vida es vacía si no se atienden las necesidades espirituales. Un hombre del noroeste de África que se encontró en esta situación relata:
“Desde mi más temprana juventud me propuse como meta alcanzar renombre mundial como un atleta, trayendo honor, no solo para mí, sino también para África. Después de años de entrenamiento vigoroso, que requirieron muchos sacrificios, me vi subiendo la escalera de la gloria y la fama como boxeador internacional. ¡Qué orgullo tenía en representar a mi país y a África negra en Rusia, Alemania, y otros países europeos! Sin embargo el sufrimiento y el crimen que vi y oí en todos mis viajes me entristecieron muchísimo.
“Mi padre, un poderoso guía religioso en la capital de mi país, me había educado cuidadosamente en mi religión, enseñándome que todo este sufrimiento era la voluntad de Alá nuestro Dios. Pero me preguntaba, si Dios realmente es el Creador del hombre, ¿por qué quiere que el hombre sufra así?
“Entonces cierto día, en la piscina de natación de mi ciudad natal, donde estaba trabajando como instructor de natación, me abordó un compañero africano de mirada sincera que comenzó a llevar la conversación de los deportes a las condiciones mundiales y a la esperanza que hay para un remedio verdadero. Aquel hombre era un testigo de Jehová.
“Así es que por primera vez oí acerca del verdadero Dios y Creador del hombre, Jehová, y de sus propósitos amorosos de liberar la Tierra de todo crimen y sufrimiento, para el beneficio duradero de hombres de todas las razas.
“Ni siquiera se me ocurrió que estaba a punto de iniciar otro curso de entrenamiento, no, no de ‘entrenamiento corporal que es provechoso por un poco, sino de devoción piadosa que es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.’ (1 Tim. 4:8) Poco después estábamos celebrando estudios regulares de la Palabra de verdad de Dios, la Biblia, un libro del cual solo había oído vagamente. Comencé a ver que el participar con toda el alma en peleas de boxeo no dejaba tiempo o energía para correr la carrera que lleva a la vida eterna; una vida llena con dedicar todas las fuerzas a tratar de obtener gloria y fama personal no dejaba tiempo para traer gloria al único que la merece, Jehová, el Hacedor del cuerpo humano. Pero no es fácil abandonar una carrera deportiva, especialmente cuando ésta implica la religión de uno y aun a miembros de la familia inmediata. Hubo fiera y prolongada oposición de parte de mi esposa, padre y amigos, pero mi deseo más sincero era servir a mi Padre celestial.”
Debido a actuar en armonía con ese deseo él ya no siente ese vacío que la fama no pudo llenar. La Biblia le ha dado verdadera esperanza de que pronto dejarán de existir las angustiosas condiciones mundiales. Ardientemente comparte estas buenas nuevas con otros para que ellos también, puedan gozar de una vida más llena de sentido.
Vivir solo para el presente es insatisfactorio
Otros, aunque no han ido en pos de la fama, han pensado que lo mejor para ellos sería conseguir tanto como pudieran de la vida en el sentido material, o vivir solo para el placer. Como resultado, muchos han adoptado un modo de vivir perjudicial. Pero a ellos, también, se les puede ayudar a iniciar un derrotero que puede enriquecer sus vidas por medio de un estudio de la Palabra de Dios. De la América Central nos viene esta experiencia:
“Mi ambición era obtener dinero sin tener que trabajar demasiado duro. Esto, y también la asociación que tuve, resultó en que me viera envuelto en el negocio ilícito de tráfico en drogas. Pronto me convertí en un usuario habitual de marihuana. También comencé a vivir libremente con una mujer y llegué a ser padre de una hija. Entonces, en agosto de 1970, fui arrestado con un embarque de marihuana en un avión pequeño. Con el tiempo fui sentenciado a cinco años de prisión.
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