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Andando en buen comportamientoLa Atalaya 1955 | 15 de abril
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gradualmente y llegando a ser negligentes. Recuerde que un árbol al que se le permite crecer sin ser podado pronto cesa de producir buen fruto, en cambio se hace degenerado y una fácil víctima de influencias corrompedoras y enfermedades. Por lo tanto tenemos que estar alerta a todo tiempo, no sólo a los singulares privilegios y perspectivas del Reino que son nuestros, sino también a los peligros de adentro y de afuera. Estamos ocupados en un concurso y, como Pablo dice: “Todo hombre que participa en un concurso ejercita dominio de sí mismo en todas las cosas.” Por consiguiente, como él continúa diciendo: “Trato mi cuerpo severamente y lo guío como a un esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no sea desaprobado de algún modo.”—1 Cor. 9:25, 27, NM.
24. ¿Qué otro aspecto de la disciplina contribuye al buen fruto?
24 Más tarde, en la misma carta, después de llamar la atención a los resultados tristes de una falta de gobierno de uno mismo y la necesidad consecuente de un escrutinio de uno mismo, él menciona el otro aspecto de la disciplina, a saber, la que Jehová administra. Él dice: “Si discerniéramos lo que somos nosotros mismos, no seríamos juzgados. Sin embargo, cuando somos juzgados, somos disciplinados por Jehová.” Todo hijo legítimo necesita y recibe dicha disciplina, como Pablo hace notar en su carta a los hebreos. “Cierto, ninguna disciplina parece gozosa por el momento, sino dolorosa; sin embargo después a los que han sido entrenados por ella les produce fruto pacífico, a saber, justicia.”—1 Cor. 11:31, 32; Heb. 12:11, NM.
25. ¿Cómo y bajo qué diferente representación nos exhorta Pablo en Colosenses 3:12-14?
25 Para concluir nuestro estudio, le recordamos a usted lo que el apóstol escribió a los colosenses. Cierto, la ilustración de fruto no se usa, sino más bien la de vestido, con el propósito de identificación. Sin embargo, la misma idea priva. No hay necesidad de que nosotros mismos formemos el modelo para las diferentes prendas de vestir y las cortemos, todos los pedacitos y partes. Más bien, Dios suministra el vestido de acuerdo con su propio modelo y nos toca a nosotros ponérnoslo y usarlo. Es una descripción hermosa: “De consiguiente, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos afectos de la compasión, la bondad, la humildad de mente, la apacibilidad y la gran paciencia. Continúen tolerándose y perdonándose mutuamente sin reserva si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová sin reserva los perdonó, así háganlo también ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unidad,” que nos mantiene estrechamente unidos como el pueblo recogido de Jehová.—Col. 3:12-14, NM.
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Cambia el letrero después de tres mesesLa Atalaya 1955 | 15 de abril
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Cambia el letrero después de tres meses
Un ministro de la provincia de la Habana, Cuba, que dedica todo su tiempo a la predicación, cuenta la siguiente experiencia: “Al ir de casa en casa con el mensaje del reino de Dios, en el pueblo de Jaruco hace unos tres meses, llegué a una casa que tenía una pizarra y en ésta las palabras: ‘Lea la Biblia y crea en Cristo y su alma irá al cielo. Soy protestante.’ El amo de casa manifestó estar verdaderamente interesado en el mensaje del reino de Dios, de modo que se empezó un estudio de la Biblia con él, usando como libro de texto ‘Sea Dios veraz’. Ayer al dirigirme a su hogar para el estudio observé que había cambiado lo escrito en la pizarra. Ahora decía: ‘Lea la Biblia, entérese del Reino de Dios y viva en el Nuevo Mundo. Soy testigo de Jehová.’” Sí, no les toma largo tiempo a los hombres de buena voluntad, amadores de la justicia, el reconocer la verdad y decidirse a favor de ella y hacer confesión pública de ello.
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