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Por qué se van las monjas¡Despertad! 1975 | 8 de mayo
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hábitos o vestiduras, los cuales supuestamente tenían un origen sagrado, sencillamente eran la clase de vestidura que usaban las campesinas hace siglos. Además, se enteraron de que los cortinados alrededor de sus camas, que creían que tenían algún significado sagrado, originalmente solo servían para el abrigo, ¡y por lo tanto completamente innecesarios en estos tiempos de calefacción central!
El Segundo Concilio Vaticano había invitado las investigaciones que con el tiempo condujeron a las desilusiones y conflictos cuando se hicieron esfuerzos para ponerse al día. Pero hay otro factor que ha contribuido al éxodo en conjunto de las monjas. Este es: la actitud cambiante, así como la condición social, de las mujeres.
Las monjas han sido atrapadas por el espíritu del movimiento de liberación de las mujeres, el cual floreció a mediados de los años 1960. Así es que imbuidas de un nuevo sentimiento de independencia, las monjas se sintieron estimuladas a salir de sus convenios al desilusionarse. Esto animó aun a otras monjas a irse, y de este modo el éxodo cobró velocidad.
Otro factor importante
Sin embargo, los esfuerzos para renovar la Iglesia condujeron a otros descubrimientos que han confundido a muchas monjas. Se descartaron ciertos santos, ahora se puede comer carne los viernes, y se quitaron las imágenes de las iglesias. Pero esto no es todo. Una anterior monja señaló: “También aprendí que enseñanzas católicas básicas como la trinidad, la inmortalidad del alma, el purgatorio, el limbo y el fuego del infierno no son bíblicas, sino de origen pagano.”
Es evidente el hecho: ¡La Iglesia Católica sencillamente no está enseñando la verdad bíblica acerca de Dios y sus propósitos! No es de asombrarse que se haya esparcido el desaliento entre las monjas. “Me sentía como que padecía de hambre espiritual,” observa una anterior monja de Adams, Massachusetts. “En nuestro convento ni se hablaba ni se tenía la esperanza del reino de Dios. Rara vez hablábamos espontáneamente acerca de Dios.” Hasta las autoridades católicas comenzaron a reconocer abiertamente la carencia espiritual. Por ejemplo, el sacerdote católico Andrew M. Greeley escribió recientemente:
“Hay una crisis de energía religiosa en la iglesia que es aun más grave que la escasez de petróleo. Enormes cantidades de personas están hambrientas por religión, por iluminación y dirección en las cuestiones críticas de la vida y la muerte, el bien y el mal, el amor y el odio, la unidad y la diversidad, Dios y el hombre.
“El último lugar en el que podrían buscar iluminación en 1974 sería la Iglesia Católica Romana (y tampoco les irá mucho mejor si buscan en otras iglesias).”—The National Catholic Reporter, 11 de enero de 1974.
¿Puede uno culpar a las monjas por abandonar una iglesia a la cual hasta su propio sacerdote describe de esta manera? Pero, si otras iglesias están igualmente desprovistas espiritualmente, ¿dónde puede ir uno en busca de la verdad bíblica concerniente a Dios y a sus propósitos?
Monjas hallan respuestas satisfacientes
Hay una fuente de instrucción espiritual confiable. Después de abandonar el convento en 1969, la anterior monja de Adams, Massachusetts, señaló: “Dejé de ir a la iglesia. Había llegado a la conclusión de que la Iglesia Católica no estaba enseñando la verdad, pero no tenía idea de dónde hallarla. Más tarde dos testigos de Jehová llegaron a mi puerta y alegremente les invité a entrar en mi casa para hablar.
“Investigué lo que me estaban enseñando los Testigos, debido a que quería asegurarme de que no se me estaba engañando otra vez. Sin embargo, después de dos o tres estudios llegué a la conclusión de que los testigos de Jehová estaban enseñando la verdad bíblica. Era demasiado razonable para no ser verdad. Especialmente me agradó aprender que Dios no es una Trinidad.”
Pero no solo es grato aprender la verdad concerniente a Dios y sus magníficos propósitos, sino que es reconfortante experimentar el amor genuino que existe entre los testigos de Jehová. “Esto me atrajo aún más que sus enseñanzas bíblicas,” observó una señora que había sido monja por diez años y que fue bautizada por los Testigos en enero del año pasado en Paraguay.
¿Es usted una monja, o lo fue anteriormente? ¿Ha estado asociada con alguna organización religiosa? ¿Desea servir a Dios de la manera en que lo hicieron Cristo y sus primeros seguidores? ¿Gozaría usted del afectuoso compañerismo amoroso de los cristianos del día actual que verdaderamente imitan a los cristianos del primer siglo? Los testigos de Jehová se complacerán en brindarle su ayuda. Hable con ellos la próxima vez que la visiten, o escriba a los publicadores de esta revista.
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El misterioso arco iris¡Despertad! 1975 | 8 de mayo
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El misterioso arco iris
EL ARCO iris desde hace mucho ha fascinado al hombre, pero también lo ha desconcertado repetidamente por los misterios que presenta.
¿Por qué es que el arco iris aparece solo después de ciertas lluvias? ¿Por qué puede uno ver más colores en un arco iris que en otro? ¿Por qué es que el arco parece alejarse de una persona a medida que ésta se acerca a él? ¿Lo sabe el lector?
Temiendo lo que no podían comprender, muchos pueblos de la antigüedad consideraban al hermoso arco como una fuerza hostil o de “mala suerte.” Para algunos era una gran serpiente (u otro animal) que se tragaba el agua y retenía las lluvias. Estas opiniones, sin embargo, contrastan vivamente con el primer registro escrito de un arco iris.
El primer arco iris
El más antiguo libro de historia del mundo, la Biblia, llama la atención al primer arco iris y da la razón por su continuativa aparición. Este informa que Dios hizo un pacto, una promesa a los sobrevivientes del diluvio global, a saber, Noé y su familia, de que “nunca más llegarán a ser las aguas un diluvio para arruinar toda carne.” Y como una señal de este pacto, Dios le dijo a Noé: “De veras que doy mi arco iris en la nube, y tiene que servir como señal del pacto entre mí y la tierra.” (Gén. 9:8-16) ¡Qué manera tan espléndida de recordarle a la humanidad la promesa de Dios!
Algunas personas argumentan que en este pasaje la Biblia en realidad no describe la primera aparición de un arco iris, sino que de ese tiempo en adelante se le asignó un nuevo significado a su existencia. Sin embargo, la Biblia lo presenta como algo que se introdujo en esa época. Evidentemente las condiciones atmosféricas anteriores al gran Diluvio no permitieron la formación del arco iris. Aun hoy en día tienen que ocurrir ciertas condiciones atmosféricas para que aparezca.
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