El que uno coma más de lo que necesita también puede resultar en que llegue a tener exceso de peso, lo cual tiene sus propias desventajas.

También hay el factor psicosomático al que ya se aludió. No se apresure a comer, y manténgase en un estado de ánimo alegre. ¿Por qué participar en riñas de familia a la mesa o relatar todas las pruebas y desilusiones del día?

Emociones perjudiciales como preocupación, cólera y temor consumen mucha energía y pueden causar estragos en los procesos automatizados de su estómago y sus intestinos. Como bien se ha dicho: “Lo que se está ‘consumiendo a uno’ puede causarle más daño que lo que uno esté consumiendo.” Es un proverbio verdadero el que dice que el gozo es como buena medicina pero que el espíritu abatido mina la fuerza del hombre.—Pro. 17:22.

Nuestro Creador, el Hacedor de la planta intestinal, efectuó un trabajo excelente al producir este ‘tubo de la vida’ en el cual acontecen asombrosas funciones químicas y mecánicas. Muestre aprecio por él y por el resto de su cuerpo por medio de cultivar hábitos de vivir sabios. Al proceder así, usted tendrá un mínimo de incomodidad y dificultad y habrá más probabilidad de que disfrute de buena salud y años de vida. En cuanto a nosotros, ha sido un placer llevarlo a usted de gira para ver la química intestinal.

La “brecha entre generaciones” y los principios bíblicos

¿POR qué han llegado a ser tan ajenos uno del otro el mundo de los adultos y el de los adolescentes? ¿Hay una razón fundamental? Una carta reciente arroja alguna luz sobre este asunto.

Parece que durante una discusión en la clase de problemas sociales en una clase de muchachas de escuela secundaria se introdujo el asunto de la “brecha entre generaciones.” Pronto se hizo obvio que la discusión era muy unilateral, de modo que se sugirió que las muchachas invitaran a sus padres a la siguiente sesión. El padre de una estudiante que es Testigo cuenta la experiencia:

“Mi esposa y yo pudimos arreglar nuestros asuntos para estar en la escuela a las nueve de la mañana el día señalado, y descubrimos que nosotros éramos los únicos padres presentes.

“La clase se sentó en arreglo de semicírculo, y se nos pidió que nos sentáramos en dos escritorios enfrente de las muchachas. Dos maestras también estaban presentes, de pie al fondo de la sala. Empezó la consideración de asuntos cuando las muchachas levantaron la mano e hicieron preguntas según les indicábamos su turno. No se guardó registro alguno de la consideración, pero las muchachas se interesaron en nuestra actitud en cuanto a disciplina, el castigo, la libertad, la recreación, las causas de la ‘brecha entre generaciones,’ etc. Nuestras respuestas se basaron en la Biblia, a la cual nos remitíamos según lo requería la ocasión.

“Indicamos que todos, jóvenes y viejos, reciben disciplina a través de la vida; que el castigo puede ser benigno o severo según la clase de la falta y la naturaleza de las personas envueltas en ella; que la Biblia da consejo para todos, y que cuando una familia vive en armonía con los principios de la Biblia no hay ‘brecha entre generaciones.’ Pareció que las muchachas quedaron profundamente impresionadas, y al fin del período de cuarenta minutos preguntaron si podríamos quedarnos para un segundo período, lo cual hicimos.

“Era obvio para las muchachas que no había brecha en la comunicación en nuestro hogar. Después de irnos, algunas de las muchachas le dijeron a nuestra hija que quisieran poder cambiar padres con ella. Muchas concordaron en que preferirían vivir en un hogar donde hubiera disciplina aunada al amor que en un hogar donde los padres y los hijos no podían comunicarse. Gracias a nuestro entrenamiento ministerial pudimos contestar sus preguntas directamente sin titubear, sin lenguaje ambiguo o evadiendo las cuestiones.”

Sí, los excelentes principios de la Biblia suministran el puente sobre el cual padres e hijos se pueden comunicar, mientras se dan cuenta de que tanto los adultos como los adolescentes son hijos de un Gran Padre que sabe disciplinar con amor.