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¿Quién es el cabeza de su casa?¡Despertad! 1976 | 22 de agosto
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¿Significa esto que al hijo no se le concede la oportunidad para el desarrollo o expresión personal? De ninguna manera. Pero los padres le pueden dar alguna responsabilidad e independencia y hacerlo de tal modo que él todavía sepa que no es el cabeza. En vez de preguntar la madre: ‘¿Qué deseas de desayuno?’ podría decir: ‘Hoy tenemos cereal. ¿Cuál de estos tres deseas?’ Así se le da al niño una medida de independencia y elección pero al mismo tiempo se le hace consciente de que no es el cabeza de familia.
Un ingrediente esencial
Se requiere disciplina si los hijos han de aprender que no son el cabeza del hogar. Algunos padres se oponen a esto. Y podemos estar seguros de que también se oponen muchos hijos. No obstante, observe los comentarios del psiquiatra de niños Wayne Weisner:
‘Los hijos necesitan disciplina para hacerse civilizados. Y ellos mismos la desean. La aceptan más fácilmente de padres que son firmes, pero siempre justos. Ambos padres tienen que estar completamente de acuerdo en cuanto a lo que debe ser la disciplina, de otro modo el radar del hijo recoge el desacuerdo, y la invitación implícita a desobedecer.’
Por supuesto, esos sentimientos son meras repeticiones de lo que Dios registró hace mucho en cuanto al mejor derrotero para los padres: “La vara y la corrección dan sabiduría, mas el muchacho consentido es la vergüenza de su madre.”—Pro. 29:15, Nieto.
Reconocidamente, hay muchos hogares donde los hijos solo el cabeza, ordenando y dominando a sus padres. Pero esos hogares no son felices. Los padres no son felices. Los hijos no son felices, ni lo serán. La Palabra de Dios muestra claramente que se obtiene el mayor éxito y felicidad cuando el padre amoroso ejerce la jefatura en unión con su esposa respetuosa y cooperativa. Este arreglo provee el clima seguro y la guía firme esenciales para el mejor desarrollo de los hijos en adultos equilibrados y maduros.
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Aprendiendo a vivir en conformidad con la Biblia¡Despertad! 1976 | 22 de agosto
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Aprendiendo a vivir en conformidad con la Biblia
◆ A un joven judío que vivía en una ciudad euroasiática lo estaban estimulando los rabinos locales a que emprendiera entrenamiento rabínico. Lo animaban a hacer esto a pesar de saber que él no llevaba una vida moral. Mientras él consideraba sus apremios, los testigos de Jehová tuvieron la oportunidad de hablar con él. Aunque él conocía bien las Escrituras Hebreas, accedió a estudiar la Biblia con los Testigos. Pronto se dio cuenta de que no basta con solo saber lo que enseña la Biblia, sino que también es importante practicar lo que dice. Al leer un artículo de La Atalaya acerca del punto de vista cristiano del cortejo, quedó convencido de que su modo de vivir no agradaba a Dios. Se dirigió a sus rabinos y les señaló que no le habían enseñado la importancia de vivir en armonía con las Sagradas Escrituras. Los rabinos no pudieron darle respuestas satisfacientes.
Él decidió que los testigos de Jehová no solo estaban enseñando la religión verdadera sino también viviendo en conformidad con ella. Así es que continuó su estudio bíblico con aun mayor aprecio y comenzó a cambiar su vida. Hasta visitó a todas las muchachas con las que tenía relaciones ilícitas, se sentó con ellas y les leyó el artículo acerca del cortejo. Dos de estas muchachas ahora comparten activamente la verdad de la Biblia con otros, y él mismo ha llegado a ser un discípulo bautizado de Jesucristo.
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