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¿Piensa usted hacerse testigo de Jehová?La Atalaya 1968 | 1 de agosto
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ha perdonado. (Isa. 55:7) El vivir en armonía con Sus leyes ahora es lo que importa. Recuerde que aun algunos de los cristianos corintios anteriormente eran ladrones, adúlteros, borrachos, etc., pero completamente abandonaron esas prácticas y fueron aceptados por Jehová como sus testigos cristianos. Jehová también aceptará y bendecirá los esfuerzos que usted haga para servirle. Por eso, no se retraiga.
SEPARADOS DEL MUNDO
Sin embargo, aún hay otras condiciones que han de satisfacerse a fin de llenar los requisitos como testigo de Jehová. Una de ellas envuelve el mantenerse separado de las organizaciones religiosas falsas del mundo, como mostró el apóstol Pablo por medio de sus preguntas: “¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿O qué porción tiene una persona creyente con un incrédulo? ¿Y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos?” Luego, atrayendo atención a la profecía de Isaías, mediante la cual a los israelitas se les advirtió que evitaran el contaminarse con Babilonia, que estaba religiosamente corrompida, escribió el apóstol: “‘Por lo tanto sálganse de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y dejen de tocar la cosa inmunda.’”—2 Cor. 6:14-17.
Para la persona que hoy desea representar a Jehová como uno de sus testigos, esto significa que le es preciso cancelar su calidad de miembro de todas las organizaciones religiosas falsas con las que haya estado afiliada. Cuando la persona que quiere adorar a Dios con “espíritu y con verdad” comprende que las organizaciones con las que anteriormente estaba asociada no se adhieren a la verdad de la Palabra de Dios, va a cesar de asistir a sus reuniones y participar en sus actividades. (Juan 4:23) La Biblia identifica al imperio de la religión falsa como “Babilonia la Grande” del día moderno, e insta: “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados.” Es vital prestarle atención a este mandato.—Rev. 17:5; 18:4.
Otra condición que tiene que satisfacerse para llenar los requisitos a fin de participar en el ministerio con los testigos de Jehová es que uno se amolde a lo que dijo Jesús acerca de sus seguidores, a saber: “No son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:16) Esto incluye el estar libre de cualquier envolvimiento en los asuntos políticos del mundo. Como la Palabra de Dios lo aclara tan bien, tales asuntos no son negocio de un cristiano verdadero. Jesucristo no trató de decir a los gobernantes políticos cómo manejar sus asuntos, ni se envolvió en ellos. De hecho, rechazó esfuerzos de otros por hacerlo un gobernante mundano. (Juan 6:15; Luc. 4:5-8) Y cuando se trata de conflictos entre las naciones mundanas, el que sirve a Jehová ciertamente tiene que creer y comportarse según lo que dice la Biblia en Isaías 2:4.
SE PROVEE ENTRENAMIENTO
Sin embargo, quizás usted crea que nunca podría ir de casa en casa y predicar públicamente como lo hicieron los cristianos primitivos. (Hech. 5:42; 20:20) “¿Cómo abordaría yo a la gente? ¿Qué diría yo?” quizás pregunte usted. “No estoy capacitado para efectuar la obra de predicación. No tengo la habilidad de ser ministro de Dios,” quizás concluya usted.
No sorprende el que usted piense así. La mayoría de los siervos de Dios en un tiempo u otro han pensado de manera semejante, y quizás lo hayan expresado. No obstante, han aprendido a confiar en Dios por ayuda, y Él nunca les ha fallado. Mediante su espíritu Dios ha capacitado y ayudado a sus siervos a llevar a cabo el ministerio. Ciertamente no se efectúa por la propia fuerza o aptitud personal de uno. Como dijo el apóstol Pablo: “El estar nosotros adecuadamente capacitados proviene de Dios, quien verdaderamente nos ha capacitado adecuadamente para ser ministros.”—2 Cor. 3:5, 6.
En el primer siglo, recuerde, Dios suministró a su pueblo entrenamiento en la obra ministerial. (Efe. 4:11, 12) Los nuevos eran ayudados por miembros maduros de la organización cristiana para llevar a cabo el ministerio de casa en casa y otros rasgos del servicio del Reino. Hoy la organización cristiana de Dios provee un programa semejante de instrucción. De modo que no se inquiete; se le proporcionará estímulo y ayuda amorosos. Con gusto un ministro experimentado le acompañará y le demostrará cómo se puede llevar a cabo el ministerio de manera eficaz.
Quizás usted ya haya sido invitado a ir en el ministerio de casa en casa. Si todavía no ha aceptado tal invitación, hágalo ahora. Se alegrará de haber comenzado este trabajo sumamente remunerador. Si usted no ha sido invitado y le gustaría participar en el ministerio, dé a saber esto a la persona con quien está estudiando la Biblia. Ella no solo se alegrará de hacer arreglos para llevarlo consigo en el ministerio, sino que también lo ayudará a preparar una presentación breve y la practicará con usted para que esté preparado para dar un testimonio a las puertas, si usted desea hacerlo.
Durante el mes de abril, los testigos de Jehová hacen un esfuerzo especial para ayudar a los nuevos a iniciarse en el ministerio. Así que, acepte la invitación que se le extiende a usted para participar. Es la obra que llevaron a cabo Jesucristo y los cristianos primitivos. Y Jesús profetizó que la predicación del Reino se haría en una escala mundial antes del fin de este sistema de cosas. (Mat. 24:14) Por lo tanto, ¡qué privilegio es el participar en esta obra! No se retraiga. No lo postergue. Comience ahora a participar en la obra que ganará la aprobación de su Padre celestial, para su bendición eterna.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1968 | 1 de agosto
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Preguntas de los lectores
● ¿De qué manera “enseña la naturaleza misma” que es gloria para las mujeres el tener cabello largo pero una deshonra para los hombres el tener cabello largo, como escribió el apóstol Pablo en 1 Corintios 11:14, 15?—G. N., Canadá.
Los comentarios que hizo Pablo para apoyar lo que había escrito respecto a la posición de la mujer en la congregación cristiana fueron muy significativos para los corintios. Él escribió: “¿No les enseña la naturaleza misma a ustedes que si el varón tiene cabello largo, es para él una deshonra; pero si la mujer tiene cabello largo, es para ella gloria?” (1 Cor. 11:14, 15) En determinadas circunstancias la cristiana debe cubrirse la cabeza como señal de que reconoce la jefatura teocrática. (1 Cor. 11:5) Y debe haberse sugerido esto por lo que sucedía naturalmente entre aquellos a quienes escribió Pablo, y por las costumbres que conocían.
Probablemente la congregación corintia se componía en gran parte de griegos y judíos, y entre tales personas es natural que las mujeres tengan el cabello más largo que los hombres. Esto no necesariamente aplica entre todos los pueblos. Por lo general los científicos reconocen tres tipos característicos de cabello: el cabello lacio largo de los orientales y los indios, el cabello ensortijado corto de los negros y los melanesios y el cabello ondulado de los europeos y los semitas. En cuanto a los primeros dos tipos, “la diferencia de longitud en el hombre y en la mujer casi no se nota” si se permite que crezca sin cortarse. Pero no sucede así con el tercer tipo. En general, entre los hombres “la longitud rara vez excede 30 a 40 centímetros, mientras que en las mujeres la longitud media es entre 63 y 76 centímetros y en algunos casos se ha sabido que alcanza 1,8 metros o más.”—The Encyclopædia Britannica, edición 11.ma, tomo 12, pág. 823.
Además, aquellos cristianos estaban conscientes de que la costumbre general era el que los hombres se cortaran el cabello hasta una longitud moderada. Esto era común entre los judíos, pues el cabello largo no cortado de los nazareos los caracterizaba como hombres que no seguían la costumbre general. (Núm. 6:5) En contraste, las judías por lo general tenían
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