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La actividad ministerial de los testigos de JehováLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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estas personas de buena voluntad continuaron asistiendo a este estudio semanalmente. Más tarde fueron invitadas a concurrir a las reuniones del Salón del Reino, y ahora casi todos estos 35 son publicadores para el Reino.’
“Muchos de los hermanos de aquí pudieron concurrir a la convención internacional de Nueva York. Casi todos, siendo pobres en los bienes de este mundo, hicieron grandes sacrificios con el fin de concurrir. Un hermano precursor, que no pudo concurrir a la convención de 1946 en Cléveland, debido a la falta de dinero, ahorró monedas norteamericanas de veinticinco centavos en un jarro por cuatro años con el fin de poder concurrir a la siguiente convención internacional. Comenzamos desde octubre del año pasado haciendo los arreglos para ayudar a muchos de los hermanos a obtener sus pasaportes. Una gran mayoría de los que fueron a Nueva York salieron de la Habana en un grupo de tres grandes aeroplanos fletados. Cuando estos aviones salieron había más de mil hermanos en el aeropuerto para despedirlos. Cuando llegamos al aeropuerto de Miami las autoridades aduanales mostraron la misma discriminación contra nosotros que les mostraron a los hermanos europeos cuando entraron en los Estados Unidos por Nueva York. En casi todo caso las autoridades de inmigración redujeron la permanencia de los hermanos hasta el 15 de agosto. Dos de los hermanos fueron detenidos.
“Después de mucho interrogatorio y tardanza el grupo pasó por la aduana. Cuatro autobuses especiales de la Greyhound que nos estaban esperando fuera del aeropuerto nos transportaron hasta Nueva York. Aunque una gran mayoría de nuestros delegados no entendía inglés se regocijó grandemente al estar presente y ver el espíritu del Señor manifiesto sobre su pueblo congregado en convención. Casi todos los delegados permanecieron en hogares de gente de habla española. Les hablaron de la verdad a estas personas en toda oportunidad que se les presentó. Muchos de ellos pudieron llevar a las dueñas de casa y a su familia al estadio para oír los discursos. Cuando llegó el tiempo para salir, muchas de las dueñas de casa rehusaron aceptar dinero de los hermanos por el uso de sus habitaciones. Cuando los delegados partieron de Nueva York para regresar muchas de ellas vinieron a la terminal de los autobuses para decirles adiós. Todos regresaron a casa muy entusiasmados y animados. Los efectos de esta asamblea sobre nuestros hermanos deben resultar en todavía más aumento de actividad.
“Las nuevas publicaciones en español ‘Esto significa vida eterna’ y ‘Equipado para toda buena obra’ serán de mucha ayuda para los publicadores en este país. Los hermanos aquí aprecian mucho estas dos provisiones nuevas del Señor. La revista ¡Despertad! quincenal aumentará grandemente nuestras colocaciones de revistas.
“Durante el año pasado los publicadores aquí han sido bendecidos rica y abundantemente por el Señor. Todos esperan el año de servicio venidero, deseosos de que también sea, por la gracia del Señor, uno de gran expansión para la honra y gloria del nombre de Jehová.”
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Les pareció un poco confusoLa Atalaya 1951 | 1 de marzo
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Les pareció un poco confuso
Si fueran obligados a explicar muchas de las ceremonias mundanas que se aceptan y se practican sin nunca ser investigadas, muchos se hallarían en el estado descrito en el título de arriba. En verdad ese encabezamiento fué muy adecuado para una noticia que se publicó en el Catholic Herald de Londres, el 14 de abril de 1950, refiriéndose a una de esas ceremonias en medio del disturbio político mundial. Esta fué la noticia:
“Una carta que se recibió en Hong Kong de una aldea en la China ocupada por los comunistas cuenta de una ceremonia extraña que se practicó al empezar las nuevas clases en la pequeña escuela católica. La bandera comunista estaba colgada en la pared de la sala de clase. Luego un cuadro santo grande se colgó en frente de la bandera. Se inclinaron tres veces ante la bandera—y tres veces ante el cuadro santo. Cantaron el nuevo himno nacional, y en seguida tres Ave Marias. Un funcionario comunista pronunció un discurso, seguido por una plática por el profesor católico. Finalmente ‘Bendiga Dios a China’ resonó entre el estallido tradicional de fuegos artificiales.”
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