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  • Hambre en medio de la abundancia... ¿por qué?
    ¡Despertad! 1985 | 22 de mayo
    • al hecho de que cierta nación del este de África, que recibió $2.000 millones (E.U.A.) en ayuda militar, gastó aproximadamente $100.000.000 en la celebración del décimo aniversario de su revolución, mientras que seis millones de personas de entre su población se enfrentaban al hambre debido a la grave sequía y la falta de alimento.

      El poder de la pobreza

      Pero de todos los factores ocultos que causan el hambre extensa, la pobreza quizás sea el más profundamente arraigado. “Se necesita algo más que excedentes de grano para alimentar a los hambrientos del mundo —dice Barbara Huddleston, autoridad en ayuda internacional para la alimentación—. Ya hay un excedente de grano en el mundo. Lo que tiene que suceder es que francamente se transfiera el poder adquisitivo a lugares como África.” Ni siquiera los expertos saben cómo sucederá esto.

      Mientras tanto, aun en lugares donde hay alimento disponible, muchas de las personas pobres simplemente no pueden darse el lujo de conseguirlo. Por ejemplo, un informe proveniente de Ghana muestra que “para servir tres comidas sólidas a una familia típica de seis personas se tendría que gastar seis veces lo que ganan por término medio dos adultos que tengan empleo”. Mientras que los ricos se dan el lujo de consumir costosos alimentos importados, a los pobres se les hace difícil simplemente arreglárselas. En zonas donde no hay trabajos disponibles, o donde simplemente no existen trabajos, la situación puede ser desesperante. “Nada menos que un reexamen general y una reorganización de las prioridades sociales y económicas [...] hará que el mundo siga nuevamente un derrotero económico y demográfico que resulte en la disminución del hambre más bien que en su aumento”, dice Lester Brown, del Worldwatch Institute.

      La ayuda y el alivio... ¿son útiles?

      Si las naciones pobres no tienen ni los medios agrícolas para cultivar su propio alimento ni los fondos para comprarlo en el mercado internacional de libre competencia, ¿cómo logran alimentarse? La respuesta es que pocas de estas naciones logran hacerlo. Muchas de ellas dependen de ayuda internacional para la alimentación y, en casos extremos, de alivio de emergencia. Actualmente, la cantidad total de ayuda para la alimentación, incluso las donaciones de emergencia, es de aproximadamente 45.000.000 de toneladas de alimento al año, lo cual teóricamente es suficiente como para llenar la brecha entre lo que las naciones pobres pueden producir y comprar y lo que, de hecho, necesitan. Pero es enteramente otro asunto el que las personas que realmente necesitan ayuda la reciban.

      El alimento es un arma poderosa en la escena internacional, y las naciones que tienen un excedente de alimento están bien conscientes de ello. “Si uno tiene recursos limitados, más de la ayuda va a los propios amigos de uno —dijo cierto oficial del gobierno estadounidense—. Todo gobierno que yo conozco pone en práctica la misma norma”, dijo él a continuación. Así, la orientación política de una nación en vías de desarrollo que esté luchando por subsistir tiene mucho que ver con el tipo de ayuda que reciba y la cantidad que reciba. Aun entonces, la falta de medios adecuados de transporte en tales países generalmente significa que mucha de la ayuda nunca se distribuye en las zonas rurales donde realmente se necesita.

      Por importante que sea, el alimento que se envía como ayuda es, a lo más, un recurso momentáneo. “El enviar alimento con regularidad a los países pobres a manera de ayuda —informa el Globe and Mail, de Canadá— ha resultado en que muchos lleguen a depender de las naciones desarrolladas, ha privado [a los países pobres] de la iniciativa para llegar a ser productores de alimento autosuficientes, y enormes extensiones de tierras cultivables no se han usado plenamente.” Aunque las naciones donantes estipulan que las naciones recibidoras deben instituir ciertas reformas económicas y otros planes de largo plazo, tales medidas frecuentemente se consideran como una forma de intromisión en los asuntos internos de otra nación y a menudo resultan en motines y violencia. Además, debido a la naturaleza humana, pocos saben acerca de la situación a que tienen que enfrentarse diariamente las personas que viven en lugares lejanos, y a pocos realmente les importa. Durante tiempos de extremada emergencia, muchos se sienten impulsados a tomar medidas, pero a menudo lo que se hace en tales circunstancias no basta, y se efectúa cuando ya es demasiado tarde.

      El otro lado de la moneda

      Nuestro breve examen revela que el problema del hambre es verdaderamente una paradoja. Pero lo que hemos considerado hasta ahora es solamente una parte del cuadro... las multitudes hambrientas y empobrecidas de África o de otros lugares donde hay naciones en vías de desarrollo. ¿Qué hay del otro lado de la moneda, las naciones desarrolladas? Gran parte del Tercer Mundo depende de estas naciones para ayuda, tanto ahora como en el futuro previsible. ¿Pueden seguir proporcionando ayuda? ¿Pueden resolver la complicada situación relacionada con el alimento? ¿Qué parece ofrecer el futuro? De hecho, ¿qué perspectivas hay de que se pueda alimentar a los hambrientos del mundo?

  • La alimentación de los hambrientos del mundo... ¿qué perspectivas hay?
    ¡Despertad! 1985 | 22 de mayo
    • La alimentación de los hambrientos del mundo... ¿qué perspectivas hay?

      EN UNA bodega subterránea de Misuri, E.U.A., la cual mide 65 hectáreas (160 acres), hay reservas de 1.200 millones de kilos (2.600 millones de libras) de mantequilla, queso, y leche en polvo, que se extienden de una pared a la otra y desde el piso hasta el techo. Es parte de un almacenamiento nacional de alimentos excedentes que el gobierno compra de los granjeros a un costo de aproximadamente $3.000 millones (E.U.A.) al año. Cuesta otros $58.000.000 al año tan solo hacer funcionar las instalaciones de almacenamiento. Además, el gobierno gasta miles de millones de dólares cada año para dar subsidios a los granjeros, por lo cual ellos, en cambio, dejan hasta 20 por 100 de su tierra en barbecho a fin de disminuir la producción de sus granjas.

      ¿Da a entender este cuadro de abundancia que, si de algún modo se hallara un medio equitativo de distribuir el alimento, dicha abundancia resultaría en que ya no hubiera hambre en el mundo? ¿Pueden las naciones del mundo en que hay una deficiencia de alimento contar indefinidamente con este abastecimiento aparentemente ilimitado de alimento?

      La respuesta a estas preguntas es de importancia vital, porque no solo las masas hambrientas del Tercer Mundo dependen de las pocas naciones en que hay un excedente de alimento, sino que hasta muchas naciones

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