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  • Colocando la piedra en cumplimiento final
    La Atalaya 1952 | 15 de marzo
    • de acuerdo con sus acciones ahora. Cuando el resto ungido de hoy sea aprobado finalmente será recompensado con un lugar en la ciudad capital eterna del universo, con Cristo Jesús y los apóstoles y con todos los que se probaran fieles desde ese día. Aquellos entre los ungidos que sean juzgados indignos, no tendrán un lugar en la ciudad celestial, sino que al morir ellos morirán para siempre y la memoria de ellos se echará al olvido.

      PIEDRA PRINCIPAL DEL ÁNGULO

      14. (a) Describa brevemente las circunstancias locales de Zacarías 4:7-10. (b) ¿Cómo es Cristo Jesús la piedra de remate en el cumplimiento?

      14 El Rey ungido de Dios no sólo es la piedra angular de fundamento, sino que también es la principal piedra de remate, y ésta tiene que ser presentada y colocada en su posición. “Él pondrá la piedra de remate en medio de aclamaciones: ‘¡Qué hermosa es, qué hermosa es!’ Y me llegó palabra de Yavé, diciendo: Las manos de Zorobabel cimentaron esta casa, y sus manos la acabarán, y sabrás que Yavé Sebaot me ha enviado a vosotros. Porque los que han despreciado el día de las cosas modestas, verán gozosos en las manos de Zorobabel la plomada [V. Mod.].” (Zac. 4:7-10, NC) Esta es la piedra de coronamiento de la estructura. El Señor Jesús forma no sólo la base, suministrando todo lo fundamental como el principiante, el autor y caudillo de nuestra fe, sino que también es el perfeccionador, la hermosura coronadora, el que es “cabalmente hermoso”, el gran y todo glorioso Rey de Sión, y la gloria de Jehová descansa sobre él. “Más hermoso eres que los hijos de los hombres; la gracia es derramada en tus labios; por tanto Dios te ha bendecido para siempre.” “Jesucristo, ‘el Testigo Fiel,’ ‘El primogénito de los muertos,’ y ‘El Gobernante de los reyes de la tierra’. Al que nos ama y que nos libró de nuestros pecados por medio de su propia sangre.”—Sal. 45:2; Apo. 1:5, NM. Vea también Apo. 5:9, 12, 13, NM.

      15. ¿Por qué estaban gozosos los edificadores en el día de Israel cuando se colocó en posición la piedra de remate?

      15 Los que ven a esta majestad real en su posición exaltada son grandemente bendecidos y se llenan de deleite, porque los tales saben que él ahora está reinando y que ha llegado el tiempo para el dominio del Reino. Conociendo, pues, estas verdades sagradas, ellos aclaman al Rey ungido con “gritos” cuando es colocado en su posición como la piedra de remate. Este es el tiempo cuando él tiene que ser anunciado con “aclamaciones”. “Él pondrá la piedra de remate en medio de aclamaciones: ‘¡Qué hermosa es, qué hermosa es!’” (Zac. 4:7, NC) En el tiempo de Zorobabel, cuando la piedra de remate fué colocada en su lugar, se oyeron muchas aclamaciones. ¿Y por qué no? ¿No había estado Israel en cautiverio por setenta años? ¿No estaban ellos otra vez en su propia tierra y con su templo reedificado en medio de tremenda oposición? Ahora que se estaban llevando a cabo las obras de remate, ¡con buena razón había “aclamaciones”!

      16. ¿Cómo se cumplió la profecía en el día de Jesús? y ¿cómo se cumple ahora con “aclamaciones”?

      16 Fué igual en los días de Cristo Jesús. “Mientras caminaba ellos siguieron extendiendo sus vestidos exteriores sobre el camino. Luego que se acercó al camino que baja del monte de Olivos, toda la multitud de los discípulos empezó a regocijarse y alabar a Dios con una fuerte voz concerniente a todas las obras poderosas que habían visto, diciendo: ‘¡Bendito es Él que viene como Rey en el nombre de Jehová! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!’” (Luc. 19:36-38, NM) “La mayor parte de la multitud extendió sus vestidos exteriores sobre el camino, mientras que otros comenzaron a cortar ramas de los árboles y a extenderlas sobre el camino. En cuanto a las multitudes, los que iban delante de él y los que venían detrás siguieron clamando: ‘¡Salve, rogamos, al Hijo de David! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová! ¡Sálvenlo, rogamos, en las alturas!’ Ahora cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad se puso en conmoción, diciendo: ‘¿Quién es éste?’” (Mat. 21:8-10, NM) Esta profecía ahora está recibiendo su cumplimiento mayor y completo, y es maravilloso para aquellos que ahora ven al “Rey en su hermosura”. (Isa. 33:17) Hoy el Rey ungido Cristo Jesús se está anunciando con “ACLAMACIONES” como la piedra principal de Sión. ¿Qué aclamación hacen? Ellos están proclamando fuertemente, “¡Qué hermosa es, qué hermosa es!” A los que pertenecen a la organización de Dios la posición exaltada de Cristo como la obra coronadora es verdaderamente hermosa. Note ahora como esta aclamación es más fuerte, más denodada, más concentrada y enfática al tiempo presente que cuando principió en 1922. Ha aumentado año por año, de modo que en este año más de 400,000 voces se han unido en la aclamación.

      17. ¿De qué manera se está poniendo en línea hoy la parte visible de la organización de Dios?

      17 No solamente se está exaltando al Rey sobre todo otro nombre sino que la plomada está en su mano, y felices son los que lo disciernen. Porque, como nunca antes, el pueblo de Jehová se está poniendo en línea con Sus justos requisitos. Benditos son los que se ponen en línea y que siguen cantando “¡Qué hermosa es, qué hermosa es!” “¡Bendito aquel que viene en el nombre de Jehová! ¡os bendecimos desde la Casa de Jehová!”—Sal. 118:26.

      FELICIDAD PARA SIÓN

      18. (a) ¿En qué sentido es preciosa la piedra angular? (b) ¿Qué se requiere de los que quieren alcanzar la felicidad de Sión?

      18 Bajo inspiración el apóstol Pedro escribió: “Porque está contenido en la Escritura: ‘¡Miren! estoy poniendo en Sión una piedra, escogida, una piedra angular de fundamento, preciosa; y el que descansa su fe en ella de ninguna manera sufrirá desilusión.’” (1 Ped. 2:6, NM) ¡Cuán verídico es que “el que descansa su fe en ella de ninguna manera sufrirá desilusión”! Es a ustedes, pues, que él es precioso, porque ustedes son creyentes. Verdaderamente precioso es él para con los de Sión, la ciudad celestial, y también es precioso para con los que se han juntado a los ungidos de Dios para llegar a ser súbditos del glorioso Rey. El mismo grado de lealtad y fidelidad se requiere de los que tienen la esperanza celestial y los que tienen la esperanza terrenal. Para gozar la felicidad de la organización de Dios se requiere que uno dedique cabalmente todo lo que posee. Es un honor que Jehová nos da de tener el privilegio de ver el desarrollo de estos maravillosos propósitos del Señor en estos días. Sabemos que Sión está establecida en los cielos, y que Jehová ha colocado las “piedras vivas” en ella como le ha agradado a él; que su Rey ungido Cristo Jesús es la piedra angular del fundamento y también la piedra de remate, y que este edificio es la habitación de Jehová para siempre jamás. Él se ha hecho Rey. “En aquel día, Jehová de los Ejércitos será corona de gloria y diadema de hermosura para el resto de su pueblo; y espíritu de juicio para el que se siente en el tribunal de justicia, y valentía para los que tornan atrás la batalla en la puerta.” (Isa. 28:5, 6) Verdaderamente él es el Dador de justicia y fortaleza a su pueblo.

      19. ¿De qué manera reciben confianza y felicidad los ungidos y las “otras ovejas” al saber que la piedra angular se ha colocado y está en posición?

      19 Las “otras ovejas” del Señor estarán felices porque saben que la organización terrestre de Jehová a la cual ellas pertenecen está bajo el dominio inmediato de la organización celestial, y que ellas formarán la nueva sociedad de la tierra bajo el dominio del Rey de Sión. Hay una obra tremenda que tiene que llevarse a cabo antes que las “piedras vivas” restantes de la Sión celestial sean cabalmente probadas, examinadas y aprobadas, y antes de la remoción completa de los falsos adoradores de Jehová, los “borrachos de Efraim”. Pero los propósitos del Creador se realizarán, porque él es el Altísimo y el Todopoderoso, y nadie puede impedir que él cumpla lo que espera hacer. Para algunos quizás los años han sido más de los que esperaban; pero debe ser causa para regocijo y felicidad debido a lo que ven acontecer. No estamos en duda tocante a dónde vamos, qué estamos haciendo, y por qué lo estamos haciendo. De hecho, el Reino está aquí, Cristo Jesús es Rey, las “otras ovejas” se están recogiendo, y los adoradores falsos se están juntando para la destrucción. Todos deben recordar que toda la tierra habitada tiene que saber que el Rey de la Sión celestial ahora está en autoridad y que está gobernando. El templo en el cielo está casi completo. De hecho, ya se ha abierto. La piedra angular se ha colocado en cumplimiento final y el juicio está en progreso. Los incrédulos serán destruídos pero los creyentes serán salvados, protegidos y bendecidos para siempre jamás. Observe, pues, a su Rey, y sea feliz, usted que cree en él. Honre al Rey y regocíjese cabalmente. En verdad ha llegado el tiempo de bendición para el pueblo de Dios.

  • Fariseos del pasado y del presente
    La Atalaya 1952 | 15 de marzo
    • Fariseos del pasado y del presente

      UNA vez Cristo Jesús dijo a sus discípulos: “Cuídense de la levadura de los fariseos, que es hipocresía. Pero no hay nada cuidadosamente encubierto que no haya de ser revelado, ni secreto que no llegue a ser conocido.” Y, dando ejemplos concretos de la hipocresía de estos guías religiosos, Jesús declaró en otra ocasión: “Todas las obras que ellos hacen las hacen para ser contemplados por los hombres.”—Luc. 12:1, 2; Mat. 23:2-5, NM.

      El hecho de que no hay diferencia entre los religiosos del siglo veinte, especialmente al ser representados por los prelados católicos romanos, y los religiosos del primer siglo se destaca al leer los siguientes dos relatos periodísticos que emanaron de Wáshington, D.C., capital de los Estados Unidos.

      El 17 de noviembre de 1951, trece prelados de la Iglesia Católica Romana, incluyendo a tres cardenales, y entre quienes estaba Spellman, y cinco arzobispos, emitieron una declaración de unas tres o cuatro mil palabras tratando tales temas como “Moralidad: La falta que hace hoy”; “Moralidad y educación”; “Moralidad y política,” etc., y especialmente fué condenada la inmoralidad en el gobierno.—Times de Nueva York, 18 de noviembre de 1951.

      Pero pudo determinarse la sinceridad de estos prelados por lo indicado en ciertos despachos periodísticos procedentes de la capital nacional unos dos meses después. El público americano estaba agitado como resultado de la revelación de la extensa corrupción en el departamento de impuestos del gobierno. J. Howard McGrath, ministro de justicia, especialmente fué culpado, tanto por lo que había hecho como por lo que dejó de hacer. La opinión general era que debería pedírsele que renunciara su puesto, y todo señalaba que el presidente exigiría su dimisión, pero de repente todo lo contrario sucedió, y el presidente anunció no sólo que intentaba retener a McGrath en su puesto de ministro de justicia sino que se le había dado a McGrath la asignación de limpiar toda la situación corrupta, ¡el que era el más culpable! ¿Quién ayudó a hacer que el presidente rindiera tal deservicio a su país?

      Según The Nation del 19 de enero de 1952, Robert S. Allen, corresponsal veterano de Wáshington, reveló que McGrath “fué salvado por la intervención de tres amigos—el senador Theodore Green, su padrino político; el cardenal Spellman, que telefoneó su ruego desde Tokio; y Matt Connelly, secretario presidencial, que se ocupa principalmente en asuntos de la iglesia católica romana”. [Spellman ha negado esto.]

      Esa telefoneada, desde allá en Tokio, proporcionó prueba irrefutable de que a pesar de lo que dijera el prelado católico romano más importante de los Estados Unidos en defensa fingida de la moralidad en el gobierno, él se interesaba más en mantener a un católico romano en un puesto de importancia en el gobierno; hecho que, de paso, debe demostrar claramente que los intereses de la moralidad, integridad y buen gobierno no son de necesidad los mismos que los de la religión organizada. En verdad, la hipocresía es la levadura del farisaico primer siglo y del siglo veinte.

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