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  • ¿Es sensato planear su propio funeral?
    ¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
    • Canaán es donde has de enterrarme.”—Gén. 50:5; vea también Isaías 22:16.

      Cómo hacer la elección

      Dentro de ciertos límites, usted o su familia tienen la libertad legal de decidir qué servicios fúnebres desean, o si es que los desean. En los Estados Unidos, algunos estados exigen por ley que se haga disponible una lista detallada de los servicios y los costos. Pero el mejor momento para hacer la selección es antes que la necesidad imponga presiones. Si se dejan los arreglos para que los hagan los miembros de la familia después que uno muera, esto a menudo limita su selección ya que pueden sentirse obligados por los conceptos de la comunidad y/o de otros parientes respecto a lo que es aceptable.

      Aun al hacer su propia selección por anticipado, puede que usted mismo quiera tomar en cuenta lo que piensa la comunidad. Por ejemplo, si vive en una comunidad pequeña, ¿pudiera el hecho de que usted eliminara los procedimientos acostumbrados ofender a ciertas personas, o le acarrearía oprobio a su fe cristiana? Tal vez más personas asistirían para escuchar el discurso bíblico, y se lograría un beneficio mayor, si se preparara un funeral más tradicional. Pero aun en este caso, hay que equilibrar las posibilidades financieras, los deseos de la familia y las preferencias personales con estas consideraciones, antes de tomar la decisión final.

      Al decidir qué clase de servicio fúnebre desea, recuerde que no hay tal cosa como “la mejor manera” de arreglar un funeral. Muchos europeos se escandalizarían por la prodigalidad de los servicios fúnebres en los Estados Unidos. Por ejemplo, el embalsamamiento es cosa de rutina en las funerarias de los Estados Unidos; pero rara vez se emplea en Europa. De hecho, en muchos países, hay que conseguir permisos especiales para embalsamar un cuerpo.

      La industria funeraria en los Estados Unidos arguye que el embalsamamiento es imperioso por razones “sanitarias” a fin de evitar la propagación de las enfermedades. No obstante, lo mismo que en Europa, el embalsamamiento no es realmente necesario si no se exhibe el cuerpo, o si se hace el entierro o la cremación del cadáver dentro de poco tiempo. Pero, si no se desea el embalsamamiento, hay que darlo a saber específicamente. La ley federal no exige que el cuerpo sea embalsamado, a menos que lo vaya a transportar una empresa transportista. Algunos estados requieren el embalsamamiento del cuerpo si la muerte se debió a una enfermedad contagiosa, o si pasa más de un período de tiempo determinado entre la muerte y el entierro.

      Después de haber embalsamado el cuerpo, el empresario de pompas fúnebres quizás pase muchas horas restaurando la apariencia de una persona que ha sido desfigurada por una enfermedad o un accidente. Esto se hace para que los deudos puedan recordar una “imagen aceptable” del muerto. Los administradores de funerarias dicen que esto ayuda a los allegados a ajustarse a la realidad de la muerte y a evitar posibles fantasías inquietantes. Pero quizás usted prefiera que lo recuerden como era mientras estaba vivo y feliz, y a la vez quiera ahorrarle a su familia el gasto envuelto en un procedimiento tan costoso. En el caso de algunas culturas, la idea misma de observar el cadáver en un funeral, es repugnante. Y un psiquiatra afamado dijo: “¡Este asunto de ponerle perfume y zapatos a un cadáver...! Cuando uno está muerto, muerto está. Nuestras costumbres funerarias no son más que un intento de engañar a la gente y hacer que niegue la realidad de la muerte.”

      El costo de los ataúdes oscila entre 75 dólares para las cajas hechas de madera de pino, y 8.000 dólares o más, para las cajas de metal, altamente elaboradas y selladas que contienen colchones de muelles y material muy fino. El propósito de estos ataúdes sellados es evitar que la humedad llegue al cuerpo, dándose a entender que eso, de alguna manera, retardará su descomposición. No obstante, los expertos dicen que ocurre exactamente lo contrario. ¿Y de qué valor le son al difunto los materiales finos o un colchón, cuando la Biblia dice que “ellos no están conscientes de nada en absoluto”?—Ecl. 9:5, 10; compare con Salmo 146:3, 4.

      De todo esto se desprende que muchas costumbres funerarias que normalmente se dan por sentadas ciertamente no son obligatorias. En vista de esto, algunos que creen que debería darse prominencia a los asuntos espirituales más bien que al cadáver, han solicitado que se disponga de su cuerpo inmediatamente por medio de la cremación o un entierro sencillo, seguido de un servicio memorial para beneficio de los amigos y parientes. Es interesante que en Inglaterra, Alemania Occidental y Dinamarca, más de la mitad de las personas optan por la cremación, mientras que solo alrededor de un 8 por ciento la escoge en los Estados Unidos. El hacer las cosas de este modo sencillo también puede eliminar muchos de los servicios costosos como el embalsamamiento, restauración, exhibición del cadáver en la funeraria, uso de coches fúnebres y, en el caso de escoger la cremación, aun del ataúd y del sitio para la sepultura.

      Sea cual fuere el procedimiento que elija, las empresas funerarias de buena reputación deberían sentirse complacidas de ayudarle a usted o a su familia a arreglar todos los detalles sin ejercer presión indebida para que se incluyan cosas adicionales. También existen sociedades no lucrativas cuyo fin es ayudar a la gente a preparar funerales dignos y económicos.

      Por lo tanto, el pensar ahora en lo que usted desea que se haga con sus restos no es una expresión de morbosidad. Es evidencia de un enfoque maduro y considerado de una situación penosa, y muestra atención amorosa para con los parientes angustiados. El proceder así puede hacer mucho por aligerarles la carga hasta que llegue el tiempo prometido por Dios en que “la muerte no será más.”—Rev. 21:4, 5.

  • Presentando la cuadrilla higiénica de necróforos
    ¡Despertad! 1976 | 8 de noviembre
    • Presentando la cuadrilla higiénica de necróforos

      ¿QUIÉN no aprecia el que alguien haga el trabajo de limpieza? El saneamiento produce condiciones de vida gratas y saludables. ¡Piense, entonces, en una cuadrilla higiénica, trabajadora y eficiente, compuesta de innumerables miles de millones de miembros pero que no sabe de huelgas o conflictos laborales! Es la cuadrilla higiénica de necróforos. Cada uno de sus miembros está bien preparado para su trabajo y tiene un buen equipo. Mucho antes de que el hombre siquiera existiera en la Tierra, los necróforos, insectos coleópteros que se alimentan de carroñas, ya estaban llevando a cabo sus tareas vitales.

      Esta cuadrilla de saneamiento mundial se compone de doscientas treinta diferentes variedades de insectos cuyo alimento es la carroña. La mayoría de ellos, y sus larvas, se alimentan de animales muertos. Luego, su aparato digestivo transforma mucho de lo que estos insectos industriosos consumen en combinaciones químicas que pueden ser asimiladas por las plantas.

      Las muchas variedades de necróforos difieren considerablemente en tamaño. Mientras que algunos alcanzan un largo de casi 3,8 centímetros, otros

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