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Lo que significa para nosotrosLa Atalaya 1981 | 15 de diciembre
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Después que sobrevenga el fin, se efectuará la resurrección aquí en la Tierra. Si usted ejerce fe, puede que esté vivo para ver eso. ¡Qué tiempo más maravilloso será ése! ¡Cuánta alegría habrá cuando los muertos resuciten y vuelvan a reunirse con sus seres queridos! Entonces se cumplirá la promesa: “Él [Dios] realmente se tragará a la muerte para siempre, y el Señor Soberano Jehová ciertamente limpiará las lágrimas de todo rostro.”—Isa. 25:8.
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Cristianos activos en un tiempo críticoLa Atalaya 1981 | 15 de diciembre
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Cristianos activos en un tiempo crítico
PUEDE ser que usted, al igual que otras personas de toda la Tierra, esté muy consciente de que vivimos en tiempos críticos.
Muchos se han dado cuenta de que los tiempos son críticos debido a la mucha atención que se da a los armamentos y la guerra. Otros perciben el carácter crítico de los tiempos por los problemas económicos que hay. O, si a usted se le preguntara por qué son críticos nuestros tiempos, puede que piense en el crimen y la violencia que van en aumento. Estos problemas no son otra cosa sino evidencia de que estamos viviendo durante un período predicho: “En los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.”—2 Tim. 3:1-5.
Pero el domingo 13 de septiembre de 1981 se celebró una ocasión especial que ilustra bien que hasta en nuestros “tiempos críticos” los cristianos pueden estar activos espiritualmente y ser optimistas respecto al futuro. ¿Cuál fue esa ocasión? ¿Qué beneficios podemos obtener de ella?
GRADUACIÓN DE LA ESCUELA DE GALAAD
La ocasión especial que se celebró en la ciudad de Nueva York, N.Y., E.U.A., fue la ceremonia de graduación de la clase setenta y uno de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower. Hacemos bien en reflexionar sobre algunos puntos que se consideraron durante el programa.
El orador principal fue F. W. Franz, presidente de la Sociedad Watchtower y de la escuela. Su discurso, que duró una hora, comenzó con una reseña histórica de la escuela. Después del estallido de la II Guerra Mundial, el entonces presidente de la Sociedad, J. F. Rutherford, pensaba que una persecución intensa contra los testigos de Jehová podía obligarlos a mudarse de las oficinas centrales de la Sociedad, ubicadas en Brooklyn, Nueva York, a otro lugar. De modo que hizo que en la región norteña del estado de Nueva York se construyeran edificios que pudieran servir
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