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  • Apreciando los dones de Dios
    La Atalaya 1952 | 15 de noviembre
    • servido su propósito, estos dones terminaron. Hoy Dios confiere los dones del espíritu tomando en cuenta las habilidades inherentes o innatas y talentos naturales sin cultivo que los cristianos tengan, y de acuerdo con su celo y deseo de ser usados por Dios.—1 Cor. 13:8.

      Por supuesto, hoy no se les dan los mismos dones a todos, igual como en la congregación primitiva no todos los miembros recibieron los mismos dones. (1 Cor. 12:27-31) Dios, mediante su espíritu santo, confiere sus dones en gran variedad para que su organización visible, la congregación cristiana, sea un instrumento ensanchado, bien equilibrado y plenamente capacitado para lograr sus propósitos. Por lo tanto no debemos quejarnos si vemos que otros tienen dones y oportunidades de servicio que nosotros no tenemos. Más bien debemos esforzarnos por derivar provecho de aquellos que tienen tales dones usándolos para mejorar nuestro propio ministerio, así como en los tiempos apostólicos los otros no envidiaron a los apóstoles sus dones especiales sino que gozosamente aceptaron su ayuda.—1 Cor. 12:4-11; Efe. 4:16, NW.

      CULTIVANDO LOS DONES

      Todos tenemos ciertas habilidades innatas, ciertas facultades sin cultivo, y todos tenemos ciertas oportunidades para emplear éstas. El espíritu santo que Dios da ayuda y mejora éstas para hacernos más útiles en el ministerio. Pero no lo hace separado de nuestros propios esfuerzos. Cada uno tiene que estar alerta para sacar el mayor provecho de sus oportunidades, tiene que cultivar y educar sus poderes latentes al grado más pleno para el adelanto de los intereses del Reino sobre la tierra y para demostrar a Jehová que es digno de la vida eterna con todavía más dones que usar. “Porque con este fin estamos trabajando duro y esforzándonos, porque hemos puesto nuestra esperanza en un Dios viviente, que es el Salvador de hombres de toda clase, especialmente de los fieles.”—1 Tim. 4:10, NW.

      Los casos de Noé y Bezalel y el apóstol Pablo ilustran cómo el Señor usa su espíritu santo para activar a sus siervos. Noé no fué escogido porque era edificador de barcos, sino porque era un hombre recto y andaba con Dios. No obstante, por su obediencia a las instrucciones de Dios y con la ayuda de la fuerza activa de Dios, Noé pudo construir esa gran arca o cajón, con lo cual dió una exhibición notable de lo que el espíritu de Dios puede lograr. Aquí podríamos hacer un paralelo con la obra de los testigos de Jehová en tiempos modernos. Todos ellos predican las buenas nuevas del Reino yendo de casa en casa, estando de pie en las calles y haciendo revisitas a la gente y conduciendo estudios bíblicos de casa. Y ellos hacen esto aun cuando no tuvieron educación anterior en dichos asuntos antes de venir a ser testigos, sino que trabajaban como agricultores, carpinteros, amas de casa, etc.—Gén. 6:9, 14; Zac. 4:6.

      Por otra parte, es muy probable que Bezalel, que fué usado para superentender la excelente mano de obra en la construcción del tabernáculo y sus accesorios, tuvo ciertas habilidades naturales, educación y experiencia, así como el apóstol Pablo fué instruído en la ley antes de ser cristiano. Sus habilidades naturales, educación y experiencia previa, junto con su buena voluntad y el espíritu santo de Dios, los capacitaron para servir en capacidades muy especiales. Así es hoy, a medida que se necesitan siervos con capacidades especiales el espíritu santo activa a los que tienen posibilidades o experiencia previa y que tienen el deseo de ser usados.—Éxo. 31:2-6; Hech. 22:3.

      Dios ha prometido proporcionarnos los dones necesarios. Si tenemos fe verdadera en su promesa no quedaremos satisfechos con sólo desear u orar por tales dones, sino que vigorosamente nos prestaremos al trabajo a la mano, nos esforzaremos expresamente hasta el límite por causa de la obra. ¿Se nos ha dado un nombramiento o una asignación? Entonces emprendámoslo con lo mejor que tengamos, sea que precise estudio anticipado, práctica u otra preparación.

      Así que manifestemos aprecio por los dones que tenemos cultivándolos con toda sinceridad, usando todo medio que el Señor ha provisto para nuestra instrucción y entrenamiento: su Palabra, las ayudas bíblicas de la Wátchtower, reuniones y actividad en toda parte del ministerio cristiano. Como Pablo aconsejó a Timoteo: “Continúa aplicándote a la lectura pública, a la exhortación, a la enseñanza. No descuides el don . . . Reflexiona acerca de estas cosas, absórbete en ellas, para que tu progreso sea manifiesto a toda persona. Cuídate a ti mismo y a tu enseñanza. Persiste en estas cosas, pues haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te escuchan.” (1 Tim. 4:13-16, NW) Y, sobre todo, con eso estaremos llenando de gozo el corazón de nuestro gran Benefactor, manifestando aprecio por sus dones.—Pro. 27:11.

  • El don de la soltería
    La Atalaya 1952 | 15 de noviembre
    • El don de la soltería

      PARA muchas personas la idea de hablar de la soltería como un don parece extraña. No pueden ver cómo es posible llamar un don a la negación de lo que ellas consideran uno de los más vivos placeres de la vida (dado que la soltería cristiana incluye la castidad o continencia). El matrimonio, ellas razonan, sí, pero la soltería ¿un don?

      Como autoridad para llamar a la soltería un don citamos al hombre más sabio y más grande que ha vivido, al Hijo de Dios. A sus discípulos dijo: “No todos los hombres hacen lugar para el dicho, sino únicamente los que tienen el don. Porque hay eunucos que nacieron así desde el vientre de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se han hecho eunucos por causa del reino de los cielos. Quien pueda hacer lugar para eso haga lugar para eso.”—Mat. 19:11, 12, NW.

      ¿Por qué llamó Jesús a la soltería un don? Porque es algo que puede ser cultivado y usado efectivamente para el adelanto de la adoración verdadera en la tierra y para la propia felicidad de uno. Que el estado de soltería tiene definitivas ventajas para el ministro cristiano es evidente de las palabras del apóstol Pablo: “En verdad, quiero que estén libres de ansiedad. El hombre soltero está ansioso por las cosas del Señor, cómo podrá obtener la aprobación del Señor. Pero el hombre casado está ansioso por las cosas del mundo, cómo podrá obtener la aprobación de su esposa, y él está dividido. Además, la mujer soltera, y la virgen, está ansiosa por las cosas del Señor, para que pueda ser santa tanto en su cuerpo como en su mente. No obstante, la mujer casada está ansiosa por las cosas del mundo, cómo podrá conseguir la aprobación de su esposo. Pero esto se lo digo para su provecho personal, no para echarles un lazo, sino para incitarles a lo que es conveniente y a lo que representa el atender constantemente al Señor sin distracción.”—1 Cor. 7:32-35, NW.

      Verdaderamente, el poder servir a Jehová Dios con mente y corazón indivisos, el poder dar a su obra nuestra atención

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