-
“Felices son los de corazón puro, puesto que ellos verán a Dios”La Atalaya 1967 | 1 de junio
-
-
Dios] sea manifestado seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo el que tiene esta esperanza puesta en él, se purifica a sí mismo así como ése es puro.”—1 Juan 3:2, 3.
LO QUE INCLUYE LA PUREZA DE CORAZÓN
¿Qué significa ser de corazón puro? Sobre todo significa tener motivos puros. Significa tener un corazón que esté libre de malicia, libre de amargura o resentimiento, libre de tal inmundicia contaminadora que a veces se aloja en el corazón como “razonamientos inicuos, asesinatos, adulterios, fornicaciones, hurtos, testimonios falsos, blasfemias. Estas son las cosas que contaminan al hombre; mas el tomar una comida con manos sin lavar no contamina al hombre.”—Mat. 15:19, 20.
El ser de corazón puro también significa ser sincero, estar libre de hipocresía, teniendo enfocados o fijos todos los afectos de uno en una sola dirección, en una sola cosa, en conseguir la aprobación de Dios. El apóstol Pablo estuvo preocupado por temor de que a los cristianos de Corinto se les corrompieran sus mentes y fuesen “alejadas de la sinceridad y castidad que se le deben al Cristo.” Aconsejó a los esclavos, y por lo tanto a todos los que son empleados de otros, a servir, “no con actos de servir al ojo, como quienes procuran agradar a los hombres, sino con sinceridad de corazón, con temor de Jehová.”—2 Cor. 11:3; Col. 3:22.
De manera semejante el discípulo cristiano Santiago dio consejo a los cristianos que trataban de ser amigos de Jehová Dios y al mismo tiempo amigos del mundo: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes. Límpiense las manos, pecadores, y purifiquen su corazón, indecisos,” literalmente, “de dos almas” o de doble disposición. Jesús pensó de manera semejante, sin duda, cuando dijo: “Si, pues, tu ojo es sencillo [sincero, enfocado, unidireccional], todo tu cuerpo estará brillante.” Y las palabras del apóstol Pablo a Timoteo parecen combinar los dos pensamientos de que el corazón sea puro en cuanto a virtud y que sea puro en cuanto a sinceridad y unicidad de propósito: “Realmente el objetivo de este mandato es amor procedente de un corazón limpio y de una buena conciencia y de fe sin hipocresía.”—Sant. 4:8; Mat. 6:22; 1 Tim. 1:5.
Tampoco podemos pasar por alto el hecho de que el ser de corazón puro también significa tener plena confianza, plena fe en el Creador, Jehová Dios, porque a los cristianos se les advierte: “Cuidado, hermanos, por temor de que alguna vez se desarrolle en alguno de ustedes un corazón inicuo y falto de fe al alejarse del Dios vivo; mas sigan exhortándose los unos a los otros cada día, mientras pueda llamársele ‘Hoy,’ por temor de que alguno de ustedes se deje endurecer por el poder engañoso del pecado.” En otras palabras, Jehová Dios no considera de corazón puro a nadie aunque sea sincero y moralmente limpio a menos que tenga fe en el único Dios verdadero Jehová.—Heb. 3:12, 13.
ALGUNOS VERÁN LITERALMENTE A DIOS
Entonces ¿verá a Jehová Dios todo el que se esfuerza por ser de corazón puro de estas varias maneras? No necesariamente. Por lo menos no literalmente, porque “Dios es un Espíritu,” y los ojos humanos no pueden ver un espíritu, así como Jesús le indicó al caudillo religioso judío Nicodemo, un fariseo: “Lo que ha nacido de la carne, carne es, y lo que ha nacido del espíritu, espíritu es. El viento sopla donde quiere, y oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va.”—Juan 4:24; 3:6, 8.
Por lo tanto, el apóstol Juan escribió al principio de su Evangelio: “A Dios ningún hombre lo ha visto jamás; el dios unigénito [Jesucristo] que está en la posición del seno para con el Padre es el que lo ha explicado.” De hecho, sería imposible que algún humano viera a Dios y sobreviviera, porque, como Jehová mismo le dijo a Moisés cuando Moisés pidió ver el rostro de Dios: “Ningún hombre puede verme y sin embargo vivir.”—Juan 1:18; Éxo. 33:20.
Pero hay y habrá algunos, una cantidad comparativamente pequeña con corazón puro, que verán literalmente a Dios. ¿Quiénes son? Son aquellos que el apóstol Juan vio de pie en el monte de Sion celestial, los 144.000 redimidos de la Tierra, que compartirán la gloria celestial con su Señor Jesucristo.—Rev. 14:1; 20:4.
¿Por qué será posible que éstos vean a Dios? Porque tendrán cuerpos espirituales, habiendo sido levantados de entre los muertos “cambiados,” porque “carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni tampoco la corrupción hereda la incorrupción.” (1 Cor. 15:50, 51) Estos participarán de lo que las Escrituras llaman “la primera resurrección,” concerniente a la cual leemos además: “Se siembra cuerpo físico, se levanta cuerpo espiritual. . . . Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad.” Al participar de la gloria celestial con Jesucristo como espíritus incorruptibles, inmortales, éstos de veras podrán ver a Jehová Dios literalmente y no obstante vivir.—Rev. 20:6; 1 Cor. 15:44, 53.
VIENDO A DIOS FIGURADAMENTE
Sin embargo, aunque la promesa de Mateo 5:8 acerca de que los de corazón puro ven a Dios tiene su aplicación principal y literal en los que pertenecen a la congregación de cristianos ungidos contra quienes las puertas del Hades no prevalecen, pudiera decirse que hay un principio que se expresa en las palabras de Jesús que tiene una aplicación más amplia. Así, por ejemplo, después de que Jehová Dios le había dado una lección a Job sobre cuán grande es Jehová en comparación con el hombre insignificante y menudo, Job exclamó: “De oídas he sabido de ti, pero ahora mi propio ojo de veras te ve.” No con el ojo literal sino con el ojo de entendimiento, el ojo de fe y aprecio, pudo mirar entonces Job la obra de Dios y los tratos de Dios con él y ver a Dios como no había podido verlo antes.—Job 42:5; Mat. 16:18.
Por eso aun a los de corazón puro cuyo destino eterno es la vida en la Tierra Dios se revela tanto en su Palabra escrita como en su libro de la creación visible. Debido a que tienen corazones puros de fe éstos, como el profeta Moisés, pueden continuar ‘constantes como si vieran a Aquel que es invisible.’ Y pronto, en el venidero sistema de cosas, éstos verán más evidencia en torno de ellos de que Dios existe y de que de veras es la clase de Dios que muestra la Biblia que es, infinito en sabiduría y poder, perfecto en justicia y la mismísima personificación del amor.—Heb. 11:27.
Sin embargo, no debemos concluir que la felicidad de los de corazón puro se limita a ver a Dios, ya sea literal o figuradamente. Jesús no dice eso; simplemente entraña que ése es su galardón principal. Pero hay otras bendiciones que tienen los de corazón puro aun ahora. El ser de corazón puro le proporciona a uno paz mental y una conciencia limpia. Contribuye a contentamiento. También contribuye a relaciones pacíficas con Jehová Dios y con el prójimo de uno, sea la gente que viva al lado de uno, los compañeros de trabajo de uno o los coalabadores de uno en la congregación cristiana. Y ciertamente todo esto es razón adicional para esforzarse por hallarse entre los que son “de corazón puro.”
-
-
“Está escrito”La Atalaya 1967 | 1 de junio
-
-
“Está escrito”
En una aldea predominantemente católica romana en la India una familia fue fuertemente ridiculizada por ser testigos de Jehová. El sacerdote visitó el hogar y solo halló en casa a una niña de catorce años de edad. Al preguntarle por qué no asistía a la iglesia, ella contestó: “Está escrito en la Biblia: ‘El Altísimo no mora en casas hechas de mano.’” El sacerdote dudó que tal cita fuera de la Biblia. La niña de catorce años le mostró dónde se encontraba la cita.—Hech. 7:48.
-