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¿Qué concepto tiene usted de Dios?¡Despertad! 1979 | 22 de agosto
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¿Qué concepto tiene usted de Dios?
A JUANITA, una niña de 11 años de edad, se le preguntó: “¿Cómo crees que Dios es?” Excitadamente respondió: “Dios tiene cabello castaño largo, y se cubre la cabeza con capucha de monja. Lleva una capa negra y tiene zapatillas negras. Se la pasa sencillamente haraganeando por el espacio y mirando abajo al mundo.”
¿Le parece raro este concepto? Quizás usted se sienta inclinado a tomarlo a risa como el producto de una viva imaginación juvenil. Pero, ¿qué hay de los puntos de vista que tienen muchos adultos hoy día? ¿Cuán precisas y bien fundadas son las ideas que ellos tienen acerca de Dios?
En su libro God for Men of Today, el autor Jacques Duquesne, que trata de asuntos religiosos, escribe lo siguiente: “Cuando se dedica algún tiempo a interrogarlos en cuanto a ello, la mayoría de estos cristianos terminan por reconocer que están perplejos. Ya no saben lo que creen, lo que deben creer ni por qué lo creen.” ¿Se ha sentido usted así? ¿Le es difícil expresar en palabras sus propias ideas acerca de Dios?
Hay innumerables conceptos acerca de Dios. El de la pequeña Juanita es solo uno de ellos. Centenares de millones de personas creen en un Dios que predetermina la suerte de cada individuo y atormenta despiadadamente a los que rechaza. Para otros, Dios no es una persona, sino, más bien, un poder que lo penetra todo, presente por todo el universo. Algunas personas hasta asocian a Dios con las fuerzas inanimadas de la naturaleza.
¿Qué concepto tiene usted de él? ¿Es un concepto bien definido, o pudiera ser que usted, también, tenga ideas vagas en cuanto a quién es Dios y lo que él representa? O tal vez el cuadro que su religión ha pintado de Dios lo ha alejado de Él, puesto que se le hace difícil concebir un Dios vengativo que atormente despiadadamente a las personas a quienes rechaza.
¿Por qué es tan importante que tengamos un concepto exacto de Dios? Sin éste perdemos lo que pudiéramos llamar el corazón mismo de nuestra adoración. Por ejemplo, recientemente el líder de 60 millones de cristianos anglicanos hizo esta dramática declaración: “Que Dios nos perdone. No queremos admitirlo; si lo hiciéramos nuestras congregaciones recibirían una sacudida. Pero hemos cesado de escuchar [a Dios], y nuestra vida espiritual se nos ha muerto, aunque salvamos las apariencias y desempeñamos nuestras funciones en un nivel puramente mecánico.”a Si Dios no es real para nosotros, si nuestro concepto de él es borroso, nosotros también podríamos estar simplemente ‘salvando las apariencias y desempeñando nuestras funciones en un nivel puramente mecánico.’
El que no tengamos una opinión clara de Dios podría llevarnos a confesar creencia en Dios con el único fin de “no correr riesgos.” De hecho, estaríamos haciendo la “apuesta” que propuso Blaise Pascal, un filósofo francés del siglo XVII, a saber: “Apueste que Dios existe; si gana, lo gana todo, si pierde, no pierde nada.”
Tal vez usted, al igual que la vasta mayoría de las personas que dicen creer en Dios, cree que “debe haber algo o alguien allá arriba.” Pero hasta en esto existe una gran diferencia entre creer que hay “algo” allá arriba y creer que hay “alguien” allá arriba. “Algo” da a entender que Dios sencillamente es una fuerza, una central universal de fuerza, mientras que “alguien” describe a una persona. ¿Cuál de los dos puntos de vista es cierto? Si es una persona, ¿cómo es, en realidad? Existen muchas opiniones, pero ¿cómo podemos saber la verdad?
Un libro religioso suministra una respuesta clara, bien definida. Este libro es la Biblia. El concepto de Dios que se manifiesta en la Biblia ha alentado a millones de sus lectores y ha hecho que se sientan atraídos a amar a este Dios. ¿Qué descripción presenta la Biblia? Veamos.
[Nota]
a Bajo el encabezamiento: “Dr. Coggan advierte a obispos contra ‘creencia perdida,’” el Daily Telegraph de Londres informó acerca de este discurso que el arzobispo de Canterbury pronunció el 23 de julio de 1978 en la Conferencia Lambeth ante 400 obispos.
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Dios como personalidad¡Despertad! 1979 | 22 de agosto
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Dios como personalidad
¿CÓMO ES DIOS? Bueno, ¿cómo lo describe la Biblia? Lo representa, no como una central de fuerza impersonal o algún abstracto “principio superior,” sino como una Persona inteligente que tiene sentimientos, gustos y aversiones. Eso armoniza con la lógica sana. ¿Por qué?
Tal vez usted ha estado bajo el cielo estrellado en una noche despejada, como las personas representadas en la página siguiente. ¿No le han impresionado la grandeza y el orden de los cielos? ¿Podría usted concluir que una simple fuerza impersonal produjo un orden tan espléndido por la “casualidad ciega”? ¿O son los cielos la obra de una mente inteligente?
Lo que contestó un negociante cuando se le preguntó por qué creía en la existencia de un Creador inteligente suministra una respuesta razonable:
“A una joven en nuestra fábrica le toma aproximadamente dos días aprender a armar las 17 piezas de una máquina cortadora de carne. Puede que todos estos millones de mundos, cada cual con su órbita separada, y todos tan maravillosamente equilibrados en el espacio... puede que sencillamente hayan llegado a existir por casualidad.
“Puede que después de mil millones de años de dar tumbos por fin se hayan dispuesto de manera ordenada. No lo sé, no soy más que un simple fabricante de cuchillería. Pero esto sí sé, que uno puede sacudir las 17 piezas de una máquina cortadora de carne en una tina de lavar durante los próximos 17 mil millones de años y nunca obtendrá una máquina cortadora de carne.”
Tal como solo una persona con inteligencia podría arreglar las piezas de una máquina cortadora de carne en un instrumento de precisión, así, también, la lógica señala a la conclusión de que solo una Persona inteligente de imponente poder podría haber ordenado nuestro universo con toda su intrincada organización.
La Biblia está en pleno acuerdo con esta conclusión sensata, pues dice:
“Levanten sus ojos a lo alto y vean. ¿Quién ha creado estas cosas? Es Aquel que está sacando el ejército de ellas aun por número, todas las cuales él llama aun
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