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  • “Hombres de nieve” del Japón
    ¡Despertad! 1971 | 22 de abril
    • Para la exhibición de 1970, la historia antigua estuvo representada por un despliegue bellamente “tallado,” de catorce metros de alto por treinta metros de ancho, del Templo de la Roca Abu-Simbel de Egipto, que se dice que fue construido por Ramsés II en celebración de su conquista del Sudán. Este estaba completo, con faraones, leones alados y jeroglíficos, que parecían tan desconcertantes para los japoneses como la escritura japonesa parece a los forasteros.

      La historia moderna fue puesta de relieve en otro lugar de exhibición, donde el visitante podía dar sus ‘primeros pasos grandes’ entre cráteres de la Luna, pero con los pies pisando nieve en vez de polvo lunar. A su lado, dos astronautas de nieve, un módulo lunar y un cohete Apolo 11 de nieve prestaban realismo a la escena.

      Deleite para niños en la nieve y el hielo

      Sin embargo, el “espectáculo” es principalmente un deleite para los niños. Porque aquí, representados con nieve, hay muchos de los cuentos, del Japón y de Occidente, que se les han contado y se les han vuelto a contar a los niños a través de los siglos. Una exhibición, que se extiende a lo ancho del parque de la ciudad, representa a la princesa Blanca Nieves llegando al “deslumbrante castillo del príncipe.” Viene en tren “bala,” acompañada de los enanos, dos de los cuales están sentados a horcajadas en el tren. Un tremendo Gulliver, que probablemente pesa dos mil toneladas, yace extendido de un lado al otro del parque. Modelos de nieve de niños ejecutan deportes de invierno alrededor de su cintura mientras que niños verdaderos con pintorescas boinas y jubones se apiñan al lado de sus pies para que los fotografíen.

      En la siguiente cuadra del parque hay un Urashima Taro de pelo cano y de rostro blanco, el Rip Van Winkle del Japón, saliendo del folklore japonés montado en una tortuga blanca de cien toneladas.

      Alrededor de modelos más grandes hay muchas exhibiciones más pequeñas, incluso representaciones de animales domésticos, zorras, tejones y osos. ¡Cómo les encanta a los niños abrazar apretadamente a estos animales de tamaño natural y treparse en sus lomos helados!

      Como variación, ¡una cuadra completa despliega exhibiciones modeladas con hielo cristalino! Sobresale entre éstas una pagoda de siete niveles, con su estructura semejante a cerión centelleando con luces de colores en la noche. Cerca de allí, cinceladas delicada y hábilmente de bloques de hielo, se ven una granja, un granero y animales de granja. También hay un barco que lleva tesoros y una verdadera colección zoológica hecha de hielo: ranas, un pingüino, un camello, una cobra, un cisne, un gato “negro,” un oso (bien amarrado a la cerca), un cangrejo, una tortuga y perros de la región ártica.

      Dioses y hombres de nieve demolidos

      Puesto que el Japón es un país budista, una monstruosa estatua del Buda Bosatsu-Hanka, de once metros de altura, se exhibe prominentemente en el parque central. Pero aun “Buda,” aunque en lo exterior está esculpido primorosamente, en lo interior es simplemente como cualquier otra imagen hecha por el hombre... solo que un poco más fría en Sapporo. Es lo bastante sólido como para capear la mayoría de las tormentas, aunque una fubuki (ventisca) durante la fiesta puede ser desagradable a sus visitantes. Y si se acumula nieve blanda en sus ojos y oídos, hay a la mano camiones y escaleras de bomberos para quitarla de nuevo con manguera o cepillo. Durante cuatro días frescos y cuatro noches iluminadas, el Buda reina junto con sus compañeros dioses y exhibiciones.

      Después de estos cuatro días transitorios de gloria, todas las exhibiciones de dioses y hombres y otros tienen que ser demolidos, ya que presentarían un peligro para los niños y otros transeúntes si se dejaran para que los elementos los descompusieran. Ya, a la mañana siguiente a la fiesta, “Buda” ha perdido un dedo. Pronto los trabajadores están ocupados con pico y pala, destruyéndolo a él y a sus compañeros de arriba a abajo. A veces estos “dioses” reciben un agasajo de despedida de sakí, derramado entre sus dientes helados, para fortalecerlos contra los golpes de los hombres que trabajan con pico y pala.

      En un sentido, esta obra de demolición de “Buda” representa lo que muchos de los ciudadanos pensadores de Sapporo están haciendo ahora. Esta ciudad, y en realidad la entera isla de Hokkaido barrida por la nieve, está llegando a ser uno de los campos más fructíferos para la testificación del Reino en el Japón. A medida que los testigos de Jehová predican de la Santa Biblia a estas personas humildes, muchas de ellas han llegado a comprender que “Buda,” sin importar lo bellamente que esté esculpido, todavía es simplemente un ídolo, y que, como la Biblia declara, “un ídolo nada es en el mundo.” (1 Cor. 8:4; Sal. 115:4-8) En sus corazones están demoliendo la idea de “Buda,” tan completamente como los trabajadores demuelen los dioses de la fiesta de la nieve.

      Aunque la fiesta de la nieve produce muchas obras maestras de arte sorprendentes y elegantes, son de hechura humana y solo duran unos cuantos días. ¿Y pueden algunas de éstas comenzar a compararse con la hermosura del paisaje níveo que Jehová teje a través del campo cada invierno? Él ha estado haciendo esto por miles de años. Los modelos de nieve, como los dioses que algunos de ellos representan, vienen y van, pero los ciclos magníficos del arreglo terrestre de Jehová continuarán para siempre, para el disfrute agradable de los que lo aman. Será como él prometió hace mucho tiempo, en el tiempo de Noé: “Todos los días que continúe la tierra, siembra y cosecha, y frío y calor, y verano e invierno, y día y noche, nunca cesarán.”—Gén. 8:22.

  • Cambió su modo de vestir
    ¡Despertad! 1971 | 22 de abril
    • Cambió su modo de vestir

      Durante su ministerio de casa en casa una testigo de Jehová de Columbus, Georgia, encontró a una joven que estaba vestida muy a la moda. Era presbiteriana y enseñaba en la escuela dominical. Su predicador enseñaba el concepto moderno de “los librepensadores” y que “vestirse a la moda” era parte de su “manera de expresarse.” Todos sus vestidos eran de longitud “micro-mini.”

      Esta mujer aceptó el estudio bíblico de casa gratuito que la Testigo le ofreció. Con el tiempo se le llamó a la atención prudentemente que la Biblia enseña que la mujer cristiana debe vestirse con modestia. (1 Tim. 2:9, 10) Aunque vino al Salón del Reino con sus vestidos de la longitud acostumbrada, los Testigos la recibieron afectuosamente. Y ella observó el vestir modesto de las mujeres en el Salón del Reino sin darle importancia.

      Al estudiar la Biblia comenzó a ver que su líder religioso la había extraviado. Ahora se dio cuenta de que uno está bajo el espíritu de Jehová o bajo el espíritu del mundo. Lloró. Pero mostró tanto aprecio por la verdad de Dios que comenzó a recomendarla a otros.

      Pronto se presentó en el Salón del Reino con un vestido que era de longitud modesta. Todos los Testigos que estaban allí se regocijaron con ella. Realmente, la verdad de Dios ayuda a las personas a rehacer su mente en armonía con la voluntad de Dios.—Rom. 12:1, 2.

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