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Haciendo sonar el arco y la cuerda¡Despertad! 1979 | 22 de febrero
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madera resonante.a Se corta en láminas o tablas de 3,8 centímetros de espesor y se deja secar por hasta un máximo de 10 años. Por lo general se usa el pino o abeto de madera blanda y grano homogéneo para hacer la tabla superior (la verdadera tabla armónica del violín), el apoyo interior del puente y el alma. La tabla inferior, los cantos, el mástil y la cabeza, así como el puente, por lo general se hacen de arce, una madera más dura. El diapasón y el cordal se fabrican de ébano.
Con un molde se traza el contorno de la forma de las tablas superior e inferior. Estas piezas se cortan con una sierra de arco. Usando cuñas y pequeños cepillos, el luthier con suma destreza y precisión talla la madera hasta lograr la gradación requerida de espesor, que en algunos casos es de solo dos milímetros. Los cantos —que son tan finos como las paredes de una caja de fósforos— se calientan antes de darles su forma curva. Los ángulos se juntan a inglete y se encolan pedacitos de pino o sauce a las esquinas a fin de fortalecer los cantos. En los bordes de las tablas superior e inferior se incrustan tres finas tiras de ébano y madera de manzano. Estas tiras son decorativas y contribuyen a evitar que la madera se raje. Se cortan cuidadosamente los agujeros en forma de eses en la tabla de armonía y entonces se encolan las partes. No se usa ni un solo clavo o tornillo.
A continuación viene el barnizado. Un instrumento sin barnizar perdería su timbre en aproximadamente 10 años, mientras que uno apropiadamente barnizado lo mantiene indefinidamente. Aunque toma de dos a tres semanas hacer un violín, el barnizado puede tomar esa misma cantidad de meses. El barniz y la manera en que éste se aplica pueden mejorar o estropear un instrumento bien hecho. Si el barniz se aplica demasiado espesamente, o si es demasiado duro en su textura, puede afectar el timbre.
Primero, se tiñe el instrumento, y entonces se aplican tres manos de fundación. A continuación se le dan ocho manos de acabado, el tinte y la mano final.
Para tocar el violín
En lo que respecta a tocar el violín, quizás usted se pregunte por qué es que el instrumento produce sonidos tan desagradables en manos de un principiante.
El individuo se enfrenta a desafíos peculiares al aprender a tocar el violín. Es esencial tener un oído musical y discernidor. El sostener apropiadamente el violín entre el mentón y el hombro, el colocar los dedos de manera correcta sobre las cuerdas (recuerde, el violín carece de trastes) y el controlar la dirección y presión del arco... lleva muchísimo tiempo y perseverancia para dominar. Aun después de dominar esas habilidades, hay que aprender mucho antes de poder producir una deleitable complejidad de tonos. Para los que tienen el tiempo disponible, y desean hacer el esfuerzo, el hacer sonar el arco y la cuerda puede ocasionarles gran placer.
De modo que, la próxima vez que usted escuche un violín bien tocado, sería bueno pensar en todo el esfuerzo que el músico tuvo que hacer para dominar el instrumento, los muchos dedicados fabricantes de violines que a través de los siglos han perfeccionado tanto el violín como el arco, y el artesano individual que hizo el instrumento en particular que usted está escuchando. Si, por otra parte, usted está explorando su ático y se encuentra con un violín viejo que su abuela solía tocar, recuerde que pudiera estar mirando una obra maestra perdida desde hace mucho tiempo que podría valer una fortuna. Aun si no es así, quizás se sienta impulsado a hacer sonar el arco y la cuerda.
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Escuchando chismes¡Despertad! 1979 | 22 de febrero
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Escuchando chismes
La próxima vez que se sienta tentado a escuchar chismes, recuerde que es probable que el que se deleita en charlar con usted acerca de las faltas de otros también chismeará acerca de las faltas de usted. ¡Qué cierto lo que dijo Salomón: “El que cubre una transgresión busca la amistad; pero aquel que sigue mentando el asunto, separa de sí al amigo más íntimo.”!—Pro. 17:9, “Versión Moderna.”
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