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  • El gobierno perfecto para todo el género humano
    La Atalaya 1959 | 15 de abril
    • El gobierno perfecto para todo el género humano

      “Fuéle dado el dominio, y la gloria, y el reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirviesen: su dominio es un dominio eterno, que jamás pasará, y su reino el que nunca será destruído.”—Dan. 7:14, Mod.

      1, 2. (a) ¿Cómo están nuestras vidas entrelazadas unas con otras, y por lo tanto qué se necesita para nosotros? (b) ¿Qué peligro común para el futuro reconocen los hombres, pero qué será peor y sin embargo provechoso?

      NADA debería ser más claro hoy día que el hecho de que se necesita un gobierno perfecto para todo el género humano. El hecho de que todo el género humano es uno en todo continente e isla de los mares no se puede negar. También es cierto el hecho de que todos nosotros, como criaturas humanas, estamos limitados a este único hogar terrestre, nuestro globo terráqueo, de modo que todos tenemos que vivir juntos. Ningún otro planeta del universo proveerá espacio donde podamos vivir nosotros. Ahora, más que en cualquier otro tiempo, la vida de cada uno de nosotros, de todos, se traslapa con la de los demás. Nuestras vidas están entrelazadas una con otras, particularmente en este día moderno.

      2 No hay aislamiento en ninguna parte de la tierra hoy día. Gústenos o no, todos estamos sujetos a un peligro común. Reconocen los caudillos humanos de la actualidad que este peligro es la III Guerra Mundial, que será global en sus consecuencias. Pero aparte de esta guerra nuclear global, que tanto se teme y que muchos están convencidos de que no puede evitarse en el futuro cercano, hay otro conflicto que será más terrible en sus consecuencias. Ese será el acto del Dios del cielo mismo. Ya no se puede pasar por alto: el gran Creador del cielo y de la tierra va a ejecutar un acto. Sin embargo, éste será provechoso a todos los hombres de buena voluntad que se pongan de parte de él. Eso significará vida para ellos. Todos nosotros como criaturas humanas tenemos un anhelo común, y éste es vivir felizmente y vivir aquí en armonía con el Cielo y con el poder divino que el cielo representa. Para que se satisfaga nuestro anhelo, necesitamos un gobierno mundial, y este gobierno tiene que ser perfecto.

      3. (a) ¿Es posible tal gobierno perfecto? (b) ¿Cuándo vendrá, y cómo, según la mejor autoridad?

      3 ¿Es posible tener un gobierno perfecto? Es un placer decir aquí al principio que es posible tener un gobierno perfecto, y es cosa segura que vendrá. ¿Cómo, sin embargo, habrá de venir tal gobierno perfecto, y también cuándo vendrá con el alivio que con seguridad traerá a todos los hombres de buena voluntad? Otra vez nos sentimos felices de poder decir que este gobierno perfecto para todo el género humano habrá de venir en nuestro propio tiempo, dentro de esta generación, de modo que estamos en espera de algo muy agradable. ¿Vendrá por medio de los científicos políticos entre los hombres? ¡No! Los científicos políticos han estado experimentando durante los milenios pasados. Si tuviésemos que esperar hasta que los científicos políticos desarrollasen un gobierno perfecto para nosotros por el método que aparentemente han estado intentando, el método de ensayo, ¡cuánto tiempo pasaría antes de que siquiera se acercaran al resultado satisfactorio! Mientras tanto los hombres por todo el globo terráqueo tendrían que continuar sufriendo a causa de la imperfección continua y los nuevos errores y chapucerías de los gobiernos humanos, que siempre nos mantienen en dificultades. No se desea esto. Pero sobre la autoridad del más importante Libro del mundo, el libro de profecía auténtica, puede declararse aquí que este gobierno perfecto vendrá por el acto glorioso de Aquel que creó nuestro universo y no por ningún otro.

      4. El que examinemos los cielos y sus cuerpos brillantes ¿qué pregunta hace surgir concerniente a la ley y el orden para la tierra?

      4 Al mirar los cielos por medio de nuestros poderosos telescopios y aun a simple vista humana, podemos ver la perfección que corona este universo, con todos los cuerpos celestes que brillan desde el espacio sideral sobre esta tierra, para dar luz y calor y vida al género humano. Al examinar la relación intrincada entre todos los cuerpos celestes, podemos ver que existe orden perfecto entre ellos de acuerdo con la ley universal. No se necesita la ciencia moderna para mostrarnos que la ley mediante la cual funcionan estos cuerpos celestes es perfecta. Esto armoniza con lo que dijo el salmista de tiempos antiguos, el rey profeta David, concerniente a los cielos: “Los cielos están declarando la gloria de Dios, y de la obra de sus manos está contando la expansión.” David también dice en esa mismísima relación que la ley de Jehová Dios es perfecta. (Sal. 19:1, 7) La marcha del universo confirma este hecho: que la ley de Dios es perfecta. Ahora bien, si tenemos perfección de ley y orden por todas partes del universo, que está fuera del alcance del género humano, ¿por qué, entonces, no deberíamos tener perfección de ley y orden aquí mismo sobre esta tierra entre el género humano? Sólo es razonable que la tengamos.

      5. (a) ¿De qué es esa perfección de ley universal una prueba? (b) ¿Cómo se llama la Fuente de esta ley?

      5 La perfección de la ley que funciona por todo el universo hacia todas las cosas creadas es una prueba de que hay un Legislador inteligente, supremo, todogobernante y tododominante, un Creador Todopoderoso, que es la Fuente de toda la vida de que se disfruta en toda la creación en las regiones invisibles de su propia morada y en la región visible de la morada del hombre. Él es Dios. La Santa Biblia dice que se llama Jehová. Este gran Dios de perfección es Aquel de quien emana esta ley que tan hermosamente gobierna todo el universo.

      6. (a) ¿Por qué puede él apreciar o evaluar lo que es un gobierno perfecto? (b) ¿Qué preguntas concernientes a él surgen debido a nuestro propio descontento para con el gobierno por humanos, y a qué conclusión llegamos?

      6 Cuando se trata de gobierno, este gran Dios de perfección ciertamente tiene que poder apreciar o evaluar lo que es un gobierno perfecto. Que él es perfecto y que él cree en cosas perfectas se declara en la profecía de Moisés, en Deuteronomio 32:3, 4: “Declararé el nombre de Jehová. ¡Atribuyan ustedes grandeza a nuestro Dios! La Roca, perfecta es su actividad.” Puesto que él es el Dios de perfección, ¿cuál ha de ser su opinión en cuanto a los gobiernos por el hombre sobre esta tierra? ¿Podríamos pensar de modo alguno que este Dios de perfección esté más satisfecho con los gobiernos humanos sobre esta tierra que lo que estamos nosotros los que vivimos bajo dichos gobiernos? ¿Podríamos pensar de modo alguno que él pudiera estar satisfecho con los gobiernos imperfectos hechos por el hombre, cuando nosotros mismos, que somos imperfectos, no estamos satisfechos con ellos? Él es más sabio que todos los partidos políticos de las diversas naciones que están peleando entre sí y que están criticando a los gobiernos de los diferentes partidos políticos y que se desahucian unos a otros del puesto de dominio en el gobierno por las elecciones que se realizan de vez en cuando. Si el género humano a través de los siglos ha estado descontento con los gobiernos que los hombres han establecido sobre las naciones, ningún gobierno a través de toda la historia humana se le ha hecho satisfactorio al gran Dios de perfección. El no permitirá que su descontento siga para siempre.

      7. ¿Qué historia de gobiernos humanos da la Biblia, y, de acuerdo con ésta, cómo juzga Dios a tales gobiernos en lo que concierne a la calidad de ellos?

      7 El registro bíblico da en forma concisa la historia de todos los gobiernos que han tenido que ver con el pueblo de Dios. La Biblia fué completada hace diecinueve siglos, y sin embargo también previó los gobiernos que eran futuros al tiempo de completarse la escritura de la Biblia. Por lo tanto la Biblia muestra que el Dios Todopoderoso en el cielo, cuyo nombre es Jehová, previó todos los gobiernos humanos hasta nuestro propio día y que él determinó el valor de ellos, también la naturaleza de ellos. De acuerdo con la apreciación o avalúo de este gran Dios, que es perfecto en sabiduría, justicia, amor y poder, todos esos gobiernos terrestres en su larga procesión a través de los siglos hasta ahora han sido gobiernos bestiales. Prescindiendo del orgullo nacional del hombre, la Santa Biblia describe los gobiernos creados por el hombre como bestias salvajes. Aun el mismísimo último libro de la Santa Biblia, la Revelación o el Apocalipsis, pinta a los gobiernos humanos hasta este día como bestiales en su naturaleza. En prueba de esto, lea para usted mismo la profecía de Daniel, capítulo siete, y Apocalipsis, capítulos trece y diecisiete.

      8. (a) A causa de la bestialidad de los gobiernos humanos, ¿qué ha decretado Dios para éstos? (b) ¿Qué gobiernos ya han llegado a su fin bajo la desaprobación de Dios, y por qué razón principal?

      8 A causa de la bestialidad de los gobiernos humanos como se revela por la matanza y el sacrificio de preciosa vida humana y todo el estrago que han causado entre las naciones, Jehová Dios el Gobernador del universo ha decretado el fin de todos los gobiernos hechos por el hombre al tiempo que él mismo ha escogido. En el pasado él ha arruinado gobiernos en cumplimiento de su palabra. Lea los relatos de la Biblia en cuanto a Egipto, Asiria y Babilonia. En cada caso hallamos que Jehová Dios, quien domina los asuntos del género humano, hasta declara que él es responsable de haber puesto desastroso fin a estos gobiernos bestiales de la antigüedad. En cuanto a los gobiernos subsecuentes, el Imperio medopersa, el Imperio griego y el Imperio romano, la Biblia también predijo su venida. Estos, también, han tenido su época y, bajo la desaprobación de Dios, han terminado con calamidad. La razón principal ha sido que todos estos gobiernos imperfectos han estado bajo el poder y dominio invisibles del principal enemigo de Dios, Satanás el Diablo, el impío dios de este inicuo mundo.—Luc. 4:5, 6; 2 Cor. 4:4; 1 Juan 5:19.

      9. ¿Cuál ha sido el más grande imperio que ha dominado la tierra, y por qué habrán de terminar todos los gobiernos de hoy día, sin importar de qué clase sean?

      9 De todos los imperios que han dominado este globo terráqueo, la potencia mundial binaria angloamericana ha sido el más grande de la historia humana. La Biblia también lo predijo y a la organización internacional de la cual es principalmente responsable, las Naciones Unidas. Sin embargo, la Biblia franca declara que aun estos gobiernos de hoy día, sin importar cuán magníficos los consideren los hombres, habrán de tener su fin, sean del tipo comunista o del tipo no comunista. Todos son gobiernos imperfectos; y las cosas que son imperfectas no van a durar aquí para siempre según la voluntad del Dios de perfección, el Creador de nuestra tierra.

      10. ¿Qué gobierno no derribará Dios de modo que deje de existir o funcionar, y con qué fin permanecerá para siempre?

      10 En nuestro día ha llegado a existir un gobierno que Jehová Dios Todopoderoso no derribará de modo que deje de funcionar o existir. Ese es el gobierno perfecto, el gobierno de su Mesías, el gobierno de su Cristo, el gobierno de su Hijo celestial, el Señor Jesucristo. En vez de derribar este gobierno, el Dios Todopoderoso lo usará para derribar todos los sistemas políticos humanos imperfectos que están causando tanta angustia entre los pueblos y parentelas y tribus de nuestro tiempo. En la guerra que se aproxima por la dominación universal el gobierno perfecto resultará victorioso y permanecerá para siempre para la alabanza y honor de Dios y para la bendición eterna del género humano.

      11-13. (a) ¿Sin qué no es posible tener un gobierno perfecto? (b) ¿Cómo se expresa la importancia de un gobernante o cuerpo de gobernantes para el buen gobierno en la opinión judicial sobre el Estado de Idaho vs. Raimundo Brungardt?

      11 Todos tenemos que convenir en que no se puede tener un gobierno perfecto a menos que se tenga un gobernante perfecto, o un cuerpo perfecto de gobernantes, y, además, un Dios perfecto. Todos los gobiernos humanos pasados y presentes han reconocido a algún dios. Los dioses que ellos han reconocido no han podido dar a sus adoradores un gobierno perfecto. El hecho de que un gobierno perfecto depende del gobernante o cuerpo de gobernantes que empuña el poder del dominio lo admite toda persona razonable. A la mano se encuentra una opinión jurídica que dictó un juez norteamericano, un juez de distrito, dentro del estado de Idaho. El juez rindió esta opinión el 8 de abril de 1958, en la causa conocida como el Estado de Idaho vs. Raimundo Brungardt. En ella él dijo:

      12 “Guillermo Penn, hace más de doscientos años, él, a quien la Corona [de Inglaterra] dió el Estado de Pensilvania cuando él estableció su colonia cuáquera aquí en esta nueva tierra, su colonia de Amigos, y a causa de quien el Estado de Pensilvania fué llamado así, enseñó:

      13 “‘Los gobiernos, semejantes a relojes, funcionan a causa de la marcha que los hombres les dan, y así como los Gobiernos son hechos, puestos en moción por los hombres, así, por ellos son arruinados, también. Por lo cual, los Gobiernos más bien dependen de los hombres, que los hombres de los Gobiernos. Sean buenos los hombres, y el Gobierno no puede ser malo. Si es malo ellos lo curarán, pero si los hombres son malos, por bueno que sea el Gobierno, ellos se esforzarán por torcerlo y arruinarlo para su propia conveniencia.’”—Página 6 de la opinión impresa.

      14. ¿Concerniente a qué principio gubernamental está de acuerdo esta opinión con la Biblia?

      14 Esto está de acuerdo con la Biblia, la Palabra de Dios, en que el gobierno perfecto depende de un gobernante perfecto, de aquel que Dios mismo proveerá para todo el género humano.

      ORIGEN DE LOS GOBIERNOS

      15, 16. ¿Cómo han venido a funcionar y a tener poder los gobiernos humanos desde el antiguo Imperio babilónico?

      15 ¿Cómo llegaron a existir los gobiernos humanos? ¿Por qué se han vuelto malos y han fracasado? Las historias escritas por hombres nos informan que los gobiernos han llegado a funcionar y tener poder por diversos métodos. El primer gobierno después del diluvio del día de Noé hace cuatro mil años fué un arrebatamiento por un dictador llamado Nemrod. Sin la aprobación de Noé o de Jehová Dios, pero con la aprobación de Satanás el Diablo, Nemrod se apoderó del gobierno que se estableció en el Medio Oriente, en la tierra de Mesopotamia. Fué el reino dictatorial de Babilonia. Nemrod fué enemigo de Dios, “un poderoso cazador en oposición a Jehová.” Llevó a cabo expediciones militares en contra de la gente de las tierras vecinas para establecer el antiguo o primer Imperio babilónico. (Gén. 10:8-12) Desde entonces, el género humano ha tenido muchas formas y tipos de gobierno que han dominado sobre diversas secciones de la tierra.

      16 Estos gobiernos han llegado a existir por diversos medios, por arrebatamientos de poder, por la rebelión de las masas de la gente, por la conspiración de los que han tenido sed de ejercer poder sobre la gente, por usurpación al desahuciar un individuo fuerte a otro gobernante y colocarse él en el puesto de poder. Y luego, como en los Estados Unidos de América del Norte, el hombre ha establecido un gobierno no simplemente con una revuelta, una rebelión, contra una potencia política en ultramar, sino mediante una convención constitucional, tal como la convención constitucional que redactó los Artículos de la Confederación en 1777 para las trece colonias norteamericanas del Imperio británico. Esos Artículos de la Confederación dominaron las colonias por un período de varios años, hasta que se inauguró en el año 1788 la Constitución que hoy día gobierna a la nación.

      17. (a) En cuanto a gobierno, ¿qué no desean los hombres que Dios haga? (b) ¿Qué respuesta tiene que darse en cuanto a si Dios puede o no establecer un gobierno en la tierra, y cuál fué su primera demostración?

      17 Los hombres no desean que el Dios del cielo, Jehová, establezca un gobierno sobre todo el género humano. El hecho de que se le adelantan y sus acciones obstinadas muestran que ellos dudan que Dios pueda establecer un gobierno sobre la tierra. No obstante, ¿puede Dios establecer un gobierno sobre todo el género humano? A esta pregunta el raciocinio sencillo responde: Si las criaturas humanas imperfectas pueden establecer un gobierno por diversos medios, ¿por qué no podría su Creador, el Dios Todopoderoso, que gobierna y domina a todo el universo y domina a ángeles, tener el poder para organizar, establecer y manejar un gobierno sobre los hombres en la tierra? Él tiene este poder. En tiempos pasados él demostró el poder que tiene para establecer el mejor de los gobiernos. El primer rey de la tierra que tuvo la aprobación de Dios fué un hombre llamado Melquisedec, que fué sacerdote y rey. Gobernó en la ciudad llamada Salem, que más tarde se llamó Jerusalén. Melquisedec bendijo al patriarca Abrahán en el nombre del Altísimo Dios. Su gobierno en Salem dejó de existir no se sabe exactamente cómo. El registro bíblico no dice nada en cuanto al asunto. (Gén. 14:18-20) Pero este gobierno del sacerdote-rey Melquisedec se usa en la profecía bíblica como tipo profético o prefiguración del gobierno perfecto que Dios establecerá sobre todo el género humano en las manos de un gobernante perfecto, semejante a Melquisedec.—Sal. 110:1-4; Heb. 5:10; 6:20; 7:1-17, 28.

      18. ¿Cuál fué el siguiente gobierno que Dios estableció en la tierra, y de qué manera fué éste un reino?

      18 El siguiente gobierno que Dios estableció en la tierra fué el de Israel en el siglo dieciséis antes de la era cristiana. Por medio del acaudillamiento del profeta Moisés él sacó a los que formaban su pueblo escogido de Israel de la tierra de Egipto, donde estaban de esclavos contra su voluntad. Los llevó al desierto, al pie del monte Sinaí, en la península de Arabia. Allí estableció un gobierno sobre ellos con él mismo como su Rey invisible celestial. La base de ese gobierno fué los bien conocidos Diez Mandamientos. (Éxo. 20:1-17) A estos Diez Mandamientos Jehová Dios agregó centenares de otras leyes y éstas llegaron a ser las leyes que Dios dió por las cuales había de ser gobernada la nación de Israel. Al debido tiempo, a petición de los israelitas, Dios estableció un reino visible sobre la nación de Israel. Esto fué centenares de años después que los había introducido en la Tierra Prometida de Canaán y los había establecido allí y había echado del lugar a los inicuos habitantes de esa tierra, que eran adoradores de demonios.—1 Sam. 8:4-22; 10:17-26; 12:1-14.

      19. ¿De qué manera fué el gobierno de Israel un gobierno teocrático, y por qué fué el más excelente sobre la tierra hasta ese día?

      19 El gobierno que Dios estableció sobre Israel fué el gobierno más excelente que el mundo había conocido hasta ese día. A causa de que las leyes que tenía le fueron dadas por Dios, fué una teocracia, es decir, fué un gobierno, una nación, que Jehová Dios dominaba. Por lo tanto el gobierno era un gobierno teocrático, aunque es cierto que la nación tenía un representante visible de Dios aquí en la tierra como su caudillo humano. La Biblia nos dice que las naciones de aquel entonces se maravillaban del conjunto de leyes que tenía Israel, y decían: ‘¿Qué nación tiene reglamentos y fallos judiciales tan justos y un Dios como el que tiene esta gran nación de Israel?’ Y Jehová Dios prometió a los israelitas que si cumplían estas leyes y lo adoraban y lo obedecían como Dios suyo, entonces él los haría cabeza de las naciones en vez de cola y ellos estarían encima de las naciones en vez de estar en el fondo entre las naciones, como está la nación del Israel moderno hoy día.—Deu. 4:5-8; 28:13, 14.

      20. ¿Qué ilustró el reinado de Salomón concerniente a un gobierno establecido por Jehová Dios?

      20 El grado sublime de gloria y esplendor y bendición a que este gobierno establecido por Jehová Dios en Israel pudo llegar fué ilustrado durante el reinado pacífico del rey sabio Salomón. Todo el mundo ha oído de la sabiduría de Salomón. En el Libro santo, la Biblia, tenemos preservada hasta nuestro día algo de la sabiduría maravillosa del rey Salomón. En el día de Salomón hombres procedentes de todos los reyes de la tierra vinieron a Jerusalén para oír la sabiduría de Salomón. Aun la reina de Sabá vino, desde los mismísimos cabos de la tierra, por decirlo así, para oír la sabiduría de Salomón y para ver la gloria de su reino en Israel. (1 Rey. 10:1-10; 4:34) El relato bíblico nos describe las bendiciones de que los israelitas disfrutaron bajo este reinado. Dice que desde Dan hasta Beer-seba los hijos de Israel estaban banqueteando, cada hombre sentado debajo de su propia parra e higuera, y regocijándose en la bondad de su Dios y en el gobierno que él había colocado sobre ellos.—1 Rey. 4:20, 25.

      21. ¿De qué fué una prefiguración el gobierno del rey Salomón, y por qué será esto algo mayor?

      21 Pero, a pesar de lo glorioso y espléndido que fué, y aunque fué tan grande bendición para los súbditos del reino, ese gobierno de Salomón sólo fué una prefiguración profética del gobierno perfecto que vendrá, bajo el cual todas las familias y naciones de la tierra serán bendecidas al debido tiempo de Dios. Tendrá un gobernante más grandioso, un gobernante más sabio, que el rey Salomón. Hace diecinueve siglos cierto hombre estuvo en la tierra de Israel y él dijo a los judíos que la reina de Sabá había venido desde los cabos meridionales de la tierra para oír la sabiduría de Salomón, y que ella sería levantada en el tiempo de juicio con esa generación de judíos. ¿Por qué? Porque, aunque ella había venido desde lejos para oír la sabiduría de un hombre imperfecto, no obstante allí en medio de los israelitas de ese día había alguien que era mayor que Salomón, alguien que era más que Salomón, y sin embargo los israelitas rehusaban escuchar a éste. Hasta hicieron que se le diera muerte. (Mat. 12:42) Es éste, algo que es mayor que Salomón, algo que es más que Salomón, quien va a estar encargado del gobierno perfecto que Jehová Dios establecerá en su tiempo señalado con pleno poder sobre la tierra.

      22. ¿Qué hay de las bendiciones que habrán de disfrutarse bajo el gobierno de este Gobernante mayor que Salomón?

      22 Ahora bien, si los israelitas bajo el reinado del rey Salomón disfrutaron de las bendiciones de paz, prosperidad, felicidad y piedad, ¡cuánto más disfrutará todo el género humano de bendiciones semejantes bajo este Gobernante poderoso, este Gobernador perfecto, que es alguien mayor que el sabio rey Salomón de la antigüedad! Dichas bendiciones serán las bendiciones de vida eterna, de paz duradera, de felicidad sin diminución y de prosperidad que siempre abundará junto con piedad.

      23. ¿Por qué no disfrutaron los israelitas en aquel entonces de la perfección de gobierno, aunque los reyes se sentaban en “el trono de Jehová”?

      23 Hoy tenemos toda razón para esperar confiadamente este gobierno perfecto venidero. En aquel entonces los israelitas vivían simplemente bajo el reino típico de Dios bajo reyes humanos que eran ungidos por su sumo sacerdote, de modo que se decía que aquellos reyes se sentaban en “el trono de Jehová”; y sin embargo aquellos israelitas no disfrutaron de perfección de gobierno. Todos ellos, rey y súbditos a la par, hallaron que no les era posible poner por obra las leyes perfectas de Dios. ¿A qué se debía esto? A que todos eran descendientes de Adán y Eva. La Palabra de Dios nos dice que fué de Adán y Eva que todos nosotros heredamos el pecado y la imperfección. El apóstol cristiano Pablo dijo correctamente: “Por medio de un solo hombre el pecado entró en el mundo y la muerte por medio del pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos habían pecado.” (Rom. 5:12) Todos hemos nacido en pecado. En realidad, hemos sido concebidos en iniquidad por nuestra madre. Esto fué cierto de la nación judía aun bajo su gobierno teocrático. El rey David mismo admitió este hecho aciago. (Sal. 51:5) De modo que tanto sus gobernantes, sus reyes ungidos, como la gente misma eran imperfectos y moribundos.

      24. ¿Qué hecho se propuso Dios que su ley por medio de Moisés enseñara a los israelitas, y qué pregunta y respuesta por Job mostraba por qué ellos no tuvieron perfección de gobierno?

      24 Jehová Dios se propuso que la ley que él dió por medio del profeta Moisés enseñara a los de su pueblo Israel que eran pecadores, que eran imperfectos. Como dijo el apóstol Pablo, que antes había sido fariseo judío: “Por obras de ley ninguna carne será declarada justa ante [Dios], porque mediante la ley viene el conocimiento acertado del pecado.” (Rom. 3:20) Aunque tratamos de guardar la ley de Dios, hallamos que no podemos hacerlo, el cual hecho nos muestra que nacimos imperfectos, y nuestra imperfección resulta en que seamos pecadores. De modo que los judíos honrados aprendieron a apreciar, y la ley de Dios los ayudó a apreciar, que eran pecadores y por consiguiente que no podían tener un gobierno perfecto, puesto que hombres pecadores servían como gobernantes suyos, como reyes ungidos suyos. Aquí es muy apropiada la pregunta que el profeta, el paciente Job, hizo: “¿Quién puede producir a alguien limpio de alguien inmundo?” ¿Qué madre, siendo ella misma imperfecta y concibiendo por el hombre imperfecto, ha podido dar a luz un hijo perfecto? Job respondió: ‘No hay ninguna.’ (Job 14:4) Por consiguiente, dado que los hombres son imperfectos y de ellos vienen los gobernantes, ¿cómo pudiéramos esperar que en tiempo alguno produjeran un gobierno perfecto? No pueden hacerlo. La ley de Dios por medio de Moisés sirvió para grabar ese hecho en el entendimiento de los israelitas fieles, creyentes.

      25. ¿Qué se necesita para que se pueda producir un gobierno perfecto, y por eso qué otro hecho tenía como propósito mostrar a los israelitas la ley de Dios por medio de Moisés?

      25 Para que se pueda presentar un gobierno perfecto tiene que haber una fuente perfecta del gobierno. La única fuente perfecta es Dios. La ley de Dios según fué dada a los israelitas por medio de Moisés tenía como propósito mostrar a los israelitas más que el que eran imperfectos, pecadores que necesitaban redención por el sacrificio humano perfecto que Dios proveería por medio de su Hijo. La ley de Dios por medio de Moisés también tenía como propósito mostrar a los israelitas que necesitaban un gobierno perfecto. Esa ley divina tenía como propósito dirigir a los israelitas no sólo al Redentor que necesitaban para levantarlos del pecado, la imperfección y la muerte, sino también a su Rey. La ley de Dios por medio de Moisés les ordenaba: “Sin falta deberías establecer sobre ti un rey que Jehová tu Dios escogerá.” (Deu. 17:14, 15) “¡Rompe en aclamaciones, oh hija de Jerusalem! he aquí que viene a ti tu rey,” dice la profecía de Dios.—Zac. 9:9, Mod.

      26. Además de un gobierno perfecto, ¿qué más puede proveer Dios, y cuándo prometió hacer esto?

      26 Dios, la Fuente perfecta, no sólo puede producir el gobierno perfecto, sino que también puede proveer el gobernante perfecto que se necesita para ese gobierno. Él ha prometido hacer esto. Más de diecinueve siglos antes de la era cristiana él llamó al patriarca fiel Abrahán de la tierra mesopotámica de Caldea a la Tierra Prometida en el Medio Oriente. Dios dijo al fiel Abrahán que haría de Abrahán una bendición para todas las familias de la tierra y que en él y en su simiente, en su prole, todas las familias y naciones de la tierra deberían ser bendecidas. (Gén. 12:1-3; 22:17, 18) Fué cuando Abrahán tenía cien años de edad y su esposa Sara tenía noventa años de edad que Dios milagrosamente dió al patriarca Abrahán un hijo llamado Isaac. Isaac nunca llegó a ser rey. Pero cuando Dios dijo a Abrahán que le iba a dar este hijo por su esposa Sara, Dios dijo que Sara llegaría a ser la antepasada de reyes, sí, de gobernantes, gobernadores, monarcas reales: “La bendeciré y ella llegará a ser naciones; reyes de pueblos provendrán de ella.” Por eso su nombre fué cambiado a Sara, que quiere decir Princesa. (Gén. 17:15, 16) De modo que esta Simiente que Dios dijo que él produciría al debido tiempo y en quien todas las familias y naciones de la tierra serían bendecidas había de ser una Simiente real; ¡había de ser un Rey! ¡Había de haber un gobierno real!

      27. ¿De quiénes formó Jehová una nación con un gobierno establecido, y por medio de cuál sección de esta nación había de ser producido el Rey prometido?

      27 El patriarca Abrahán tuvo doce bisnietos. Estos produjeron las doce tribus de Israel, y Jehová Dios formó de éstas una nación. Estableció un gobierno teocrático sobre ellas. Él, como su Rey y Legislador divino, les dió los Diez Mandamientos. (Deu. 33:1-5) De esas doce tribus de Israel Dios escogió una tribu en particular por medio de la cual produciría su gobernante para bendecir a todo el género humano. Se vió que era la tribu de Judá cuando el padre de Judá pronunció esta bendición sobre él: “El cetro no se apartará de Judá, ni el báculo de comandante de entre sus pies, hasta que venga Shiloh [el gran Pacífico], y a él le pertenecerá la obediencia de la gente.” (Gén. 49:10) De modo que, ¿qué descendiente de Judá llegaría a ser Rey?

      28. En realidad, ¿en quién comenzó a cumplirse la promesa real de Dios a Abrahán y Sara, y qué quiso decir en realidad el contra to solemne de Dios con éste?

      28 La promesa que Dios hizo a Abrahán y a su esposa Sara, de que con el tiempo procederían reyes de ella, realmente comenzó a cumplirse con David, el joven pastor de la pequeña ciudad de Belén. David fué el undécimo en la línea de descendencia de Judá. Al debido tiempo David fué ungido rey sobre las doce tribus de Israel. Pronto estableció su asiento de gobierno en la ciudad santa de Jerusalén. La santa arca del pacto de Dios fué llevada a ese lugar y alojada cerca del palacio del rey David. Entonces Dios hizo un pacto o un contrato solemne con el rey David, el pacto de que el reino nunca se apartaría de su familia, de su linaje, de su casa, de su línea de descendencia. (2 Sam. 7:12-16) En el Salmo 89 Dios dijo que él había hecho este pacto con David y que jamás lo violaría, razón por la cual el rey perfecto que proviniese de David tendría un trono que duraría tanto tiempo como durarían el sol y la luna, es decir, sería eterno, nunca tendría fin, nunca tendría que tener un sucesor en el gobierno.—Sal. 89:3, 4, 19-37.

  • El gobernante perfecto para el gobierno del hombre
    La Atalaya 1959 | 15 de abril
    • El gobernante perfecto para el gobierno del hombre

      1. ¿Cómo, sin tener un reino hoy día en la Jerusalén terrestre, tiene Dios de todos modos su Rey prometido, y por qué nació donde nació?

      ¿QUÉ hay entonces, de este rey eterno y perfecto que se prometió que vendría en la línea de descendencia del rey David de Jerusalén? Después de estos miles de años de experimento humano en gobiernos, no vemos hoy ningún reino en la ciudad de Jerusalén en la tierra de Israel. ¡Sin embargo, Dios tiene su Rey prometido! También, éste ha venido por medio de la línea real del rey David. En apoyo de este hecho pasamos de las Escrituras Hebreas a las Escrituras Cristianas Griegas, y las primerísimas palabras que hallamos en ellas leen de este modo: “Libro de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.” (Mat. 1:1, Val) Ah sí, esta línea de descendencia de reyes que había desde Abrahám a través del rey David halló su culminación en Jesucristo y con él termina. No fué por casualidad que este Jesús nació en la misma ciudad donde había nacido el rey David, en la ciudad de Belén. Esto fué en cumplimiento de la profecía de Jehová.—Miq. 5:2; Mat. 2:1-16.

      2. ¿Cómo en realidad fué este que nació allí un “Hijo del Cielo,” y cómo se le identificó entonces como el que había de llegar a ser el Rey prometido?

      2 Cierto, este Jesús tenía al patriarca Abrahán y al rey David como antepasados suyos, pero él realmente tenía un Padre celestial, y su madre virgen, forzosamente, fué humana. Ella fué la que era de la línea de descendencia desde Abrahán y a través de David. (Luc. 3:23-34) De modo que este Jesús que nació en Belén en cumplimiento de la profecía bíblica realmente fue el “Hijo del Cielo”; realmente fue el Hijo de Dios, a quien su Padre celestial envió a la tierra mediante un milagro a fin de proveer un gobernante perfecto para el género humano. Ningún rey perfecto había de hallarse de entre el género humano mismo imperfecto, pecaminos, moribundo. Recordemos que cuando nació este niño Jesús en Belén el ángel desde el cielo anunció a los pastores que estaban afuera en los campos: “Les nació a ustedes hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.” Ese ángel que trajo “buenas nuevas de un gran gozo que toda la gente tendrá,” llamó a este niño que nació allí el Cristo. Es decir, él era el Mesías, el Ungido; él era el que había de llegar a ser rey en cumplimiento de la profecía.—Luc. 2:8-11.

      3. ¿Dónde creció este niño, y qué llegó a ser allí?

      3 Este niño se escapó de ser muerto a manos del rey Herodes, que reinaba en Jerusalén como representante del Imperio romano. Después de la muerte de Herodes Jesús fue llevado a la ciudad de Nazaret. Allí creció hasta ser hombre. No llegó a ser pastor como lo que su antepasado el rey David había sido, sino carpintero. Vivió y trabajó en la ciudad de Nazaret, en obscuridad, viviendo, por decirlo así, una existencia secreta.

      4. ¿Qué fué que hizo salir a Jesús de su taller, y cómo se mostró que su siguiente paso no fué un paso falso?

      4 ¿Qué fue, pues, lo que hizo salir a Jesús de su carpintería? ¿Qué fue lo que lo colocó en el camino hacia el reino sobre todo el género humano? Ah, fue la proclamación del reino de Dios. En ese tiempo Jehová Dios había levantado al profeta Juan el hijo de Zacarías, y al debido tiempo Juan el Bautista vino predicando arrepentimiento de pecados y bautismo en símbolo de tal arrepentimiento. Les dijo a los judíos que se arrepintieran porque el gobierno de Dios se había acercado. La proclamación de Juan fué: “El reino de los cielos se ha acercado.” Luego que las nuevas de la proclamación de Juan le llegaron a Jesús allí en la carpintería en Nazaret, él dejó el trabajo del taller. Entregó sus herramientas y se dirigió a Juan el Bautista y fué bautizado por él. Este no fué ningún paso falso por Jesús de Nazaret, porque luego que salió del agua después de su bautismo en el río Jordán, hubo un anuncio de parte del Rey celestial de la eternidad, Jehová Dios. Represéntese mentalmente la escena como dice el Registro fiel: “Después de ser bautizado Jesús subió inmediatamente del agua; y, ¡mire! los cielos fueron abiertos, y él vió descendiendo como paloma el espíritu de Dios que venía sobre él. ¡Mire! también, hubo una voz de los cielos que dijo: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.’”—Mat. 3:1-6, 13-17.

      5, 6. (a) ¿Qué diferencia hubo entre la unción de Jesús y la de David? (b) ¿Qué querían hacer de Jesús los judíos egoístas, y por qué rehusó él?

      5 Siglos antes de eso, David había sido ungido con aceite para ser rey sobre Israel; pero este Jesús fué ungido desde el cielo con el espíritu de Dios para ser el rey en el reino prometido, el gobierno perfecto para todo el género humano. El apóstol Pedro informa: “Dios le ungió con espíritu santo y poder, y él caminó por el país haciendo bien y sanando a todos aquellos oprimidos por el Diablo, porque Dios estaba con él.” (Hech. 10:38) Sus seguidores reconocieron que él era el “Hijo de Dios,” el “Rey de Israel.” (Juan 1:49; Mat. 16:16) Experimentó grandes pruebas. Aguantó gran oposición a manos de los caudillos de Israel.

      6 A pesar de toda esta oposición y persecución, permaneció fiel al verdadero reino de Dios. Rehusó permitir que los hombres, aun los judíos mismos, lo hicieran rey sobre ellos, así como había rehusado permitir que Satanás el Diablo lo hiciera rey sobre todo el género humano. (Luc. 4:5-8) Recordamos la ocasión en que gratuitamente alimentó a 5,000 hombres junto con mujeres y niños, multiplicando la merienda de un muchachito, cinco panes y dos pescados, para alimentar a toda la muchedumbre. Cuando los judíos vieron que Jesús tenía este poder milagroso para alimentar a una nación, egoístamente quisieron hacerlo rey. Pero el Registro dice que luego que Jesús discernió que a fuerza querían hacerlo rey sobre ellos, se retiró de ellos y subió al monte completamente solo. (Juan 6:1-15) ¿Por qué? Jesús quería que Dios lo hiciera rey. Aguardó a que Dios lo coronara rey del gobierno perfecto sobre todo el género humano en el tiempo señalado de Dios. ¿No podemos alegrarnos a causa de esto?

      7, 8. (a) ¿Por qué no estaría satisfecho Jesús con menos que un gobierno perfecto que viniera sobre el género humano? (b) Con ese fin, ¿qué derrotero siguió Jesús, y por consiguiente dónde se le dió un puesto?

      7 En cuanto a la habilidad de Jesús para llegar a ser un gobernante sin tacha, vivió una vida perfecta en la tierra en medio de tremendas tentaciones. A los judíos que lo acusaron Jesús dijo: “¿Quién de ustedes me convence de pecado?” (Juan 8:46) Como hombre perfecto oró y nos enseñó a orar por un gobierno perfecto de una fuente perfecta, diciendo: “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino.” (Mat. 6:9, 10) Dado que siempre oraba por el gobierno perfecto, Jesús jamás estaría satisfecho con menos, y tampoco deberíamos estarlo nosotros.

      8 Con ese fin, Jesús continuó siendo un hombre perfecto hasta la muerte, siempre dando testimonio respecto al reino verdadero de Dios. Cuando fué enjuiciado delante del gobernador Poncio Pilato él corrigió el concepto falso que tenía el gobernador, diciendo: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores hubieran peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.” (Juan 18:36; 1 Tim. 6:13-16) Reteniendo su perfección humana sin que fuera estropeada por el pecado, Jesucristo murió como mártir fiel al reino de Dios. A causa de la perfección de su integridad y lealtad para con Dios, el Padre celestial lo levantó de entre los muertos y lo hizo volver a casa en el cielo y lo sentó a su propia diestra, muy por encima de los ángeles. Allí Dios le dijo que esperara hasta que viniera el tiempo de Dios para hacerlo rey, en el cual tiempo Dios le daría todas las naciones, sí, los mismísimos cabos de la tierra, como la región de su dominio.—Sal. 2:6-9; Dan. 7:13, 14; Sal. 110:1, 2.

      9. ¿A quiénes incluye Dios en el gobierno con Jesús, y cuál es la esperanza del resto de éstos que todavía queda en la tierra?

      9 En consecuencia, Jehová Dios, la Fuente celestial del gobierno perfecto, tiene su Gobernante perfecto para el reino que él ha prometido para la bendición de todo el género humano. Sin embargo, él incluye en el gobierno con Jesucristo a seguidores fieles del Gobernante perfecto. Mientras Jesús todavía estaba en la tierra como hombre comenzó a llamar a éstos para que lo siguieran. A los fieles él les dijo que estaba haciendo un pacto para el reino con ellos, así como Dios su Padre había hecho un pacto para el reino con él, para que se sentaran con él en tronos en su reino y comieran y bebieran a su mesa en su reino y juzgaran las doce tribus de Israel. (Luc. 12:32; 22:28-30) Desde entonces se ha estado efectuando la llamada y la prueba del número completo de 144,000 socios fieles del Gobernante perfecto Jesucristo. Para ahora la mayoría de éstos ha probado su fidelidad a Dios y a su Gobernante perfecto hasta la misma muerte y ha sido perfeccionada en el reino celestial por una resurrección en gloria celestial. Sólo queda un resto de estos socios del Reino y los de este grupo están esforzándose por probar su fidelidad hasta la muerte, y esperan ser perfeccionados en el reino celestial con el perfecto Rey de reyes, Jesucristo.

      EL TIEMPO PARA EL GOBIERNO PERFECTO

      10. ¿Qué día tenía que venir en cumplimiento de la promesa de Dios a María, y qué prueba tangible tenemos en cuanto a cuándo llegó?

      10 Ahora vivimos en un tiempo sumamente maravilloso. Tenía que llegar el día en que Dios cumpliera las palabras de su ángel Gabriel al anunciar el nacimiento venidero de Jesús a su madre virgen María: “Este será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y él será rey sobre la casa de Jacob para siempre, y no habrá fin de su reino.” (Luc. 1:26-33) A principios del otoño del año 1914 llegó el día en que terminaron los “tiempos señalados de las naciones” para dominar la tierra sin impedimento procedente del reino de Dios. Cierto, para la humanidad éste es un tiempo de angustia sin igual. Nunca ha experimentado el género humano una tribulación como la que hemos experimentado desde el año 1914. Pero este gran tiempo de tribulación es una prueba tangible de que el gobierno perfecto para todo el género humano prometido por Dios se ha acercado.

      11. ¿Por qué no debemos tener ninguna duda ahora acerca de que el Reino ha llegado, y qué ocasión con carácter de clímax en la predicación se alcanzó el año pasado?

      11 El reino ha llegado, está establecido en los cielos para hacerse cargo de la gobernación de todo el género humano. No debemos dudar acerca de ello, pues, como profeta, Jesús predijo las evidencias por medio de las cuales deberíamos conocer el tiempo del establecimiento del gobierno prometido. Él dijo que este “tiempo del fin” de las naciones de este mundo empezaría con guerra mundial y estaría acompañado de hambres, pestes, terremotos en un lugar tras otro, y de la persecución de sus seguidores. Él también dijo que las buenas nuevas del reino establecido de Dios se predicarían en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y primero entonces vendría el fin de los gobiernos imperfectos de los hombres. (Mat. 24:7-14; Mar. 13:8-10) La predicación de las buenas nuevas del reino de Dios por los testigos de Jehová ha llegado a ser más extensa cada año. Una ocasión con carácter de clímax en la predicación del Reino que atrajo la atención de todo el mundo fué cuando los testigos de Jehová celebraron su asamblea internacional de ocho días en el Estadio Yanqui y el Polo Grounds en la Ciudad de Nueva York, donde, en la reunión pública del domingo 3 de agosto de 1958 hubo 253,922 personas que escucharon el discurso de una hora sobre el tema “El reino de Dios domina—¿se acerca el fin del mundo?” El fin completo del mundo se acerca, dijo el orador, pero también se acerca el principio del justo nuevo mundo bajo el reino de Dios mediante Jesucristo el Gobernante perfecto.

      12. (a) ¿Hacia qué están marchando las naciones, y hacia qué experiencia? (b) El que esto sea así es una razón apremiante para que los testigos de Jehová hagan ¿qué, y el que lo hagan aumenta qué evidencia?

      12 Sin disputa vivimos en el “tiempo del fin” de las naciones. Están marchando hacia la batalla del gran día de Dios el Todopoderoso, la guerra universal, que se llama Armagedón. (Apo. 16:14-16) Allí serán destruídas por el gobierno celestial del Hijo de Dios, así como Daniel 2:44 (Mod) anuncia: ‘En los días de estos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruído. Y ese reino no será dejado a otro pueblo, sino que hará añicos y acabará con todos estos reinos, y él permanecerá para siempre.’ Esa es la razón apremiante por la que los testigos de Jehová, en todo el mundo, en 170 o más países hoy día están proclamando las buenas nuevas del reino establecido. Esta predicación en medio de angustia mundial sin precedente aumenta la evidencia de que vivimos en el fin de este mundo que está bajo la dominación de Satanás el Diablo, el imperfecto y pecaminoso “dios de este sistema de cosas.” (Juan 12:31; 2 Cor. 4:4) Por eso estamos en el umbral de un nuevo mundo que ha de ser dominado por el gobierno perfecto para todo el género humano, el gobierno en las manos del Gobernante perfecto Jesús.

      BENEFICIOS PERFECTOS

      13. En los días del gobierno del Hijo perfecto de Dios ¿de qué disfrutará el género humano en toda la tierra, y qué profecía de Isaías se cumplirá?

      13 Este gobierno celestial efectuará para la raza humana cosas que ningún gobierno político por criaturas humanas imperfectas en la tierra ha efectuado alguna vez. La profecía divina nos dice que en sus días el género humano va a tener paz perfecta en toda la tierra, sí, ninguna guerra se estará librando en ninguna parte de la tierra en ningún tiempo, y no habrá ninguna industria bélica ni ejércitos. Al fin todo el género humano tendrá desarme completo, sin que ninguna nación levante espada contra nación; tampoco los hombres aprenderán más la guerra, porque la gente de todas las nacionalidades estará bajo el dominio del gobierno todopoderoso, impecable de un Gobernante perfecto. En los días de este gobierno del Hijo perfecto de Dios, Jesucristo, la gente justa florecerá y la paz abundará por tanto tiempo como dure la luna. (Sal. 72:7, 8) Habrá un cumplimiento de la profecía de Isaías 9:6, 7: “Por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Poderoso Dios, Padre por la eternidad, Príncipe de Paz. Para la abundancia del dominio principesco y para la paz no habrá fin.”

      14. ¿De qué manera cumplirá él el nombre “Padre por la eternidad,” y cómo dará prueba su gobierno de ser un gobierno perfecto por lo que haga a sus súbditos fieles en lo que toca a cuerpo, mente y corazón?

      14 Este Gobernante perfecto no sólo será el Príncipe de Paz mayor que el pacífico rey Salomón, sino que también será el Padre por la eternidad para todos los hombres de buena voluntad que doblan la rodilla en sujeción y lealtad a él como su Gobernante dado por Dios. Él será el Padre eterno de ellos debido al hecho de que él les dará vida eterna. Él puede hacerlo con amor y justicia, porque él es aquel que murió por los pecados heredados de todo el género humano. El profeta Juan el Bautista señaló hacia él y dijo: “¡Vean, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!” (Juan 1:29) Este Rey semejante a cordero, en virtud del valor de su sacrificio humano pagado a Dios, podrá quitar los pecados de todos sus súbditos obedientes. Al quitarles sus pecados, levantará de ellos la condenación de muerte que descansa tan pesadamente sobre el género humano hoy día. Maravilloso será el que, en vez de que sus súbditos fieles se hagan más y más decrépitos en su imperfección y más débiles y con el tiempo desciendan al sepulcro, sean levantados gradualmente de su debilidad, imperfecciones, dolencias y enfermedades. La elevación no parará hasta que se alcance la perfección humana, condición en que los hombres obedientes estarán a la imagen y semejanza de Dios como estuvo el primer hombre, Adán, cuando fué puesto en el jardín de Edén. Así este Padre eterno, el Príncipe de Paz, hace accesible a sus súbditos la perspectiva de vida eterna en paz perfecta. Sólo un gobierno perfecto podría dominar de tal manera como para hacer a sus súbditos fieles y obedientes perfectos en cuerpo, mente y corazón.

      15. ¿Qué están haciendo a la tierra los gobernantes imperfectos hoy día, pero, en cumplimiento de la promesa que hizo cuando agonizaba, qué hará el Gobernante perfecto después del Armagedón?

      15 Junto con ese beneficio perfecto, este Gobernante perfecto dará a sus súbditos un hogar perfecto aquí en esta tierra. Hoy los gobernantes imperfectos de las naciones están arruinando la tierra de diversas maneras. Están hasta contaminando la atmósfera alrededor de la tierra con el desprendimiento de sus explosiones atómicas y nucleares. Están amenazando con hacer de esta tierra un lugar inhabitable para el género humano, particularmente por medio de una tercera guerra mundial. Pero no sucede así con el Gobernante perfecto Jesucristo en el trono celestial. Después de la guerra universal del Armagedón él transformará esta tierra en un paraíso, desde el oriente hasta el occidente, desde el polo norte hasta el polo sur. “Usted estará conmigo en el Paraíso,” dijo al malhechor compasivo que estaba muriendo al lado de él en un madero de tormento en el Calvario hace mil novecientos años. (Luc. 23:43) En cumplimiento de esa promesa que hizo mientras agonizaba, el Señor Jesús, que ahora ha entrado en su reino, restaurará sobre la tierra el paraíso que Adán el primer hombre y su esposa Eva perdieron para nosotros a causa de rebelarse y pecar contra Dios su Creador.

      16. ¿Qué transformación se efectuará en diversos respectos tocante a esta tierra, y de qué manera serán idealmente perfectas las condiciones de vida para el hombre obediente?

      16 Con un ojo perfecto que aprecia la belleza y con un respeto saludable para la creación de Dios, el rey Jesucristo reparará y cultivará la tierra y hará que alcance una condición de perfección paradisíaca. Entonces no habrá tormentas ni huracanes ni inundaciones para destruir las moradas del género humano y para causar estrago en los productos de su trabajo que crecen en los campos. Entonces la mitad del género humano ya no estará al borde de la inanición. Ya no habrá escasez de alimento ni hambres ni sequías para afligir al género humano. El estado atmosférico de la tierra será regulado a la perfección, y la tierra producirá abundancia y variedad, y la prosperidad abundará para todo el género humano obediente. El gobierno perfecto hará que la paz, la felicidad y el bienestar humano sobrepasen los de los días del rey Salomón, y las condiciones de vida para el género humano obediente serán idealmente perfectas, sin que haya perturbadores presentes, ni siquiera Satanás el Diablo y sus demonios en la región invisible de los espíritus. En el instante supremo de la batalla del Armagedón esas inicuas fuerzas espíritus habrán sido atadas y puestas en un abismo de sujeción completa.—Apo. 19:11 a 20:3.

      17, 18. (a) ¿Cómo será el reinado de ese gobierno no sólo para los vivos sino también para los muertos? (b) ¿Con qué palabras predijo esto una voz divina procedente del trono celestial?

      17 La segura Palabra de Dios garantiza que una grande multitud de personas de buena voluntad de hoy día sobrevivirá a la batalla del Armagedón y seguirá viviendo en ese nuevo mundo con su gobierno perfecto para todo el género humano. Sin embargo, el reinado de ese gobierno no sólo será para los vivos, los sobrevivientes del Armagedón, sino también para los miembros muertos de, la familia humana, incluyendo a Abrahán, Moisés el rey David y Juan el Bautista. El Rey Jesucristo, quien cuando estuvo en la tierra levanto gente a la vida de entre los muertos, otra vez ejercerá ese poder restaurador de la vida desde el cielo como el Redentor que murió por todo el género humano. Como el Rey a quien se le ha dado la autoridad de juzgar, él cumplirá su promesa: “La hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio.” (Juan 5:27-29) Bajo el gobierno perfecto a todos los que hayan sobrevivido al Armagedón y a todos los que hayan sido traídos de vuelta de las tumbas memorialescas se les enseñará de manera perfecta la justicia y la verdad. Finalmente, por un proceder de obedecer constantemente al Gobernador perfecto Jesucristo y a Jehová Dios, la Fuente de este gobierno perfecto, los obedientes recibirán el don de la vida eterna a la imagen y semejanza de Dios en la tierra paradisíaca.

      18 Prediciendo esto, la voz divina desde el trono de Dios dijo, como se registró en el último libro de la Biblia: “¡Mira! la tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. . . . Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni tampoco habrá más duelo ni lloro ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.” “Y el que estaba sentado sobre el trono dijo: ‘¡Mira! estoy haciendo nuevas todas las cosas.’”—Apo. 21:3-5.

      19. Por medio de hacer todas estas cosas para la familia humana, ¿qué desplegará el gobierno prometido de Dios?

      19 ¿Qué gobierno establecido por el hombre bajo el dominio de Satanás ha podido hacer cosas como éstas o aun prometer hacer cosas semejantes para el género humano? ¡Ningún gobierno hecho por el hombre! Pero el gobierno que tiene a Jehová Dios como Fuente suya y que él, mediante profecías pronunciadas sobre su propio nombre, se ha comprometido a establecer, desplegará sus perfecciones hacia el género humano por medio de efectuar todas esas cosas maravillosas a favor de los miembros de la familia humana, para que puedan vivir en una tierra perfecta para siempre, disfrutando de su Creador y Dios y glorificándolo.

      20. Si nos gustaría ver entrar ese gobierno, ¿para que hagamos qué es ahora tiempo?

      20 En vista de tales cosas venideras, ahora es el tiempo de prepararnos para este gobierno perfecto para todo el género humano. Nos gustaría verlo entrar, cuando la batalla del Armagedón libre a la tierra del dominio invisible del Diablo y de los gobiernos imperfectos de políticos egoístas, ¿no es verdad? De veras, debería darnos gusto el ver entrar ese gobierno dado por Dios. Si queremos verlo entrar y disfrutar de sus bendiciones sin morir, tenemos que prepararnos ahora antes del Armagedón para vivir bajo él. De modo que ahora, antes de que el Armagedón estalle repentinamente, es el tiempo para que estudiemos la santa Palabra de Dios, la Biblia, y veamos cuáles son sus requisitos para sobrevivir y entrar en el nuevo mundo bajo el reinado de Jesucristo el Gobernante perfecto.

      21. ¿Por qué están ansiosos los testigos de Jehová de ayudar a cada persona a estudiar la Biblia, y cómo debemos armonizar nuestras actividades con la oración de Jesús por el gobierno perfecto?

      21 Los testigos de Jehová están ansiosos de ayudar a cada persona a estudiar este Libro dador de vida, para que lo entienda y para que sepa cuáles son los requisitos de Dios para que cada uno tenga Su protección y bendición durante la gran tribulación que todavía ha de venir, alcanzando su terrífico clímax en la guerra universal del Armagedón. Al estudiar la Palabra de Dios, oremos por su reino. El hombre perfecto, Jesucristo, nos enseñó a orar por ese gobierno perfecto, diciendo: “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10) Además, al estudiar y orar por ese reino, proclamémoslo altruístamente a otros para su salvación. Así participemos con los testigos de Jehová en cumplir la profecía de Jesús: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin cabal.” (Mat. 24:14) Para gloria de Dios, probémonos ser honrosos representantes de su gobierno perfecto para todo el género humano.

  • “La quiebra de una edad”
    La Atalaya 1959 | 15 de abril
    • “La quiebra de una edad”

      El prelado anglicano H. R. L. Sheppard, que en un tiempo fue deán de la catedral de Cantérbury y canónigo de la catedral de San Pablo, escribió su libro The Impatience of a Parson casi dos décadas antes del advenimiento de la edad atómica. Pero juzgando por el tono de algunas de sus declaraciones uno diría que las escribió hoy.

      “No vacilamos, sino inmediatamente confesamos que los tiempos están descoyuntados,” escribió él, “y las armas que forjamos para nuestra seguridad rotas están en nuestra mano. Hay considerable confusión en la mente de aquellos que en un tiempo eran consejeros en quienes confiábamos; carece su habla del tono de confianza. Lo que ha dificultado más la situación es que la realidad severa nos ha obligado a renunciar a nuestra creencia de la edad victoriana en un progreso automático hacia la perfección; en verdad, la creencia nos renunció a nosotros en agosto de 1914, y hasta la fecha no nos hemos recobrado del sobresalto. Se nos ha obligado en años recientes, como nos ha recordado el Dr. Fosdick, a contemplar la quiebra de una edad que tenía cierto derecho a considerarse ella misma la edad más humanitariamente progresiva, la más iluminada y la más segura de toda la historia.

      “Últimamente se nos ha recordado que durante los pasados años recientes veinticuatro tronos han sido derribados, incluyendo a los de los mayores imperios territoriales del mundo. Durante esos años hemos presenciado la peor guerra que ha acontecido en toda la historia, la cual costó más de diez millones de vidas; hemos experimentado la peor hambre que el mundo ha conocido hasta la fecha; y también la peor pestilencia conocida al hombre, la cual contó con más víctimas que la guerra misma. . . .

      “No nos es posible olvidar lo que le pasó a la civilización en que tanto confiábamos. El progreso que se ha logrado en ciencia y educación y el aumento de conocimiento en cuanto a todo no han realizado lo que esperábamos de ellos, a saber, hacer la vida más segura y más agradable para nuestro prójimo; de hecho, ya que el egoísmo no ha sido subyugado, el hombre se ha hecho más peligroso y esto al mismo grado que ha aumentado su poder para el mal. Queda justificado el profesor Huxley por decir, como lo hizo hace muchos años, que nuestros milagros altamente desarrollados nos habían dado mayor mando sobre la naturaleza no humana que el que antes se le atribuía a los magos. No se nos puede confiar esta nueva adquisición de conocimiento científico; no podemos usarlo para la gloria de Dios ni para el bien estar del género humano.”

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