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Tema a Jehová el superiorLa Atalaya 1952 | 1 de noviembre
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humana. En contraste con los animales, cuyos actos están en gran parte dominados por instinto, al hombre se le ha dado el don de libre albedrío para que pueda conducirse voluntariamente de modo agradable ante su Creador. Es sobre esta área de acción donde se le permite al hombre ejercer su libre albedrío que aparecen leyes que gobiernan la acción humana. Este es el campo de acción que los gobiernos tratan de dominar.—Luc 22:42; 1 Cor. 7:37, NW.
EL SUPERIOR
7. ¿Cómo hablan las Escrituras del gran Superior del universo?
7 Considere ahora la posición eminente y temible del gran Superior, Jehová Dios. “Entonces el Eterno le respondió [a Job] desde una tormenta, diciendo: ‘Cuando fundé la tierra, ¿dónde estabas entonces? Contéstame eso, si lo sabes. ¿Quién le tomó las medidas a la tierra?—¿sabes eso? ¿Quién extendió el cordel de edificador? ¿Has levantado alguna vez la mañana, dado instrucciones al alba, para coger a la tierra por sus confines y sacudir fuera a los inicuos? ¿Qué senda conduce a la casa de la Luz, y dónde moran las Tinieblas?’” “¿Quién ha enseñado al Espíritu de Jehová, y, siendo su consejero, le ha hecho saber? He aquí que las naciones le son como una gota de agua, que cae del cubo; y como el menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí, él alza las islas como cosa menudísima.” Sí, ¿quién es el insignificante hombre, el hombre semejante a polvo, el inferior, para estar enseñando o respondiéndole a su gran Superior, Jehová? “Oh, hombre, ¿quién, pues, eres realmente para que le estés respondiendo a Dios? ¿Acaso la cosa moldeada le dirá al que la moldeó, ‘¿Por qué me hizo usted así?’ ¿Qué? ¿No tiene el alfarero autoridad sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para un uso honroso, otro para un uso deshonroso?” En verdad es sabiamente que el hombre, el inferior, con temor piadoso se somete como barro para ser dirigido por las leyes y la voluntad de su alfarero superior, Jehová.—Job 38:1, 4, 5, 12, 13, 19, Mo; Isa. 40:13, 15; Rom. 9:20, 21, NW; Jer. 18:2-10.
8. Ilustre cómo el hombre imperfecto obra como superior en miniatura sobre un inferior.
8 Aun en el caso del hombre imperfecto queda bien ilustrado el poder del superior sobre el inferior. Cuando el hombre diseña y construye una máquina para que ésta haga trabajo para él, como el superior en miniatura él hace las diferentes partes y las reúne, colocándolas en su lugar. Después pone estas partes en movimiento para que operen en conformidad con reglas fijas al ejecutar los movimientos exactos que el diseñador humano planeó para la máquina. Toda la máquina en función opera como un inferior conforme a las reglas señaladas por su superior, el hombre. Después de algún tiempo ciertas partes se rompen y no pueden marchar conforme a las reglas de acción que se les asignaron. Toda la máquina rehusa operar. Finalmente, después que muchas composturas no hacen que la máquina siga trabajando, se descarta y se hace un nuevo instrumento para hacer el trabajo necesario.
PODER LEGISLATIVO
9. ¿Qué cosa determina el grado de poder legislativo en manos del superior, y cómo es esto?
9 Luego es interesante notar que las distancias entre el superior y el inferior determinan los grados de superioridad e inferioridad. Esto afecta directamente el poder legislativo del superior sobre el inferior. Por su misma posición el superior es independiente y por esto no tiene ninguna regla o ley que observar salvo las que se imponga sobre sí mismo. Por otra parte, el inferior es entidad dependiente. En consecuencia el estado de dependencia obliga al inferior a aceptar la voluntad del superior de quien depende como la regla para su conducta, no en cuanto a toda acción en la vida sino en todas aquellas acciones que comprenden su dependencia. Esto quiere decir que si el inferior depende del superior en cuanto a cinco acciones, el superior puede hacer leyes o reglas para el inferior que gobiernen su conducta sobre sólo esas cinco acciones. Si en cien acciones estuviera comprendida la dependencia del inferior, entonces el superior tendría un mayor campo en el cual dictar leyes o hacer reglas de conducta. Por eso en proporción directa con el hecho de que la superioridad del uno y la dependencia del otro sea mayor o menor, total o limitada, el campo de acción en el cual se pueden hacer leyes será mayor o menor, total o limitado.e
TENDENCIAS EN GOBIERNOS
10. ¿Cuán eminente es la posición de Jehová sobre el inferior en el gobierno teocrático? ¿Por qué es deseable vivir bajo tal arreglo?
10 En la organización donde Jehová Dios es el superior, la distancia entre el superior y el inferior es sumamente grande, en efecto es absoluta. Esto significa que Jehová Dios está en posición de dictar leyes y hacer reglas de conducta que gobiernen casi todo detalle en las acciones de sus siervos. Esto es así porque como inferiores sus siervos dependen totalmente de él para la vida y todas sus bendiciones concomitantes. Aunque es seguro y deseable vivir bajo el gobierno paterno donde Jehová Dios es el superior absoluto que debe temerse, sin embargo en el campo de los gobiernos “César” esto es peligroso y conduce a gran opresión.—Sal. 1:1-6.
11. (a) Contraste gobiernos comunistas con gobiernos democráticos en cuanto a su superioridad sobre el inferior, y ¿qué significa esto para el pueblo? (b) ¿Cuál es la tendencia general en cuanto a gobiernos terrestres, y por qué?
11 En países donde existe el tipo ruso de comunismo tales gobiernos totalitarios como superiores tratan de hacer de las distancias entre el estado y el súbdito distancias muy grandes o totales (eso es lo que en realidad se indica por la palabra totalitario), de modo que la dependencia de los inferiores, los súbditos, sea grande o total, cosa que capacita al estado a hacer reglas que gobiernan casi todo detalle de la vida de sus pueblos. Esta forma de gobierno totalitaria impone gran temor sobre los pueblos y el imponer tal temor resulta en crueldad. En países donde está en función el tipo norteamericano de democracia tales gobiernos, como superiores limitados, no están a gran distancia de sus súbditos, los inferiores, de modo que la dependencia de éstos en el estado es limitada. Esto significa que las democracias tienen campos limitados en los cuales pueden hacer leyes para gobernar las acciones de sus súbditos. Sin embargo, aun en países democráticos parece que la presente tendencia es la de dar más poderes al estado. Esta tendencia se debe a que Satanás sabe que su tiempo es breve antes del Armagedón y se esfuerza hasta el límite para inducir a todos los gobiernos terrestres a exaltarse más y más con el fin de aumentar su superioridad sobre los pueblos y hacer que éstos los teman más. De este modo es fácil restringir a los inferiores y más rígidamente dirigirlos lejos del entrante gobierno del nuevo mundo de Dios.—Apo. 12:12.
DESARROLLO DE GOBIERNOS
12, 13. Describa en general el desarrollo de los gobiernos “César” a través de los siglos. ¿Cuál es la situación hoy día?
12 Al echar un vistazo a los más de cuatro mil largos años de historia de los gobiernos de “César” vemos que se desarrollaron y se reprodujeron por medio de guerra y contienda. ¿Cómo fué eso? Desde el tiempo de Nimrod en adelante se llevó a cabo una lucha por ejercer dominio para llegar a ser superiores a fin de poder dictar leyes y normas a los conquistados y así hacerlos inferiores subyugados. La proeza del superior mantuvo al inferior en temor y a merced de él. Unos 150 años después del Diluvio se desarrolló por primera vez una lucha de familia contra familia, luego vino clan contra clan, tribu contra tribu, ciudad-estado contra ciudad-estado y finalmente nación contra nación. Y así han seguido las cosas hasta hoy cuando la lucha todavía sigue, sólo que ahora es entre coalición de naciones contra coalición.—Gén. 10:8, 9.
13 Todavía se emplea el mismo viejo método de ensayo y error a través de contienda. En la actualidad el bloc oriental de naciones y el bloc occidental pugnan por dominación mundial para poder dictar normas y reglas mundiales que sean provechosas para ellos como superiores. Con el tiempo se sabrá si todavía ha de haber otra guerra de naciones de modo que un bloc sobreviva como el superior y mantenga al resto del mundo subyugado bajo sus reglas de acción. En contraste sorprendente con el desarrollo de lo legal en los violentos gobiernos de César, observamos que las leyes y reglas del gobierno teocrático vienen pacíficamente por medio de revelaciones que provienen directamente del soberano superior, Jehová Dios.—Isa. 33:22.
SANCIONES
14, 15. (a) ¿Qué son sanciones? (b) Haga referencia a leyes de la Biblia e identifique las sanciones conectadas con ellas.
14 Los gobiernos, ya sean de Dios o de “César”, emplean medios para estimular a sus inferiores a obedecer las leyes que se han hecho para dominarlos. Estos medios son (1) castigos que producen temor de quebrantar la ley o (2) recompensas como muestra de amor por guardar la ley; o una combinación de ambos. En el mundo de lo legal a estos castigos y recompensas se les conoce como sanciones, que son medios que los gobiernos usan para inducir obediencia a la ley. En el jardín del Edén, Dios le dió a Adán una ley que le prohibió comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. A esta regla de acción definida el Superior, Jehová Dios, añadió la sanción de castigo mediante la muerte si esta ley fuera quebrantada. Todos sabemos lo que sucedió con el tiempo. Adán, el inferior, quebrantó esta ley. Dios inmediatamente celebró juicio, lo encontró culpable y le aplicó la sanción de castigo en la que murió dentro de ese día de mil años.—Gén. 2:17; 3:19.
15 Después del Diluvio Dios hizo una ley prohibiendo el asesinar y añadió la pena de muerte como la sanción para cualquiera que quebrantara esta ley. Como otro ejemplo de las muchas leyes contenidas en la Biblia que llevaban sanciones para estimular obediencia a la ley note el Quinto Mandamiento, que dice, ‘Honra a tu padre y a tu madre.’ A esta regla de acción se añadió la sanción de recompensa por la obediencia, a saber, ‘para que tus días se prolonguen en la tierra.’ También había una sanción de castigo capital para los que desobedecían esta ley, sanción que autorizaba darles muerte a pedradas. Así que no le conviene al hombre como inferior bajo gobierno pasar por alto la ira (castigo) de la ley o cerrar los ojos a sus bendiciones (recompensas).—Gén. 9:6; Éxo. 20:12; Deu. 21:18-21; Rom. 13:5.
TEMOR
16, 17. (a) ¿Por qué es propio el temor a Jehová? (b) ¿Cómo debe andar el cristiano inferior delante de su Dios?
16 Todo lo anterior claramente demuestra que es correcto, deseable y propio tenerle temor piadoso a Jehová, el gran Soberano Superior. Su superioridad es tan elevada que lo hace supremo sobre todo. Es tan absoluta que el hombre, el inferior, está completamente a merced de él. Jehová de los ejércitos está en una clase única. Por esta razón los cristianos verdaderos obran correctamente al santificarlo como completamente separado en las relaciones que tienen con personas. Jehová en su posición eminente es santo y un fuego consumidor. “Porque yo soy Jehová vuestro Dios; por lo mismo os santificaréis, y seréis hombres santos, porque yo soy santo.” “Porque Jehová tu Dios es un fuego devorador, Dios celoso es.”—Lev. 11:44 y Deu. 4:24.”
17 A nadie le conviene jugar con Jehová. Ni puede el hombre ser descuidado en cuanto a los requisitos de Dios. No trate su ley livianamente, porque son infinitos sus poderes para aplicar las sanciones de castigo y conducen a la extinción completa en la muerte. “La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra, y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra, y pocos hombres son dejados en ella.” (Isa. 24:5, 6) A todo tiempo debe haber ese miedo de desagradar su majestad soberana. Bien ha expresado Isaías este asunto. “Santificad a Jehová de los Ejércitos; y sea él vuestro temor, y sea él vuestro pavor.”—Isa. 8:13.
18. ¿Cómo ensalza David la grandeza de Jehová el Superior?
18 El inferior sabio a todo tiempo recuerda su posición en relación a su gran Superior, Jehová Dios. Siempre trata de determinar la voluntad de Dios y luego diligentemente se pone a obrar de acuerdo con este curso sabio. Tal siervo fiel de Dios se une al rey David en la exclamación que hizo respecto a la grandeza de Jehová Dios y a cuán deseable es rendirle temor por medio de obedecer su ley. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento manifiesta la obra de sus manos. Un día a otro día transmite copiosamente el dicho, y una noche a otra noche divulga el conocimiento. La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al simple; los preceptos de Jehová son rectos, que alegran el corazón; el mandamiento de Jehová es claro, que alumbra los ojos; el temor de Jehová es limpio, que dura para siempre; los juicios de Jehová son verdad, y a una justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro fino; dulces también, más que la miel y que las gotas que destilan los panales. También tu siervo es amonestado con ellos, y en guardarlos hay grande galardón.” “¡Tema a Jehová toda la tierra!”—Sal. 19:1, 2, 7-11; 33:8.
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Sujeción a autoridades superioresLa Atalaya 1952 | 1 de noviembre
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Sujeción a autoridades superiores
“Que toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores.”—Rom. 13:1, NW.
1. ¿A qué dos superiores se enfrentan los cristianos hoy? ¿Es esto algo nuevo?
HOY los cristianos se hallan frente a dos superiores. Esta situación no es nueva.a Los cristianos durante el primer siglo d. de J.C. se hallaron en la misma situación; y también los israelitas después de 607 a. de J.C., cuando habían perdido su soberanía nacional a las naciones no judías. En estos tres casos uno de los superiores constituye una superioridad asumida, temporaria, tolerada; es la superioridad limitada de los gobiernos de César hechos por el hombre de este viejo mundo. El otro superior constituye la superioridad genuina, absoluta, eterna; es la superioridad ilimitada de Jehová Dios. En este período de transición antes del Armagedón, los testigos de Jehová claramente pueden determinar sus relaciones y deberes legales a las dos clases de superiores gobernantes, las cuales ambas traen obligaciones sobre los inferiores cristianos. Su posición legal es invencible. Esto se debe al hecho de que son herederos de las muchas sanas doctrinas y justos principios legales registrados en las Escrituras y de los muchos precedentes legales de casos mencionados en la Biblia que tienen aplicación en la actualidad.—Tito 3:1, NW.
2. ¿Cuál fué la situación en cuanto a superiores durante el ministerio de Jesús, y qué testificó él en cuanto a la superioridad de César?
2 Jesucristo, el Mayor que Moisés, sin duda fué el mayor juez y abogado que jamás haya caminado sobre esta tierra. Por esta razón sus declaraciones legales no sólo son de valor persuasivo sino de fuerza obligatoria sobre los cristianos. Jesús condujo su gran ministerio en un tiempo cuando los Césares romanos literalmente tenían dominio de la Tierra Prometida de Palestina y en un tiempo cuando el pacto de la ley de Jehová Dios todavía era obligatorio sobre los judíos. Por consiguiente existían dos superiores, los cuales trajeron obligaciones sobre Jesús y todos los judíos. Al cierre de su ministerio cuando Jesús condujo su propia defensa ante el gobernador romano, Pilato, para hacerle frente a la acusación falsa de sedición, Pilato trató de recordarle a Jesús la superioridad de Roma cuando dijo, “‘¿No sabe usted que tengo autoridad para ponerlo en libertad y tengo autoridad para empalarlo?’ Jesús le contestó: ‘Usted no tendría autoridad alguna en contra de mí a menos que se le hubiera concedido desde arriba.’” (Juan 19:10, 11, NW) Así vemos la evidencia clara de que la superioridad de César sobre los siervos de Dios sólo era una superioridad tolerada por parte del verdadero Soberano Superior, Jehová Dios.
3. ¿Cómo trataron de entramparlo los enemigos de Jesús?
3 Los enemigos religiosos de Jesús trataron de entramparlo en el asunto de si era correcto o no el que judíos en relación de pacto con Dios pagaran tributo a César. Pensaron que de este modo lo harían declararse a favor de ofensas premeditadas contra la autoridad romana; así harían que se acarreara el cargo de sedición. “Entonces los fariseos se marcharon y consultaron juntos para poder entramparlo en sus palabras. De modo que le enviaron discípulos de ellos junto con unos partidarios de Herodes, diciendo: ‘Maestro, sabemos que usted es veraz y que enseña el camino de Dios en verdad, y que a usted no le importa nadie, porque no mira a la apariencia exterior de los hombres. Díganos, por lo tanto, ¿Qué cree usted? ¿Es lícito pagar tributo a César o no?’ Pero Jesús, conociendo su iniquidad, dijo: ‘¿Por qué me ponen a prueba, hipócritas? Muéstrenme la moneda de tributo.’ Le trajeron un denario. Y él les dijo: ‘¿De quién es esta imagen e inscripción?’ Ellos dijeron: ‘De César.’ Entonces él les dijo: ‘Devuelvan, por lo tanto, las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.’”—Mat. 22:15-21, NW.
4. ¿Qué significa para los cristianos hoy la sana doctrina legal que Jesús pronunció?
4 En la ocasión anterior Jesús pronunció una sana doctrina legal. La doctrina sencillamente se declara así: ‘Devuelvan las cosas de César a César, pero las cosas de Dios a Dios.’ Así Jesús concede que los gobiernos de “César” pueden colocar sobre sus inferiores o súbditos cristianos ciertos deberes de pagar tributo que es correcto que se les pague en devolución por servicios prestados. Pero, note usted, en los sistemas de cosas temporarios en los que “César” opera, “César” sólo puede exigir pago por aquellos servicios limitados por los cuales los cristianos dependen del estado. Jesús dió énfasis a esto cuando hizo su referencia a la moneda de César, que fué llamada la “moneda de tributo”. Por tanto en esta doctrina legal que impone obligación Jesús trazó una línea que claramente manifiesta dónde terminan los deberes de uno hacia el estado. Más allá de esa línea comienzan los deberes del cristiano hacia su Dios. Note que Jesús no hizo omisión de estos deberes mayores que los testigos de Jehová deben pagar a su soberano Dios, porque él completó la declaración legal diciendo, “Devuelvan, . . . las cosas de Dios a Dios.”
5. ¿Qué curso adoptan los cristianos cuando hay un conflicto entre los requisitos de César y los de Dios? ¿Qué precedente siguen?
5 Los hombres y mujeres cristianos dedicados a Jehová dependen absolutamente de Dios en cuanto a vida y las principales necesidades de ella. En consecuencia es correcto y necesario que paguen sus deberes mayores a Dios en todos los puntos de dependencia. Donde las obligaciones legales de César y las de Dios parecen estar en pugna, entonces los cristianos siguen el precedente legal establecido por Pedro y los apóstoles en su defensa ante el tribunal del Sanedrín en Jerusalén. El juez del Sanedrín dijo, “‘Les ordenamos positivamente que no siguieran enseñando con este nombre de base, y sin embargo, ¡miren! ustedes han llenado a Jerusalén con su enseñanza, y están determinados a traer la sangre de este hombre sobre nosotros.’ En respuesta Pedro y los otros apóstoles dijeron: ‘Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.’” (Hech. 5:27-29, NW) Por consiguiente, si César aplica sanciones de castigo contra los cristianos por seguir este precedente correcto al rehusar acceder a los requisitos antagónicos de César, ellos entonces sufren las consecuencias a manos de César. Ellos prefieren esto a ser hallados quebrantando la ley de Dios o a ser hallados negligentes en devolver las cosas de Dios a Dios. Si la ley de César manda al cristiano que haga algo que la ley de Dios claramente prohibe, los siervos de Dios no vacilan entre las dos opiniones sino que estrictamente se adhieren al precedente, “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”
“SUJECIÓN A LAS AUTORIDADES SUPERIORES”
6, 7. ¿Quiénes son las “autoridades superiores” a que se refiere Pablo en Romanos 13:1, y por qué?
6 El apóstol Pablo, cuya profesión era la de abogacía antes de llegar a ser celoso ministro cristiano, con gran vigor señala la posición preeminente de las verdaderas autoridades superiores en el gobierno de Dios sobre sus siervos. Pablo escribe, “Que toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios.” (Rom. 13:1, NW) Estas últimas palabras, “porque no hay autoridad a no ser por Dios,” son prueba conclusiva de que las “autoridades superiores” de las que Pablo habla no podrían ser los poderes políticos de los gobiernos de César. En el texto del Apocalipsis 13:2, NW, la Biblia específicamente declara que Satanás es el que ha facultado y autorizado a los césares del viejo mundo. Por consiguiente las “autoridades superiores” del capítulo 13 de Romanos a quienes Dios comisiona, sólo incluyen a las autoridades gobernantes teocráticas y excluyen las autoridades de César.
7 La Biblia claramente identifica a estas autoridades verdaderamente superiores. Ante todo, es Jehová Dios mismo, quien reasume su dominio soberano en cuanto a los asuntos de la tierra, la principal autoridad teocrática. De su dignidad real administrativa está escrito, “Alaben a Jah, porque Jehová nuestro Dios, el Todopoderoso, ha empezado a gobernar como rey.” (Apo. 19:6, NW; Dan. 7:13) Tenemos, además, las Escrituras que dicen: “¿No nos hemos de someter más al Padre de nuestra vida espiritual y vivir?” (Heb. 12:9, NW) El segundo en mando y la “autoridad superior” restante es el Rey consorte Cristo Jesús, de quien Pedro escribe, “Tengan honra para el rey.” Pablo confirma esto al hablar del gran nombre u oficio elevado que Dios le dió a Jesús cuando lo levantó a la posición superior como autoridad consorte. “Retengan en sí mismos esta actitud mental que también estaba en Cristo Jesús. Por esta misma razón Dios también le exaltó a un puesto superior y bondadosamente le dió el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están en la tierra y de los que están debajo del suelo, y confiese toda lengua abiertamente que Jesucristo es Señor para gloria de Dios el Padre.”—1 Ped. 2:17; Fili. 2:5, 9-11 y Apo. 11:15, NW.
8, 9. (a) ¿Quién coloca en su sitio a las “autoridades existentes”, y cuál es la relación del cristiano hacia ellas? (b) ¿Por qué es un asunto serio ser inferior bajo la organización teocrática de Dios? y ¿qué advertencia dió Pablo en cuanto a esto?
8 Los cristianos de este siglo veinte, como inferiores gustosamente doblan la rodilla en reconocimiento de que Jehová y Cristo Jesús son aquéllos a quienes ellos rinden sujeción principal, autoridades divinas que tienen el derecho de imponer deberes y obligaciones sobre ellos. Pablo continúa diciendo, “Las autoridades que existen están colocadas en sus posiciones respectivas por Dios.” (Rom. 13:1, NW) Aquí de nuevo hay prueba de que éstas son las “autoridades superiores teocráticas”, porque está escrito que “Dios ha colocado a los miembros en el cuerpo, cada uno de ellos, así como él quiso”. Por lo tanto el cristiano dedicado se deleita en ser obediente en todo respecto con leal sujeción amorosa, y esto es algo que concierne a todo siervo de Dios.—1 Cor. 12:18, NW.
9 A estas autoridades superiores teocráticas se les confían grandes poderes de castigar por sanción. Tienen poder de ejecutar juicio sobre todos los opositores. Amonestando de este hecho, Pablo luego escribe, “Por tanto el que se alinea contra la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en su contra acarrearan juicio para sí mismos. Porque los que gobiernan son objetos de temor, no a la obra buena, sino a la mala. ¿Quieren ustedes, pues, no tener temor de la autoridad? Sigan haciendo lo que es bueno, y tendrán alabanza de ella; porque [la autoridad] es el ministro de Dios para ustedes para su bien. Pero si hacen lo que es malo, estén en temor: porque no lleva la espada sin propósito; porque [la autoridad] es el ministro de Dios, un vengador para expresar ira [sanciones de castigo] sobre el que practica lo malo.” (Rom. 13:2-4, NW) Verdaderamente es entrar a una relación sumamente seria el ser introducido como inferior bajo la organización teocrática de Dios. Nunca debe olvidarse que los malos actos, la infidelidad vergonzosa y la oposición a las autoridades gubernamentales teocráticas de Dios acarrean horrendas consecuencias.
10 ¿Qué hechos adicionales demuestran que las “autoridades superiores” mencionadas en Romanos 13:1 no podrían ser los gobiernos de César como pretende el clero?
10 Las citas anteriores de la carta de Pablo a los romanos nunca podrían haber aplicado a las autoridades políticas del mundo de César, como erróneamente pretende el clero de la cristiandad. Los césares de este mundo jamás han demostrado por sus actos que son ‘los ministros de Dios para ustedes para bien’. Más bien, exactamente al contrario, los césares han hecho mal persiguiendo a los fieles siervos de Dios. Sólo hay que citar los hechos concisos de cómo en los países occidentales entre 1933 y 1946 miles de cristianos sinceros fueron perseguidos, atacados por chusmas y encarcelados injustamente porque obedecieron a Dios más bien que a los hombres. Por ejemplo, durante esos años hombres y mujeres, testigos de Jehová, en número de 1,600 fueron encarcelados en Inglaterra; 10,000 fueron llevados a campos de concentración por Hítler en Alemania; y en los Estados Unidos se efectuaron 20,000 arrestos y encarcelamientos además de por lo menos 1,500 ataques por chusmas. Desde 1946 Rusia se ha hecho notoria por encarcelar y proscribir a miles de los testigos cristianos de Jehová. Ha resultado exactamente como Jesús lo predijo. Así como César y sus aliados religiosos persiguieron a Jesús, hoy César y sus apoyadores religiosos tienen un negro historial de perseguir a cristianos modernos.—Juan 15:20.
11, 12. (a) ¿Qué dice Pablo en cuanto al motivo apropiado que debe impulsarnos a estar en sujeción a las autoridades teocráticas de Dios? (b) ¿Cómo lo ilustra Pablo, y de qué otras obligaciones habla él?
11 Pablo procede a dar más vigor a su consejo legal discutiendo el motivo principal que hay para que un cristiano esté en sujeción a las autoridades teocráticas superiores. Él manifiesta que el motivo impelente no consta sólo del querer evitar la ira de castigo a manos del gobierno de Dios sino que comprende también la motivación que es más poderosa y que está dentro de nosotros, la de nuestro amor por conciencia a la justicia, nuestro amor profundo a Jehová nuestro Gran Benefactor. Pablo dice, “Hay por lo tanto razón impelente para que estén en sujeción, no sólo por causa de esa ira [sanciones de castigo] sino también por causa de su conciencia.” (Rom. 13:5, NW) La conciencia es aquella facultad de la mente mediante la cual la criatura humana comprende y claramente percibe o aprecia que la manera en que está procediendo es correcta o incorrecta. Puesto que la conciencia del cristiano ha sido educada por mucho tiempo con la Palabra de Dios, ésta sabe plenamente cuál es la voluntad de Dios y cuál es la cosa correcta que debe hacerse para agradar a su Amo celestial. De este modo, por causa de nuestro amor afectuoso a Dios con el cual nuestra conciencia constantemente se baña, el cristiano sin vacilar se mantiene en sujeción total a Jehová y a sus autoridades gobernantes teocráticas.
12 Para darle énfasis a este asunto de la conciencia, Pablo luego da una ilustración del motivo correcto. “Por eso también pagan ustedes tributo.” El “tributo” que se menciona es el de pagar impuestos a César. Años antes del tiempo de Pablo, Jesús había resuelto este asunto de pagar “tributo” o impuestos a César (vea los párrafos 3 y 4); de modo que Pablo sin vacilar citó este ejemplo de motivo correcto proveniente de una conciencia limpia como un curso obvio. Volviendo ahora a su tema principal, Pablo arguye: “Porque ellos [las autoridades teocráticas] son siervos públicos de Dios sirviendo este mismo propósito constantemente. Paguen a todos lo que se les debe, al que pide tributo [impuestos de César exigidos sobre personas y bienes raíces], el tributo; al que pide impuesto [impuestos de César sobre artículos comerciales y personales], el impuesto; al que pide temor [respeto para personas prominentes tanto en la organización de Dios como en la de César], dicho temor; al que pide honor [Pedro dice, ‘Honren a hombres de todas clases’], dicho honor.”—Rom. 13:6, 7 y 1 Ped. 2:17, NW.
ORACIONES POR LOS QUE ESTÁN EN PUESTOS ENCUMBRADOS
13. ¿Qué preguntas hace surgir 1 Timoteo 2:1-4?
13 Otro texto que ha causado confusión en la mente de algunas personas es el de 1 Timoteo 2:1-4. A menudo éste se asocia con Romanos 13:1-7; por eso es apropiado considerarlo ahora. Dice, según la New World Translation: “Por tanto exhorto ante todo a que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones, ofrendas de gracias, respecto a hombres de toda clase, respecto a reyes y a todos los que están en puestos encumbrados, para que podamos continuar llevando una vida tranquila y sosegada con plena devoción piadosa y seriedad. Esto es recto y aceptable a la vista de nuestro Salvador, Dios, cuya voluntad es que hombres de toda clase sean salvados y lleguen a un conocimiento acertado de la verdad.” ¿Quiénes son los reyes y los que están en puestos encumbrados? ¿Qué clase de oraciones se ofrecerían por ellos?
14. ¿Quiénes son los reyes y los que ocupan puestos encumbrados? y ¿cómo armonizan las instrucciones que Jeremías dió con las de Pablo?
14 Del contexto parece que los reyes y otros en puestos encumbrados a los cuales se refiere son los gobernantes de las naciones mundanas y otras personas colocadas encumbradamente en asuntos públicos. Hay casos registrados en la Biblia donde el pueblo de Jehová ofreció oraciones que concernían a gobernantes, oraciones que a veces eran para el beneficio de tales gobernantes. En los días de Jeremías y después que los reyes judíos habían sido hechos reyes tributarios de Nabucodonosor, rey de Babilonia, hubo inquietud política en Judá, con muchos dirigiéndose a Egipto por ayuda en sus sediciones contra Babilonia. Aun después que muchos judíos fueron llevados cautivos a Babilonia, en 618 a. de J. C., el espíritu de sedición floreció y se tenían grandes esperanzas de que Egipto rompiera el yugo babilónico. Jeremías profetizó de modo diferente, y en vez de levantar las esperanzas que tenían los judíos cautivos en Babilonia de que habría una liberación temprana les dijo que se prepararan para una larga permanencia allí, y añadió como parte del mensaje de Dios para ellos: “Y procurad la paz de la ciudad adonde os he hecho llevar cautivos, y rogad por ella a Jehová; porque en la paz de ella tendréis vosotros paz.” (Jer. 29:1-7) El propósito de las oraciones a Dios por la ciudad apresadora era el que los judíos cautivos pudieran vivir “una vida tranquila y sosegada”.
15. ¿Cómo armoniza Esdras 6:10 con 1 Timoteo 2:1, 2?
15 Después que Babilonia cayó ante la embestida de Darío el medo y Ciro el persa, este último decretó que los judíos podían regresar a Judá y reedificar el templo en Jerusalén. Esto fué en 537 a. de J. C., pero sólo fué después de años de interrupción y oposición que el templo se completó, en 516 a. de J. C. Lo que abrió el camino para que el gobernador judío Zorobabel completara el proyecto fué la intercesión de Darío II, gobernante del imperio medo-persa; y después de ordenar a los opositores que ayudaran en vez de estorbar, y de hasta ordenar que se les facilitara provisiones de los efectos del rey a los judíos para los sacrificios en el templo, el rey medopersa agregó como explicación: “Para que continúen presentando sacrificios de olores gratos al Dios del cielo, y orando por la vida del rey y de sus hijos.” (Esd. 6:1-10) Aparentemente todos los deseos de Darío II se efectuaron, incluyendo el de que los judíos hicieran oraciones por él y sus hijos. No hay evidencia que indique lo contrario.
16. ¿Cómo son semejantes las circunstancias rodeantes de estos eventos de los días de Jeremías y Zorobabel y Pablo?
16 Estos dos casos, el del día de Jeremías y el otro en el tiempo de Zorobabel, armonizan exactamente con el consejo que Pablo le dió a Timoteo. Ambos casos se produjeron en tiempos cuando los movimientos y las acusaciones de sedición eran prominentes, de modo que oraciones por los gobernantes establecidos manifestarían que los que oraban no tenían la intención de derrocar el gobierno, sino que ellos favorecían la continuación del gobierno existente más bien que algún nuevo régimen rebelde manejado por hombres. Querían paz, no revolución. Además, Nabucodonosor fué usado por Dios para castigar al Israel apóstata, y Darío II fué un medio para restablecer la adoración verdadera en Jerusalén. Una condición similar existía cuando Pablo le escribió a Timoteo acerca de orar respecto a gobernantes en puestos encumbrados, entre 61-64 d. de J. C. En ese tiempo se estaban fraguando sediciones en Jerusalén y en toda Palestina, y pronto después éstas precipitaron la guerra contra los romanos que condujo a la horrible destrucción de Jerusalén en 70 d. de J. C. Los cristianos no participaron en las sediciones judías, no tuvieron prejuicios y ambiciones políticos, sino que sólo estuvieron interesados en condiciones de paz y tranquilidad en que podrían predicar el evangelio. No procuraron derrocar a gobierno alguno, sino que dejarían eso a Cristo Jesús a su debido tiempo. Hasta entonces, podrían orar por administración pacífica de asuntos públicos que fueran conducentes a “una vida tranquila y sosegada con plena devoción piadosa”. Además, las legiones romanas fueron instrumentos usados para ejecutar juicio divino contra los judíos, exactamente como Nabucodonosor había sido usado hacía siglos, en 607 a. de J. C.—Mat. 22:7.
17. ¿Cómo podría uno orar en tales ocasiones como se describe en Mateo 10:18?
17 No sólo podrían los cristianos primitivos señalar esas oraciones para comprobar que eran inocentes de los muchos cargos de sedición que se hacían contra ellos, sino que también podrían usarlas para posiblemente influir en las decisiones que los gobernantes pudieran hacer tocante a la predicación del evangelio. (Luc. 23:2; Hech. 17:7; 24:5) Jesús advirtió a sus seguidores: “Si hasta los llevarán a la fuerza ante gobernadores y reyes por mi causa con el propósito de que se dé un testimonio a ellos y a las naciones.” (Mat. 10:18, NW) Seguramente que el cristiano oraría a Dios antes de tales comparecencias, y la oración tendría que ver con el oficial ante quien uno comparecería, haciéndose mención de él en ella. El cristiano podría orar que el mensaje se presentara clara y valientemente y en tal forma que el oficial o juez pudiera entenderlo bien, y que si fuera la voluntad de Dios él hiciera a este individuo en encumbrada posición benevolente ante el mensaje, imparcial, razonable, de modo que viera la justicia que hay en la causa del cristiano y fallara a su favor, concediéndole libertad de acción para predicar, y no reprimiera tal actividad encarcelando al ministro.
18. ¿Cómo fué ejemplificada tal clase de oración en el día de Ester?
18 En la Biblia hay ejemplos de oraciones que se hicieron tocante a oficiales gubernamentales en ese sentido o con ese propósito en mira. Cuando la reina Ester apareció ante el rey persa, Jerjes, sin previa invitación, ella puso su vida en peligro, de modo que antes de hacer esto mandó decir a Mardoqueo: “Ve y junta a todos los judíos que se encuentren en Susa, ayunen por mí, no coman ni beban nada por tres días y tres noches; yo y mis doncellas ayunaremos como ustedes; y así iré al rey, aunque es contra la ley. Si perezco, perezco.” Dicho ayuno delante de Dios seguramente que sería acompañado de oraciones y súplicas por la seguridad de Ester, lo cual significa que pedirían a Dios que hiciera que el rey viera a Ester con favor, porque de eso era que dependía su seguridad. Las intercesiones tuvieron buen éxito, porque Ester encontró favor a la vista del rey.—Ester 4:16; 5:2, Mo.
19. ¿Cómo se oró así con buen éxito en el caso de Nehemías?
19 También, cuando Nehemías tuvo que presentar delante del rey persa una causa que implicaba la adoración de Jehová, ayunó y oró, concluyendo su oración de este modo: “¡Ah! Señor, que tu oído ahora sea atento a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervos que se deleitan en reverenciar tu Nombre. ¡Ah, que tu siervo tenga buen éxito en esta ocasión, que halle favor a la vista de este hombre!” El hombre era el rey, de quien Nehemías era copero. Cuando Nehemías apareció delante del rey se le preguntó: “¿Qué petición tienes que hacer?” Antes de contestar Nehemías hizo algo, y él nos dice qué: “Entonces oré al Dios del cielo; luego le dije al rey.” La oración rápida vino primero, y produjo resultado, porque la petición fué concedida. “Esto el rey me lo concedió, gracias al favor bondadoso de mi Dios.” (Neh. 1:4, 11; 2:4, 5, 8, Mo) Es bastante evidente que Nehemías oró para que Dios diera forma a la decisión del rey, y Dios contestó esa oración, y Nehemías dió a Dios el crédito por la respuesta favorable del rey.
20. ¿En qué caso manifestó Pablo estar dispuesto a hacer súplicas a favor de gobernantes?
20 Y considere el siguiente cambio de palabras entre el rey Agripa y Pablo, cuando una cuestión importante que implicaba la predicación de Pablo estaba pendiente de fallo: “Agripa le dijo a Pablo: ‘En poco tiempo me persuadirías a hacerme cristiano.’ A esto Pablo dijo: ‘Quisiera yo ante Dios que fuera en poco tiempo o en largo tiempo, no sólo usted, sino también todos los que me oyen hoy llegaran a ser hombres como lo que yo soy, a excepción de estas cadenas.’” Con el rey estaban el gobernador y otras personas que ocupaban puestos importantes. Estas palabras de Pablo respecto a estos gobernantes, aunque no estaban en forma de una oración formal, sin embargo tenían la naturaleza de una súplica o intercesión, porque constituyeron un ‘deseo a Dios’. No resultó ninguna conversión de los oficiales encumbrados, pero su decisión fué favorable para Pablo: “Este hombre no practica nada que merezca muerte o cadenas”; “Este hombre podría haber sido puesto en libertad si no hubiera apelado a César.” (Hech. 26:28-32, NW) En este caso en particular Pablo subsecuentemente fué puesto en libertad por César.
21. ¿Cómo es posible que tales oraciones sean de beneficio para hombres de toda clase?
21 En otras ocasiones los cristianos primitivos oraron respecto a gobernantes, aun si no fué siempre en su favor. (Hech. 4:23-31) Ellos lo hicieron para que la obra de predicación prosperara. Además, las oraciones que se hacían tocante a gobernantes también podrían ser consideradas como en su favor, en el sentido de que si ellos obraban en conformidad con las peticiones estarían en posición más favorable ante Dios. Si las oraciones para la administración justa de asuntos públicos por parte de los oficiales reciben contestación y llevan a una existencia tranquila, sin persecuciones y chusmas violentas, sin proscripciones y encarcelamientos, entonces dichas oraciones resultan en bien para hombres de toda clase, y no sólo para los testigos de Jehová y los gobernantes. De modo que es en el interés de salvar a hombres de toda clase y traerlos al conocimiento de la verdad que oramos concerniente a gobernantes y otros en puestos encumbrados. La predicación extensa ayuda a hombres de toda clase.
22. De modo que al mantener nuestro equilibrio en este asunto, ¿por qué cosa oraremos y por qué cosa no oraremos?
22 Algunos oficiales de gobierno han aceptado la verdad, pero nosotros no oramos por que eso suceda. Nosotros oramos por la oportunidad de predicar a todas las “otras ovejas” del Señor que todavía están esparcidas, y si algunos gobernantes se hallan entre ellas nos regocijamos. Tampoco oramos por los planes políticos de los gobernantes ni por el mundo del cual ellos son parte. (Juan 17:9; Sant. 4:3, 4) Nuestras oraciones no deben tomar tono o matiz político, porque somos neutrales con respecto a los asuntos de este mundo. Los judíos en el tiempo de Jesús, y antes y después de su tiempo, se sobrepasaron en mostrarle consideración a César, pudiendo decir en prueba de su patriotismo: “Ofrecemos sacrificios dos veces al día por César, y por el pueblo romano.” (Wars of the Jews de Josefo, Tomo II, Capítulo X, Sección 4) Fueron hasta el extremo suicida de rechazar al Mesías con el grito clamoroso: “No tenemos más rey que César.” (Juan 19:15) Que otros lleguen a estar así de desequilibrados en su opinión sobre este asunto y caigan en destrucción si insisten en ello, pero escuchemos nosotros el consejo de Pablo: “Mantén tu equilibrio en todas las cosas.” (2 Tim. 4:5, NW) De modo que no oraremos por la conversión del mundo, ni por la conversión de una nación atea, ni por la conversión de cuerpos gubernamentales u oficiales individuales; más bien oraremos a Dios que si a él le place llevar a los gobernantes y jueces a tener una visión clara de los asuntos para dilucidación en que está envuelto su pueblo, lo haga a sí para bien de la obra. Podemos orar concerniente a casos de tribunales, proscripciones, persecuciones detrás de “cortinas de hierro”, y otros casos donde la obra está implicada, y dicha oración también tendrá que ver con los oficiales implicados en el caso, y si ellos reaccionan justamente, eso resultará en provecho suyo. Dios ciertamente efectuará su obra y bendecirá a su pueblo, y a veces él opera en gobernantes mundanos para que ellos hagan Su voluntad. (Apo. 17:17) De todos modos, nuestras oraciones respecto a los que están en puestos encumbrados nunca los elevarán por encima de las Autoridades Superiores, Jehová Dios y Cristo Jesús.
23. ¿Qué significa para el cristiano “estar en sujeción”?
23 La suma final del asunto de estar en sujeción a las “autoridades superiores” es un asunto de humildad. Reconocemos nuestra posición sumamente inferior delante del Dios viviente. Comprendemos que dependemos de él totalmente para la vida y todas sus presentes y futuras bendiciones ilimitadas. A medida que aumenta nuestro conocimiento de su Palabra nuestra debida apreciación de esta sujeción crece. Esto se refleja no sólo en nuestras actividades predicadoras, sino también en nuestra asociación como miembros vigilantes de la sociedad del nuevo mundo y en nuestra esfera doméstica de vida. El someternos a las verdaderas autoridades superiores produce una relación amorosa que es de favor divino.—Sant. 4:6, 7, NW.
24. ¿Cuál debe ser nuestra actitud en cuanto a (1) la manera en que antes procedíamos y (2) la nueva manera que hemos adoptado?
24 La manera en que procedíamos anteriormente en la sociedad del viejo mundo dejó sus marcas en el tiempo antes de que viniéramos a estar en sujeción a las verdaderas autoridades superiores. Pero ese tiempo antiguo de insubordinación lo hemos dejado atrás. Ahora que hemos emprendido la nueva manera de proceder hagámoslo con pleno entendimiento. Tenemos que ejercer gran cuidado para estar seguros de que seguimos los sanos principios y los valiosos precedentes dados en la Biblia para guiar nuestro camino. No corra el riesgo de desagradar a las autoridades superiores teocráticas mediante algún acto de infidelidad. Eso podría resultar en que usted no obtuviera vida en el nuevo mundo. Es bueno abandonar viejos escrúpulos y costumbres. Nos conviene aceptar y cumplir los nuevos deberes que de las Escrituras vemos nos pertenecen. Sintámonos impulsados a dedicar toda nuestra energía y sustancia en una sujeción total al gobierno del nuevo mundo. Hagamos todo esfuerzo para hacer que esa nueva manera de proceder tenga buen éxito. Diariamente viva y obre como lo haría si estuviera en el nuevo mundo. De hecho, la vida en la sociedad del nuevo mundo ya es una realidad. Disfrute ahora plenamente de los frutos y la paz de la sujeción del nuevo mundo.
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