Como no tenía su dirección, la Testigo regresó a la aldea de aquella persona cuatro veces para hallarla. Finalmente encontró a la señora y comenzó a estudiar la Biblia con ella. En México el barrendero de una fábrica también habla acerca de la Biblia. Abordó al ingeniero del lugar donde trabajaba y le habló acerca de la verdad de la Biblia. Hoy el ingeniero es testigo de Jehová. Imagínese al Testigo celoso de Alemania que está paralizado de la cintura para abajo y está restringido a una silla de ruedas. En las calles habla a todos los que están dispuestos a detenerse y escuchar. Escribe cartas que explican la verdad de la Biblia y conduce estudios bíblicos en su casa. Detrás de la Cortina de Hierro, también, millares de Testigos predican en parques, mientras esperan autobuses y en las salas de espera de los médicos y en todo otro momento oportuno. En todas partes están resonando las alabanzas de Dios, y muchos se están uniendo al coro.

El Anuario de los testigos de Jehová para 1969 está lleno de sus experiencias. Al leerlo uno percibe que el espíritu de querer hacer más está cobrando ímpetu a través de la organización de Dios como nunca antes. Obviamente los testigos de Jehová comprenden que esta obra de predicar que se está efectuando hoy jamás se repetirá; que han de aprovecharse de la oportunidad de participar en ella ahora y no deben postergarla. Perciben que cosas grandiosas yacen ante ellos en el futuro inmediato. Sí, verán cumplirse delante de sus mismísimos ojos lo que falta de las profecías de Dios en cuanto a estos “últimos días.” A través de los años Jehová ha estado preparando a su organización para encargarse de la muchedumbre de personas que ahora están entrando en ella. La ha fortalecido para atender las necesidades espirituales de éstas. ¿Le gustaría a usted asociarse con esta sociedad de ministros cristianos y ayudar en esta gran predicación? ¿Por qué no buscarlos?—Gál. 6:10.

Los que hoy responden a la influencia del espíritu de Dios mirarán en el futuro hacia el pasado con gozo y sin ningún pesar. ¡Cuán inefablemente felices se sentirán al saber que ayudaron a otros a obtener vida eterna en el nuevo orden de Dios! Sí, los que sienten la urgencia y trabajan en armonía con ello serán remunerados con bendiciones maravillosas.

Respondiendo a la llamada

Durante el año algunos testigos de Jehová en Uganda han respondido a la llamada que se ha dado para trabajar en pueblos donde hay mayor necesidad de ayuda, y se espera que esto anime a otros a hacerlo. Un Testigo, a pesar de las pesadas exigencias de su trabajo seglar, organizó su actividad para llegar a ser precursor de vacaciones y entonces precursor regular. Su celo notable ha animado a varios otros a publicar y a participar en la obra de precursor de vacaciones. Casi al mismo tiempo que recibió una invitación para servir como precursor especial se le invitó a tomar un curso de entrenamiento para llegar a ser un magistrado con mucha paga. No obstante, él consideró esto un estorbo a su carrera como ministro de tiempo cabal y ahora participa alegremente en la obra de precursor especial en su nueva asignación. Como estímulo a otros para que hagan lo mismo, escribe: “He dejado mi buena casa y el jardín de casi dos hectáreas de bananas y café, y a mis padres también. ¿Por qué? Porque tengo que seguir las palabras de Jesucristo escritas en Lucas 10:2, puesto que la mies en verdad es mucha, pero los obreros son pocos.”—Yearbook of Jehovah’s Witnesses para 1969.