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  • Manteniendo la felicidad por medio de disipar las quejas
    La Atalaya 1955 | 1 de agosto
    • Manteniendo la felicidad por medio de disipar las quejas

      “¡Felices son los que oyen la palabra de Dios y la guardan!”—Luc. 11:28, NM.

      1. ¿De qué manera es feliz Jehová, y cómo puede también el hombre adquirir la felicidad?

      JEHOVÁ es el Dios feliz. (1 Tim. 1:11, NM) Su felicidad proviene de estar completamente dedicado a la justicia y a traer felicidad a sus criaturas de la manera amorosa que lo hace. Altruístamente ha hecho plena provisión para que los hombres vivan en felicidad sobre la tierra y con ese fin les da lo que ellos necesitan. Para adquirir la felicidad genuina el hombre sólo tiene que prestar atención a la instrucción que Dios le da y vivir de acuerdo con ella.

      2. ¿Está el presente sistema de cosas en un estado feliz, y por qué sí o por qué no?

      2 ¿Quién puede negar que el presente sistema de cosas sobre la tierra está lleno de infelicidad y tristeza? En él hay mucho de qué quejarse. Esto ha acaecido en cumplimiento de Apocalipsis 12:12 (NM): “Ayes para la tierra y para el mar porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” Ha resultado verídica la profecía que dijo: “Pero conoce esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar.” (2 Timoteo 3:1, NM) Algunos políticos tal vez se jacten de que la gente jamás estuvo en mejores condiciones; pero en gran medida la gente se siente desdichada y está afligida por la amenaza de una catástrofe global en una guerra nuclear, por el alarmante aumento del crimen y la delincuencia, por el aumento de las enfermedades terribles a pesar de los descubrimientos científicos más modernos, y por la inseguridad general. Su semblante refleja el espíritu de descontento de que está penetrado todo el sistema de cosas.

      3. ¿Cómo está siendo esparcida la felicidad ahora, quiénes responden, y cuál es el resultado?

      3 Jehová, altruista en su felicidad, hace provisión para que la gente oiga las gloriosas buenas nuevas. Estas están siendo predicadas a través de la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio. (Mat. 24:14, NM) Algunas personas, descritas en Ezequiel 9:4 como “hombres que gimen y se angustian a causa de todas las abominaciones que se hacen,” oyen este mensaje y salen del afligido sistema de cosas. Comienzan a rehacer su mente y experimentan un cambio de personalidad hasta llegar a disfrutar del estado feliz que Dios disfruta. (Rom 12:2; Efe. 4:24, 31, 32) Por eso cuando una persona llega a entender y apreciar la verdad de la Palabra de Dios, su punto de vista en cuanto a la vida cambia completamente. Llega a ser muy gozosa. Ahora tiene nuevos compañeros, los testigos de Jehová, que son una sociedad de personas felices. Espiritualmente son prósperos y están creciendo. Continuamente aprenden más y más acerca de los principios del modo de vivir del Nuevo Mundo, los cuales ellos se esfuerzan por aplicar en su vida. Irradian optimismo y entusiasmo. ¡Ciertamente tienen toda razón para ser felices!

      4. ¿Dan razón para quejarse las perspectivas que ofrece el futuro para los que oyen la Palabra de Dios y la guardan?

      4 Las provisiones que Jehová ha hecho para que dichas personas consigan felicidad sin fin en su nuevo mundo verdaderamente son una “feliz esperanza.” (Tito 2:13, NM) Las condiciones dolorosas de estos últimos días, acompañadas de enfermedad, pesar y muerte, que le acarrearon a la humanidad sus primeros padres, Adán y Eva, ya no se consideran como razón alguna para quejarse. ¡Cuán felices son porque Dios ha provisto la salida! Las perspectivas de vida eterna feliz les dan toda razón para regocijarse. El aprecio a la bondad de Dios hace que brote la gratitud en su corazón. Produce la comprensión de que algo se le debe a Dios: adoración a él. La gratitud sincera impele a estas personas a dedicarse al servicio de Jehová. Llegan a ser ‘hacedores de la obra’ y ‘felices al hacerla.’ A causa de que han oído la Palabra de Dios y están determinados a guardarla, sus perspectivas de felicidad se extienden infinitamente.—Sant. 1:25, NM.

      5. ¿Qué presión se ejerce en la vida de una persona recién dedicada a Jehová, con qué cambio perceptible?

      5 Por desgracia, no todos los que se dedican a Jehová continúan viviendo y sirviendo a Jehová en sus asignaciones felizmente para siempre. Durante algún tiempo el placer de aprender las nuevas verdades acerca de la Palabra de Dios y sus propósitos y la emoción añadida de transmitir estas cosas buenas a otros absorben todo su interés. Algunas veces, entonces, en la vida de estos recién dedicados parece que suceden cosas extrañas. Las condiciones parecen cambiar. Se ve que una vida de servicio a Jehová como testigo suyo no es un lecho de rosas. Tal vez le sobrevengan penalidades a uno, o aun brote persecución severa para despojar a uno de su gozo recién hallado. Aun el servicio diario a Jehová Dios llega a ser pesado. El predicar día tras día se hace más riguroso y exigente. La gente que se encuentra en el campo misional es indiferente y apática hacia el mensaje del Reino. Y la predicación trae consigo muchos problemas difíciles. Implica trabajo considerable con lo que parece ser detalles interminables que exigen atención cuidadosa. O en la vida de nuestro nuevo testigo quizás haya surgido un problema doméstico como resultado de su nueva manera de adoración. Este trae consigo tirantez muy severa en los vínculos de familia, la cual amenaza acarrear consecuencias deplorables y hasta producir una brecha en el círculo familiar. Se ejerce presión sobre la devoción de uno a Jehová y sobre los votos de dedicación que ha hecho tan recientemente.

      6. Cuando un nuevo testigo de Jehová comienza a desaprobar y a criticar los asuntos de la congregación, ¿qué sucede?

      6 Luego, también, nuestro nuevo testigo de Jehová está lleno de celo. Tiene ambición de adelantar en el servicio y llevar a cabo la obra. Cuando mira a su alrededor, quizás en una congregación pequeña, le parece que se está logrando muy poco progreso. Obviamente, concluye él, eso se debe a que las cosas no están siendo dirigidas correctamente. Ve que hay algunas personas descuidadas e indiferentes asociadas con la congregación. No se está progresando mucho en la obra de predicación. Cree que algo tiene que hacerse, y eso pronto; por eso se pone a desaprobar y a criticar. En breve se da cuenta de que no se siente feliz como al comienzo. El gozo que le daba servir a Dios está desapareciendo.

      7. ¿Por qué y cómo desaparece a veces la felicidad que se experimentó en la primera asociación con la sociedad del Nuevo Mundo?

      7 Quizás nuestro nuevo hermano no reconozca al principio lo que pasa, pero él está sufriendo un cambio radical de actitud. Se halla disintiendo enfáticamente tocante a los arreglos que se han hecho en la congregación para adoración y servicio. Critica a los que sirven con él. En vez de servir a Jehová con gozo y alegría ahora está haciendo demandas y quejándose acerca de los arreglos. Él quiere que las cosas sean más convenientes y fáciles. Se resiente del trabajo, molestia e inconveniencia que los yerros y el descuido de otros le ocasionan. Él se dice a sí mismo o de manera que otros oigan: “¡Si sólo hicieran las cosas de la manera correcta, sería mucho más fácil!” Entretanto la felicidad que experimentó al principio ha desaparecido totalmente. No siempre es aparente exactamente cómo y por qué sucedió, pero esto sí es cierto, no se siente complacido acerca de ello. Su felicidad y gozo han desaparecido. Ha regresado al modo de ser quejumbroso, murmurador, del viejo mundo. Habitualmente desaprueba los arreglos que Jehová ha hecho. Él se dice a sí mismo: “Jehová y su organización me deben algo mejor que esto.” Duda que sean prudentes las decisiones y arreglos que se han hecho y quiere hacer las cosas a su modo. No estando ansioso de efectuar la voluntad de Jehová expresada por medio de su organización, se queja. Hasta deja de predicar y es desdichado. Se siente deprimido y anda con un semblante avinagrado. Así de rápido ha perdido el gozo de su asociación con Jehová y su sociedad del Nuevo Mundo.

      8. ¿Por qué razones fundamentales se ha acarreado infelicidad a sí mismo el quejumbroso?

      8 ¿Quién optaría deliberadamente por ser infeliz? Entonces ¿por qué quejarse, lo cual siempre trae infelicidad? El quejoso se ha acarreado la infelicidad a sí mismo; le ha dado entrada al egoísmo. De ninguna manera entiende por qué le sobrevienen a él las pruebas. Ya no tiene la perspectiva correcta en cuanto a las cargas, penalidades y persecución que le han sobrevenido. Ha olvidado lo que Pedro escribió: “Amados, no estén perplejos debido al ardor de fuego entre ustedes, lo cual les está sucediendo como una prueba, como si algo extraño les estuviera aconteciendo. Por lo contrario, sigan regocijándose por cuanto son participantes de los sufrimientos del Cristo, para que también puedan regocijarse y alegrarse sobremanera durante la revelación de su gloria. Si los están vituperando por el nombre de Cristo, son felices, porque el espíritu de gloria, aun el espíritu de Dios, está descansando sobre ustedes.” (1 Ped. 4:12-14, NM) Aquí se formulan la razón y necesidad fundamentales para que los cristianos retengan su integridad con la perspectiva mental correcta. En consecuencia ha de esperarse una lucha para retener la integridad.—Job 1:6-12.

      9. (a) ¿En vista de qué amonestación no debe quejarse o rebelarse el cristiano contra cargas y penalidades? (b) ¿Qué clase de experiencias puede esperar un cristiano después de dedicarse a Jehová?

      9 Jesucristo amonestó también tocante a lo que sus seguidores habían de esperar: “Les he hablado estas cosas para que no tropiecen. Los hombres los expulsarán de la congregación. De hecho, viene la hora cuando todo aquel que los mate se imaginará que ha rendido un servicio sagrado a Dios. Pero ellos harán estas cosas porque no han llegado a conocer ni al Padre ni a mí. No obstante, yo les he hablado estas cosas para que, cuando llegue la hora para ellas, se acuerden que yo se las dije.” (Juan 16:1-4, NM) Que nadie llegue a ser tan concentrado en sí mismo, tan irrazonable u olvidadizo acerca de las razones que hay para retener su integridad hacia Jehová que se queje o aun vaya al grado de rebelarse contra las cargas y penalidades. Más bien, deténgase a razonar acerca del asunto: cuando usted se dedicó a una vida de servicio a Jehová ¿esperaba usted una vida de lujo, comodidad y ociosidad? El que desea vacaciones no busca empleo. Ni espera licencia el que se alista en el ejército. Y los cristianos se han ofrecido voluntariamente para combate espiritual.—2 Cor. 10:3, 4; Efe. 6:13.

      10. Aunque sea difícil la vida del cristiano, ¿por qué no ha de compadecerse él? y, en vista de todas las penalidades y problemas, ¿se pierde su felicidad?

      10 Los testigos de Jehová no tienen por qué compadecerse de su suerte como participantes de los sufrimientos de Cristo. Los quejosos siempre son infelices. La promesa de Jehová es que los que le adoren serán felices, y él no ha mentido. ¿Qué hay si tenemos que aguantar penalidades, vencer problemas difíciles, resistir bajo persecución? ¿Significa el sufrir penalidades la pérdida de la felicidad? ¡La experiencia ha demostrado indiscutiblemente que la respuesta es un enfático no! ¿Ha asistido usted recientemente a una de las asambleas de los testigos de Jehová? Estas se celebran regularmente, localmente y en una escala nacional e internacional. Esto implica inconveniencia considerable y a menudo gran desembolso. Tal vez requiera un viaje largo y peligroso. Frecuentemente los asambleístas acampan en un campo raso con muy pocas conveniencias. Luego mientras se asiste a las sesiones diarias tal vez se haga un viaje de muchas millas en autobuses o ferrocarriles subterráneos atestados para sentarse por horas en un estadio lleno. Pero ¿quién dirá que el asistir a una asamblea del pueblo de Jehová no es una de las experiencias más inolvidables y gozosas de su vida?

      11. ¿Cuál es la actitud mental correcta para un seguidor de Cristo, y aprueba Jehová ese derrotero?

      11 El soportar penalidades y aun persecución valerosa y gozosamente, sabiendo que tales penalidades no le quitarán a uno su felicidad, es la actitud mental que debe tener el cristiano. Así mantiene bien presentes las razones importantísimas que hay para que retenga su integridad a Jehová, no debilitándose o compadeciéndose y quejándose a causa del gran privilegio que tiene. No olvidemos que Jehová aprueba el que aguantemos la persecución. Su propio Hijo puso un ejemplo sumamente sobresaliente. Se trae directamente a nuestra atención que es en este respecto que él estableció un modelo para nosotros. En el bien conocido texto se nos informa que debemos seguir sus pisadas cuidadosamente. “Porque si alguien debido a conciencia hacia Dios aguanta aflicciones y sufre injustamente, ésta es una cosa que agrada. Porque ¿qué mérito hay en ello si, cuando ustedes están pecando y son golpeados, ustedes lo aguantan? Pero si, cuando ustedes hacen lo que es bueno y sufren, lo aguantan, eso es algo que agrada a Dios. De hecho, ustedes fueron llamados a este curso, porque hasta Cristo sufrió por ustedes, dejándoles un modelo para que siguieran cuidadosamente sus pisadas. Él no cometió pecado, ni engaño se halló en su boca. Cuando él estuvo siendo vilipendiado, él no recurrió a vilipendiar a su vez. Cuando él estuvo sufriendo, él no recurrió a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga justamente.”—1 Ped. 2:19-23, NM.

      12. ¿Qué nos ayuda a mantener la felicidad a medida que hacemos la voluntad de Jehová?

      12 No es bueno que los cristianos adopten un punto de vista limitado y falto de perspicacia concerniente a las pruebas que les sobrevienen. De hecho, dichas penalidades traen consigo algunos de los gozos más grandes. Es muy importante guardar el punto de vista correcto de las pruebas y dificultades que vienen, ya sea al tiempo presente o en el futuro. Es la obra de predicación la que agrada a Jehová y lo alegra. “¡Sé sabio, hijo mío, y alegra mi corazón; así tendré qué responder al que me vitupere!” (Pro. 27:11) Podemos mantener nuestra felicidad sólo si obedecemos su voluntad sin quejarnos y aguantamos fielmente en su servicio.

      13. Cuando consideramos las razones por las cuales nos dedicamos, ¿son tan penosas las cosas en nuestro día?

      13 Cuando nos detenemos a considerar el asunto, realmente las cosas no nos son tan difíciles y penosas en nuestro día. Esto es especialmente cierto cuando se consideran la necesidad de retener nuestra integridad y las razones por las cuales nos dedicamos a Jehová. ¿Quién es tan maltratado como lo fué Pablo, que estuvo expuesto ‘a hambre y también a sed y a estar desnudo y a ser golpeado y a no tener ni casa ni hogar’? Este celoso apóstol de Jesús aguantó sin quejarse todas esas pruebas y siguió diciendo: “Cuando se nos está injuriando, bendecimos; cuando se nos está persiguiendo, lo soportamos; cuando se nos está calumniando, rogamos; hemos llegado a ser como el desecho del mundo, el desperdicio de todas las cosas, y así somos ahora.”—1 Cor. 4:11-13, NM.

      14. A pesar de todas sus cargas y percances, ¿con qué humor concluyó Pablo su segunda carta a los corintios?

      14 Cierto, la vida del cristiano moderno no siempre es fácil. Tampoco lo fué en el tiempo de Pablo: “¿Son ellos ministros de Cristo? . . . más sobresalientemente soy yo uno: en trabajos más abundantemente, en cárceles más abundantemente, en azotes con exceso, a punto de morir, frecuentemente. Por los judíos cinco veces recibí cuarenta azotes menos uno, tres veces fuí golpeado con varas, una vez fuí apedreado, tres veces experimenté naufragio, una noche y un día los pasé en lo profundo; en viajes a menudo, en peligros de ríos, en peligros por parte de salteadores de caminos, en peligros por parte de mi propia raza, en peligros por parte de las naciones, en peligros en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos, en trabajo y fatiga, en noches de desvelo a menudo, en hambre y sed, en abstinencia de alimento muchas veces, en frío y desnudez. Además de esas cosas de carácter externo, hay lo que se me viene encima día tras día, la ansiedad por todas las congregaciones.” (2 Cor. 11:23-28, NM) Pablo no fué vencido a pesar de todas sus cargas y percances. En la conclusión de su carta escribe con humor feliz: “Finalmente, hermanos, continúen regocijándose, siendo restaurados, siendo consolados, teniendo unidad en el sentir, viviendo pacíficamente, y el Dios de amor y de paz estará con ustedes.”—2 Cor.13:11, NM.

      15, 16. (a) ¿Es expresar demasiado fuertemente las cosas el decir que los quejumbrosos pierden la felicidad y aun la vida misma? (b) ¿A quiénes y cuándo aplica el ejemplo amonestador de los israelitas quejumbrosos?

      15 Hay algunos aspectos serios en este tema de quejarse que los testigos de Jehová no deben pasar por alto. Es esto: El que se queje una persona en la organización de Jehová simplemente significa que está expresando desagrado y disgusto contra la voluntad de Dios. Realmente, entonces, el quejarse es en contra de Jehová. Hay algunos ejemplos bíblicos muy enfáticos que demuestran que los quejosos invariablemente pierden la felicidad. A menudo han sufrido la pérdida de la vida misma. De modo que podemos ver cuán serio es el que nos quejemos contra Jehová, o contra su organización y sus instrucciones, cuando esto trae pesar y aflicción con muerte final. ¿Piensa usted de otra manera y cree que eso es expresar el asunto demasiado fuertemente? ¿O que la amonestación está exagerada? Entonces sería bueno dar atención a otro texto. Tiene que ver con las cosas que el antiguo pueblo de Israel experimentó, las cuales representaron sucesos que acontecen ahora en nuestro tiempo. Quizás usted se haya referido a este texto muchas, muchas veces. ¿Se dió cuenta de que este texto tiene que ver con este asunto de disipar el espíritu de queja? “Ni seamos murmuradores, así como algunos de ellos murmuraron, de modo que perecieron por el destructor. Ahora estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines consumados de los sistemas de cosas han llegado.” (1 Cor. 10:10, 11, NM) ¿Acerca de qué tenían que murmurar? ¿No los había librado Jehová de la opresión en Egipto, no los había protegido y alimentado de una manera amorosa de modo que nunca tuvieran hambre, frío o estuvieran desnudos? No tenían ninguna preocupación. Pero aun después de todo esto se quejaban como niños llorones consentidos. Jamás olviden que el ejemplo de los israelitas aplica a los quejumbrosos ahora, hoy en día.

      16 Uno pensaría que cualquiera estaría satisfecho con una vida como ésa y con dichas perspectivas tan seguras como las que los israelitas tenían frente a ellos al estar allí a la entrada de la Tierra Prometida. ¡Pero no, no ellos! Ellos despreciaron las dádivas de Jehová. Habían estado murmurando de continuo y habían fomentado dentro de sí mismos un estado de ánimo muy infeliz. Nos es fácil entender cuán insensato les fué a los israelitas perder de vista lo que Jehová había hecho por ellos, pero ¿aplicamos la lección a nuestras circunstancias actuales, como deberíamos hacerlo, para entender qué hay en el quejarse que encierra tanta gravedad?

      17. Por causa de la felicidad, ¿por qué ahora es insensato quejarse acerca de las provisiones y arreglo de cosas de Dios?

      17 Por causa de la felicidad, entonces, no debemos demandar más y mejor de parte de Jehová, como demandaron los israelitas que desdeñaron las provisiones que él había hecho para ellos. Insensatamente clamaron que lo que se les proveía no era lo suficientemente bueno y no era lo suficientemente rápido para agradarles. Y ahora no iban a conseguir la herencia a la cual Jehová los había estado guiando. Simplemente iban a morir en el desierto. Tampoco van a heredar las bendiciones del nuevo mundo, aunque está tan cerca, los que ahora se quejan contra el modo en que Dios maneja las cosas, y además perderán su felicidad presente. Jehová no quiere un nuevo mundo lleno de murmuradores y no lo tendrá, así como en el cuadro profético una generación entera fué excluída de entrar en la Tierra Prometida a causa de la murmuración.—Números 13, 14.

      18. Al meditar sobre el futuro, ¿qué proceder sería insensato, y, en conexión con esto, las experiencias de quiénes se recuerdan?

      18 El meditar en las bendiciones del nuevo mundo es conmovedor, sobrepasa todo poder de descripción. Con toda seguridad será una ‘tierra que mane leche y miel,’ como simbólicamente se describió en tiempos antiguos. (Núm. 13:27) ¿Quién con tan brillante futuro consideraría el regresar a este mundo? De nuevo recuerde la experiencia de los israelitas que en masa protestaron porque, al borde de la Tierra Prometida se enfrentaban a penalidades y dificultades. “Entonces toda la asamblea levantó la voz, y la gente continuó dando salida a su voz y llorando toda esa noche. Y todos los hijos de Israel comenzaron a murmurar contra Moisés y Aarón, y toda la asamblea comenzó a decir contra ellos: ‘¡Si sólo hubiéramos muerto en la tierra de Egipto, o si sólo hubiéramos muerto en este desierto! Y ¿por qué nos está trayendo Jehová a esta tierra para caer por la espada? Nuestras esposas y nuestros pequeños llegarán a ser como botín. ¿No nos es mejor regresar a Egipto?’ Hasta se pusieron a decir unos a otros: ‘¡Nombremos un jefe y regresemos a Egipto!’”—Núm. 14:1-4, NM.

      19. ¿Por qué, entre toda la gente, se debe hallar a los testigos de Jehová viviendo sin quejarse y felices?

      19 El quejarse resulta en una existencia infeliz, como en el caso de los israelitas. Tenga presente que Jehová también ha librado a sus testigos de hoy de la opresión de un mundo inicuo. Ellos no temen los temores del mundo, no comparten sus ansiedades o trabajan bajo sus cargas. Recordemos que nosotros también estamos siendo protegidos y alimentados maravillosamente de manera espiritual y que un glorioso nuevo mundo es nuestra meta. Si sentimos el impulso de quejarnos acerca de diferentes cosas, examinemos nuestros motivos y no excluyamos a Jehová de la transacción, como los israelitas llorones. Hay prueba abundante de que Jehová sabe adónde nos está dirigiendo y sabe exactamente cómo dirigir su organización. Aquellos que se adhieren tenazmente a ella y guardan fielmente sus instrucciones van a ser un pueblo muy feliz y contento. Con este punto de vista podemos tener presentes las cosas maravillosas que Dios ha efectuado a favor de su pueblo en tiempos pasados. No olvidaremos lo que está haciendo a favor de nosotros hoy y las brillantes perspectivas futuras que son nuestras. Teniendo presentes estos pensamientos que contribuyen al estado feliz de uno, estamos determinados a retener fielmente nuestra integridad y, en vista de todo lo que ha sucedido en el pasado, concluímos que, de toda la gente, los testigos de Jehová son los que menos causa tienen de quejarse. Más bien, ellos seguirán sin quejarse y serán felices, reflejando a un “Dios feliz,” como lo reflejó Cristo Jesús.

  • Sigan tras las cosas que son edificantes
    La Atalaya 1955 | 1 de agosto
    • Sigan tras las cosas que son edificantes

      1. Aunque todo el mundo quiere la felicidad, ¿por qué tienen los cristianos, más que todos los demás, razones para ver el lado alegre de las cosas?

      PUESTO que Jehová ha creado al hombre a su imagen, todo el mundo quiere ser feliz. Los cristianos tienen tantísimas más razones para ser felices que la humanidad en general. Hay toda razón para que ellos siempre vean el lado alegre de las cosas. Ellos solos tienen la verdadera fuente de buenas nuevas que producen gozo genuino. (Mat. 5:3; 24:14, NM) El adorar a Dios y servirle fielmente asegura la felicidad ahora y eternamente. (Juan 13:17; Mat. 7:24) Para una multitud de personas de buena voluntad hacia Dios esto resultará en vida eterna sobre la tierra con bendiciones interminables. “Abres tu mano, y satisfaces el deseo de todo ser viviente. Jehová es justo en todos sus caminos, y bondadoso en todas sus obras.”—Sal. 145:16, 17.

      2. ¿Cómo podemos responder a la bondad de Jehová?

      2 Todos podemos alegrarnos mucho por la bondad de Jehová. Además, en gratitud podemos observar las palabras de Jesús: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir.” (Hech. 20:35, NM) Jehová está convocando a su adoración a personas que son gente feliz, a un pueblo que es amigable y está ansioso de que otras personas se unan a él en su felicidad. Su conversación es edificante; recomiendan y enseñan a otros el reino de Dios, en el cual nada faltará.

      3. ¿Con qué actitud deben los testigos de Jehová consolar a aquellos a quienes se ha robado, desnudado y golpeado espiritualmente?

      3 Con esta esperanza y servicio uno puede mantener la felicidad aun mientras viva en un mundo de personas descontentas afligidas con pesares, dolores y calamidad. Significa consuelo y gozo a las personas que quieren ser consoladas. Muchas de esas personas del mundo son de la clase representada por Jesús en su ilustración acerca del samaritano que era un buen prójimo. Semejantes al desafortunado “cierto hombre” a estas personas se les ha robado, desnudado y golpeado espiritualmente. La actitud del cristiano tiene que ser una de compasión hacia aquellas personas del mundo a quienes predican, aunque estén cargadas de religión falsa, pobreza y otros problemas personales. El cristiano no debe sentir que está bajo una carga al tener que ir a dichas personas y predicarles, como si tuviera el peso del mundo colocado sobre los hombros. No es como si fueran “pordioseros” a quienes se les haya de entregar algo de mala gana con una cara larga. De modo que los testigos de Jehová sin quejarse demuestran que son prójimos buenos obrando misericordiosamente hacia todos, curando sus heridas espirituales con un mensaje alegrador.—Luc. 10:33-37.

      4. (a) ¿Qué antigua profecía cumplió Jesús? (b) Si uno da abundante y alegremente, ¿cuál es su recompensa?

      4 Al alabar a Jehová tratamos de copiar la actitud mental de su Hijo. Él cumplió bien la profecía antigua: “El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, por cuanto Jehová me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los mansos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, . . . para consolar a todos los que lloran; para comunicar la alegría a los que lloran en Sión, dándoles hermosura en lugar de ceniza, el aceite de gozo en vez de lamentos, y el manto de alabanza en lugar de espíritu de pesadumbre.” (Isa. 61:1-3) Así como él lo hizo, nosotros podemos cosechar la recompensa en gran medida por alabar generosamente a Jehová. “El que siembra escasamente también cosechará escasamente, y el que siembra abundantemente también cosechará abundantemente. Que cada uno haga exactamente como lo ha resuelto en su corazón, no de mala gana o bajo compulsión, porque Dios ama al dador alegre.”—2 Cor. 9:6, 7, NM.

      5. ¿Cuál fué la disposición mental de Cristo Jesús al predicar y qué evitó él?

      5 Con gran provecho para nosotros mismos podemos copiar la disposición mental de Cristo Jesús. Considerado desde el punto de vista egoísta, ¿no tuvo él bastante razón para expresar una queja? Fué un gran sacrificio lo que él hizo. Aquí estaba, enviado solo a la tierra, un solo hombre para comenzar una obra enorme, mundial, de testificar. En lo que toca a penalidades, oposición y persecución, él tuvo todo lo que nosotros pudiéramos experimentar y mucho más. La gente a quien predicó era indiferente y muy pobre en su mayor parte. Estaba enredada en la práctica de la religión falsa. Pero él no deploró su situación ni gimió y tampoco se lamentó por su asignación de predicar a gente de esa clase. Él vino del modo anuente y sin queja que su Padre aprobaba e hizo la invitación: “Vengan a mí, todos ustedes los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.” (Mat. 11:28-30, NM) Su mensaje fué refrigerante y confortante. De veras que fué un reflejo apropiado del “Padre de misericordias compasivas y el Dios de todo consuelo.”—2 Cor. 1:3, NM.

      6, 7. Para ser prójimos buenos, ¿cómo se comportan los cristianos hacia sus hermanos?

      6 ¡Qué actitud tan digna de alabanza para recomendarla a todos! Sin duda alguna tiene la bendición de Jehová. Dice el Salmo 41:1, 2 (UTA): “Cuán feliz es el que es considerado del débil; en el día de angustia el SEÑOR lo libra. El SEÑOR lo protege y lo mantiene vivo; se le llama feliz en la tierra.” La verdadera felicidad yace en buscar maneras de ser amorosos y útiles a nuestros semejantes, no quejándonos acerca de sus desdichas o debilidades sino fortaleciéndolos con la verdad, la cual consuela y edifica.

      7 Cristo Jesús, al darnos el segundo de los dos grandes mandamientos, no admite el que el cristiano manifieste una actitud hipercrítica y quejumbrosa hacia sus semejantes: “Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mar. 12:31, NM) Si somos honrados con nosotros mismos admitimos nuestros propios errores y descuidos. ¿Nos mofamos de nosotros mismos y nos ridiculizamos cuando cometemos algún error? Porque nos amamos honradamente nos esforzamos por corregirnos y hacer sendas rectas para nuestros pies. Esto proporciona tranquilidad de ánimo y felicidad. Al servir junto a nuestros semejantes cercanos, nuestros hermanos, observamos el mismo principio. Estaremos felices si buscamos maneras de ser amorosos y útiles a ellos.

      8. ¿A quién le pertenece culpar y criticar a los que cometen errores dentro de la congregación, y quién suministra la corrección?

      8 ¿Se ofende usted y se queja con otros cuando cree que los siervos de su congregación cometen errores? Aun en dichas circunstancias esto no es justificación para censurar o criticar públicamente. “No debes injuriar a Dios ni maldecir a un capitán entre tu pueblo.” (Éxo. 22:28, NM) Pedro negó a Cristo tres veces. (Mat. 26:69-74) En otra ocasión él no estaba “andando rectamente de acuerdo con la verdad de las buenas nuevas.” (Gál. 2:11-14, NM) Sin embargo, es Jehová quien suministra la corrección dentro de su organización. La corrección no proviene de la queja y la chismografía sino de Jehová mediante su organización al debido tiempo y manera de él.—1 Ped. 1:17.

      9. Para vivir en felicidad y ver prosperar nuestras congregaciones, ¿qué manera de proceder debemos esforzarnos por alcanzar?

      9 Sería una cosa muy excelente el que todos recordaran este principio: el edificar a nuestros hermanos en la fe es la manera de mantener la felicidad. “Por eso, entonces, sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificarse unos a otros. Dejen de estar derribando la obra de Dios.” (Rom. 14:19, 20, NM) Es mucho mejor y resulta en bien el seguir tras esta manera de proceder. Todos nosotros queremos llevarnos en paz y gozo con nuestros hermanos, y queremos ver prosperar nuestras congregaciones. “Yo, por lo tanto, el preso en el Señor, les ruego que anden dignos del llamamiento con el cual fueron llamados, con completa humildad de mente y apacibilidad, con gran paciencia, soportándose los unos a los otros en amor, esforzándose sinceramente por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz. Quítese de ustedes toda amargura maliciosa e ira y cólera y gritería y habla injuriosa junto con todo lo perjudicial. Mas háganse bondadosos los unos con los otros, tiernamente compasivos, libremente perdonándose unos a otros así como también Dios mediante Cristo libremente los perdonó a ustedes.”—Efe. 4:1-3, 31, 32, NM.

      10. ¿De qué maneras podemos demostrar amor a nuestros hermanos, para su edificación y nuestra felicidad?

      10 “El amor edifica.” (1 Cor. 8:1, NM) Esta es la llave a todos nuestros tratos con nuestros hermanos para su edificación y para nuestra felicidad. Hay tantas maneras en que tenemos la oportunidad de edificamos unos a otros. Tenemos que evitar la actitud mundana, que es ceñuda, tosca y criticona. Todos nosotros tenemos algunos dones que hemos cultivado para el mejoramiento de nuestro ministerio. (1 Ped. 4:10; Rom. 12:6) Podemos usar éstos para demostrar nuestro amor a favor de nuestros hermanos. “Por eso ustedes mismos también, dado que son seguidores celosos de dones del espíritu, esfuércense por abundar en ellos para la edificación de la congregación.” (1 Cor. 14:12, NM) Quizás podamos ayudar a nuestros hermanos a preparar y a dar comentarios en el estudio semanal de La Atalaya y en otras reuniones de congregación. Tenemos también la oportunidad de ayudar a nuestros hermanos jóvenes o a los que tienen dificultades con el idioma a preparar asignaciones estudiantiles en la escuela del ministerio teocrático. Todos necesitan sermones de tres a ocho minutos para presentarlos en los hogares. ¿No sería una expresión amorosa hacia nuestros hermanos el darles esta ayuda, la cual seguramente los haría felices?

      11. ¿Por qué debemos ejercer amor para evitar desacuerdos?

      11 Es muy práctico el evitar desacuerdos y disputas con nuestros hermanos por medio de ejercer amor cristiano a favor de ellos. Ahora tenemos todo aliciente hacia ese fin. “Pero el fin cabal de todas las cosas se ha acercado. Sean de mente sana, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones. Ante todas las cosas, tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados. Sean hospitalarios unos a otros sin quejarse.”—1 Ped. 4:7-9, NM.

      12. (a) ¿A qué lección dada por Dios debemos aplicarnos? (b) ¿Cuál es la manera correcta de corregir las dificultades y solucionar los problemas en la congregación?

      12 Nuestro Creador amoroso sabe lo que el hombre necesita para lograr y mantener la felicidad. Le agrada a él enseñarnos a conseguir la felicidad de la mismísima manera que él la consigue, mediante el expresar amor a nuestros semejantes. Nosotros queremos aplicarnos diligentemente a esta lección y aprenderla muy bien. “Sin embargo, con referencia al amor fraternal, ustedes no necesitan que les estemos escribiendo, porque ustedes mismos son enseñados por Dios a amarse unos a otros; y, de hecho, ustedes lo están haciendo a todos los hermanos . . . Pero nosotros los exhortamos a ustedes, hermanos, a que lo sigan haciendo en medida más plena, y a tener como mira suya el vivir quietos y a ocuparse de sus propios asuntos y trabajar con las manos, tal como les ordenamos.” (1 Tes. 4:9-11, NM) Nuestros hermanos de la congregación verdaderamente apreciarán el que trabajemos con ellos, si los edificamos mediante el ejemplo que ponemos, si amorosamente los edificamos, no averiguando y derribando, sino de manera provechosa para ellos trabajando regularmente con ellos y elogiando su progreso en alabar a Jehová. Si hay alguna dificultad o problema en la congregación, no nos apresuraremos a acusar a nuestros hermanos o condenarlos y hacer que les sobrevenga censura pública. No adoptaremos la actitud de que algo anda mal aquí y alguien tiene que ser el culpable. En vez de intimidar con una reprimenda severísima podemos corregir mediante un ejemplo amoroso, demostrando el espíritu de misericordia que Jehová extiende tan abundantemente a todos.

      13. ¿Qué espíritu reina dentro de las congregaciones de los testigos de Jehová, y por qué es tan importante que los que dirigen pongan el ejemplo correcto?

      13 Cuando observamos las congregaciones de los testigos de Jehová hoy día, vemos que en su mayor parte reina un espíritu maravilloso en ellas. Especialmente donde los hermanos son amorosos y amables unos a otros, donde no se quejan y no ridiculizan y escarnecen, Jehová les ha dado muchas bendiciones. La gente de buena voluntad que llega a ser parte de la congregación cristiana prontamente aprende a practicar la actitud de no quejarse. “Finalmente, hermanos míos, sigan regocijándose en el Señor. . . . Que nosotros, pues, cuantos seamos maduros, seamos de esta actitud mental; y si mentalmente ustedes se inclinan de otro modo en cualquier respecto, Dios les revelará dicha actitud. Unidamente háganse imitadores de mí, hermanos, y vigilen a los que andan de la manera que va de acuerdo con el ejemplo que ustedes tienen en nosotros.” (Fili. 3:1, 15, 17, NM) Dado que los hermanos seguirán el ejemplo correcto, es importantísimo que los que son maduros y que tienen la responsabilidad de dirigir pongan el ejemplo correcto de edificar a sus hermanos sin murmuración.

      14. ¿Por qué no permitirá Jehová que nadie introduzca en su organización el hábito de murmurar y quejarse?

      14 Así como en el tiempo de Jesús, hay trabajo y problemas, dificultades y penalidades que son comunes a todos los que se esfuerzan por seguir en el proceder de servicio cristiano. Quizás haya cosas acerca de las que pudiéramos quejarnos; sin embargo, tenemos que resistir esta tentación con toda nuestra fuerza porque, si no la resistimos, finalmente nos quitará la única cosa que vale la pena en la vida, la felicidad al servir a Dios. Jehová quiere que seamos diferentes del mundo del cual está separando a los de su pueblo. Él los está apartando y les está enseñando a vivir como una sociedad del Nuevo Mundo. Con esa separación viene la libertad y el ser libertados del espíritu de queja y la manía de criticar. Su organización se compone de personas ocupadas, felices, quienes cada día se esfuerzan más por vivir en conformidad con las normas del nuevo mundo de Dios. Él no permitirá que nadie introduzca en él viejos hábitos mundanos de murmuración y queja. Si una persona se queja pronto hace que otros comiencen a quejarse. ¿Y ha observado usted que los que se quejan generalmente no están predicando, o por lo menos predican muy poco?

      15. ¿Qué exhortación adicional se da, y qué satisfacción resultará de seguirla?

      15 En vez de quejarnos aceptamos voluntariamente las responsabilidades que Jehová coloca sobre nosotros. Poniendo nuestra confianza en él nos esforzamos por alcanzar contentamiento, viviendo y sirviendo como él se propone que lo hagamos. “Sigan haciendo todas las cosas libre de murmuraciones y argumentos, para que lleguen a ser irreprensibles e inocentes, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación pervertida y torcida, entre quienes ustedes están brillando como lumbreras en el mundo, manteniendo firmemente asida la palabra de vida, para que yo tenga causa de exultación en el día de Cristo, que no corrí en vano ni en vano me afané. No obstante, aun si yo estoy siendo derramado como libación sobre el sacrificio y servicio público a los cuales los ha conducido la fe, me alegro y me regocijo con todos ustedes. Ahora de la misma manera ustedes mismos también alégrense y regocíjense conmigo.” (Fili. 2:14-18, NM) De esta manera tenemos completa satisfacción, sabiendo que la voluntad de Jehová se está haciendo.

      16. ¿Qué es lo que hace falta en algunas congregaciones donde hay criticones y chismosos presentes, y cuál es el peligro adicional?

      16 ¿Es la congregación de ustedes una de dichas asociaciones benditas de hermanos que tienen el pleno gozo de Jehová? A veces los hermanos de tierras democráticas no disfrutan de esto. Cuando visitamos sus congregaciones parece que esto falta a un grado alto. A pesar de las circunstancias más afortunadas y ventajas materiales y mayor libertad para predicar, parece que algo falta. Es patente que hay criticones y chismosos presentes; las personas que irritan y perturban se destacan. Con toda seguridad hallamos que en estas circunstancias a los hermanos se les quita de gran manera su gozo de servir a Jehová. En su mayor parte, también, poco progreso están logrando hacia la madurez los publicadores y la congregación no está creciendo. Dicha murmuración y queja desagradan a Jehová. Son aguafiestas para todos porque quitan el gozo de vivir ahora como alabador cotidiano de Jehová y, si se persiste en ellas, quitarán la vida misma.

      17. Donde la persecución es grande, como en tierras totalitarias, ¿cómo les va a nuestros hermanos?

      17 ¿No ha observado usted a menudo que donde la persecución es grande abunda un verdadero espíritu de amor, armonía y felicidad? Quizás haya obstáculos tremebundos impidiendo el reunirse y predicar regularmente, pero los hermanos los vencen y son felices en ello. Verdaderamente aprecian que han sido librados de la opresión y han sido libertados de un viejo mundo inicuo. A pesar de la persecución Jehová los protege y cuida de que sean alimentados espiritualmente. De modo que estos hermanos no se compadecen de sí mismos. A causa de ser fieles en mantener su integridad tal vez reciban largas condenas de prisión, pero ellos no consideran eso como razón para desesperarse o para murmurar. Por el contrario, reconocen con mayor claridad las bendiciones y favores que han recibido, considerándolo todo inmerecido, y siguen con una fe inmovible. No están siempre corriendo para hacer saber a alguien los trabajos que pasan o dando a conocer sus problemas y quejándose. Estos hermanos no se desaniman en lo absoluto por estas penalidades. La obra no es parada, ni siquiera estorbada, a pesar de los problemas difíciles y la persecución. Las buenas nuevas están siendo predicadas. Las personas de buena voluntad las están oyendo y están entrando y asociándose con la sociedad del Nuevo Mundo aun en los países totalitarios.

      18. En las experiencias de los testigos de Jehová en dichas circunstancias, ¿qué lección hay, y con qué provecho para otros?

      18 Jehová ha derramado su espíritu ricamente sobre estos testigos que no se quejan; ellos han prosperado y los resultados han sido maravillosos. ¡Qué lección debe ser esto para algunos que se encuentran en tierras donde existe una medida mayor de libertad—este maravilloso espíritu de amor y unidad demostrados por nuestros hermanos en circunstancias menos afortunadas! Su deseo es un deseo verdadero, no sólo de mantenerse felices ellos mismos en su adoración a Jehová, sino en realidad de esparcir su gozo y felicidad a otros. En su predicación copian a Jesucristo, teniendo un mensaje refrigerante que produce consuelo verdadero. Produce gran gozo a todos el oír sus experiencias y cómo retienen su integridad.—1 Tes. 3:4-10.

      19. Para disipar el espíritu de queja y mantener un espíritu de humildad, ¿qué tiene que recordarse?

      19 No hay por qué los siervos de Jehová estén tristes y se quejen hoy día. Las provisiones amorosas de Dios, su interés en ellos y su cuidado continuo deben bastar para mantenerlos felices. Eso debe ayudarlos a disipar el espíritu de queja y a mantener un espíritu de humildad y mansedumbre con devoción completa a la organización de Jehová. “Por lo tanto, humíllense bajo la poderosa mano de Dios, para que él los exalte al tiempo debido, mientras arrojan toda su ansiedad sobre él, porque él los cuida.” (1 Ped. 5:6, 7, NM) A la vez nosotros debemos tener el mismo interés para con él, no llegando a estar concentrados en nosotros mismos o ser egoístas de modo que demos por supuestas las cosas o creamos que Jehová y su organización nos deben algo. Evite el pensamiento presuntuoso de que, a menos que las cosas se hagan de la manera que usted cree mejor, usted no va a permanecer con la sociedad del Nuevo Mundo. Jehová no debe nada a nadie. “Por esta bondad inmerecida, en verdad, ustedes han sido salvados mediante fe; y esto no debiéndose a ustedes, sino que es dádiva de Dios.” (Efe. 2:8, NM) A cada uno de nosotros se le ha dado algo de gran valor. Es la verdad que conduce a la vida y nuestro servicio diario de alabanza. Todos estamos endeudados con Jehová por todo lo que tenemos y por todo lo que esperamos conseguir. No seamos ingratos, menospreciando sus dádivas como si nosotros, personas insignificantes, esperáramos más o pudiéramos proveer mejor para nosotros mismos. Sobre todo, evitemos el quejarnos, porque sabemos que si nos quejamos dejaremos de predicar y entonces con toda seguridad nos haremos desdichados.

      20. ¿Qué se necesita para que el cristiano mantenga la felicidad y prospere?

      20 Pensando correctamente acerca de estos asuntos, concluímos que la manera de mantener la felicidad es evitar el quejarnos, es edificar a nuestros hermanos y la congregación. Para resultar vencedores a través de todas nuestras dificultades sólo tenemos que aceptar las instrucciones de Jehová, llevarlas a cabo con un estado de ánimo gozoso y disipar la actitud de quejarnos acerca de lo que hemos de hacer. Jehová nos da las instrucciones que necesitamos para prosperar y estar contentos. Para nuestro bienestar eterno tenemos que obedecer voluntariamente, respetar continuamente las instrucciones y andar de acuerdo con ellas.

      21. Cuando consideramos las cosas correctamente, ¿cuán afortunados somos los que nos hemos dedicado a Jehová?

      21 Considerados correctamente, la adoración y el servicio de Jehová, aunque estén acompañados de pruebas, cargas y persecución, son una experiencia sumamente feliz. Cuando observamos al mundo hoy, nosotros los que nos hemos dedicado a Jehová podemos apreciar por comparación cuán afortunados somos. Ciertamente no tenemos ninguna razón para quejarnos respecto a nuestra suerte. “Entonces, pues, que también los que están sufriendo en armonía con la voluntad de Dios sigan encomendando sus almas a un fiel Creador mientras estén obrando el bien.” (1 Ped. 4:19, NM) Su propósito es pasar vivos a sus alabadores felices a su nuevo mundo justo cuando ejecute el juicio contra todos los que ‘no reconocen el señorío’ al hablar ofensivamente en contra de Jehová y su arreglo del nuevo mundo.—Judas 8, 9, 14-16, NM.

      22. A pesar de la opresión que se le ocasiona a la organización de Jehová, ¿por qué nos regocijamos y cobramos ánimo?

      22 El ‘mundo del Diablo’ está lleno de pesar y dolor y se encuentra en un estado desdichado, pero no hay razón por la que los testigos de Jehová sean infelices. A pesar de toda la opresión que le han ocasionado a la organización de Jehová los que se oponen a las buenas nuevas, nos maravillamos de su prosperidad y crecimiento. Nos mantendremos firmes y continuaremos en la obra de predicar, cobrando ánimo de la seguridad que Jehová nos ha dado. “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren frente a diferentes pruebas, sabiendo como ustedes lo saben que esta cualidad probada de su fe produce aguante. Feliz es el hombre que continúa aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.”—Sant. 1:2, 3, 12, NM.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1955 | 1 de agosto
    • Preguntas de los lectores

      ● ¿Qué quiere decir Marcos 9:49, 50 (NM): “Pues todos tienen que ser salados con fuego. La sal es excelente; pero si alguna vez la sal pierde su fuerza, ¿con qué la mezclarán? Tengan sal en ustedes mismos, y mantengan paz entre unos y otros”?—A. C., Estados Unidos.

      La ley mosaica exigía que los sacrificios fueran sazonados con sal: “Sazonarás con sal toda ofrenda de tus ofrendas de grano, y no debes dejar que falte de tu ofrenda de grano la sal del pacto de tu Dios. Junto con toda ofrenda tuya presentarás sal.” ¿Por qué? La sal es un preservativo y evita la putrefacción. Dos versículos antes se prohibía el ofrecer cualquier cosa fermentada. El sacrificio era salado con el propósito de evitar la fermentación. Puesto que impedía cambio que naciera de la descomposición, la sal daba garantía de permanencia, y se usaba en conjunto con un pacto para indicar la invariabilidad y permanencia del acuerdo, que los contratantes implicados en el pacto habían de ser firmes y leales a sus términos, y no los corromperían: “Todas las contribuciones santas que los hijos de Israel contribuirán a Jehová, las he dado a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, como una porción concedida hasta tiempo indefinido. Es un pacto de sal delante de Jehová para ti y para tu prole contigo.” También, “¿No debéis vosotros saber cómo Jehová, el Dios de Israel, dió a David el reino sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, por pacto de sal?” Así que la sal simboliza permanencia e incorruptibilidad, y se ofrecía con las ofrendas de grano y de carne.—Lev. 2:13, 11; Núm. 18:19, NM; 2 Cró. 13:5; Eze. 43:24.

      Entre los pueblos antiguos el comer sal juntos era señal de amistad y simbolizaba fidelidad y lealtad perpetuas. Este punto de vista de tiempos antiguos se refleja en Esdras 4:14: “Ahora por cuanto nosotros comemos la sal del palacio, y no conviene que miremos callados la deshonra del rey, por tanto hemos enviado para certificar esto al rey.” Al que sacrificaba en el altar de Jehová se le consideraba como partícipe con Jehová; de modo que el uso de sal con los sacrificios era símbolo de participar de sal con él, lo que era una figura de lealtad perpetua.

      Si la amistad se corrompía con deslealtad o conducta impura solía decirse que la sal simbólica había perdido su fuerza: “La sal, a buen seguro, es excelente. Pero si aun la sal pierde su fuerza, ¿con qué se mezclará? No sirve ni para terreno ni para abono. La gente la echa afuera.” En la página 525 The Westminster Dictionary of the Bible dice: “La sal impura de Siria, cuando se expone a la lluvia y el sol o la almacenan en casas húmedas, tiende a perder su sabor y hacerse inservible. No puede usarse, como mucho otro desperdicio, como abono, porque para nada sirve.” A causa de que los seguidores verdaderos de Jesús, por su ejemplo y por predicar, serían una influencia para preservar de putrefacción y corrupción moral, Jesús los llamó “la sal de la tierra.” También los llamó “la luz del mundo.” Así como ellos eran una luz para dispersar

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