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  • El Dios que promete
    La Atalaya 1973 | 15 de abril
    • así como los de sus gobernantes y su nación, da testimonio de su veracidad.

      APRENDA MÁS ACERCA DE ESTE DIOS

      Si estamos interesados con toda seriedad en ser librados de la corrupción de este presente sistema de cosas, daremos a la promesa de Dios la consideración más profunda. No hay otra fuente que prometa una Tierra paradisíaca, una restauración de nuestros amados por medio de una resurrección, y la vida eterna. Las promesas de los hombres de un mundo mejor son míseras en comparación... y ni siquiera pueden cumplir éstas.

      Además, Dios ama al hombre, la creación de sus manos. Él promete liberación, no porque esté obligado a hacerlo, sino por amor. El enviar a su Hijo a la Tierra fue un acto de la propia iniciativa de Dios que colocó el fundamento para la liberación de la humanidad. El apóstol Pablo escribió: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.”—Rom. 5:8.

      ¿Por qué, pues, dudar o rechazar tan amorosa provisión? Más bien, obtenga más conocimiento de Dios y sus promesas. A los testigos de Jehová les dará gusto ayudarle a seguir este consejo inspirado: “Asegúrense de todas las cosas; adhiéranse firmemente a lo que es excelente.”—1 Tes. 5:21.

  • ¿Qué ha prometido Dios?
    La Atalaya 1973 | 15 de abril
    • ¿Qué ha prometido Dios?

      UN NUEVO orden... ¿cómo será la vida allí? ¿Tendrán todos los habitantes de la Tierra casas hermosas, hasta lujosas? ¿Qué métodos de transporte y comunicación se usarán?

      La Biblia no lo dice. ¿Por qué no? Porque éstas no son las cosas más importantes que saber, particularmente en este tiempo. Estas cosas, en sí, no producen verdadera felicidad. ¿Qué produce verdadera felicidad?

      Este sistema de cosas suministra casas hermosas para muchos. Puede suministrarle a una persona lujo en alimento, ropa, automóviles y placeres. Sin embargo vemos tantos hogares desbaratados, hijos delincuentes y tanta enfermedad entre los que tienen lujo como entre la gente pobre.

      Por lo tanto, es evidente que la prosperidad espiritual tiene que preceder a la prosperidad material para que haya verdadera felicidad. ¿No es la condición espiritual y mental de un individuo lo que lo hace feliz? La felicidad verdadera y duradera solo puede venir si uno tiene una buena conciencia para con Dios y sirve los intereses del reino de Dios como se manda en la Biblia.

      Considerando el asunto desde otro ángulo, ¿qué es lo que produce infelicidad en este mundo hoy día? ¿Es principalmente la falta de cosas materiales? O, ¿es la gente y su actitud? ¿No es la falta de consideración y respeto de la gente para con otros y para con su propiedad? La avaricia, la falta de cortesía y la falta de interés sincero en el prójimo contribuyen a la infelicidad, sin importar cuál sea el ambiente material de uno.

      Por eso, la Biblia habla principalmente acerca de personas. Da énfasis a la importancia de cambiar uno su personalidad. (Efe. 4:22-24; Col. 3:9, 10) Una persona puede ser rica. Puede ser pobre. Pero de cualquier manera puede ser feliz si sigue la exhortación de la Biblia y se asocia con otros que tienen la misma fe genuina.

      Por eso, aunque la Biblia garantiza que Dios preservará a este planeta Tierra, habla mucho más acerca de la preservación de personas. Manifiesta los requisitos para la supervivencia individual.

      ¿Hay por qué apurarnos o preocuparnos, entonces, por lo que será la condición exacta, materialmente, en el orden de Dios? Es verdad que hay millones de personas en la Tierra que han sido obligadas por las circunstancias y el ambiente a vivir bajo condiciones de pobreza abyecta, sin ninguna esperanza de mejoramiento. Es natural y correcto el que ellas deseen condiciones materiales mejores. Y es natural que los que tienen cifrada su esperanza en la promesa de Dios se pregunten qué proveerá Dios. Pero no hay verdadero provecho en gastar tiempo en especulaciones. Sin embargo, estamos justificados al averiguar lo que la Biblia sí dice.

      ¿QUÉ INDICA LA BIBLIA?

      ¿Cómo puede ayudarnos la Biblia a saber lo que Dios proveerá para la gente en su nuevo orden? Principalmente porque nos revela la personalidad de Dios... qué clase de Dios es.

      Primero, la Biblia nos dice que Dios “viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.” (Heb. 11:6) De modo que es correcto esperar una remuneración por fidelidad a él. También aprendemos que las cosas que traen el favor de Dios, resultando en que sean satisfechas todas nuestras necesidades, son la fe y la lealtad a Él. El rey Salomón no pidió riquezas, sino un corazón obediente y entendimiento para dirigir al pueblo de Dios, Israel. A Dios le agradó eso, y contestó: “Por motivo de que has solicitado esta cosa y no has solicitado para ti muchos días ni solicitado para ti riquezas ni solicitado el alma de tus enemigos, y has solicitado para ti entendimiento para oír casos judiciales, ¡mira! ciertamente haré conforme a tus palabras. ¡Mira! Ciertamente te daré un corazón sabio y entendido.” Pero luego Dios continuó y dijo: “Y también lo que no has solicitado ciertamente te daré, tanto riquezas como gloria . . . Y si andas en mis caminos guardando mis disposiciones reglamentarias y mis mandamientos, . . . también ciertamente alargaré tus días.”—1 Rey. 3:9-14.

      En consecuencia, podemos estar seguros de que en el nuevo orden de Dios se suministrará todo lo que se necesite para disfrutar de felicidad plena. De Jehová Dios, el rey David pudo decir por experiencia: “Estás abriendo tu mano y satisfaciendo el deseo de toda cosa viviente.” (Sal. 145:16) Dios conoce la constitución humana, las cosas que se necesitan para hacerlo feliz a uno, los deseos del corazón. (Sal. 139:1-4) Él sabe lo que necesitamos mejor que nosotros mismos, aun antes que nos demos cuenta de lo que nos hace falta y se lo pidamos.—Mat. 6:8; compare con Juan 2:25.

      El apóstol Pablo escribió a los materialmente pobres pero generosos miembros de la congregación de cristianos en Filipos, Macedonia: “Mi Dios suplirá plenamente toda necesidad de ustedes al alcance de sus riquezas en gloria por medio de Cristo Jesús.” (Fili. 4:19; 2 Cor. 8:1, 2) ¿Qué necesitarán los que sobrevivan a la destrucción de este sistema de cosas y entren en el nuevo orden de Dios, junto con los que sean resucitados durante el reinado de mil años de Cristo?

      SE ASEGURA EL SATISFACER TODA NECESIDAD HUMANA

      Al considerar el propósito de Dios para Adán y Eva podemos obtener alguna idea de su propósito en su nuevo orden. La primera pareja humana era perfecta de mente y cuerpo. (Gén. 1:31) Se les colocó en un hermoso hogar-jardín, con todo alimento que se necesitaba para su sustento y deleite. (Gén. 2:9) Su dominio les dio paz con los animales. (Gén. 1:28) Solo cuando Adán y Eva pecaron fueron echados del paraíso, lo cual hizo patente que un paraíso es la provisión de Dios para la habitación de las personas perfectas.

      No estaría en armonía con la manera amorosa de Dios de tratar a su pueblo fiel el salvarlos de la “tribulación grande”

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