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Curación divina para vida perfectaLa Atalaya 1951 | 15 de septiembre
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huesos de Eliseo, cuando revivió y se levantó sobre sus pies.”—2 Rey. 13:14-21.
20 Estos hechos corroboran que el poder curativo había de usarse para otros, no para bien personal del curador. Ni tampoco había de enriquecerse el curador mediante esa práctica y aceptar pago monetario o recompensa material en cambio por sus milagros. Eliseo rehusó aceptar una recompensa de Naamán por haberle limpiado de su plaga sino que dió la gloria a Dios. De modo que cuando su criado Giezi trató fraudulentamente de cobrar la recompensa que se había ofrecido y usó malamente el nombre de Eliseo, fué herido con la enfermedad de la cual había sido limpiado Naamán. (2 Rey. 5:1-27) Los que pretenden practicar curaciones divinas y que aceptan pago o recompensas o hacen una colecta de dinero se hacen inmundos a la vista de Dios. Jesús instruyó a sus apóstoles que habían recibido dones: “Recibieron gratis, den gratis.”
21, 22. ¿Qué manifiestan los casos de Eutico, Epafrodito y Trófimo?
21 Tomemos ahora al apóstol Pablo como una ilustración adicional. Una vez predicó hasta la media noche y Eutico que estaba sentado en la ventana desmayó con sueño y cayó del tercer piso y fué levantado muerto. Pablo se libró de toda culpa mediante el restaurar a Eutico a la vida. Este fué un milagro de emergencia practicado en beneficio de un hombre de la congregación que había sufrido un accidente.—Hech. 20:7-12.
22 Pero ¿qué hay acerca de curar a otros miembros de la congregación? Tomemos a Epafrodito de Filipos, acerca de quien escribió Pablo: “Cayó enfermo casi a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, de hecho, no sólo de él, sino también de mí, para que no tuviera pesar sobre pesar. . . . a causa de la obra del Señor él estuvo cerca de la muerte, exponiendo su alma al peligro, para compensar cabalmente el no estar usted aquí para rendirme servicio personal.” (Fili. 2:25-30, NM) Pero no se encuentra aquí ni rastro de una sugestión de que Pablo haya practicado curación divina para salvar a Epafrodito de la muerte. Tampoco impidió que llegara a las puertas de la muerte, aunque este colaborador era una gran ayuda para Pablo. Pero Dios bendijo los medios que se usaron para volverlo a la salud y Dios tuvo misericordia del hermano enfermo. Incidentalmente, si Epafrodito no había de dormir en la muerte sino irse inmediatamente al cielo al morir, ¿hubiese sido una misericordia el librarlo para que siguiera viviendo por más tiempo sobre la tierra? Además de él, tenemos a Trófimo. En la última carta de Pablo antes de su muerte en Roma él escribe para decirle a Timoteo: “Dejé a Trófimo enfermo en Mileto.” (2 Tim. 4:20, NM) ¿Por qué, pues, dejó Pablo a Trófimo enfermo siendo que tenía el don de curación, y por qué no había pedido Trófimo que Pablo usara su don del espíritu para curarlo? Porque el poder milagroso no debe usarse para nuestra conveniencia personal ni para el alivio de los cristianos devotos en la congregación.
23. ¿Usó o recomendó Pablo curación divina para Timoteo?
23 Había otro compañero y colaborador de Pablo que sufría de una enfermedad crónica, Timoteo. Él sufría de un desorden del estómago y frecuentemente pasaba períodos de enfermedad. ¿Usó Pablo su don para curarlo y librarlo milagrosamente de sus dolencias de un modo permanente? ¿O dijo más bien: “Timoteo, ejerce fe y ora a Dios para que intervenga y mejore tu condición física para el ministerio de las buenas nuevas”? Escuche usted la receta de Pablo a Timoteo: “Ya no tomes agua, sino usa un poco de vino a causa de tu estómago y tus frecuentes casos de enfermedad.” (1 Tim. 5:23, NM) Timoteo puede haber sido uno que se abstenía enteramente de bebidas alcohólicas; no lo sabemos de seguro. Pero el agua para beber quizás haya sido mala y por eso contribuyente a la enfermedad de Timoteo. Pablo le dijo lo que debería hacer razonablemente; no, no ir a una botica para conseguir un vino especial de boticario para los desórdenes constitucionales (como arguyen los prohibicionistas), sino simplemente “usa un poco de vino”, sin especificar qué clase.
24. ¿Qué arguye el hecho de que Lucas acompañó a Pablo?
24 En cuanto a Pablo mismo, él no era un hombre completamente sano de acuerdo con lo que parecen indicar muchos textos. Lucas describe cómo él acompañó a Pablo en sus viajes misioneros, desde Troas, en Asia Menor, en adelante. Y ¿cuál era la profesión de Lucas? Pablo nos dice en estas palabras: “Lucas el médico amado les envía sus saludos.” (Col. 4:14, NM) No en sentido espiritual, sino en sentido físico era Lucas un médico. La deducción lógica es que Pablo lo llevó consigo debido a los servicios médicos que él podía desempeñar tanto para provecho de Pablo como para sus compañeros misioneros. Si los cristianos verdaderos hubiesen estado obligados a restringirse a las curaciones por fe y a las curaciones divinas hubiera sido inconsistente que Lucas como cristiano ejerciera su profesión, especialmente sobre sus compañeros en el servicio.
25. De acuerdo con los hechos arriba citados, ¿a qué conclusión llegamos en cuanto a lo que podemos y no podemos hacer?
25 De estos hechos bíblicos podemos concluir correctamente que, cuando nos enfermamos o cuando sufrimos ciertos padecimientos a causa de la vejez, podemos dirigirnos a métodos naturales de curación, o a remedios medicinales. Podemos emplear los doctores del ramo que mejor nos parezca. Podemos ir al sanatorio o a hospitales o someternos a operaciones quirúrgicas. Estos métodos curativos no se le prohiben al cristiano que tiene fe. No debemos demorar el tratamiento o cuidado que sea apropiado pata nosotros orando y esperando una milagrosa curación divina. Sería incorrecto orar y luego esperar una contestación a dicha oración. ¿Por qué? Primeramente, porque esas curaciones no son para los mismos creyentes y, segundo, porque ha pasado el don de curar por el espíritu santo. El recurrir a los que curan por fe nos haría daño espiritual, porque éstos ejercen su profesión, no por el poder del espíritu de Dios, sino por el poder del Engañador. Sus enseñanzas y sus obras son prueba de esto. Si ellos entendieran las Escrituras no estarían en ese negocio.
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Trabajo de esclavos practicado por los jesuítas veja a BoliviaLa Atalaya 1951 | 15 de septiembre
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Trabajo de esclavos practicado por los jesuítas veja a Bolivia
En su número de enero de 1951 la revista Liberty publicó un artículo revelador acerca del mercado internacional de esclavos. Respecto a América del Sur, la escritora, Rose Slivka, señaló que según las cifras calculadas, tres millones de personas están viviendo en condiciones de esclavitud. Después de decir que los terratenientes bolivianos comúnmente logran esclavizar a sus peones por medio de deudas de largos plazos, el articulo sigue diciendo: “Pero la condición de los obreros agricultores en las misiones jesuítas de Bolivia es la más espantosa de todas. Estas son colonias organizadas, basadas en el trabajo de los indios. Se gobiernan absolutamente por sus propias leyes y están libres de todo control. Los indios trabajan por las misiones sin pago y son alquilados a las granjas particulares igual que animales, y la misión recibe el pago por su trabajo. Además, los que se alquilan a las haciendas en las cercanías tienen que presentarse en la casa de la misión todos los sábados para el acto de pasar lista y tienen que asistir a la misa todos los domingos. Cuando un indio recalcitrante rehusa cumplir con estos requisitos recibe duros azotes. Cuando los indios tratan de escaparse, los misioneros inmediatamente organizan una búsqueda y los que sufren la desgracia de ser prendidos son atormentados. Sin embargo, son muchos los guarayos fugitivos.”
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