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¿Tiene usted “fe que resulta en conservar viva el alma”?La Atalaya 1970 | 15 de octubre
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los campos fueron aun peores que los que padecieron los judíos, pacifistas o comunistas. Prescindiendo de cuán pequeña es la secta, cada miembro parece ser una fortaleza que puede ser destruida pero jamás tomada.”—The Nazi State.
26. ¿En qué resultará la fe cristiana?
26 Si usted tiene y mantiene fe semejante en Dios, esto le traerá vida eterna. El apóstol Pedro escribió acerca de los cristianos que reciben “el fin de su fe, la salvación de sus almas.” (1 Ped. 1:9) Pero quizás usted pregunte: “¿Qué puedo hacer para tener una fe saludable, sustentadora?” Esté seguro de que, con la ayuda de Jehová, mucho puede efectuarse.
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Permanezca ‘saludable en fe’La Atalaya 1970 | 15 de octubre
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Permanezca ‘saludable en fe’
“Que los hombres ancianos sean... saludables en fe.”—Tito 2:2.
1. ¿A qué puede asemejarse la fe? Pero, ¿cuánta fe necesita un siervo de Dios?
LA FE, debido a su relación vital con la condición espiritual de uno, pudiera asemejarse en cierto sentido a un microelemento, un mineral esencial para la vida. Los humanos, los animales y las plantas necesitan cantidades pequeñas de minerales como cobalto, cobre y cinc para mantener funciones normales y permanecer en buena salud. Por ejemplo, el cobalto se necesita para proteger al individuo de la anemia perniciosa. Diariamente, solo la quincemillonésima parte de una onza de vitamina B12, con su contenido de cobalto, significa la diferencia entre salud y enfermedad en lo que toca a esta enfermedad de la sangre. Menos de esa cantidad no es suficiente. De manera semejante, la fe (así como la virtud, el conocimiento, el gobierno de uno mismo, el aguante, la devoción piadosa, el cariño fraternal y el amor) es esencial para la salud y la vida espirituales del cristiano. (2 Ped. 1:5-7) Por supuesto, el solo tener alguna fe no basta. El cristiano necesita más que una cantidad pequeña de fe. Es verdad, el tener en demasía cierto microelemento puede producir enfermedad en el hombre y en los animales. Pero uno nunca puede tener demasiada fe en Dios. El desarrollo y posesión de fe grande, fe fuerte y saludable en Jehová es vitalmente importante para el siervo de Dios.
2, 3. ¿Cómo puede permanecer ‘saludable en fe’ el cristiano?
2 El apóstol cristiano Pablo le escribió esto a Tito: “Tú, sin embargo, sigue hablando las cosas que son apropiadas para enseñanza sana. Que los hombres ancianos sean moderados en los hábitos, serios, de juicio sano, saludables en fe, en amor, en perseverancia.” (Tito 2:1, 2) El permanecer “saludables en fe” es importante no solo para los hombres cristianos ancianos sino para todos los cristianos, porque “sin fe es imposible agradarle [a Dios] bien, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que viene a ser remunerador de los que le buscan encarecidamente.”—Heb. 11:6.
3 Pero, ¿cómo puede el cristiano permanecer ‘saludable en fe’? Los factores que se necesitan incluyen: (1) Estudiar con regularidad la Palabra de Dios; (2) persistencia en la oración a Jehová; (3) asistencia habitual a las reuniones cristianas; (4) desempeño continuo de obras piadosas que manifiestan su fe.
SU FE Y LA PALABRA DE DIOS
4. En gran parte, ¿de qué manera se desarrolla y se mantiene la fe del cristiano?
4 Los microelementos esenciales para la salud y la vida continuas de una persona por lo general se suministran en cantidades suficientes por medio de una dieta equilibrada de alimento físico. Comparablemente, la fe es un elemento vital en el caso del cristiano que se desarrolla y mantiene en gran parte por medio de una dieta equilibrada de alimento espiritual. A los griegos de Listra, Pablo y Bernabé describieron al Dios vivo como Aquel que ‘les da lluvias desde el cielo y épocas fructíferas, llenando sus corazones por completo de alimento y de alegría.’ (Hech. 14:14-17) Pero Jehová también es el Proveedor de sustento espiritual, como declaró Jesucristo correctamente: “Está escrito: ‘No de pan solamente debe vivir el hombre, sino de toda expresión que sale de la boca de Jehová.’”—Mat. 4:4; Deu. 8:3.
5, 6. (a) ¿Qué relación tuvo la Palabra de Dios con la fe de Josué? (b) ¿Cómo puede usted aumentar su fe?
5 Jehová dio a los israelitas bajo la dirección de Josué muchas victorias en la tierra de Canaán. (Jos. 12:7-24) Pero Josué no era un líder militar que simplemente citara la Escritura Sagrada para causar efecto en algunas ocasiones públicas. Era estudiante de la Palabra de Dios y esto le ayudó a ser un hombre de inclinación espiritual, un hombre de fe en Jehová. Tomó a pechos el consejo dado por Dios: “Solo sé animoso y muy fuerte para cuidar de hacer conforme a toda la ley que Moisés mi siervo te mandó. No te desvías de ella a la derecha ni a la izquierda, para que actúes sabiamente adondequiera que vayas. Este libro de la ley no debe apartarse de tu boca, y día y noche tienes que leer en él en tono bajo, a fin de que cuides de hacer conforme a todo lo que está escrito en él; porque entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás sabiamente.”—Jos. 1:7, 8.
6 La consideración de requisitos e instrucciones divinos “día y noche” era imprescindible en el caso de Josué. Por consiguiente, ¿no debería usted arreglar sus asuntos para leer y estudiar la Palabra de Dios con regularidad? Ciertamente que debería hacerlo. Si usted hace esto y aplica las Escrituras en su vida, estará aumentando su fe. Entonces usted, también, ‘actuará sabiamente adondequiera que vaya.’ Además, su salud y vida espirituales dependen del estudio y la aplicación de las Escrituras. Aptamente, Pablo exhortó de este modo a Timoteo: “Sigue reteniendo el modelo de sanas palabras que oíste de mí con la fe y amor que están relacionados con Cristo Jesús.”—2 Tim. 1:13.
SU FE Y ORACIÓN
7. ¿Qué hacía David cuando lo acosaban los perseguidores, y por qué lo hacía?
7 David fue un hombre de fe, pero no trató de subsistir por sí mismo. Con regularidad se dirigía en oración a Jehová. Cuando lo perseguían, David no procuraba frustrar a sus enemigos por simple ingeniosidad ni trataba de enfrentarse a ellos solo con una exhibición de poderío humano. En cambio, acudía a Jehová por ayuda. Por ejemplo, en un salmo, se expresó de esta manera: “Clamé a ti, oh Jehová, por socorro.
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