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Creíamos que el sistema podía ser cambiadoLa Atalaya 1976 | 15 de julio
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obtuve otro empleo, y Jeanne y yo entramos en la obra de predicación de tiempo cabal. Esto nos ha llevado de una experiencia remuneradora a otra.
Habiendo recibido entrenamiento misional en la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower en la ciudad de Nueva York, vamos al África a predicar las buenas nuevas del reino de Dios. ¡Qué excelente será poder mostrar a la gente, con la Palabra de Dios, la Biblia, que la pobreza, las guerras, los prejuicios y las injusticias de este sistema pronto terminarán, y serán reemplazados por condiciones de justicia bajo el régimen gubernamental del reino de Dios! (2 Ped. 3:13)—Contribuido.
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Dios quiere que la gente vivaLa Atalaya 1976 | 15 de julio
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Dios quiere que la gente viva
JEHOVÁ DIOS considera la vida humana como algo precioso. El hecho de que todavía no haya ejecutado juicio contra la humanidad impía demuestra esto. Escribió el inspirado apóstol Pedro: “Es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.”—2 Ped. 3:9.
La alta estima en que tiene Jehová a la vida humana no se circunscribe a querer que la humanidad sobreviva cuando llegue la expresión de su juicio justo. Su deseo es que la gente disfrute de tan larga vida como sea posible a pesar de sus debilidades e imperfecciones. Su Palabra, la Biblia, suministra pautas que, cuando se siguen, impiden que uno siga un proceder que resulte en muerte prematura. Por ejemplo, la persona que se esfuerza por vivir en armonía con el consejo de la Biblia está protegida de las tristes consecuencias de la afición a las drogas, el alcoholismo, las enfermedades venéreas y cosas semejantes. Las palabras de Proverbios 3:1, 2 muestran que lo que se acaba de decir ciertamente aplicaría: “Hijo mío, no olvides mi ley, y observe tu corazón mis mandamientos, porque largura de días y años de vida y paz te serán añadidos.”
El hecho de que el conocer y aplicar la Palabra de Dios puede significar vida para la gente tanto ahora como en el futuro hace apremiante el no escatimar esfuerzo alguno en el empeño por hacerle llegar esta información. Ciertamente nosotros los siervos de Jehová Dios debemos estar aun más interesados, por ejemplo, de lo que lo han estado personas que dedicaron su vida a luchar contra las enfermedades. Habiendo efectuado descubrimientos que podían contribuir a alargar la vida, hombres y mujeres dedicados no retuvieron este conocimiento. Muchos pusieron por escrito sus hallazgos y defendieron su caso ante firme oposición. Partidarios convencidos les suministraron apoyo moral y financiero. En ciertos casos la oposición fue tan irrazonable que por años se rechazaron las conclusiones sanas. Pero, porque se perseveró, la verdad finalmente triunfó. Con el tiempo se dio extensa publicidad a los hallazgos, y desde entonces se ha salvado a muchas personas de una muerte prematura. Es posible que el descubridor de un tratamiento en particular y sus partidarios
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