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“No desistamos de hacer lo que es excelente”La Atalaya 1969 | 15 de enero
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se esperaba. Los problemas diarios de la vida se apiñan de nuevo y hacen que recordemos nuestras imperfecciones y debilidades. O quizás estemos considerando con anhelo los beneficios materiales presentes de que otros disfrutan, y la tentación de no perdernos los placeres presentes de la vida mina nuestra devoción a la causa de Jehová.
18 Pero, realmente, ¿es éste el tiempo para estar desistiendo de hacer la excelente obra que Dios ha dado a sus siervos en estos “últimos días”? De todos los tiempos, éste es el tiempo para estar mostrando aguante y perseverancia en el servicio de Jehová. Su reino prometido por largo tiempo ha estado rigiendo desde los cielos desde 1914. Ya hemos avanzado bastante en el tiempo del fin, en los últimos días de este presente sistema de cosas. El fin completo de la iniquidad se acerca, en nuestra generación. Las vidas de millones de personas penden en la balanza; necesitan con urgencia nuestra ayuda. ¡Qué privilegio es el que los cristianos dedicados dirijan a los hombres y mujeres de corazón honrado del derrotero enloquecido de este mundo a abrazar la adoración verdadera que lleva a vida eterna! Sin falta, entonces, “no desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos. Realmente, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.”—Gál. 6:9, 10.
19. ¿Qué “guerra” tiene que reconocer cada uno que existe en él, y qué punto en cuestión vital está envuelto?
19 No descarte como insignificantes las tendencias de ‘sembrar teniendo en mira la carne.’ Naturalmente, siendo todavía imperfectos, aún nos plagan las debilidades de la carne. Descubrimos que no siempre hacemos las cosas que quisiéramos hacer, o que hacemos cosas que prefiriéramos no haber hecho. Pero, no debemos ceder a los deseos de la carne, “para vivir de acuerdo con la carne.” Sí, hay una guerra dentro de nosotros mismos, entre nuestra mente, con la cual nos esforzamos por estar en armonía con la dirección del espíritu de Jehová, y nuestra carne. (Rom. 7:18-23; 8:12, 13) El ceder a la carne, el reanudar el sembrar teniendo en mira la carne, de seguro significa segar corrupción, sí, muerte. Pero, “el que está sembrando teniendo en mira el espíritu, segará del espíritu vida eterna.”—Gál. 6:8.
20. ¿Qué palabras estimulantes se registran en Hebreos 6:9-12 para los que perseveran fielmente en hacer lo que es excelente?
20 Para los que perseveran en hacer lo que es excelente hay estas amorosas palabras de estímulo y consejo: “Sin embargo, en el caso de ustedes, amados, estamos convencidos de cosas mejores y de cosas acompañadas de la salvación, aunque estamos hablando de esta manera. Porque Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, en que han servido a los santos y continúan sirviendo. Pero deseamos que cada uno de ustedes muestre la misma diligencia a fin de tener la plena seguridad de la esperanza hasta el fin, para que no se hagan indolentes, sino que sean imitadores de los que por medio de fe y paciencia heredan las promesas.”—Heb. 6:9-12.
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Él también hizo los huesosLa Atalaya 1969 | 15 de enero
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Él también hizo los huesos
● Al comentar sobre sus propias creaciones maravillosas, Jehová llamó la atención de Job al hipopótamo, diciendo que sus huesos son como “varas de hierro forjado” y “tubos de cobre.” (Job 40:18) Igual de maravilloso es el estribo en miniatura del oído humano. Solo mide de 2,6 a 3,4 milímetros de longitud y solo pesa de 2,0 a 4,3 miligramos. El Dios que hizo los voluminosos huesos de las piernas del hipopótamo también hizo el menudo estribo.
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