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¿Está completa mi Biblia?La Atalaya 1975 | 15 de noviembre
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Versión Valera: “Porque el Hijo del hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.” (Mat. 18:11) “Y tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.” (Luc. 23:17) “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno.” (1 Juan 5:7) Si usted fuese a buscar estos pasajes en versiones modernas como la Biblia de Jerusalén (católica) y la Traducción del Nuevo Mundo, no podría hallar las primeras dos citas ni la porción en bastardillas de la tercera. ¿Por qué?
La erudición bíblica ha sacado a luz que patentemente estas palabras nunca fueron parte de los manuscritos originales. Estas declaraciones no se encuentran en manuscritos antiguos que datan de fecha tan remota como la del cuarto siglo. Contrario a lo que se pudiera esperar, los copistas tendían más a añadir que a excluir cosas. Esto se desprende con claridad del hecho de que los manuscritos más antiguos y más confiables son los más condensados.
Por eso, si usted no puede localizar ciertas palabras o textos en una traducción moderna, no hay razón para que se alarme. Esa traducción moderna de la Biblia pudiera estar más cerca del original que una versión más antigua, cuyos traductores ni siquiera tuvieron a su disposición manuscritos del cuarto siglo tan valiosos como el Códice Vaticano y el Códice Sinaítico.
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Graduandos de la clase 59 de Galaad instados a apegarse a la obraLa Atalaya 1975 | 15 de noviembre
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Graduandos de la clase 59 de Galaad instados a apegarse a la obra
LOS estudiantes de la clase 59 de Galaad tuvieron su día de graduación el 7 de septiembre de 1975. Habían completado con buen éxito un curso intensivo de cinco meses, preparado para equiparlos para la obra misional. Durante el programa de la mañana que se celebró en el Salón de Asambleas de los Testigos de Jehová en Queens, Nueva York, los oradores dieron énfasis a la importancia de una excelente relación con Dios y al hecho de que era necesario que los graduandos se apegaran a sus asignaciones misionales.
U. V. Glass recordó a los graduandos que son “ovejas” de Jehová Dios bajo el cuidado amoroso de Jesucristo. Usando el Salmo 23, explicó que su hermosa descripción del pastoreo de Dios tiene base en la experiencia verdadera de ovejas y pastores.
E. A. Dunlap dio énfasis al hecho de que el buen éxito no está en la propia fuerza o habilidad de los misioneros, sino en ‘aceptar la bondad inmerecida de Dios sin dejar de cumplir su propósito.’ (2 Cor. 6:1) Los estimuló a recordar que su propósito es llevar el nombre de Dios a la gente del lugar al cual se les ha asignado. Al apegarse a ese propósito, como lo hizo Josué de la antigüedad, hasta al verse frente a oposición, los graduandos podrían estar seguros de lograr buen éxito.—Jos. 1:2, 3; 21:45.
Para ilustrar el valor de continuar en la asignación de uno, M. G. Henschel relató la siguiente experiencia: Un músico empezó a pensar seriamente en cuanto al propósito de su existencia y oró a Dios. Recordó a una misionera que lo había visitado quince años antes. Empezó a buscarla y, puesto que ella todavía estaba en su asignación, pudo localizarla; la reconoció en la calle. Como resultado de esto, uno de los hijos del hombre ya ha llegado a ser un siervo dedicado de Jehová y otros miembros de la familia están progresando hacia el mismo punto. ¡Qué excelente bendición experimentó esta misionera por haber permanecido en su asignación!
En sus comentarios, M. H. Larson mostró que los graduandos poseían alimento espiritual dador de vida y, por lo tanto, deberían estar dispuestos a enfrentarse a problemas parecidos a tormentas para ayudar a la gente. Les aconsejó que fueran como el profeta hebreo Habacuc, quien dijo: “En mi puesto de guardia ciertamente seguiré de pie, y ciertamente me quedaré estacionado sobre el baluarte; y vigilaré.”—Hab. 2:1.
Entre otras cosas, G. M. Couch dirigió la atención al ejemplo de Jesucristo, que dejó atrás su hogar celestial para ministrar a criaturas humanas pecaminosas. Sin embargo Jesucristo fue feliz. ¿Por qué? Porque entendió la importancia de su asignación y vio lo bueno en la gente. Al imitar a Jesucristo, los graduandos podían también hallar felicidad en sus asignaciones.
Dirigiéndose a los graduandos, F. W. Franz mostró por qué no estaban siendo enviados por un cuerpo eclesiástico como el que existe en las
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