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  • “Esta es la tierra” de la Palabra de verdad
    La Atalaya 1969 | 1 de febrero
    • la Tierra Prometida. Este sobresaliente rasgo geográfico es el gran valle de la Grieta, que va del norte hacia el sur desde las montañas en el norte y abarca al valle del Jordán, el río Jordán, el mar de Galilea, el mar Salado o mar Muerto y se extiende hasta el Arabá y el mar Rojo.

      24. ¿Dónde se paró Moisés para ver la tierra?

      24 Entonces al este del río Jordán y al este del mar Salado están las colinas y las mesetas de Moab. En el mapa usted ve que se indican el monte Nebo y Pisga. Moisés se paró en esta encumbrada altura y examinó la tierra, mirando hacia el norte y hacia el oeste y hacia el sur, pudiendo mirar más allá del campo hacia el mar Mediterráneo, y vio aquella gran zona y oyó las palabras de Jehová dirigidas a él: “Esta es la tierra.”

      25. Utilizando el mapa, repase los cinco rasgos geográficos generales de la tierra.

      25 Así usted tiene algunos rasgos generales de la Tierra Prometida: la llanura a lo largo de la costa marítima del Mediterráneo, la región llena de colinas o Sefela, las montañas de Samaria y de Judá, donde está ubicada Jerusalén, el gran valle de la Grieta o del Jordán que incluye a Jericó, y luego están las colinas y mesetas al este del río Jordán, incluso la región de Moab.

      26. Localice en el mapa otros sitios bíblicos.

      26 Muchos rasgos físicos que se mencionan en la Biblia se pueden localizar en este y otros mapas, entre ellos el valle del Cedrón, el valle de Hinón, el Arabá, el río Arnón, el río Jordán, el monte de los Olivos, la llanura de Esdrelón, el monte Carmelo, el monte Hermón y el río Jaboc.

      27. (a) ¿Qué hecho es importante para nosotros? (b) ¿Por qué es de importancia esto? (c) ¿Qué abruma ahora a cierta crítica?

      27 Aquí hay algo importante para nosotros: en cada una de estas zonas se ha descubierto y existe una abundancia de apoyo arqueológico para la Biblia, el cual envuelve lugares que se mencionan en la Palabra de verdad. ¿Por qué debería ser tan importante esto? Por el hecho de que, aunque hay muchos lugares que se mencionan en la Biblia que se han conocido y se han localizado a través de los siglos, hay muchos otros lugares que las Escrituras mencionan pero cuyas ubicaciones no se han conocido a través de los años; y los críticos de la Palabra de Dios han dicho en realidad que, puesto que las ubicaciones de estos sitios no se conocen, se desprende que los relatos bíblicos no son veraces y que por lo tanto las Escrituras no son confiables. Los hechos del apoyo arqueológico demuestran algo que es esencial para nosotros en conexión con esto. Demuestran que, cuando hay personas que alegan que ciertos lugares que se mencionan en la Palabra de Dios nunca existieron, las personas que así alegan están equivocadas. “La crítica escéptica” de la Biblia sobre la base de que no se identifican algunos sitios bíblicos ha surgido especialmente a partir del siglo dieciocho. En el lenguaje de una autoridad en arqueología, William Foxwell Albright: “Las narraciones patriarcales del Génesis y la tradición mosaica de los siguientes libros del Pentateuco han sido desacreditadas por el estudio crítico–histórico moderno . . . Algunos tratan a Moisés como figura legendaria.” Esta crítica ha sido caracterizada como “la actitud hipercrítica que prevalecía antes,” pero que ahora ha quedado abrumada por los hechos que han suministrado los descubrimientos más recientes en la Tierra Prometida.

      28, 29. ¿De qué provecho le es la tierra a la persona que busca la verdad?

      28 De modo que la situación es que tenemos la tierra delante de nosotros; podemos visitarla. Los rasgos superficiales geográficos de la tierra misma son claros y evidentes y hasta el visitante de paso puede identificarlos como los que menciona la Palabra de Dios. Sin embargo, respecto a la gente y los lugares que hasta ahora han sido identificados por la Biblia misma, los críticos que se oponen a la Palabra de Dios y que se esmeran por desacreditarla han alegado que tales personas y lugares eran ficticios y por lo tanto, a causa de esto, que el relato bíblico es mítico, no es confiable y no debe considerarse como guía segura.

      29 Hemos dicho que los hechos del apoyo arqueológico demuestran que esos críticos de la Biblia están equivocados. ¿No se interesa usted en notar unos cuantos de estos descubrimientos arqueológicos que confirman la Biblia? El artículo siguiente trata de algunos de éstos.

  • La arqueología y la tierra apoyan la Palabra de verdad
    La Atalaya 1969 | 1 de febrero
    • La arqueología y la tierra apoyan la Palabra de verdad

      “Bien saben con todo su corazón y con todo su alma que ni una sola palabra de todas las buenas palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado para ustedes. Ni una sola palabra de ellas ha fallado.”—Jos. 23:14.

      1. ¿A quiénes se han dado las dádivas de Jehová de la tierra y la Palabra?

      LA Tierra de Promisión, que Jehová Dios dio a su pueblo Israel, apoya y confirma su Palabra de verdad, la Biblia, que él ha dado como dádiva inapreciable, no solo a los israelitas, sino a todos los que quieren adorarle. La Palabra se refiere a la tierra; la tierra apoya la Palabra y particularmente vence con los buenos hechos de la arqueología la perniciosa crítica contra la Biblia. Creemos que usted se interesará en algunos de estos hechos y en los comentarios relativos a ellos que han hecho autoridades en el campo de la arqueología.

      2, 3. Mencione la opinión de algunos expertos de que la perniciosa crítica bíblica queda vencida por el bien de la arqueología.

      2 “Es perfectamente cierto decir que la arqueología bíblica ha servido mucho para corregir la impresión que era del dominio público a fines del último siglo y en la primera parte de este siglo, de que la historia bíblica era de dudosa confiabilidad en muchos lugares.” Así lo expresa J. A. Thompson en The Bible and Archaeology.

      3 “En Palestina, se está haciendo que lugares y poblaciones que con frecuencia se mencionan en la Biblia vuelvan de nuevo a la luz del día. Se ven exactamente como los describe la Biblia y yacen exactamente donde dice la Biblia que están situados.” Este es el punto de vista de Werner Keller en The Bible As History, Introducción, y él sigue diciendo: “Siguió martillando en mi cerebro esta oración: ‘¡La Biblia tiene razón, después de todo!’”

      4. ¿Hay evidencia del gran diluvio fuera de la Biblia?

      4 ¿Se ha enterado usted de que el relato bíblico del gran Diluvio ha sido puesto en tela de juicio? Ha sido ridiculizado por algunos críticos de la Biblia que así han deshonrado a Dios y a Cristo Jesús, causando daño a aquellos a quienes lograron influenciar. No obstante, las excavaciones arqueológicas se interpretan como confirmación del relato que hace la Biblia del Diluvio y que se halla en el capítulo siete del libro de Génesis. Hay apoyo arqueológico del relato veraz que nos hace la Biblia de la “torre con su cúspide en los cielos.”—Gén. 11:3, 4.

      5. Diríjase a los mapas para localizar sitios determinados ahora como se alistan aquí.

      5 Lugares mencionados en los capítulos diez y once del relato de Génesis, cuya existencia y ubicación quedan confirmadas por los informes de la arqueología, incluyen el sitio de Cala, Erec, Ur de los caldeos, Harán, todas ellas ciudades; y las personas de Génesis, capítulo once, a saber, Peleg, Serug, Nacor, Taré y Harán, mencionados en escritos cuneiformes que se hallaron en las ruinas del palacio Mari. Los antiguos sitios de Siquem y los pozos de Beer–seba también se indican.

      6. Declare los hechos confirmados en cuanto a Jericó, y localice el sitio en uno de nuestros mapas.

      6 La destrucción de la antigua ciudad de Jericó, ubicada en el lado occidental del gran valle de la Grieta, se menciona en Josué 6:20, 24, donde se cuenta de la caída milagrosa de los muros de Jericó y el derrocamiento de dicha ciudad por los hebreos bajo Josué. Cuando no estuvo disponible ninguna confirmación arqueológica del relato de la Biblia, algunos disputaban con gran locuacidad la veracidad del relato. Ya no es posible hacer eso. La arqueología confirma el relato bíblico de la destrucción de la ciudad. Comenzaron excavaciones en Jericó en 1930. Los excavadores hallaron que los muros dobles que rodeaban la ciudad se habían caído por la ladera como si se hubieran desplomado por un terremoto o alguna otra fuerza invisible. Se habían construido casas sobre vigas que unían la parte superior de los dos muros y en una sección se halló intacto parte del muro y esta parte pudo haber sido donde la casa de Rahab fue preservada en la catástrofe bíblica. Los excavadores hallaron evidencia de intenso fuego. La ciudad había sido incendiada. Este no era incendio común, porque la capa de ceniza era extraordinariamente gruesa y parecía que todo el combustible disponible se había juntado para efectuar una destrucción cabal. No se había saqueado la ciudad, ni había ocurrido ninguna reedificación considerable de la ciudad sino hasta centenares de años después, alrededor del tiempo del rey Acab, cuando la Biblia nos dice que fue reedificada. Hoy usted puede ir al valle de la Grieta, al sitio de las excavaciones de las ruinas de aquella antigua ciudad de Jericó y ver este apoyo arqueológico del relato bíblico.

      7. Aquí muchos otros sitios llaman nuestra atención. ¿Cuál es cada uno, y dónde se encuentra en el mapa grande?

      7 Tal como sucedió con las ruinas de Jericó, así las ruinas de otra ciudad tomada por los israelitas bajo Josué, Hazor, junto con evidencias de su destrucción por Josué están incluidas en los hallazgos arqueológicos. Evidencia documental fuera de aquella de la Biblia, que se refiere al hecho de que los israelitas realmente estuvieron en la tierra de Canaán, se halla en el monumento de Neftoa (Jos. 15:9) que contiene tal referencia. En la lista de los hallazgos arqueológicos se hallan los restos de Betel (Jue. 1:22-25), sitios de ciertas ciudades filisteas (Jer. 25:17, 20), las ruinas de Gabaa (1 Sam. 10:20-26), el sitio de Micmas todavía allí (1 Sam. 13:5, 23), el lugar donde David venció a Goliat (1 Sam. 17:2, 3), las ruinas de Bet-san y la casa de Astoret (1 Sam. 31:10), Megido en la llanura septentrional de Jezreel con sus grandes establos (1 Rey. 9:15), Ezión-geber con su fundición de cobre y astillero (1 Rey. 9:26), el sitio de Gebal (Eze. 27:9), la fortaleza de Mispá (1 Rey. 15:16, 22) y los palacios de Samaria con sus accesorios de marfil y otros accesorios lujosos (1 Rey. 22:39).

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