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Por qué el Dios Todopoderoso se ríe de las nacionesLa Atalaya 1969 | 15 de abril
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murió como un hazmerreír. El día después de su muerte y su entierro en una tumba cercana, los principales sacerdotes y los fariseos mostraron su desprecio y también su propósito de evitar cualquier posible desaparición del cuerpo de Jesús de la tumba, diciéndole a Poncio Pilato: “Señor, hemos recordado que ese impostor dijo mientras todavía estaba vivo: ‘Después de tres días he de ser levantado.’ Por lo tanto manda que se asegure el sepulcro hasta el día tercero, para que nunca vengan sus discípulos y lo hurten y digan al pueblo: ‘¡Fue levantado de entre los muertos!’ y será esta última impostura peor que la primera.” De nuevo el gobernador romano cedió a sus deseos y les ordenó que sellaran la tumba y apostaran una guardia allí. (Mat. 27:62-66) ¡Cómo podían ahora reírse con gozo los líderes religiosos!
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Haciendo de hombres y naciones un hazmerreírLa Atalaya 1969 | 15 de abril
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Haciendo de hombres y naciones un hazmerreír
1. (a) ¿Se rió el Dios Todopoderoso por todo el oprobio y descrédito que se amontonó sobre su Hijo sufriente, o por qué? (b) Cuando se hizo un intento por suprimir las noticias de la resurrección de Jesús, ¿quién fue el que se rió?
¿QUÉ hay del Dios Todopoderoso, mientras él observaba que se amontonaba escarnio y descrédito sobre su Hijo a quien había ungido para que predicara el “reino de los cielos” y fuera el Rey reinante en ese gobierno mesiánico? ¿Se rió Dios? ¿Podía reírse él? ¡Sí! Por supuesto, no por todo el oprobio que caía sobre su propio nombre y que caía sobre su representante real, su Hijo Jesús el Mesías, quien sufría terriblemente, sino por las tan extremadas medidas y esfuerzos de meras criaturas humanas insignificantes para derrotar la voluntad y propósito del Todopoderoso, el Supremo del universo. Al tercer día, cuando su ángel descendió con gloria y rompió el sello e hizo rodar la piedra que estaba enfrente de la tumba de Jesús, asustando a la guardia de soldados hasta casi matarlos de miedo, ¿a quién le tocó reír? Los principales sacerdotes y sus asociados religiosos no se rieron por el informe que les dio la guardia de soldados. Sobornaron a los soldados para que dijeran: “Sus discípulos vinieron de noche y lo hurtaron mientras nosotros dormíamos.” (Mat. 28:2-4, 11-15) Pero de todos modos los hechos verídicos acerca de la resurrección de Jesucristo le llegaron al público, por el testimonio de testigos verdaderos, más de quinientos de ellos. Pues bien, ¿quién se rió, si hubo quien lo hiciera? ¡El Dios Todopoderoso!
2, 3. (a) ¿Cuándo y cómo puso el Dios Todopoderoso en conocimiento del público en general los hechos del caso? (b) ¿Qué dijo Pedro al testificar que el Dios Todopoderoso había frustrado la trama contra Jesús?
2 Cincuenta y un días después de los esfuerzos religioso-políticos combinados para obstruir el reino mesiánico por medio de matar a Jesucristo, el Dios Todopoderoso comenzó a poner en conocimiento del público en general los hechos del caso. Fue en el día festivo del Pentecostés, el 6 de Siván (calendario judío), del año 33 E.C. que el Dios Todopoderoso derramó su espíritu santo sobre ciento veinte seguidores fieles de Jesucristo, quienes lo habían visto por sus materializaciones visibles a ellos desde su resurrección de entre los muertos. Más de tres mil celebradores del Pentecostés se reunieron para escuchar a estos ciento veinte testigos testificar en muchos idiomas por el poder milagroso del espíritu santo acerca de las “cosas magníficas de Dios.” Un testigo prominente, el apóstol cristiano Pedro, se levantó y francamente le contó a la muchedumbre cómo el Dios Todopoderoso había frustrado la trama de los religiosos y los políticos contra su Hijo ungido, el Mesías. Pedro dijo:
3 “A Jesús el nazareno, varón públicamente mostrado por Dios a ustedes mediante obras poderosas y portentos y señales que Dios hizo por medio de él en medio de ustedes, así como ustedes mismos lo saben, a éste, como uno entregado por el consejo determinado y presciencia de Dios, ustedes lo fijaron en un madero por mano de desaforados y le quitaron la vida. Pero Dios lo resucitó desatando los dolores de la muerte, porque no era posible que él continuara retenido por ella. . . . A este Jesús lo resucitó Dios, del cual hecho todos nosotros somos testigos. Por eso, debido a que fue ensalzado a la diestra de Dios y recibió del Padre el espíritu santo prometido, él ha derramado esto que ustedes ven y oyen. De hecho David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor: “Siéntate a mi diestra, hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies.”’ [Sal. 110:1] Por lo tanto sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero.”—Hech. 1:12 a 2:36.
4. (a) ¿Por qué no tuvieron razón para reírse de los acontecimientos del día del Pentecostés, en 33 E.C., los caudillos religiosos? (b) ¿Cómo se encargaron del caso de los dos apóstoles, Pedro y Juan, que predicaban a Jesús y la resurrección en el templo?
4 No fue asunto de risa para los caudillos religiosos de Jerusalén el que unas tres mil personas de la muchedumbre a la cual Pedro y sus compañeros testigos hablaron creyeran las buenas nuevas acerca de Jesús, el Mesías resucitado y ensalzado a los cielos, y se bautizaran y llegaran a ser seguidores de él. (Hech. 2:37-47) No fue asunto de risa para aquellos mismos líderes religiosos el que la predicación acerca de Jesús el Mesías fuera llevada directamente a su templo en Jerusalén, particularmente por los apóstoles Simón Pedro y Juan el hijo de Zebedeo. Especialmente a la secta religiosa de los saduceos le desagradaba la predicación de la resurrección, el medio por el cual el Dios Todopoderoso derrotó los esfuerzos de los enemigos religiosos y políticos para acabar para siempre con
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