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EspiritismoRazonamiento a partir de las Escrituras
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uno posea que se relacione con el espiritismo, o deshacerse debidamente de ellos.)
Sant. 4:7: “Sujétense, por lo tanto, a Dios; pero opónganse al Diablo, y él huirá de ustedes.” (Para hacer esto, sea diligente en cuanto a aprender acerca de la voluntad de Dios y ponerla en práctica en su vida. Puesto que el amor a Dios lo fortalece para que no tema al hombre, rehúse firmemente participar en cualesquier costumbres relacionadas con el espiritismo u obedecer cualesquier reglas impuestas por algún espiritista.)
Póngase “la armadura completa que proviene de Dios”, descrita en Efesios 6:10-18, y sea celoso en cuanto a mantener toda parte de ella en buenas condiciones.
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EspírituRazonamiento a partir de las Escrituras
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Espíritu
Definición: La palabra hebrea ruʹach y la palabra griega pneuʹma, las cuales a menudo se traducen “espíritu”, tienen una serie de significados. Todos estos se refieren a lo que es invisible a la vista humana y que da indicación de fuerza en movimiento. Tanto la palabra hebrea como la griega se usan con referencia a 1) el viento, 2) la fuerza vital activa en las criaturas terrestres, 3) la fuerza impulsora procedente del corazón figurativo de la persona que la mueve a expresarse y comportarse de cierta manera, 4) declaraciones inspiradas que se originan de alguna fuente invisible, 5) personas celestiales o de espíritu y 6) la fuerza activa de Dios, o espíritu santo. Varios de estos usos se consideran aquí con relación a temas que podrían surgir en el ministerio del campo.
¿Qué es el espíritu santo?
Una comparación de textos bíblicos que se refieren al espíritu santo revela que las personas pueden ‘llenarse de él’; pueden ser ‘bautizadas’ en él; y pueden ser ‘ungidas’ con él (Luc. 1:41; Mat. 3:11; Hech. 10:38). Ninguna de estas expresiones sería apropiada si el espíritu santo fuera una persona.
Jesús también llamó al espíritu santo un ‘ayudante’ (pa·raʹkle·tos en griego), y dijo que este ayudante ‘enseñaría’, ‘daría testimonio’, ‘hablaría’ y ‘oiría’ (Juan 14:16, 17, 26; 15:26; 16:13). No es raro que se personifiquen las cosas en las Escrituras. Por ejemplo, se dice que la sabiduría tiene “hijos” (Luc. 7:35). Se dice que la muerte y el pecado son reyes (Rom. 5:14, 21). Aunque algunos textos dicen que el espíritu ‘habló’, otros pasajes dejan ver claramente que esto se hizo mediante ángeles o seres humanos. (Hech. 4:24, 25; 28:25; Mat. 10:19, 20; compárese Hech. 20:23 con 21:10, 11.) En 1 Juan 5:6-8, no solo se dice que el espíritu ‘da testimonio’, sino que también se dice esto del “agua y la sangre”. De modo que ninguna de las expresiones que se hallan en estos textos prueba en sí que el espíritu santo sea una persona.
La identificación correcta del espíritu santo tiene que cuadrar con todos los textos bíblicos que se refieren a dicho espíritu. Con este punto de vista, es lógico concluir que el espíritu santo es la fuerza activa de Dios. No es una persona, sino una fuerza poderosa que Dios hace emanar de sí mismo para llevar a cabo su santa voluntad. (Sal. 104:30; 2 Ped. 1:21; Hech. 4:31.)
Véanse también las páginas 399, 400, en la sección “Trinidad”.
¿Qué prueba que alguien realmente tiene el espíritu santo?
Luc. 4:18, 31-35: “[Jesús leyó del rollo del profeta Isaías:] ‘El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas’ [...] Y bajó a Capernaum, ciudad de Galilea. Y les enseñaba en día de sábado; y estaban atónitos de su modo de enseñar, porque su habla era con autoridad. Ahora bien, había en la sinagoga un hombre con un espíritu, un demonio inmundo, y gritó con voz fuerte [...] Pero Jesús lo reprendió, diciendo: ‘Cállate, y sal de él.’ Entonces, después de derribar al hombre en medio de ellos, el demonio salió de él sin hacerle daño.” (¿Qué dio prueba de que Jesús tenía el espíritu de Dios? El relato no dice que comenzó a temblar ni a gritar ni a moverse fervorosamente de un lado a otro. Más bien, dice que habló con autoridad. Pero es interesante el hecho de que en aquella ocasión un espíritu demoníaco sí movió al hombre a gritar y a lanzarse al suelo.)
Hechos 1:8 dice que cuando los seguidores de Jesús recibieran espíritu santo serían testigos de él. De acuerdo con Hechos 2:1-11, cuando ellos recibieron este espíritu los observadores quedaron impresionados por el hecho de que, aunque todos los que hablaban eran galileos, estaban hablando acerca de las cosas maravillosas de Dios en idiomas que les eran conocidos
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