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Adoración de Satanás... ¿en la cristiandad?¡Despertad! 1971 | 22 de agosto
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de Jehová tu Dios se encienda contra ti y tenga él que aniquilarte de sobre la superficie del suelo.” (Deu. 6:14, 15; Lev. 18:24, 25) ¿Por qué debería alguien querer colocarse en tal situación ante el Dios Todopoderoso?—1 Cor. 10:22.
Por otra parte, quizás una persona no sea satanista y sin embargo, debido a no estar informada por un estudio de la Biblia, sin saberlo tal vez esté rindiendo adoración a Satanás. ¿Cómo puede ser esto?
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¿Es posible adorar a Satanás sin saberlo?¡Despertad! 1971 | 22 de agosto
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¿Es posible adorar a Satanás sin saberlo?
ADEMÁS de esos cuantos “satanistas,” que adoran abiertamente a Satanás el Diablo, ¿hay otros que le rinden adoración sin reconocerlo o sin siquiera saberlo?
Si nos dirigimos a la Biblia fácilmente podemos ver el peligro de hacer eso. La Biblia dice: “El mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo,” y, “El dios de este sistema de cosas ha cegado las mentes de los incrédulos.” (1 Juan 5:19; 2 Cor. 4:4) También nos dice que una de las armas principales de Satanás es el engaño.—1 Tim. 2:14; Rev. 12:9.
Puesto que a Satanás se le describe en la Biblia como “el dios de este sistema de cosas,” lógicamente se desprende que ejerce poder sobrepujante en los asuntos políticos, comerciales y sociales de este mundo. En su esfuerzo por pelear contra Dios, entonces, su control debe abarcar a algunos hombres influyentes, o jamás podría mantener una oposición organizada a la verdad y al esclarecimiento de la gente en cuanto al propósito de Dios.
¿Sería entonces provechoso para Satanás el tener a todos los que él controlara enteramente degradados al nivel de los animales por el libertinaje, o dementes por estar poseídos de los demonios? Es obvio que no. Después de todo, muchas personas no tienden a esos extremos. Tampoco convendría para el propósito de Satanás el que todos ellos reconocieran, o hasta supieran, que adoran al Diablo. Siendo engañoso, ciertamente preferiría tener a muchos hombres inteligentes y capacitados que, aunque tuvieran su espíritu egoísta, parecieran, por lo menos, ser personas respetables, escrupulosas. ¿Por qué? Porque esas personas pueden influir más fácilmente en otras que se asocian con ellas y atraerlas a sus puntos de vista.
¿Cómo llega alguien a estar bajo el control de Satanás y realmente dar adoración a Satanás, aunque piense que está sirviendo a Dios?
El espíritu de independencia
La persona puede ser religiosa. Al mismo tiempo esa persona quizás considere “anticuada” a la Biblia o hasta la pase por alto. Quizás rechace las normas de la Biblia y establezca sus propias normas en cuanto a lo que es bueno y lo que es malo.
Una ilustración de esta actitud encuentra en el argumento de un “homosexual militante,” que escribió para el Times de Nueva York. Dijo: “‘Moral’ e ‘inmoral’ son términos juzgantes relativos a tiempo, lugar y las necesidades de la mayoría. Por ejemplo, varias sociedades y eras han definido programas de antisemitismo y contra los negros como morales, mientras que otras no.”
Puede concederse que hasta un asesino podría llamarse moral. Pero el argumento de este “homosexual militante” simplemente expresa el espíritu de autodeterminación ya descrito. Él rechaza la ley de Dios contra la homosexualidad. (1 Cor. 6:9, 10; Lev. 18:22) En vez de probar que ese derrotero de autodeterminación sea correcto, este argumento realmente ilustra por qué los individuos o aun sociedades enteras realmente no están capacitados para determinar las normas por las cuales deben vivir los hombres.
¿Quién, entonces, puede determinar esto? Solo Dios, quien conoce cabalmente la composición emocional y las necesidades del hombre. Solo él está capacitado para decir a sus criaturas cómo comportarse.
Hoy abunda el espíritu de autodeterminación, en el cual facciones e individuos exigen independencia ilimitada. Quizás no lo sepan, pero esto fue la mismísima base de la rebelión de Adán y Eva contra Dios. Este espíritu hizo que se rebelaran contra Dios y se alejaran de él y le trajo muerte a la raza humana. El pecado que cometieron al comer el fruto que Dios prohibió quizás parezca un acto muy pequeño. Sí, pequeño en sí, pero enorme en su significado y consecuencias.
En relación con esto, note lo que comenta la Biblia de Jerusalén, en su nota al pie de la página sobre Génesis 2:17, sobre el fruto del conocimiento de lo bueno y lo malo, cuyo fruto la pareja humana no habría de comer:
“Esta ‘ciencia’ [conocimiento] es un privilegio que Dios se reserva y que el hombre usurpará por el pecado, 3 5, 22. No es pues ni la omnisciencia, que el hombre caído no posee, ni el discernimiento moral, que ya poseía el hombre inocente y que Dios no niega a su criatura racional. Es la facultad de decidir uno por sí mismo lo que es bueno y lo que es malo, y de obrar en consecuencia: una reclamación de autonomía moral, por la que el hombre no se conforma con su condición de criatura. El primer pecado ha sido un atentado a la soberanía de Dios, un pecado de orgullo. . . .”
Por la acción que adoptaron al atacar la soberanía de Dios, ¿a quién estaban siguiendo y sirviendo Adán y Eva? ¿A quién estaban ellos, de hecho, acudiendo como sabio y más digno de obedecer que a Dios, y, por lo tanto, adorando? ¿Verdad que fue a Satanás el Diablo, quien engañosamente sedujo a Eva a su proceder malo?—Juan 8:44; 2 Cor. 11:3.
En realidad, la persona que toma la decisión de independizarse completamente, estableciendo sus propias normas, está rehusando reconocer que es un ser creado, una criatura del Creador. Y sin embargo, nunca puede escapar del hecho de que está sujeta a muchas cosas, incluso a leyes físicas y morales. Si trata de pasar por alto estas leyes, pronto llega a chocar con las fuerzas naturales, con el resultado de que enferma o sufre calamidad. O usurpa los derechos de otros, y se mete en dificultades.
Ensalzan la sabiduría de hechura humana
Es un error, pues, pensar que los grupitos que llevan a cabo ritos desenfrenados, licenciosos, en el nombre de Satanás son los únicos que adoran a Satanás. Los adoradores de Satanás dicen que su religión es una ‘religión de la carne.’ Quizás otros no participen en ese libertinaje carnal. Pero tal vez esas personas estén concentrándose en su propia voluntad, ensalzando su propia mentalidad. O quizás acudan a la sabiduría de otros hombres y la sigan sin considerar la voluntad y normas de Dios según se manifiestan en la Biblia. Todo el que haga esto se hace a sí mismo, o hace a la sabiduría del hombre, cierta clase de dios. Quizás sin darse cuenta, realmente niegue la soberanía de Dios sobre él y resulte ser un más útil instrumento del Diablo que el declarado ‘adorador de Satanás.’
Como dice claramente Romanos 6:16: “¿No saben que si siguen presentándose a alguien como esclavos para obedecerle, son esclavos de él porque le obedecen, ya sea del pecado con la muerte en mira o de la obediencia con la justicia en mira?” Licenciosa o no, la persona que hace caso
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