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  • Familiarizándose con Hong Kong
    ¡Despertad! 1973 | 22 de octubre
    • fin de platos para probar. Hay restaurantes que se especializan en comidas de casi toda provincia de China. El pato a la Pekín, el pollo de pordioseros, los hongos secos, los calamares con apio, requesón de habichuelas fritas con cerdo, o leche frita, son solo unos pocos de los platos interesantes.

      Los chinos son muy hospitalarios y hacen grandes gastos, aun si no está a su alcance el hacerlo, para recibir huéspedes y amigos. Acostumbran llevar a sus invitados a un restaurante, pues no consideran que su hogar y la comida casera sean lo suficientemente buenos. Pero, en realidad la mayoría de las amas de casa son excelentes cocineras y la atmósfera del hogar es mucho más relajada que la de un restaurante.

      No hay tabúes especiales en la etiqueta de comer. Por lo general la comida se sirve sobre una mesa redonda que acomoda a unas diez personas, cada persona con su propia escudilla de arroz. El soong, el plato principal, se coloca en el centro de la mesa y todos se sirven su propia porción según les place, recogiendo los bocados con sus palillos para comer y comiéndolos junto con el arroz. Es un deleite para todos si los visitantes occidentales se arriesgan a hacer la prueba con los palillos. Uno quizás piense que se va a morir de hambre antes que algo le llegue a la boca, pero la perseverancia tiene su recompensa y uno pronto adquiere la habilidad para manejar este tenedor oriental.

      Actitud hacia la religión

      Podría parecer que las religiones de la cristiandad son una fuerza motivadora aquí en vista de las muchas escuelas, hospitales y clubes sociales que están relacionados con las iglesias. Sin embargo, para la mayoría de la gente la religión es solo un medio para lograr un fin. Si la escuela de cierta iglesia está cerca y no es demasiado cara, entonces la familia se complace en que sus hijos abracen esa religión para poder obtener una educación. Además, muchos ingresan en una iglesia porque “mis vecinos lo hicieron.”

      Una gran atracción de las Iglesias son sus actividades sociales y las varias formas de ayuda financiera. A los miembros se les da a entender escuetamente que una vez que son bautizados, no pueden abandonar la Iglesia sin perder beneficios materiales tales como vivienda, beneficios de una educación escolar, asistencia social y aun entierro. Por lo tanto las Iglesias, en realidad, compran conversos.

      Las escuelas católicas y protestantes en realidad no han edificado la fe de sus estudiantes en el Dios verdadero o en su Palabra la Biblia. Más bien, socavan la fe. Para ilustrar esto, un libro religioso que se usa en las escuelas protestantes dice que el relato de la creación en Génesis es un mito, y que fue escrito por judíos mal informados y supersticiosos que no tenían conocimiento de la ciencia.

      Bueno, entonces, ¿son el budismo y la adoración de antepasados lo de mayor importancia en la familia oriental aquí? Por lo general no. En su mayoría los budistas y los adoradores de antepasados queman incienso y hacen ofrendas para la buena suerte y la prosperidad. Sin embargo, esta clase de adoración se realiza con solo un fin egoísta. Las generaciones más jóvenes se están alejando más y más de esta adoración tradicional, dejándola a los miembros más viejos de la familia. En vez de eso, usan su tiempo o en la búsqueda de placeres o para hacer dinero.

      ¿Por qué la religión no atrae más a la gente de Hong Kong? Un caricaturista observador aptamente lo explicó: “En Hong Kong el dinero es una cosa muy esplendorosa.” Y es cierto, se fomenta toda forma de ganar dinero, sea ésta el mercado de valores, o la carrera de caballos y otras formas de juegos, tanto legales como ilegales. La gente ha llegado a pensar que el dinero y el oro son la única verdadera seguridad. Una expresión idiomática china resume bien la filosofía que tienen muchos con respecto a la relación de la religión con el dinero: “Chin haw toong sun,” lo que quiere decir: “El dinero puede comprar dioses.”

      Existen, sin embargo, muchas personas, en su mayoría jóvenes, que pueden ver la vanidad de la ciega búsqueda de las riquezas y que desean algo más duradero y satisfaciente. (Ecl. 5:10; 7:12) Estas están recibiendo ayuda de los más de 250 testigos de Jehová en Hong Kong para aprender acerca del Creador y sus propósitos. Muchas de estas personas que tienen interés estuvieron entre los concurrentes a la asamblea internacional de los testigos de Jehová “Victoria Divina” en Hong Kong, que se celebró del 8 al 12 de agosto. Esta asamblea en el Grantham College en Kowloon también fue una atracción para cientos de visitantes que fueron para familiarizarse con Hong Kong.

  • El cobre... servidor del hombre desde hace mucho tiempo
    ¡Despertad! 1973 | 22 de octubre
    • El cobre... servidor del hombre desde hace mucho tiempo

      Por el corresponsal de “¡Despertad!” en la República de Zaire

      EL COBRE ha estado satisfaciendo necesidades del hombre desde hace miles de años. Un antiguo documento histórico describe a Tubal-caín, quien vivió antes del diluvio de Noé de hace más de 4.300 años, como un “forjador de toda clase de herramienta de cobre y de hierro.” Además, un antiguo informe respecto al territorio de Israel dice que era una “tierra cuyas piedras son hierro y de cuyas montañas extraerás cobre.” (Gén. 4:22; Deu. 8:9) Aquí en África los pueblos nativos en el pasado también extrajeron y fundieron el cobre.

      El cobre en su estado natural, en forma de pepita, nunca ha sido abundante. Así es que para los pueblos de la antigüedad el obtener cobre no era una tarea fácil. Primero se limpiaban la tierra y las rocas de la superficie, después se usaban herramientas primitivas para romper y pulverizar el mineral de cobre. Entonces había que fundir el mineral para separar y recobrar el cobre metálico.

      Hasta nuestro siglo veinte los nativos de Shaba, República de Zaire,a extraían y fundían el cobre del material verde de aspecto de gemas llamado malaquita. En el siglo diecinueve las varias tribus producían entre diez y quince toneladas de cobre al año, todo por medio de trabajo manual. Echemos una mirada a cómo estos pueblos obtenían el cobre.

      Extracción y fundición nativa

      Las tres principales tribus extractoras de cobre eran los bayeke en el este, los basanga en la zona central y los baluba hacia el oeste. Para estos pueblos la extracción del cobre era una profesión sagrada. Un hechicero dirigía el trabajo. Cada grupo minero tenía sus secretos profesionales, sus tradiciones y ritos supersticiosos.

      En mayo, al comienzo de la estación seca, comenzaban las operaciones de extracción. Para este tiempo la cosecha estaba recogida, y por lo tanto no interfería con el muy importante cultivo y cosecha de los alimentos. El jefe de la aldea anunciaba el comienzo de la campaña del cobre para el año exclamando: “Tuye tukadie mukuba,” literalmente: “Vamos a comer cobre.” Esto en realidad significaba: “Vamos a enriquecernos para proveer para nuestra vida.”

      Mientras la aldea se preparaba para mudarse a un campamento provisional cerca de los depósitos de malaquita, las mujeres preparaban el alimento. Se recogían hachas y picos, así como cestos para acarrear la malaquita, y fuelles de piel de antílope para intensificar el calor del horno. Cuando la caravana partía, los brujos y los jefes invocaban a los espíritus para implorar buen éxito.

      Al llegar cerca de los depósitos, y preferiblemente cerca a un río, se levantaban chozas de hierba. Entonces, mientras las mujeres y los niños recogían malaquita de la superficie, los hombres emprendían el trabajo de extraer mineral en hoyos abiertos. Otras personas preparaban carbón para los hornos por medio de quemar leña en una pila cubierta de barro.

      A medida que los hombres trabajaban de año en año en los hoyos abiertos, éstos crecieron

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