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El poder de la esperanzaLa Atalaya 1955 | 1 de enero
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El poder de la esperanza
“Porque nosotros fuimos salvados en esta esperanza; pero esperanza que se ve no es esperanza, porque cuando un hombre ve una cosa, ¿la espera?”—Rom. 8:24, NM.
1. ¿A quién se le da el crédito por la esperanza, y cómo es esa esperanza un poder?
LA ESPERANZA jamás podría existir en el universo sin Jehová, la gran Fuente de vida eterna, “el Dios que da esperanza.” (Rom. 15:13, NM) En la hora más negra de la historia del género humano, cuando Adán y Eva se rebelaron contra su Creador, trayendo pecado y muerte a su prole, Jehová vió la necesidad de que hubiera una esperanza y en su bondad amorosa la suministró. Esa esperanza sublime, revelada por primera vez hace casi 6,000 años, hoy está llena de poder dinámico y protector para los que aman y buscan la justicia. Su poder, activado por un entendimiento de la Palabra escrita de Dios, impulsa al cristiano a acción piadosa, lo sostiene cuando se halla bajo prueba y lo dirige a salvo a lo largo de la senda angosta que conduce a la vida eterna en el nuevo mundo de Jehová.
2. ¿Por qué parece tan desesperanzada la situación del mundo?
2 Pero ¿por qué parece tan absolutamente desesperanzada la situación del mundo hoy si Jehová ha dado al género humano una esperanza válida? Porque un inicuo, Satanás el Diablo, ha cegado a la gran masa de la humanidad a la esperanza verdadera. Este ladino ha inventado esperanzas falsificadas, que todos los pueblos de la tierra han aceptado sin darse cuenta del engaño. Hábilmente, el Diablo ha engañado a las naciones transformándose en “un ángel de luz” de modo que ahora “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (2 Cor. 11:14; 1 Juan 5:19, NM; 2 Cor. 4:4) ¿El resultado? Un mundo lleno de personas que abrigan esperanzas estériles, famélicas y vagas. Pregunte usted a la persona común cuál es su esperanza. La respuesta casi invariablemente revelará incertidumbre o una esperanza indefinida. Hay personas que admitirán que su esperanza tiene como base el adquirir dinero, pero no poseen la esperanza que Jehová da, porque dichas personas son criminales a la vista del Juez supremo: “Si he puesto el oro por mi esperanza, y al oro fino he dicho: ¡Tú eres mi confianza! si me he regocijado porque era grande mi hacienda, y porque mi mano había recogido mucho; esto también fuera una iniquidad que hubieran de castigar los jueces, porque yo hubiera renegado de Dios que está allá arriba.”—Job 31:24, 25, 28.
3. Explique por qué no hay seguridad en cifrar nuestra esperanza en organizaciones de hombres, y por qué las naciones carecen de “gozo y paz.”
3 Los que cifran su esperanza en las promesas de los hombres o aun en una organización de naciones no pueden decir con seguridad: “fuimos salvados en esta esperanza.” Realmente, ¿cómo podrían tener una esperanza salvadora? Pues las promesas encumbradas del hombre de un mundo seguro para el mañana han fracasado miserablemente. Y al pasar por alto la esperanza que Jehová ha dado, la gente ha hecho de la casa de una araña el objeto de su confianza: si se apoyan en ella, ésta no resistirá. ¿Cómo podría aun una organización de los hombres más inteligentes ser la patrocinadora de una esperanza salvadora cuando “solamente una completa vanidad es todo hombre, a más valer”? (Sal. 39:5; Job 8:14, 15) Por eso la mejor casa u organización que el hombre pudiera edificar sería, como base para una esperanza salvadora, sólo la casa de una araña. “Y tú destruyes su deseo como si fuera una telaraña. En verdad, todos los hombres son sólo un aliento.” (Sal. 39:11, UTA) Aunque los clérigos han alabado al presidente Eisenhower como “el arquitecto de una nueva esperanza,” según se le llamó en su inauguración, y aunque los clérigos, junto con los políticos, han alabado a las Naciones Unidas como la única esperanza del hombre, persiste el hecho frío de que las naciones no están llenas de “todo gozo y paz.” Y ¿por qué? Porque no conocen al “Dios que da esperanza.” Oiga las palabras de Cristo Jesús: “Padre justo, el mundo, por cierto, no ha llegado a conocerte.” (Juan 17:25, NM) No habiendo llegado a conocer a Jehová, la única Fuente de esperanza genuina, las esperanzas del mundo, basadas en riquezas y promesas de hombres, se marchitan y se secan.
4, 5. (a) Cuando los hombres condenan a Dios por el estado corrompido del mundo, ¿en qué se equivocan? (b) ¿De qué manera sometió Jehová la creación a futilidad “sobre la base de la esperanza”?
4 La promesa de Jehová de un justo nuevo mundo que durará para siempre nunca se marchitará. (Deu. 7:9; Isa. 66:22) Esta es una esperanza elevadora, libertadora, a pesar del hecho de que hasta esta misma hora “en Adán todos están muriendo.” (1 Cor. 15:22, NM) ¿Cómo es una esperanza libertadora? En que un nuevo mundo significa “que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción.” (Rom. 8:21, NM) Los hombres a menudo condenan arrolladoramente a Dios por la presente esclavitud del mundo a la corrupción. Lo que pasa es que ellos no examinan las Escrituras para conseguir la debida perspectiva. Fué sólo debido a la bondad inmerecida de Jehová que a Adán y Eva, antes de que se ejecutara su sentencia de muerte, se les permitió tener hijos. ¡De otra manera no estaríamos nosotros aquí hoy! Pero la creación humana, como resultado del pecado de Adán, nació a imperfección y muerte. (Rom. 5:12) Naturalmente, nosotros no deseamos que fuera así, pero la creación humana no tuvo alternativa en el asunto. Esto lo explica el apóstol en Romanos 8:20 (NM): “La creación fué sujeta a futilidad, no por su propia voluntad sino por medio de aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza.” Esto no significa que, con la esperanza de que él pudiera hacer algo para ellos, el Todopoderoso Dios sometió la creación humana a futilidad. ¡No! ¡Dios nunca espera que algo suceda! ¡Él sabe! “Conocidas son a Dios desde el principio del mundo todas sus obras.” (Hech. 15:18, VA) El conocimiento perfecto que Jehová tiene de sus obras no deja lugar para esperanza.
5 Pero, entonces, ¿cómo sometió Jehová la humanidad a futilidad “sobre la base de la esperanza”? Por medio de decir lo que dijo en el jardín del Edén justamente antes de condenar a Adán y Eva a la muerte. Como Juez, Jehová Dios se dirigió al infiel querubín cubriente, la criatura espiritual que llegó a ser conocida como Satanás el Diablo: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu simiente y la simiente de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:15, NM) ¡Aquí se sintetizó la esperanza suprema para todo el género humano! Una promesa hecha por el Altísimo Dios de que el malvado introductor de la iniquidad, el “que tiene los medios para causar la muerte, es decir, [el] Diablo,” sería quitado de la existencia, aplastado por un libertador. (Heb. 2:14, NM) ¡Aquí estaba resumida la promesa de un nuevo mundo en donde la creación humana sería libertada de la fútil servidumbre a la corrupción e introducida a libertad y vida gloriosas!—Isa. 65:17.
6. ¿Por qué razones envió Jehová a su amado Hijo a la tierra?
6 Cuando el amado Hijo de Dios vino a la tierra, Aquel escogido por Jehová para ser el gran Libertador, se hizo patente que la esperanza de un nuevo mundo significaba no sólo el magullamiento de la serpiente sino también que los obedientes de la humanidad podrían ser “salvados en esta esperanza” para vida eterna. Dijo Jesús: “Yo he venido para que ellos tengan vida y la tengan en abundancia.” (Juan 10:10, NM) Fué para el perfecto nuevo mundo que Dios dió a su Hijo unigénito y lo dejó morir en el madero de tormento. (Juan 3:16) Cuando el resucitado Cristo Jesús presentó el mérito de su sacrificio rescatador a su Padre en el cielo, y Jehová lo aceptó, se colocó el cimiento para el nuevo mundo. Hoy los que cifran su confianza sincera en la esperanza salvadora de los nuevos cielos y nueva tierra de Jehová forman una sociedad del Nuevo Mundo. Su esperanza, basada en la promesa de Dios, que no puede mentir, es una fuente de poder sustentador e impulsador en su vida. Veamos ahora por qué la esperanza es un poder.
EL PODER DE LA ESPERANZA ANALIZADO
7. Defina la esperanza. ¿Cómo es más poderosa que el simple deseo?
7 La esperanza se define por el diccionario New International Dictionary sin abreviar de Wébster como “deseo acompañado de la expectativa de obtener lo que se desea.” La esperanza, pues, consta de dos elementos: (1) un deseo y (2) el sentir uno que el deseo se realizará o cumplirá. Por consiguiente se puede tener un deseo vehemente pero carecer de la esperanza. Porque el deseo acompañado de la comprensión fundamental de que hay poca o ninguna posibilidad de que se cumpla ese deseo alguna vez no es esperanza. Cierto, el deseo puede atraer, pero la esperanza hace mucho más: la esperanza impele, la esperanza empuja a uno, la esperanza insta a esforzarse.
8. ¿Por qué tiene que haber base para la esperanza?
8 Para creer en cosas que esperamos tiene que haber base firme e inmutable, una base o cimiento para confianza y seguridad. ¿Por qué? Porque lo que esperamos es algo que no vemos. “Esperanza que se ve no es esperanza, porque cuando un hombre ve una cosa, ¿la espera?” (Rom. 8:24, NM) Aquí la palabra “ve” da la idea de que la esperanza de uno se ha cumplido, porque entonces los ojos de uno contemplarán la realización. En Job 7:7 (VA) leemos: “Mis ojos ya no verán el bien,” la referencia marginal agregando “verán, es decir, disfrutarán.”
9, 10. (a) ¿Lleva siempre al éxito el poder de la esperanza? Explique. (b) ¿Por qué con seguridad absoluta había de resultar en desilusión la esperanza del querubín cubriente?
9 Dado que la esperanza es aquello que no vemos, puede llevar al éxito o al fracaso, según aquello en que hayamos basado esa esperanza. Para manifestar que el poder movedor de la esperanza no siempre lleva al éxito consideraremos el ejemplo del querubín cubriente que se convirtió en Satanás el Diablo. Esta poderosa criatura espiritual se entregó a una ambición que dominó su vida. Esa ambición llegó a ser su esperanza, porque él creyó que había una posibilidad de tener éxito. Realmente fué el poder de la esperanza el que movió al querubín cubriente a efectuar su ambicioso plan de acción. Se rebeló contra la soberanía universal de Jehová, se volvió traidor y luego sutilmente indujo a Eva también a hacerse una renegada.
10 Pero esa mente satánica de facultades magistrales que perpetró la rebelión y que gestionó un desprendimiento de la santa organización de Jehová jamás realizará su esperanza más acariciada, la de hacerse semejante al Altísimo. Porque había algo malo en su esperanza. Primero, estaba formada por un deseo criminal; segundo, el sentir que el deseo se realizaría estaba inspirado por un orgullo cegador que corrompió la sabiduría del querubín. (Eze. 28:17; 1 Tim. 3:6) Una esperanza inspirada por tal orgullo sólo podría resultar en desastre. (Pro. 16:18) A Satanás ya se le ha hecho caer de las alturas celestiales a la tierra junto con sus peones de ajedrez, los demonios. Pronto ahora a ese invisible gobernante de este mundo le será dado jaque mate en el Armagedón, cuando el Rey Cristo Jesús lo arroje al abismo de inactividad semejante a la muerte. (Juan 12:31; 14:30; Apo. 12:7-9, 12; 20:1-3) El caso del querubín cubriente ilustra cómo la esperanza, sin una base sana, jamás puede resultar en éxito y cuán poderoso realmente es un deseo por algo junto con el sentir que se puede obtener.
LA ESPERANZA DE EVA, ¿POR QUÉ DEFECTUOSA?
11. ¿Incitó el poder de la esperanza a Eva a comer del árbol prohibido? ¿Cómo lo sabemos?
11 Por medio de la serpiente Satanás invitó a Eva a comer del árbol prohibido, atormentándola con este deseo: “Positivamente ustedes no morirán. Porque Dios sabe que en el mismísimo día que ustedes coman de él sus ojos no podrán menos que ser abiertos y ustedes no podrán menos que ser semejantes a Dios, conociendo el bien y el mal.” (Gén. 3:4, 5, NM) ¿Realmente creyó Eva en esta promesa de tener sabiduría semejante a la de Dios al grado de tener esperanza? Sí, Eva contó con todos los elementos que se necesitan para formar la esperanza: tuvo el deseo de tener más sabiduría y sinceramente pensó que iba a obtenerla. De modo que su deseo había llegado a ser fértil; había conducido a la esperanza y el poder de ésta incitó a Eva, no al éxito, sino al desastre. (Sant. 1:14, 15) El hecho de que Eva había fertilizado su deseo de modo que éste produjera pecado con la expectativa de obtener sabiduría se desprende claramente de las Escrituras: “Adán no fué engañado, sino que la mujer fue cabalmente engañada y vino a estar en transgresión.” (1 Tim. 2:14, NM) Eva misma admitió que implícitamente había creído a la serpiente: “La serpiente me engañó, de modo que comí.”—Gén. 3:13, NM.
12. ¿Por qué fué defectuosa la esperanza de Eva?
12 ¿Por qué fué que la esperanza de Eva la llevó a su muerte? Porque su esperanza no tenía base sana; si ella pecaba podía tener esperanza de conseguir la cosa deseada. El pecado era la base para la esperanza. Eva no tenía base para creer que el pecado podía producir lo que la serpiente prometió. No había evidencia de ninguna clase para probar que la serpiente era digna de confianza y fidedigna. ¿Cómo podría haberla? La declaración de la serpiente contradecía directamente al Creador de Eva, quien había declarado: “En el día que comas de él positivamente morirás.” (Gén. 2:17, NM) La serpiente no había probado falsa la declaración de Jehová, ni había establecido evidencia de que su propia declaración fuera la verdad. Por lo tanto Eva no tuvo base sana para su creencia. Su base fué la credulidad. Y una esperanza que se basa en credulidad sólo tiene la palabra u opinión no probada de otro en cuanto a lo que el futuro encierra. ¿Cuál fué el defecto evidente, entonces? Este: la esperanza de Eva no se basó en lo que la Biblia llama “fe.”
13. ¿Cuál es la relación de la fe con la esperanza?
13 “¿Qué es fe? Es aquello que da sustancia a nuestras esperanzas, lo que nos convence de cosas que no podemos ver.” (Heb. 11:1, Knox) La palabra que aquí se traduce “sustancia” significa la base fundamental, aquello que llega a ser el cimiento para que otra cosa se levante sobre ello. Por eso la traducción de Wéymouth (tercera edición) define la fe como “una seguridad bien fundada en cuanto a aquello que esperamos.” Ahora ¿qué es “seguridad”? ¿Es convicción, una creencia firme? ¡Aun más! Bajo el título “fe,” el diccionario New Standard de Funk y Wagnall nos dice: “Convicción es una creencia establecida por argumento o evidencia; seguridad es creencia fuera del alcance de argumento.” Ciertamente, entonces, podemos entender el significado valioso de la manera en que la Traducción del Nuevo Mundo vierte este texto: “Fe es la expectativa segura de las cosas esperadas.” Eva jamás tuvo una “seguridad bien fundada” o “expectativa segura” de aquello que esperaba. Por eso su esperanza basada en el pecado terminó en la muerte. Pero aunque la esperanza de Eva fué defectuosa sin embargo tuvo poder impulsor. Entonces ¡cuánto más poderosa ha de ser la esperanza fundada en la fe!
LA ESPERANZA AL AUXILIO
14, 15. (a) ¿De qué es un ejemplo el capítulo once de Hebreos? (b) ¿Qué esperanza poseyeron los testigos precristianos de Jehová?
14 Una esperanza que se basa en la fe tiene la promesa intachable del eterno Dios de que las cosas que la persona espera absolutamente se realizarán, si la persona continúa fiel hasta el fin. Una esperanza así de bien fundada fué la que tuvieron los testigos primitivos de Jehová. En el capítulo once de Hebreos el apóstol escribe acerca de la esperanza de ellos. Pero ¿no es éste un capítulo que ilustra la fe? Cierto, pero también es un ejemplo de esperanza, ¡esperanza fundada en la fe! Estos testigos precristianos de Jehová tenían la vista puesta en el nuevo mundo. De Abrahán la Biblia dice: “Esperaba la ciudad que tiene fundamentos verdaderos y cuyo edificador y creador es Dios.” (Heb. 11:10, NM) Esto no significa que Abrahán, Isaac y Jacob miraran hacia una esperanza celestial, sino más bien que tenían esperanza de una resurrección a la vida sobre la tierra bajo el dominio de los nuevos cielos. Así que Pablo escribe acerca de la esperanza de ellos:
15 “En fe murieron todos éstos, aunque no recibieron el cumplimiento de las promesas, pero las vieron desde lejos y las saludaron y declararon públicamente que eran extranjeros y residentes temporarios en la tierra. . . . ahora ellos están haciendo esfuerzos por alcanzar un lugar mejor, es decir, uno que pertenece al cielo.” (Heb. 11:13, 16, NM) Moisés era uno de éstos que sabían que su esperanza no era el ir al cielo sino vivir sobre la tierra durante el dominio celestial de Cristo el Rey. Dado que poseía tal esperanza, Moisés cultivó una mente de mirada dirigida al porvenir. Ahora la esperanza podía sostenerlo bajo tribulación. Verdaderamente, Moisés optó por “ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que el tener el gozo temporáneo del pecado, porque estimó el vituperio del Cristo como riquezas más grandes que los tesoros de Egipto, porque miraba resueltamente hacia el pago del galardón.” (Heb. 11:25, 26, NM) Moisés tuvo toda razón para mirar “resueltamente hacia” una tierra llena de la gloria de Jehová. Porque fué el Todopoderoso Dios mismo quien, con un juramento por su misma existencia, prometió a Moisés: “Por vida mía, toda la tierra será llenada de la gloria de Jehová.” (Núm. 14:21, NM) Moisés jamás olvidó dicha promesa. Igual que Sara, Moisés “estimó fiel a quien había prometido.”—Heb. 11:11, NM; Hab. 2:14.
16. Manifieste cómo la esperanza fué un poder en la vida de ellos.
16 Porque los de la “tan grande nube de testigos” tuvieron una esperanza segura, públicamente declararon que no eran parte del mundo. Esto les trajo persecución, a veces tormento. ¿Se rompió su integridad bajo tormento? ¡No! La esperanza vino al rescate; ella los socorrió: “Otros hombres fueron atormentados porque rehusaban aceptar la liberación por algún rescate, para que pudieran alcanzar una resurrección mejor.” (Heb. 12:1; 11:35, NM) ¡Qué poder tan sostenedor brota de la esperanza correctamente fundada!
EL PODER DE LA ESPERANZA DE RESURRECCIÓN
17. ¿Por qué “no recibieron el cumplimiento de la promesa”?
17 Claramente, una parte íntegra de la esperanza de aquellos testigos primitivos fué la resurrección. Le dieron la espalda al viejo mundo y fijaron la vista en una resurrección a la vida sobre la tierra bajo el gobierno celestial sin nunca tener que morir otra vez. Aunque fueron fieles hasta el fin, “no recibieron el cumplimiento de la promesa.” ¿Por qué? Porque “Dios previó una cosa mejor para nosotros, para que ellos no fueran hechos perfectos aparte de nosotros.” (Heb.11:39, 40, NM) No podrían ser “hechos perfectos,” el apóstol dice, aparte de la congregación cristiana, la novia de Cristo, que está limitada a sólo 144,000 vencedores fieles. (Apo. 7:4; 14:1, 3) Puesto que no eran de la congregación cristiana que comenzó con Cristo Jesús, esa ‘nube de testigos’ no podía tener esperanza en la “primera resurrección,” la resurrección a la vida y gloria celestiales. Los fieles hombres de la antigüedad, sin embargo, tendrán una resurrección de los “justos” al ser levantados de entre los muertos en una resurrección temprana sobre la tierra y con el tiempo conseguirán perfección absoluta mediante el reino de Dios por Cristo Jesús.—Hech. 24:15, NM; Mat. 22:32, 33.
18. (a) ¿Qué es la “esperanza viva,” y quiénes la poseen hoy? (b) ¿Quiénes más poseen una esperanza salvadora, y a quiénes la deben?
18 La esperanza de vida eterna en el cielo para la fiel congregación cristiana de los seguidores en las pisadas de Jesús es llamada por el apóstol Pedro una “esperanza viva.” “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque conforme a su gran misericordia nos dió un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible.” (1 Ped. 1:3, 4, NM) Hoy día hay sobre la tierra sólo un resto pequeño de aquellos cristianos cuya esperanza viva es reinar en el cielo con Cristo como reyes y sacerdotes por mil años. (Apo. 20:5, 6) Al morir, instantáneamente serán levantados a la vida en el espíritu, siendo “cambiados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos.” (1 Cor. 15:51, 52, NM) Pero la esperanza de salvación también es un poder en la vida de una “grande muchedumbre” de personas de buena voluntad: “Una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar, de entre todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de mantos blancos, y había palmas en sus manos. Y ellos continuamente claman en alta voz, diciendo: ‘La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero.’” (Apo. 7:9, 10, NM) Estas son las “otras ovejas” del Señor que deben su esperanza de vida eterna en una tierra paradisíaca a Jehová y también al Cordero, Cristo Jesús, porque él “vino a ser responsable por la salvación eterna de todos los que le obedecen.”—Heb. 5:9, NM.
19-21. (a) ¿Por qué se necesita vitalmente el poder de la esperanza de la resurrección hoy? (b) ¿Cómo le parece al mundo la integridad de la sociedad del Nuevo Mundo?
19 ¿Cómo es la esperanza de la resurrección un poder tan fuerte en la vida del resto ungido y sus compañeros de buena voluntad? A causa de que ninguna cantidad de persecución de parte de la organización del Diablo puede romper su integridad, ni siquiera el tormento o la muerte; la esperanza de la resurrección los sustenta. Y así como los testigos primitivos desde Abel hasta Juan el Bautista mantuvieron su integridad a través de “burlas y azotes, verdaderamente, aun más que eso, por cadenas y prisiones,” así igualmente la mantendrán los de la sociedad del Nuevo Mundo, si tal prueba les sobreviene a ellos. (Heb. 11:36, NM) Verdaderamente, vendrá. ¿No predijo el Maestro para este día que “la gente los entregará a ustedes a la tribulación y los matará, y ustedes serán aborrecidos por todas las naciones por causa de mi nombre”?—Mat. 24:9, NM.
20 Durante la II Guerra Mundial miles de testigos de Jehová encarcelados en los campos de concentración de Hitler rehusaron aceptar una liberación a cambio de renunciar a su fe. El hacerlo hubiera significado la pérdida de su esperanza. Tampoco ‘aceptarán liberación por algún rescate’ los que tienen la esperanza del Nuevo Mundo, aunque sean encarcelados o atormentados por dictadores comunistas o “democráticos.” Y con el ataque desde el norte lejano por Gog de Magog todavía en el futuro, los testigos de Jehová necesitarán el poder sostenedor de la esperanza de la resurrección. “El que halla su alma la perderá, y el que pierde su alma por causa mía la hallará.” (Mat. 10:39, NM) Dado que no entiende ni siente el poder de la esperanza, el mundo frecuentemente se asombra por la inflexible integridad de la sociedad del Nuevo Mundo. Lo siguiente es lo que cierto señor escribió acerca de los testigos de Jehová expresando asombro:
21 “Cuando primero comencé a hacer un estudio de los testigos de Jehová, tuve la buena fortuna de obtener la ayuda excelente de uno de los abogados consultores de la Unión de libertades civiles norteamericanas. Al introducirme a la investigación él dijo, en sustancia: ‘Probablemente usted jamás ha visto a alguien que efectivamente esté dispuesto a morir por sus convicciones religiosas. Con nuestras maneras de obrar tan faltas de simplicidad, y con nuestras mentalidades que jamás parecen tratar con certezas absolutas, nosotros los modernos creemos que no hay nada por lo que un hombre deba dar su vida. Pero cuando usted conozca a los testigos, conocerá, probablemente por primera vez, a gente que está anuente a ser perseguida, aun muerta, por causa de su fe religiosa.’ En ese tiempo no estaba yo del todo convencido. Ahora lo estoy.” Y ¿por qué está el mundo tan pasmado por la integridad de los testigos de Jehová? ¿Por qué tienen las personas mundanas esperanzas indefinidas, “mentalidades que jamás parecen tratar con certezas absolutas”? Porque el mundo no conoce a Jehová, “el Dios que da esperanza.”
22. (a) Describa lo que esperan recibir el resto y las “otras ovejas.” (b) Si aconteciera la muerte antes del Armagedón, ¿cómo es la esperanza un poder para los sobrevivientes?
22 Aunque el resto ungido espera servir en la tierra por un período después del Armagedón, según le agrade a Jehová, y aunque las otras ovejas esperan servir a Jehová sin que su vida sea interrumpida, sino desde ahora y a través del fin de este sistema de cosas en el Armagedón y siguiendo en el tiempo interminable del nuevo mundo, no obstante la muerte debido a causas naturales o debido a mantener la integridad puede acontecer antes del Armagedón. Para el fiel resto la muerte significa el lograr inmediatamente su esperanza celestial. Para las otras ovejas la muerte significa un breve período de dormir hasta que salgan “a una resurrección de vida.” (Juan 5:29, NM) En el caso de ambos el poder de la esperanza de la resurrección disipa la tristeza, la aflicción histérica tan común en el mundo: “Hermanos, no queremos que sean ignorantes concerniente a los que están durmiendo en la muerte, para que ustedes no se aflijan así como hacen también los demás que no tienen esperanza.” (1 Tes. 4:13, NM) Por eso ya sea mediante vida ininterrumpida a través de la guerra del Armagedón o mediante la resurrección de entre los muertos después del Armagedón, los de la “grande muchedumbre” de compañeros de buena voluntad del resto espiritual tienen esperanza firme en la promesa de que llegarán hasta la imagen y semejanza perfectas de Dios como hombres perfectos.
23. ¿Es indispensable la esperanza? Explique.
23 Por eso ¡la esperanza, correctamente fundada en la fe mediante el obtener un conocimiento acertado de la Palabra de Dios y mediante el familiarizarse uno con Él y Sus obras, pasadas y presentes, es verdaderamente un poder! Enriquece nuestro amor al Dador de vida, Jehová. Ofrece consuelo en tiempos de angustia. Imparte tranquilidad de ánimo en este tiempo en que “los hombres se desmayan debido al temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.” (Luc. 21:26, NM) Nos insta a retener nuestra integridad. Obra a favor de nuestra salvación final. “Porque nosotros fuimos salvados en esta esperanza.” La esperanza es esencial. No podemos tener éxito sin ella. Si pudiéramos Pablo hubiera reducido las cosas indispensables al cristiano a dos básicas: fe y amor. ¡Pero no! Él halló la esperanza indispensable también: “Permanecen la fe, la esperanza, el amor, estos tres.” (1 Cor. 13:13, NM) El apóstol no estiró la fe para hacerla incluir el contenido de la esperanza. Él sabía que la prueba de aguante todavía estaba en el futuro. Y sabía que la esperanza es un poder vigoroso que nos capacita a aguantar, manteniendo “los ojos, no en las cosas que se ven, sino en las cosas que no se ven.”—2 Cor. 4:18, NM.
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Aguante mediante esperanzaLa Atalaya 1955 | 1 de enero
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Aguante mediante esperanza
“Regocíjense en la esperanza que está delante. Aguanten bajo tribulación. Perseveren en la oración.”—Rom. 12:12, NM.
1. ¿Qué perspectiva mental distingue al cristiano maduro del inmaturo? Por eso ¿quiénes sacan pleno provecho del poder de la esperanza?
LOS cristianos maduros miran hacia adelante. Ven más allá del presente sistema de cosas. Se esfuerzan por hacer la voluntad de Jehová, y tienen la mente armonizada con la vida del Nuevo Mundo. Los cristianos inmaturos todavía ven mucho que les interesa en este sistema de cosas. Todavía tienen la mente en acorde con sus propios intereses. El echar mano de la esperanza de vida eterna demanda madurez, para que el siervo de Jehová pueda dirigir su mente hacia adelante, hacia la esperanza que está delante. Es el cristiano maduro, entonces, el que puede valerse cabalmente del asombroso poder de la esperanza, el poder que encierra el futuro y por eso gobierna el presente. Y por medio de gobernar nuestra vida ahora, la esperanza llega a ser un poder edificador que produce aguante: “Si esperamos lo que no vemos, seguimos esperándolo con aguante.”—Rom. 8:25, NM.
2. Explique lo que es el aguante y por qué lo necesitamos.
2 Aguante para el esclavo de Jehová significa esa cualidad de determinación que, a pesar de cuáles sean las circunstancias, jamás renunciará a la esperanza que la Palabra de Dios válidamente le ofrece. En otras palabras, significa que nuestra nave de fe jamás debe sufrir naufragio, jamás debe detenerse antes de alcanzar su meta, el puerto del nuevo mundo. Nuestro mapa de navegación, la Biblia, amonesta: “Ustedes tienen necesidad de aguante, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa.” (Heb. 10:36, NM) Es de valor el que aprendamos a edificar y fortalecer nuestra esperanza para que, junto con fe y amor, pueda producir esta madurez fructuosa: “Sin cesar tenemos presente su trabajo debido a la fe y su esfuerzo concienzudo debido al amor y su aguante debido a su esperanza.”—1 Tes. 1:3, NM, nota al pie de la página.
3, 4. (a) ¿De qué manera ayuda la esperanza a nuestro aguante? (b) Muestre que la esperanza ayudó a Jesús a ser aprobado en la prueba de aguante.
3 La esperanza suministra una base para gozo. Verdaderamente, el mandato bíblico es que estemos llenos de gozo: “Regocíjense en la esperanza que está delante.” (Rom. 12:12, NM) El gozo brota de nuestra esperanza. Y este gozo obra a favor de nuestro aguante. Cristo Jesús suministró el ejemplo perfecto de cómo la esperanza, el gozo y el aguante cooperan entre sí. La esperanza de Jesús puso el cimiento para su gozo inconmensurable. ¿Su esperanza? Sí, Jesús tuvo una esperanza definida: “Padre, glorifícame al lado tuyo con la gloria que tenía al lado tuyo antes que el mundo existiera.” (Juan 17:5, NM) Pero la esperanza de Cristo fué mucho más grandiosa que sólo el volver a conseguir su existencia prehumana. Pues tenía la esperanza de comprar el “tesoro escondido en el campo,” el tesoro escondido dentro de la esfera de la organización universal de Dios; a saber, la jefatura de la organización capital de Jehová. Su esperanza lo impulsó a actuar gozosamente: “Por el gozo que tiene va y vende las cosas que tiene y compra aquel campo.”—Mat. 13:44, NM.
4 Si Jesús hubiera mirado únicamente al presente jamás pudiera haber aguantado la prueba angustiosa a que se enfrentó. Jamás pudiera haber hecho frente a la prueba de aguante con buen éxito. Pero él tenía la mente perfectamente madura; se regocijó con la esperanza que estaba delante. Como resultado sus sufrimientos intensos fueron ‘momentáneos y livianos,’ como lo son los sufrimientos de sus seguidores que mantienen la actitud mental que estuvo en Cristo Jesús. (2 Cor. 4:17; Fili. 2:5, NM) Del hecho de que su esperanza trajo gozo y su gozo, aguante, no puede haber ninguna duda: “Corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros, mientras miramos atentamente al caudillo y perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fué puesto delante de él aguantó el madero de tormento.” (Heb. 12:1, 2, NM) Para tener aguante tenemos que ‘mirar atentamente’ al ejemplo de Cristo: el regocijarse él en la esperanza que estaba delante.
5. ¿Por qué pueden los siervos de Jehová aguantar pruebas con gozo?
5 ¡Cuán alborozado gozo tuvieron los apóstoles cuando entraron en pruebas severas! “Llamaron a los apóstoles, los azotaron, y les ordenaron que dejaran de hablar sobre la base del nombre de Jesús, y los dejaron ir. Estos, por lo tanto, salieron de delante del Sinedrio, regocijándose porque habían sido tenidos por dignos de ser afrentados por causa de su nombre.” (Hech. 5:40, 41, NM) ¿Cómo pudieron sufrir un azotamiento y regocijarse por él? A causa de la esperanza que ellos tenían, esperanza que produce gozo. Había razón para gozo también porque habían salido con aprobación de una prueba severa, y por proceder así habían logrado aguante. “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren frente a diferentes pruebas, sabiendo como ustedes lo saben que esta cualidad probada de su fe produce aguante.” (Sant. 1:2, 3, NM) Puesto que Jehová es la Fuente de esperanza también es la Fuente de gozo. “El gozo de Jehová os da esfuerzo.” (Neh. 8:10) El gozo, un fruto del espíritu, viene en medida ilimitada cuando ‘perseveramos en la oración,’ pidiendo el santo espíritu de Dios. Su espíritu enriquece nuestra esperanza.
FORTALECIENDO NUESTRA ESPERANZA
6. ¿Por medio de qué fortalecemos nuestra esperanza?
6 Necesitamos conocimiento y entendimiento para fortalecer nuestra esperanza. Todos los que viven para el nuevo mundo deben hacer arreglos para leer y estudiar la Biblia con regularidad todos los días. Esto trae un consuelo que fortalece nuestra esperanza: “Todas las cosas que fueron escritas de antemano fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestro aguante y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos nosotros esperanza.” (Rom. 15:4, NM) Además del “consuelo de las Escrituras” hay algo más que fortalece nuestra esperanza. Esto es el aguante. Ya hemos dicho que la esperanza obra a favor de nuestro aguante. Cierto, pero el aguante también obra para lograr la esperanza. Obran de manera recíproca. La esperanza produce aguante y el aguante, a su vez, fortalece nuestra esperanza.
7, 8. (a) ¿Cuál es el punto de vista maduro en cuanto a las pruebas y tribulaciones? (b) ¿Qué combinación triunfal, fundada en la esperanza, ha suministrado Jehová?
7 Entonces, ¿son inútiles y sin valor las persecuciones y tribulación que les sobrevienen al fiel pueblo de Jehová? ¡Lejos de ello! Pues cada prueba que se aguanta fortalece y hace más segura nuestra esperanza. Por eso podemos ‘considerarlo todo gozo’ cuando nos sobrevienen pruebas. ¿Precisamente cómo fortalece a la esperanza toda prueba? Cuando retenemos nuestra integridad hallamos que tenemos la mente llena de esa comprensión consciente de que agradamos a Dios. Esta condición aprobada es lo que fortalece nuestra esperanza. La esperanza es fortalecida como resultado de una clase de proceso de “reacción en cadena”:
8 “Regocijémonos, basados en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo eso, sino que regocijémonos mientras estemos en tribulaciones, dado que sabemos que la tribulación produce aguante; el aguante, a su vez, una condición aprobada; la condición aprobada, a su vez, esperanza, y la esperanza no conduce a desilusión.” (Rom. 5:2-5, NM) ¡Cuán victoriosa combinación nos ha dado Jehová! Los sufrimientos y prisiones sólo pueden fortalecer la esperanza si se mantiene integridad. Y la esperanza que se basa en la fe y que continuamente es fortalecida con alimento espiritual y por el aguante jamás conducirá a la desilusión. Por regocijarse en la esperanza que está delante los testigos de Jehová ya pueden sentir la emoción y el gozo de la victoria, la victoria de Jehová en el Armagedón. Verdaderamente, ¿no estamos siendo ya conducidos por Cristo en su procesión triunfal?—2 Cor. 2:14, NM.
9. ¿Qué trata de hacer el Diablo, y cómo resulta contraproducente su estrategia cuando mantenemos integridad?
9 La sociedad del Nuevo Mundo ha dejado atrás un mundo sin esperanza. (Efe. 2:12) Satanás, “el dios de este sistema de cosas,” no puede dar esperanza; él mismo no tiene ninguna. (Apo. 12:12) Por eso el Diablo tiene envidia de la esperanza segura y poderosa que posee la sociedad del Nuevo Mundo. Trata de aplastar nuestra esperanza de manera vil, por medio de la persecución. Pero como general el Diablo ha sido un fracaso miserable; su estrategia siempre obra contra él cuando el pueblo de Jehová mantiene integridad. Porque nosotros somos los que salimos ganando a causa de la tribulación. Ella no sólo hace que las buenas nuevas se extiendan más, sino, como dijo Pablo: “Continúen recordando los días anteriores en los cuales, después que ustedes fueron iluminados, aguantaron una gran contienda bajo sufrimientos, a veces mientras estaban siendo expuestos como en un teatro tanto a vituperios como a tribulaciones, y a veces mientras eran participantes con aquellos que estaban teniendo tal experiencia.” (Heb. 10:32, 33, NM) Sí, ganamos tanto en lo que toca a fortalecer nuestra esperanza que el apóstol nos dice: “continúen recordando” los sufrimientos que hemos aguantado. Ustedes los de la sociedad del Nuevo Mundo que ahora sufren tribulaciones recuerden que después que esta tribulación “momentánea y liviana” haya pasado ustedes reflexionarán sobre las pruebas con provecho. Ellas les han traído una condición aprobada, ellas les han fortalecido su esperanza.
NUESTRA ESPERANZA—“ANCLA DEL ALMA”
10. ¿Por qué tenemos “ánimo fuerte para echar mano de la esperanza” que está delante?
10 Una esperanza fundada en un testimonio indefinido e incierto apenas podría dar a uno estímulo fuerte para continuar en una obra que excita la ira del mundo dominado por el Diablo. ¡Cuán agradecidos estamos de que nuestra esperanza descanse en uno cuyas promesas son seguras, en uno que no puede mentir! “Los hombres juran por el que es más grande, y su juramento es el fin de toda disputa, ya que es una garantía legal para ellos. De esta manera Dios, cuando se propuso demostrar más abundantemente a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, entró con un juramento, a fin de que, por medio de dos cosas inmutables en las cuales es imposible que Dios mienta, nosotros que hemos huído al refugio podamos tener ánimo fuerte para echar mano de la esperanza puesta delante de nosotros,” la esperanza “de la vida eterna.” (Heb. 6:16-18; Tito 1:2, NM) Con nuestra esperanza anclada en la gran Roca inmovible del universo, ¡cuán fuerte estímulo tenemos para ‘regocijarnos con la esperanza que está delante’! (Deu. 32:4) Recuerde que Jehová no ha jurado por alguna cosa finita, porque esa cosa pudiera acabarse y la obligación terminaría. Mas ha dado una “garantía legal” en que ha jurado por lo que es infinito y no puede fracasar o acabarse. ¡Ha jurado por el personaje más grande del universo, su propio yo inmutable!—Mal. 3:6.
11. ¿Cómo describe Pablo la esperanza que está delante? ¿Por qué así?
11 Con entendimiento perspicaz, entonces, leemos la siguiente referencia de Pablo a la esperanza que está delante: “Esta esperanza la tenemos como ancla del alma, segura y firme.” El apóstol habla de la esperanza en lenguaje metafórico como un “ancla del alma.” ¡Cuán perfectamente natural para Pablo, porque él había sufrido naufragio tres veces y ciertamente sabía el valor de un ancla! (Heb. 6:19, NM; 2 Cor. 11:25) Sabía que un ancla se aferra en el fondo del mar para mantener firme a una nave durante una tormenta, para impedir que el barco sea impulsado al mar otra vez o estrellado contra las rocas. (Hech. 27:29) Un barco con un ancla firmemente aferrada puede pasar a través de una tempestad con confianza. “Ancla del alma”—¡cuán apta descripción para nuestra esperanza, que nos capacita a aguantar con integridad inmovible las más violentas tempestades de persecución y no sufrir naufragio concerniente a nuestra fe!
12. ¿Por qué son éstos tiempos tempestuosos para nuestro barco de fe, pero qué impedirá que naufrague nuestra fe?
12 Estos son tiempos tempestuosos. A Satanás le gustaría ahogarnos en su “mar,” el término simbólico para esa instable masa de la humanidad alejada de Dios y que espuma el cieno del pecado y sostiene a la organización visible de Satanás. Sí, estas “aguas,” más agitadas que nunca antes, son “pueblos y multitudes y naciones.” (Apo. 17:15, NM) Puesto que el Diablo ha sido arrojado a la tierra, ha agitado visiblemente al mar y ha producido una marea de tribulaciones en un violento esfuerzo por hundir nuestro barco de fe. Nuestra esperanza está inseparablemente conectada a nuestra fe, e impide que nuestra fe naufrague. (1 Tim. 1:19) Con fe firme nuestra “ancla del alma” no se perderá; no conducirá a desilusión.
13, 14. ¿Cómo podemos evitar gran peligro a nuestro barco de fe?
13 Pero aun con un cable fuerte, si un ancla no es lo suficientemente fuerte un barco puede ser impelido por el viento al mar otra vez y bambolearse con un fin desastroso. Sucede lo mismo con nuestro apoyo espiritual, el “ancla del alma.” Tenemos el mejor terreno o base para aferrar nuestra “ancla”—en las promesas de Jehová. Pero si nuestra “ancla del alma” es débil, ni aun la buena base puede mantener inmutable nuestro barco de fe durante violentas tempestades de tribulación. Por lo tanto una palabra de precaución: Jamás piense que podemos asistir a estudios de La Atalaya y luego, durante la reunión, cabecear y dormitar, creyendo que “solo una siestecita” no debilitará nuestra “ancla del alma.” Si uno está dormitando al tiempo que se están explicando verdades vitales, el barco de fe de uno no está siendo fortalecido; se está hundiendo. Además, ¿cómo puede uno defender su barco de fe, el cual está conectado a su esperanza, a menos que use todas las armas que se hallan en el arsenal de verdades reveladas de la Palabra de Dios? “Pongámonos las armas de la luz.” “Siempre [estén] listos para hacer una defensa ante todo aquel que les demande una razón de la esperanza que hay en ustedes.”—Rom. 13:12; 1 Ped. 3:15, NM.
14 Tampoco debemos pensar que podemos asistir a cualquier reunión teocrática y esperar que ésta fortalezca nuestra esperanza si dejamos que nuestra mente se desvíe a intereses personales, “las ansiedades de este sistema de cosas.” (Mar. 4:19, NM) Jamás permita que los pensamientos tengan rienda suelta, sino dirija la mente para que pueda concentrarse en el mensaje que se está dando. Las mentes soñolientas no pueden concentrarse bien. Por eso, despierte la mente. Esta tiende a ser perezosa. Y si el no estar alerta en los estudios del pueblo de Jehová es un peligro innegable, entonces ¿qué sucederá a la esperanza de los que se hacen negligentes en cuanto a asistir a banquetes espirituales? Exactamente esto: Su “ancla” no sostendrá. Buscarán sus propios intereses, y finalmente se deslizarán de vuelta al mundo. Puede que sufran naufragio irreparable. (2 Ped. 2:20) “Por eso es necesario que pongamos más que la acostumbrada atención a las cosas que nosotros escuchamos, para que nunca nos deslicemos.” (Heb. 2:1, NM) No olvide que la atención acostumbrada no es suficiente. Tenemos que dar la atención más cuidadosa “a las cosas que nosotros escuchamos” “a fin de que ya no seamos niños, aventados como por olas y llevados de aquí para allá por todo viento de enseñanza por medio de la trampería de los hombres.”—Efe. 4:14, NM.
“ANCLA” FRÁGIL CONDUCE AL NAUFRAGIO
15. ¿Por qué es tan serio hoy el asunto de mantener nuestra fe y esperanza?
15 Después del Armagedón no habrá más “mar.” (Apo. 21:1) Pero mientras exista el “mar” agitado por los demonios podemos esperar que nuestro barco de fe sea atacado por todos lados. En tiempo de guerra los barcos son atacados hoy desde abajo, por submarinos. El que Satanás use todos los medios clandestinos que pueda para torpedear nuestro barco de fe ha de esperarse, dado que esto es guerra. “El dragón se airó contra la mujer, y se fué para hacer guerra contra los que quedan de su simiente, los cuales observan los mandamientos de Dios y tienen la obra de dar el testimonio de Jesús.” (Apo. 12:17, NM) Sólo es mediante el hacer la guerra de la clase correcta, la cual no es una guerra carnal, que nuestro barco de fe puede rechazar los ataques del Diablo. Sigan “haciendo la guerra correcta, reteniendo la fe y una buena conciencia, la cual algunos han echado a un lado, y han experimentado naufragio respecto a su fe”—1 Tim. 1:18, 19, NM.
16. ¿Qué parte de “la armadura completa que proviene de Dios” es la esperanza que está delante? ¿Cómo es un poder protector?
16 El apóstol halló la esperanza tan poderosa que se refirió a ella no sólo como un “ancla del alma” sino también como un yelmo protector para un soldado. Pónganse “como yelmo la esperanza de salvación.” (1 Tes. 5:8, NM) La esperanza es un poder que protege; por eso, ¿por qué no usarla como yelmo? El yelmo de un soldado protege la cabeza, por consiguiente la mente. La esperanza de los cristianos, entonces, realmente es parte de la “armadura completa que proviene de Dios para que puedan mantenerse firmes contra las maquinaciones del Diablo,” porque la orden de batalla es ‘aceptar el yelmo de salvación.’ (Efe. 6:11, 17, NM) Verdaderamente, Jehová se puso el “yelmo de salvación,” y ahora el mandato aplica a sus testigos fieles. (Isa. 59:17) ¿Cómo usamos el yelmo? Por medio de pensar en la esperanza que está delante, llenando la mente de ideas teocráticas, estudiando los textos diarios y comentarios publicados en La Atalaya, discutiendo las actividades teocráticas. La esperanza suministra material para meditación y así protege la mente de pensar a la manera del viejo mundo. La esperanza de salvación nos mantiene pensando hacia adelante, “olvidando las cosas que están atrás.”—Fili. 3:13, NM.
17. ¿Es posible que echemos a pique nuestro propio barco de fe? ¿Cómo?
17 Hacemos guerra de la clase incorrecta y socavamos nuestra esperanza cuando abrigamos pensamientos retrógrados. La persona que es un “naufragio” potencial en cuanto a la fe se quita su yelmo y comienza a regocijarse en las atracciones y lujos de este mundo en vez de en la esperanza que está delante. Se olvida que el “mar” está lleno de remolinos de embrolladoras actividades comerciales y placeres cautivadores. Considere el caso de Demas, un colaborador del apóstol Pablo. Demas no era nuevo en la verdad; hasta había estado con el apóstol durante su primera encarcelación. (Col. 4:14) Pero algo le pasó a Demas. Se quitó su “yelmo”; ya no tenía una mente que mirara hacia adelante. Dijo Pablo: “Demas me ha abandonado porque amó el presente sistema de cosas.” (2 Tim. 4:10, NM) Demas evidentemente llegó a ser un “naufragio.” Y ¿por qué? Porque Demas dejó de pensar en la esperanza que está delante y desarrolló una esperanza que estaba atrás en el viejo mundo. Sin duda Demas pensó que el sólo tener lo necesario en la vida era “demasiado fuerte.” Las cosas “finas” de la vida llegaron a ser una atracción abrumadora, su verdadera esperanza. Esa esperanza retrógrada empujó a Demas al “naufragio.”
18. ¿Qué manifestó Jesús que era una de las más grandes amenazas a nuestro barco de fe? Por eso, ¿qué consejo dió Pablo?
18 ¡Cómo tenemos que vigilar, entonces, contra tener pensamientos retrógrados! No podemos regocijarnos con la esperanza que está delante y al mismo tiempo tratar de regocijarnos con los intereses del viejo mundo. Hoy pocas cosas ponen en peligro nuestro barco de fe tanto como lo que Jesús llamó las “ansiedades por la subsistencia.” (Luc. 21:34, NM, nota al pie de la página) Si nuestra esperanza verdaderamente está puesta en el nuevo mundo, no permitiremos que estas “ansiedades por la subsistencia” socaven nuestra esperanza. Los esfuerzos que se hagan por sentarse en el regazo del lujo pueden resultar en un proceder semejante al de Demas. “Teniendo pues alimento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas,” comprendiendo el peligro de esforzarse por más: “Los que se resuelven a ser ricos caen en la tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos que hunden a los hombres en destrucción y ruina.” (1 Tim. 6:8, 9, NM) El peligro de naufragar es inminente cuando cesamos de hacer la guerra de la clase correcta: “Ningún hombre que sirve como soldado se envuelve en los negocios comerciales de la vida, a fin de que pueda alcanzar la aprobación de aquel que lo alistó como soldado.”—2 Tim. 2:4, NM.
SOCAVANDO LA ESPERANZA POR “PROPIOS INTERESES”
19. ¿Qué característica que obra en dirección de socavar la esperanza observó el apóstol Pablo en ciertos cristianos, y qué significa esto para nosotros hoy día?
19 La valiosa esperanza de vida eterna puede ser socavada muy fácilmente por nosotros mismos, por desear hacer lo que queremos. El rey Salomón dió énfasis a este peligro. (Pro. 14:12; 16:25; 21:2) Era un obstáculo común para la madurez en los días de los apóstoles. Pocos había que de todo corazón daban el primer lugar en su vida a los intereses del Reino. Pablo observó esto, y al hablar acerca de Timoteo comentó: “Porque no tengo a nadie más de una disposición como la de él que genuinamente cuide de las cosas que tienen que ver con ustedes. Porque todos los demás están buscando sus propios intereses, no los de Cristo Jesús.” (Fili. 2:20, 21, NM) ¡Imagínese! ¡De ciertos cristianos que Pablo conocía en ese tiempo en Roma, todos salvo Timoteo tenían algunas tendencias egoístas que estorbaban la obra de Cristo Jesús! Cuando Timoteo se dedicó a Jehová sumergió completamente su propia voluntad para que la obra de Dios pudiera tener prioridad en su vida. Genuinamente dijo: “¡Aquí estoy yo; envíame a mí!” (Isa. 6:8) Puesto que las tendencias egoístas predominaban en el día de Pablo, ¡cuánto más probable que se manifiesten hoy cuando los intereses mundanos y las cosas “finas” de la vida son tan variados y tantos! Precursores, siervos, publicadores de congregación—¿dónde se hallan ustedes tocante a sus “propios intereses”? ¿Están ellos en su lugar teocrático de modo que no estorben la obra de Cristo Jesús? “Sigan, pues, buscando primero el reino.”—Mat. 6:33, NM.
20, 21. (a) Ilustre lo que se da a entender por los “propios intereses” de uno. (b) ¿Podrían los “propios intereses” de uno llevarlo al naufragio? Explique.
20 No vayan a entender esto mal. Lo que Pablo llamó nuestros “propios intereses” pueden ser actividades perfectamente legítimas; si no son antibíblicas, son “lícitas.” Pero como el apóstol explicó: “Todas las cosas son lícitas; pero no todas las cosas edifican.” (1 Cor. 10:23, NM) El deseo de tener cosas “finas” y el interesarse en la diversión (televisión, radio, cine, etc.) pueden, si no se ejerce cuidado, derribar nuestra esperanza; pues ciertamente que no la edifican. Necesitamos fortalecer nuestra esperanza para que llegue a ser nuestro verdadero “gozo,” como llegó a serlo para Jesús. Muchos otros intereses no teocráticos abundan en el mundo, tales como las llamadas “aficiones.” Estas pueden suministrar placer y recreación, aun provecho en bienes mundanos. Pero las aficiones, igual a las actividades comerciales, muy fácilmente pueden enredar a uno y socavar su esperanza.
21 Las aficiones son tan variadas hoy que se extienden desde la filatelia sosegada hasta el ejercicio atlético vigoroso. Por vía de ilustración consideraremos la afición común llamada “fotografía.” Un hermano halla que esta afición le proporciona mucho placer. Su cámara conserva un registro de muchas asambleas teocráticas y experiencias personales deleitables. Sus “propios intereses” le dicen que debe mantenerse enterado de todos los aspectos de esta afición. Compra numerosas revistas y las lee. Pronto empieza a leer libros sobre esta afición, empleando más y más tiempo en una actividad “lícita.” Puede que falte a las reuniones para poder mantenerse enterado del contenido de la más reciente revista sobre “cámara.” Hasta puede hallar necesario asociarse con los que están fuera de la verdad para aprender más acerca de su afición. Este interés “lícito” del hermano ha crecido a tal grado que amenaza socavar su esperanza. Si su “propio interés” no es restringido y puesto en su lugar teocrático, el naufragio está delante.
22. (a) ¿Cómo estimó Pablo la esperanza que está delante? (b) ¿Qué peligro que debilita la esperanza está asociado con el buscar los “propios intereses” de uno?
22 Pablo estimó su esperanza en Cristo tan elevadamente que pudo decir: “He aceptado la pérdida de todas las cosas y las considero un montón de basura.” (Fili. 3:8, NM) Si nuestra esperanza es fuerza tan poderosa en nuestra vida, jamás permitiremos que tales cosas como “ansiedades por la subsistencia” o aficiones o “propios intereses” arruinen nuestra esperanza de salvación. Otro peligro asociado con el ‘buscar propios intereses’ es que tarde o temprano uno halla razón para mezclarse con las personas mundanas. Una persona mundana, no interesada en la verdad, no puede edificar la esperanza de usted, porque no tiene ninguna. Ella socavará las costumbres teocráticas provechosas que usted tenga y hasta su esperanza misma. Asóciese con los que se ‘regocijan en la esperanza que está delante,’ que están inclinados al Nuevo Mundo. “No sean engañados. Las malas asociaciones corrompen las costumbres provechosas.”—1 Cor. 15:33, NM.
23. ¿Por qué tenemos razón impelente para cultivar mentes que miren hacia adelante?
23 El derrotero seguro que debemos escoger es el cultivar una mente que mire hacia adelante. La esperanza nos ayuda a hacer esto. Hay tanto en qué esperar, tanto que mantenga la mente mirando hacia adelante; para el resto ungido: ¡gloria celestial, incorruptibilidad y el sublime privilegio de reinar como reyes y sacerdotes y jueces durante mil años con el Rey del nuevo mundo, Cristo Jesús, viéndolo “tal como es”! (1 Juan 3:2, 3, NM; 1 Cor. 15:53, 54; Apo. 20:4, 6) Para las otras ovejas: ¡vida eterna sobre la tierra, participando en la obra de transformar la tierra en un paraíso global, teniendo parte en el cumplimiento representativo del mandato de procreación, ejerciendo dominio sobre la creación animal, presenciando la resurrección general de los muertos! (Gén. 9:1; Ose. 2:18; Mar. 10:30; Luc. 23:43; Juan 5:28) Y la esperanza rematadora para el resto espiritual y las otras ovejas: ver la destrucción completa de todos los enemigos de Jehová para que el glorioso nombre y palabra de Jehová sean vindicados eternamente. (Jue. 5:31; Rom. 3:4) Verdaderamente, la esperanza de la sociedad del Nuevo Mundo se resume en esto: Que esperemos “en Jehová, desde ahora y hasta la eternidad.”—Sal. 131:3.
24. ¿Qué beneficio edificante viene del regocijarnos en la esperanza que está delante?
24 Por eso póngase el yelmo de salvación. Regocíjese en la esperanza que está delante. Piense en su esperanza; es verdadera, merecedora de seria consideración, justa y digna de ser tenida en amor. (Fili. 4:8, NM) Mientras más a menudo nos regocijemos en la esperanza que está delante más a menudo pensaremos en el Dios de la esperanza, Jehová. Esto es edificante: “Jehová escuchó, y los oyó; y fué escrito un libro de memoria delante de él, a favor de los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre.”—Mal. 3:16.
LA PLENA SEGURIDAD DE LA ESPERANZA
25. ¿Qué es necesario si la esperanza que está delante ha de realizarse?
25 ¿Cuándo es válida nuestra esperanza? Es válida ahora si estamos haciendo declaración pública de ella. La fe sin obras es muerta. Por eso la esperanza sin ser proclamada es inválida: “Con la boca se hace declaración pública para salvación.” “Mantengamos firmemente la declaración pública de nuestra esperanza sin titubear.” (Rom. 10:10; Heb. 10:23, NM) De modo que nuestra esperanza apoyada por el espíritu de Jehová y hecha válida por nuestra declaración pública de ella es un poder. Nos ayuda a pensar hacia adelante, vivir hacia adelante y trabajar por la esperanza que está delante: “Con este fin estamos trabajando duro y esforzándonos, porque hemos puesto nuestra esperanza en un Dios viviente.” (1 Tim. 4:10, NM) Nuestro trabajo diligente y esfuerzos resueltos para predicar las buenas nuevas nos aseguran que nuestra obra no se hace en vano y que nuestras esperanzas serán realizadas.—1 Cor. 15:58; Heb. 6:11, 12.
26. Resuma el poder de la esperanza. Con su ayuda, ¿qué podemos hacer?
26 De modo que vigilen esa “ancla del alma.” Impedirá el naufragio. Nuestra esperanza logra aguante. Trae gozo. Nos anima a ‘perseverar en la oración.’ Nos hace pensar en el nombre de Jehová. Por eso, entonces, regocíjense triunfalmente, ustedes los de la sociedad del Nuevo Mundo. La esperanza del mundo es negra; la esperanza de ustedes es brillante. La esperanza del mundo se está derrumbando; la esperanza de ustedes se acerca a su cumplimiento. La esperanza del mundo está fundada en credulidad; la esperanza de ustedes está fundada en fe. La esperanza del mundo lleva a la desilusión; la esperanza de ustedes lleva al éxito. Pues con el nuevo mundo, ¡oh, tan cerca!, nuestras esperanzas más acariciadas, ya sean celestiales o terrestres, pronto se realizarán para nuestra satisfacción eterna. Por lo tanto nosotros podemos con aguante firme vivir “con mente sana y justicia y devoción piadosa en medio de este presente sistema de cosas, mientras aguardamos la feliz esperanza y la gloriosa manifestación del gran Dios y de nuestro Salvador Cristo Jesús.”—Tito 2:12, 13, NM.
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Asambleas europeas de 1955La Atalaya 1955 | 1 de enero
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Asambleas europeas de 1955
Cuando la asamblea internacional que los testigos de Jehová celebraron en el estadio Yanqui en la ciudad de Nueva York en 1953 estaba al punto de terminar se hizo el anuncio de que iba a celebrarse una serie de asambleas internacionales en el Canadá, los Estados Unidos y Europa durante 1955. A esta fecha ya muchos miles de personas fuera de Europa han indicado que piensan asistir a una o más de las asambleas europeas. Los delegados vendrán no sólo de los Estados Unidos sino de la América del Sur y el África y otros continentes, lo que hará que estas asambleas sean verdaderamente internacionales.
Los lugares donde se celebrarán las asambleas y las fechas de cada una son como sigue: Londres, Inglaterra, del 27 al 31 de julio; París, Francia, del 3 al 7 de agosto; Roma, Italia, del 5 al 7 de agosto; Nuremberg, Alemania, del 10 al 14 de agosto; Estocolmo, Suecia, del 17 al 21 de agosto y La Haya, Holanda, del 17 al 21 de agosto. Muchos de los delegados procedentes de diferentes países asistirán a no sólo una de estas asambleas sino a dos o tres, y algunos hasta abarcarán la entera serie por medio de estar parte del tiempo en cada una de las asambleas.
En el estadio Yanqui hubo entre los concurrentes representantes de 97 países, ¡y en el último día el número de concurrentes ascendió cual cohete a más de 165,000! Esto sirvió para dar un testimonio tremendo no sólo a Nueva York sino a la nación y al mundo. Fué un espectáculo que la gente todavía recuerda y del cual todavía se hacen comentarios. ¿Por qué no hacer que las asambleas de Europa sean igualmente notables a causa de ser tan internacionales, poniendo de manifiesto que la sociedad del Nuevo Mundo no conoce ninguna barrera nacional? Es cosa segura que Jehová bendecirá a los que hagan el esfuerzo por asistir. ¿Se contará usted entre las decenas de miles de personas que estarán presentes?
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