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Impelidos por nuestra “esperanza viva”La Atalaya 1980 | 1 de marzo
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desaprueba el método que ellos usan para dar testimonio de su esperanza, tal como los líderes religiosos judíos despreciaron a Jesús y sus apóstoles. (Luc. 21:24; Juan 7:45-52; Hech. 5:27-29) Los testigos de Jehová no confían en un grupito selecto de clérigos, producto de seminarios religiosos, para que éstos los representen desde un púlpito o en la televisión o la radio. Más bien, ellos mismos son una sociedad de más de dos millones de predicadores, que testifican de manera personal. De casa en casa, en lugares públicos e informalmente, dan a conocer la esperanza de las “buenas nuevas” que han puesto en su corazón. (Hech. 5:42; 20:20, 21; 1 Ped. 3:15) Fielmente, dan la advertencia de que este mundo se encuentra en su día de juicio y se enfrenta a una “grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.”—Mat. 24:21, 22.
16. ¿Qué clase de personas ha escogido Jehová para que hagan Su obra hoy día?
16 Así, en tiempos modernos, los testigos cristianos de Jehová han realizado, con la ayuda del espíritu de Dios, obras “mayores” —más extensas— que las obras que Jesús hizo mientras estaba en la Tierra. No se atribuyen el mérito de esto. Más bien, se complacen en ser, como individuos, la clase de persona que describió el apóstol Pablo al decir: “Ustedes contemplan su llamamiento por [Dios], hermanos, que no muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble; sino que Dios escogió las cosas necias del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios escogió las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes; y Dios escogió las cosas innobles del mundo y las cosas menospreciadas, las cosas que no son, para reducir a la nada las cosas que son, a fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios.” (1 Cor. 1:26-29) A menudo es el humilde testigo del Reino, un ‘necio’ en comparación con las normas mundanas, pero rico en fe, el que llega al corazón de las personas que pausan para escuchar.
EXPRESANDO NUESTRA “ESPERANZA VIVA”
17. (a) En armonía con Salmo 145:10–14, ¿cómo ha bendecido Jehová a su pueblo durante el año de servicio de 1979? (b) ¿Cuáles son algunos de los informes sobresalientes que usted nota en el cuadro acompañante?
17 Durante el año de servicio de 1979 Jehová ha bendecido maravillosamente la actividad de testificar de su pueblo por todas partes de la Tierra, puesto que lo ha ayudado a realizar “obras mayores” a pesar de las proscripciones, persecuciones y presiones económicas. De nuevo, se ha dado un magnífico testimonio al nombre y al reino de Jehová, como lo muestra el cuadro acompañante.
18. (a) ¿Qué ha sucedido respecto a los bautismos? (b) ¿Cómo ha dado fruto el servicio del Reino? (c) ¿Cuál fue el informe del Memorial para 1979, y qué esperanza tenemos respecto a muchos de los que concurrieron?
18 Resalta en el informe el número de personas que se bautizó, 113.672... un aumento de 19,6 por ciento sobre el número de bautismos del año anterior. También hubo aumentos en el número de Testigos que salieron al campo, las horas que se dedicaron al servicio del Reino, las revisitas que se hicieron a las personas que mostraron interés en la verdad, y los estudios bíblicos que se condujeron en los hogares de estas personas semejantes a ovejas. Esta obra de estudios está dando fruto, y eso lo manifiesta el hecho de que tuvimos el mayor número de personas que ha asistido hasta ahora a la reunión más importante del año —la celebración del Memorial o Conmemoración de la muerte de Jesús— hubo un total de 5.323.766 personas presentes, un aumento de 4,4 por ciento sobre la concurrencia del año anterior. Es nuestra esperanza que los tres millones de concurrentes que no son Testigos continúen progresando hasta llegar a ‘hacer declaración pública para salvación.’—Rom. 10:8-10.
19. (a) ¿Qué informes emocionantes comprende la actividad de los precursores? (b) ¿De qué manera contribuye el servicio de precursor a las “obras mayores”?
19 Es emocionante ver el continuo crecimiento en las filas de los “precursores,” proclamadores del Reino de tiempo completo, pues el promedio mensual de 127.558 precursores representó un aumento de 10,5 por ciento sobre el número de precursores de 1978. Estos han hecho una magnífica contribución a la realización de “obras mayores” en este “tiempo del fin,” y muchos de ellos han sido bendecidos y edificados para su actividad por medio de las Escuelas del Servicio de Precursor que se han celebrado por períodos de dos semanas a través de toda la Tierra. (Dan. 12:4) Muchas otras personas también están mostrando gran interés y alistándose como “precursores regulares” de tiempo completo. Tan solo en agosto, 896 solicitaron este servicio en los Estados Unidos, y 777 en Japón. Un gran número de países también informan un máximo en el número de publicadores que participaron en la obra de “precursor auxiliar” —actividad intensificada por solo un mes o por varios meses— y esto continúa estimulando a las congregaciones a hacer “obras mayores.”
20. (a) ¿Qué estímulo debemos hallar en el Informe Anual para 1979? (b) ¿Cómo, pues, debemos obrar con respecto a nuestra “esperanza viva”?
20 En conjunto, el Informe Anual de la actividad de servicio para 1979 debe dar a los testigos de Jehová en todas partes firme razón para regocijarse. Debe impelernos a todos a participar de lleno en las “obras mayores,” mientras todavía queda tiempo. Debe estimularnos a ‘tener firmemente asida la declaración pública de nuestra esperanza sin titubear,’ a fin de que por medio de Jesús “ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que hacen declaración pública de su nombre.” (Heb. 10:23; 13:15) Sí, ¡que nuestra “esperanza viva” tenga siempre esa calidad de cosa real para nosotros!
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Ponderando las noticiasLa Atalaya 1980 | 1 de marzo
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Ponderando las noticias
Juez: “No enseñe la Biblia”
● Un juez de Massachusetts, E.U.A., dio el fallo de que un hombre puede perder el derecho de visitar a sus hijos. Como miembros de la Iglesia Congregacionalista, el hombre y su mujer se habían divorciado y a ella se le había otorgado la custodia de los hijos. Más tarde el hombre llegó a ser testigo de Jehová. “El bombero de 35 años de edad no golpea a sus hijas (de 7 y 4 años de edad), ni las lleva a películas obscenas ni las estimula a descuidar sus estudios,” escribe el columnista William Rasberry. “Lo que sí hace es leerles la Biblia.” La madre se quejó así: “Él las estaba confundiendo (también) al decirles que no había Santa Claus, ni conejo de la Pascua Florida, ni el Hada que cambia regalos por dientes, y yo les había dicho que estas cosas existían.”
“Difícilmente pudiera haber sido la [razón del juez] solamente la confusión,” declara el columnista Rasberry. “De otro modo, ¿qué haría su señoría en cuanto a todos los niños de matrimonios que se han conservado intactos cuyos padres difieren en cuanto a creencia religiosa? . . . ¿Pudiera ser que el juez mismo sea congregacionalista? ¿O que crea en el Hada que cambia regalos por dientes, y demás?”—The Philadelphia Inquirer, 13 de febrero de 1979, pág. 13-A.
Ocultan la luz
● “Yo vacilaría en cuanto a hablar a otros acerca de mi fe,” dijo un miembro de la Iglesia Luterana de América, en respuesta a una reciente investigación de actitudes sobre este asunto. “El que en realidad debe hablar acerca de la religión y la fe es el pastor,” dijo otro. Solo 11,1 por ciento de los entrevistados dijeron que hablarían “de buena gana” acerca de su fe a familias que no fueran de la iglesia si su pastor les pidiera que lo hicieran. Aproximadamente el 16 por ciento dijo que lo harían con recelo, y el 44 por ciento dijo que de ninguna manera lo harían.
En vez de compartir su fe, como forma de “evangelismo cotidiano,” más del 90 por ciento de los miembros de la iglesia preferían orar por otras personas u ofrecer ayuda a amigos que estuvieran experimentando dificultades. Entre las razones que presentaron para su reserva en cuanto a hablar acerca de su fe estuvieron: “No me parece que podría explicar mi fe a otras personas,” o: “Me parecería que estaría imponiendo mi creencia a otros.”
¿Qué comparación existe entre tal manera tímida, tibia, de ver la fe con las dinámicas exhortaciones de Jesucristo? Él dijo a los que le seguían: “Ustedes son la luz del mundo. . . . Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres.”—Mat. 5:14-16.
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