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¿Cómo puede abrillantarse su visión del futuro?La Atalaya 1978 | 1 de mayo
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¿Cómo puede abrillantarse su visión del futuro?
PARA mirar al futuro con expectativas brillantes, la gente necesita una esperanza que tenga base sólida. El único que puede suministrar tal esperanza es Jehová Dios, el Creador del hombre, y él ha hecho eso por medio de su Palabra, la Biblia. Escribió el apóstol cristiano Pablo: “Todas las cosas que fueron escritas en tiempo pasado fueron escritas para nuestra instrucción, para que por medio de nuestra perseverancia y por medio del consuelo de las Escrituras tengamos esperanza.”—Rom. 15:4.
Por fuerza sufrirán desilusión las personas que rechazan la guía de la Palabra de Dios y acuden a otras fuentes para que éstas les proporcionen una esperanza confiable respecto al futuro. Esto fue lo que indicó la profecía de Isaías a los israelitas infieles que, en oposición a la ley de Dios, acudían a mediums espiritistas, adivinos y hasta a los muertos para conseguir conocimiento acerca del futuro.
Isaías 8:19-22 da a entender que estos israelitas infieles animaban a los fieles a hacer lo mismo, pero luego muestra exactamente lo que experimentarían los que rechazaran a la fuente de guía y esperanza verdaderas, Jehová. Leemos: “En caso de que les digan a ustedes: ‘Recurran a los mediums espiritistas o a los que tienen espíritu de predicción que están chirriando y profiriendo expresiones en tonos bajos,’ ¿no es a su Dios a quien debe recurrir cualquier pueblo? ¿Debe recurrirse a personas muertas en pro de personas vivas? ¡A la ley y a la atestación! Seguramente seguirán diciendo lo que es conforme a esta declaración que no tendrá luz del alba. Y cada uno ciertamente pasará por la tierra duramente oprimido y hambriento; y tiene que suceder que por estar hambriento y por haberse indignado, realmente invocará el mal contra su rey y contra su Dios y ciertamente mirará con avidez hacia arriba. Y mirará hacia la tierra, y, ¡he aquí! angustia y oscuridad, lobreguez, tiempos difíciles y tenebrosidad sin ninguna claridad.”
Para los que animaban a otros a consultar a mediums espiritistas, adivinos y a los muertos, no habría “luz del alba.” Cuando sufrieran la calamidad, no tendrían nada que abrillantara su visión. Indudablemente la calamidad que resultaría en la lúgubre perspectiva que se describe en la profecía de Isaías fue la predicha invasión de los asirios. Los sobrevivientes recibirían ‘dura opresión’ es decir, se les afligiría. Puesto que una campaña de conquista traería consigo la desolación de los campos, huertos y viñedos cultivados, los sobrevivientes padecerían hambre. Estando hambrientos, los israelitas infieles que hubiesen escapado de la muerte y el cautiverio sentirían perturbación, se sentirían ‘indignados’ o estarían encolerizados. No considerarían la calamidad como retribución justa por su infidelidad. En vez de eso, maldecirían al rey y al Altísimo y los culparían de su sufrimiento. Cuando estas personas miraran al cielo, no verían ninguna señal de brillantez que suscitara dentro de ellos la esperanza de mejores tiempos en el futuro. Cuando dirigieran la vista a las cosas de la Tierra, todo les parecería tenebroso. Por haber rechazado la ‘ley y atestación’ de Dios, con relación al futuro no podrían ver siquiera la más leve indicación de una expectativa brillante.
De modo similar, en estos días hay muchas personas que se atemorizan al ver las cosas que suceden en la Tierra... el aumento en el desafuero, la contaminación de aire, tierra y agua, y el desasosiego general entre los pueblos y naciones. Aunque estas condiciones afectan a los cristianos verdaderos, éstos no ven el futuro con un punto de vista tenebroso. ¿Por qué no? Porque por la Palabra de Dios saben que la situación mundial del presente cumple profecía y anuncia que se aproxima la liberación por el reino de Dios mediante Jesucristo. Por lo tanto, hacen lo que Jesucristo estimuló a hacer: “Mas al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca” (Luc. 21:28) ¿Participa usted de esta confianza por haber aceptado el mensaje de la Biblia como la “palabra de Dios”?—1 Tes. 2:13.
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¿Está usted preparado para hablar sobre la Biblia?La Atalaya 1978 | 1 de mayo
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¿Está usted preparado para hablar sobre la Biblia?
“CREO que la Biblia es el mejor regalo que Dios ha dado al hombre,” dijo Abraham Lincoln, el decimosexto presidente de los Estados Unidos de América. Aunque nunca ingresó en una iglesia, Lincoln leía la Biblia desde cuando era joven. De hecho, durante sus días escolares en la región de los bosques en la cual se crió la Biblia se usaba para las lecciones de lectura. Y, según se informa, Lincoln a menudo tuvo a la mano una antigua Biblia de su familia durante sus días de presidente, en los años 1861-1865.
Abraham Lincoln solo fue uno de muchos individuos bien conocidos que han opinado que la Biblia es de verdadero valor en la vida. Pero ¿qué hay de usted? ¿Trata usted de veras las Escrituras como una dádiva de Dios? Quizás usted esté dedicado a Jehová Dios y tenga el privilegio de compartir con otros “las gloriosas buenas nuevas del Dios feliz.” (1 Tim. 1:11) Si así sucede, ¿puede usar con eficacia las Escrituras? ¿Está preparado para hablar sobre la Biblia?
LA IMPORTANCIA DE USAR LA BIBLIA AL HABLAR
Es necesario que los cristianos conozcan bien la Biblia para que cumplan su comisión de ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones, . . . enseñándoles a observar todas las cosas’ que Jesucristo mandó. (Mat. 28:19, 20) Jesús mismo conocía bien las Escrituras. Las utilizó para repeler las tentaciones de Satanás el Diablo. (Mat. 4:1-11) Jesús también leyó a otros la Palabra de Dios, como en la sinagoga en Nazaret. (Luc. 4:16-21) A menudo, mientras hablaba a la gente decía: “Está
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